sábado, 28 de mayo de 2011

TRAFUGARIO


------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

SIETE SEGUNDOS DE SILENCIO

Queridos hermanos. De antemano les advierto que no soy antanasmockusista, ni política ni filosóficamente, máxime si se tiene en cuenta que este acrisolado matemático que maneja las ecuaciones diferenciales y los campos escalares y vectoriales con el dedo meñique y con la facilidad que un gato doméstico apabulla aun ratón, y que ha dado muestras de hacer una política posmoderna donde por encima de todo concepto absurdo está la lógica racionalista, fue quien de un sólo matracazo depuso la tarjeta profesional de periodista al asirse al artículo 20 de la Constitución Nacional que poco más o menos dice así: Todo colombiano tiene derecho a informar y a ser informado. Y zas, tarjeta profesional de periodista a la lona per secula seculorum. Pues claro que esto me enverraca porque a los que hicimos carrera periodística universitaria de Comunicación Social y Periodismo nos dejó con un rabo de aquí a Vladisvostok.

 De nada sirvieron y le valieron güevo a don Antanas los cinco años de estudio que uno se metió en una universidad privada, de por sí costosa, y las ingentes manotadas de dinero de la que su papá o sus tutores se expropiaron sin la más mínima reticencia para hacerlo a uno profesional. De nada sirvió tamaño esfuerzo y hoy día la profesión de periodismo, siendo tan bella como quehacer humano entre otras cosas, se convirtió, con esa artimaña mockusista, en un simple oficio más prostituido que “la meretriz Nancy Nanqueba del estadero Bucamba. (El mentiroso más elegante de este país, novela).

Pero lo anteriormente expresado con toda la fuerza de la razón, no es óbice para uno no reconocer que el numerólogo Antanas Mockus, sea uno y quizá el más importante librepensador que ha pretendido cambiar el rumbo de la política y de la administración del Estado en este país. Eso no se puede negar porque sería negar la existencia de las uvas y de las naranjas. Lo admiro también porque en sus campañas de cultura ciudadana fue capaz, a punta de una labia cerril, hacerle botar el cuchillo al cuchillero y la pistola al pistolero para que no se fueran a embarrar su propia vida o a embarrar la vida de otros. Porque es mejor estar “pelado” pero en libertad, que “picho” de millones de dólares pero escondido como las ratas en las cañerías. Y así, hay muchas cosas buenas para hablar de Antanas Mockus pero necesitaría no una columna sino el periódico entero con el objetivo de recontarlas. Por ejemplo, qué noche cuando se tomó los siete segundos de silencio en plena televisión nacional y una vez transcurridos, expresar de una manera lapidaria y certera una frase vertebral: “Para que en Colombia no vuelva a haber falsos positivos”. Ahí lo dijo todo. Ahí lo dijo todo porque ahí tácitamente están agrupados otros delitos de lesa humanidad.

 En ese acto grandioso le hago la venia al doctor Antanas Mockus porque en realidad en Colombia no pueden volver a hacer los luciferes terrenales lo que hicieron Adolfo Hitler, Heinrich Himmler, Joseph Goebbels y Rudolf Hess, en la Alemania Nazi y sobre todo en los campos de concentración de Autzwich, Dachaw y Treblinka, entre otros campos de horror. Eso no puede seguir ocurriendo en la tierra que vio nacer al premio Nóbel de literatura García Márquez, al pintor Fernando Botero, a los científicos Manuel Patarroyo y Rodolfo LLinás. Tierra que vio nacer también a grandes hombres que por ahora no puedo nombrar por lo reducido de mi espacio, a grandes deportistas y hasta a muchos mamadores de gallo que los sábados por la noche nos hacen morir de la risa con sus anécdotas sin cabeza a través de la televisión nacional. A los colombianos no nos puede seguir matando el cáncer de las balas y de las desapariciones por cuenta de los que se creen los verdaderos dueños del país y tal como los faraones, quieren el poder para siempre. Y ojalá que el doctor Peñaloza, a su vez, sienta un poquito de vergüenza. “Para que no vuelva a haber falsos positivos en Colombia”. No es mucho. Pero con eso, aunque con hambre, los colombianos podrían dormir un poquito más felices.

lunes, 23 de mayo de 2011

Cuestionamiento al sistema de salud

La ley que condena a muerte a los colombianos

Por: Libardo Gómez Sánchez
Diario del Huila, Neiva, mayo 23 de 2011


Alemania es una de las mayores economías del mundo; allí el 90% de la población goza de un sistema público de salud, al que cualquiera puede vincularse. Es un sistema privado que para sostener la atención a su población destina cerca del 11% del PIB y los asalariados con cierto nivel de ingresos contribuyen con el 6.5% de los mismos; quien no tiene ingresos o los tiene muy bajos, entra gratuitamente al sistema y recibe atención de la misma calidad.

España, una nación Europea, ligada a nuestro pasado, en la página del Ministerio de Sanidad y Política Social identifica la atención en salud como: “uno de los principales instrumentos de las políticas redistributivas de la renta entre los ciudadanos españoles: cada persona aporta impuestos en función de su capacidad económica y recibe todo tipo de servicios sanitarios, simplemente, en función de sus necesidades de salud”. El sistema público de salud español atiende incluso a los extranjeros residentes que suman más de cinco millones y destina alrededor de 1.500 euros anuales por afiliado, cerca de cuatro millones de pesos, menos de los seis millones que reconoce el gobierno a las EPS en Colombia. Estos son solo dos ejemplos de naciones que teniendo ingresos per cápita mayor que el nuestro, no abandona a su suerte a sus ciudadanos en materia de protección en salud, sino que responsablemente asegura a toda la población, a través de una red pública complementada por oferta privada, servicios de salud sin discriminación alguna. Estas realidades desmienten los argumentos de quienes se han empeñado en convertir a Colombia, en uno de los paraísos para los inversionistas de la salud a través de la Ley 100, norma que convirtió la vida de los colombianos en una vulgar mercancía con la que se ha cometido enormes defraudaciones al Estado y se han forjado los patrimonios con mayor crecimiento en la historia empresarial en el país, destruyendo o feriando el patrimonio público y sobre la base de una pésima atención que ha llenado los estrados judiciales de tutelas, como mecanismo extremo de los pacientes para exigir que se les suministre el cuidado y los medicamentos que sus patologías requieren.

Los escándalos recientes confirman las continuas denuncias que organizaciones médicas, sindicales y sociales venían haciendo sobre ley 100, sin embargo la cúpula del gobierno que ha participado en su formulación y consolidación, pretende confundir a la opinión pública atribuyendo los males a la corrupción de unos mandos medios, cuando es evidente que la facultad a las EPS de establecer la base del cálculo de la unidad de pago, la ausencia absoluta de control de precios de medicamentos, la integración vertical que le permite a las EPS contratar con clínicas de su propiedad servicios a precios y pacientes que ellos deciden; la carencia de control de los organismos gubernamentales y bases de datos manipuladas que facilitan el recobro de servicios por POS y por régimen subsidiado, incluso de pacientes inexistentes, conducen irremediablemente a la corrupción; sin mencionar la reducción de costos por la vía de la formulación de medicamentos baratos, pésimos salarios para el personal médico y paramédico y la improbabilidad de exámenes de laboratorio y clínicos complejos, que complementa la explicación de las utilidades astronómicas de las EPS.

Las lujosas clínicas construidas por las EPS, camuflan un servicio de salud deplorable, que termina por precarizar la salud y asegurar el camino a la muerte. Contra esa ley criminal, millones de colombianos debemos marchar el próximo martes 24, para que definitivamente se suprima la ley 100 y se sustituya por una que asegure la red pública hospitalaria y trate por igual a todos.

viernes, 13 de mayo de 2011

TRAFUGARIO

-----------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

IMBECILIDADES DEL HOMBRE

Estoy seguro que un cuento de sala de los más conocidos en Colombia es ése del estudiante adulto de validación del bachillerato nocturno que se encontró con un español e ipsofacto lo encendió a coñazos como cualquier Mike Tyson pandillero. Por qué le pega, le pregunta su compañero de clase también adulto. Porque es español y los españoles invadieron a América y asesinaron a nuestros aborígenes y además saquearon todas nuestras riquezas. Pero eso hace ya más de quinientos años, le aclara el amigo. Qué importa, argumenta el agresor, a nosotros nos lo contó la profesora de historia en la clase de antenoche. Y eso es exactamente lo que están haciendo “los interesados” cuando se revive el cuento del conflicto de Colombia, Venezuela y Ecuador. Precisamente ahora cuando las cosas entre las tres naciones marchan a las maravillas y las tres economías se fortalecen mutuamente. Ahora que la hermandad y la cooperación de los tres mandatarios salta a la cara, y los lazos no solamente económicos sino sociales y culturales están en proceso de fortalecimiento. Para qué evocar un pasado que involucra a las tres naciones prácticamente en las mismas condiciones. Entonces aquí surgen varias preguntas del millón. Para la muestra varios botones. ¿A quién o quiénes y por qué les conviene revivir el conflicto? ¿ Acaso al expresidente Uribe que no ha entendido ni ha querido aceptar que el periodo de su dinastía ya termino y él ya, en cuanto al gobierno se refiere, es un cheque cobrado? A él en parte, deduce uno, porque al igual que Tutankamon o cualquiera de los demás faraones, sueña con el poder eterno y por eso hicieron esas pirámides eternas para que les sirviera de tumba o de mausoleo. Aquí las tres pirámides, en parte, es la resucitación del conflicto que en últimas lo que busca es, casi que estoy demasiado seguro es, repito, joderle la imagen al buen gobierno, por no decir excelente, que hasta el momento ha logrado el presidente Juan Manuel Santos, sobre todo en el campo de las relaciones internacionales.

 Porque si hay que anotarle un hit al presidente Santos es haber saneado, de entrada, las relaciones destartaladas y ya casi que difuntas con la hermana república de Venezuela, una economía con la que se tranzan algo así como ocho mil millones dólares anuales. Una nación con la que hemos estado unidos como gemelos univitelinos desde muchos siglos antes de que llegaran los españoles porque las divisiones las generaron precisamente los intereses de los señores conquistadores y de los países invasores que estos representaban. Posteriormente se replantearon y se sanearon las relaciones con la hermana república del Ecuador que inmediatamente revivió la economía, primordialmente, del occidente y del suroccidente del país.

Afortunadamente los mandatarios y sus órganos de gobierno se pellizcaron y dijeron, pistola para los gringos. Porque es que a ellos tampoco es que les convenga mucho la unidad latinoamericana si se tiene en cuenta que en este momento economías enormes como la de Brasil tiene lazos estrechos con la China de los chinos. Y que para allá van Venezuela y Argentina y otros países y los gringos saben muy bien que son más de cuatrocientos millones de almas con una gran capacidad de consumo.

Entre otras cosas, ellos practican perfectamente con precisión satelital el famoso, “divide y reinarás” porque, como los cocodrilos, tienen las mandíbulas grandes de tanto mascar chicle. Como para nadie es un secreto que las relaciones de poder compartido con las que soñó el expresidente Uribe con el presidente Santos se le “visquiaron”, entonces, es muy posible y esto es producto de mi acalorada imaginación, que el hombre con la piedra afuera busque metodologías luciferinas para “retaliar” y una efectiva podría ser esa: resucitar un Lázaro que ya huele a ratón muerto. Afortunadamente los tres mandatarios, de una manera inteligente y lógica, le dieron vuelta a esas páginas negras de la historia de los tres países que un día casi se enfrascan en una guerra tripartita que hubiera sido otra vergüenza más para la humanidad. Una vergüenza repugnante, por demás.

domingo, 8 de mayo de 2011

En auge un nuevo deporte urbano: EL ROBO

Por: John Freddy Meléndez Cárdenas
-----Comunicador Social-Periodista

Dibujo: ayudawordpress.com
No importa la hora, el sitio, ni el clima, o incluso la concurrencia para que una cantidad creciente de desadaptados, practique una irresponsable disciplina que cada día se vuelve más común en la ciudad, el robo.

Sus acostumbrados “practicantes”, se han convertido en el temor de una ciudadanía que ya no encuentra un lugar de sana cotidianidad, gracias a la falencia de políticas claras que atajen éste fenómeno, que por desgracia se afirma cada vez más en los diferentes sectores del área.

Historias al respecto se padecen a diario, pero la reseñada a continuación plasma la realidad que debemos erradicar por completo.

Eran las 9:45 de la mañana en un paradero de bus de transporte masivo, cuando una mujer se acercó corriendo con su bolso de estudiante trepado en su espalda, buscando alcanzar al verde bus de moderno aspecto, que con sus puertas abiertas estacionado recibe a cerca de una docena de pasajeros; cuando estaba a un metro de llegar a la primera puerta, el bus que reemplazo el que se pagaba con efectivo al ingresar, de repente cerró sus puertas y arrancó, dejando a la mujer sin oportunidad de tomar la única ruta que pasa por el lugar.

Sola en la parada, a la joven mujer no le queda más remedio que esperar el siguiente bus, añorando de paso, a los días en que el bus urbano esperaba al pasajero, así éste se acercara caminando. No logran pasar 10 segundos cuando 2 personajes la violentan y le roban el celular que acababa de sacar para avisar que se demoraba, así como el bolso cargado de libros, apuntes y ropa que llevaba para el fin de semana.

Los ladrones son 2 menores de edad que algunos vecinos han visto en el sector, “ellos tienen eso de juego, se ríen, casi que compiten con éstas cosas”, dijo un testigo del hecho; cualquiera diría que no era el día de la víctima, quien de paso estuvo a punto de desmayarse, en medio del ataque de nervios producto de semejante situación.

Estudiosos, empíricos, apasionados, politiqueros y hasta niños han opinado sobre el origen de una actividad tan desagradable para una sociedad, como lo es el robar; lo cierto es que no puede ser posible que de las opiniones muchas veces críticas, no surja una solución responsable que se construye entre todos, de ahí la razón de éstas líneas.

Según definiciones el deporte “es toda aquella actividad que se caracteriza por tener un conjunto de reglas y costumbres, a menudo asociadas a la competitividad, por lo general debe estar institucionalizado y requerir competición con uno mismo o con los demás”; al registrar los robos permanentes en la ciudad, ésta definición es perfecta.

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