miércoles, 31 de agosto de 2011

CATACLISMO MORAL


-------------------------------Por: Gerardo Delgado Silva
En cualquier tipo de sociedad, por primitiva que sea, se dan una serie de reglas, las normas sociales, que sancionan de algún modo los ataques a la convivencia tal como la concibe un grupo social. Estas normas sociales forman el orden social.
La justicia penal es uno de los instrumentos más aptos para la formación del bien moral, de aquel súmmum bonum que es el fin último de la convivencia humana. Un imperativo categórico, según Kant.
Lo único que faltaba. Al tétrico panorama de descomposición en que se encuentra el país, por el profundo letargo moral del anterior Gobierno,  que degradó la augusta misión del Estado Social de Derecho, hay que sumarle ahora, otra abominación: El ultraje a la justicia.
No pretendo hacer nueva una historia que el país conoce de principio a fin. Algo entre la farsa atroz y la tragedia griega. Empero, el señor Uribe  toleró las triquiñuelas y practicas corruptas, ruines y dañinas de los paramilitares y sus funcionarios públicos, enemigos también de la comunidad, es decir, las tapó con las mismas sabanas de impudor como en la turbadora mascarada con sus aliados parapolíticos.Compartieron ese rincón oscuro de la conciencia colombiana, donde duermen las pesadillas de la razón. Es la omnipresente autoridad que yace  junto al fascismo. La suspensión del Estado Social de Derecho y el desconocimiento de los derechos humanos. Explicable porque pareció el señor Uribe, mas preocupado por ajustar cuentas, que por contribuir al advenimiento de la paz y la justicia. En puridad de verdad, los sistemas autoritarios esconden los conflictos en lugar de solucionarlos.
La colosal tragedia de la patria estaba entronizada en la Secretaría Jurídica del Presidente anterior, señor EDMUNDO  DEL CASTILLO, que tiene estrechas relaciones con el satánico cartel de los Nule. No como socio pasivo, sino como promotor. Esto explica que el enriquecimiento indebido de los Nule, se haya extendido como una mancha de oprobio por la nación contaminada. Resulta entonces muy significativo el contrato leonino con ICBF, relacionado con la bienestarina. Existen rumores acerca de la adulteración del alimento, una conducta horrenda contra la niñez, en la cual el Estado tiene una responsabilidad que no puede seguir eludiendo. Es otro testimonio abrumador de la degradación ética y política del anterior gobierno, que llevó a que esas maniobras tortuosas, se toleraran, convertido así el Gobierno en alcahueta de la codicia y la venalidad. 
Conspirando abiertamente contra la CORTE SUPREMA se reunió con “Job”, que cumplía órdenes de Don Berna. No oímos en esos momentos de dañado concierto, de la enredadas mallas con esos grupos, las voces del Presidente fijando una posición de franco rechazo, ni registramos su protesta.Su actitud inmoral va mas allá de la simple desfachatez personal para comprometer a la Institución Política que presidió. Los Nule, allegados del señor Uribe de tiempo atrás fueron consagrados con agua bautismales, cada vez que lo visitaba en la “CASA DE NARI”.
Eso no es todo. En AGROINGRESO SEGURO, surgió el triunfo de las componendas del señor Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura, para las defraudaciones, el turbión de peculados, el derroche de los dineros públicos, como una perversión política de Colombia.
El DAS, puso de manifiesto que torció su rumbo de las disposiciones legales para aliarse con los paramilitares. Acontecimiento que realizaron “Jorge 40“ y Jorge Noguera, director de esa entidad.Sus criminales interceptaciones y seguimientos, auspiciados desde la”Casa de Nari”,por la ruta del Secretario General de la Presidencia, Bernardo Moreno. La DIAN, piedra de escandalo público con la pirotecnia de los impuestos. Deplorables hechos punibles que han creado pánico en la sociedad. En gigantesco  dislocamiento,  la institución se convirtió en territorio  donde campeó el lavado de activos, excepcional ocurrencia en toda la historia judicial del país.
Y en contravía de la ley penal, los  entonces ministros del Interior Sabas Pretelt y Diego Palacio de Protección Social, íntimamente ajenos al alcance ético de sus actos, persuadieron dolosamente a Yidis y Teolindo, para pactar la venta de sus votos en el congreso, encaminados a la reforma inexequible de la Carta, para lograr la vituperable reelección del señor Uribe. El contrato ilícito se consumó y a cambio los parlamentarios recibieron una partija de notarias.
Los recientes escándalos de la salud, con la dialéctica canalla de las EPS y los recobros al Fondo de Solidaridad y Garantía (FOSYGA), revelan  las características afrentosas de la enfermedad moral que nos aqueja y el silencio horadante y cómplice del Gobierno anterior. ¿ Acaso, el exministro de Protección Social fue intrépido defensor de los intereses nacionales?.¿O al contrario, propicio la devastación del patrimonio moral de su ministerio? Un desconocimiento atroz y evidente de los valores y principios fundamentales de la Constitución.
Dentro del rosario de abominaciones y desenfrenos ilegales, podemos agregar los descubiertos e investigados en INVIAS, INGEOMINAS, INCODER, MINISTERIO DE EDUCACION, MINISTERIO DE TRANSPORTE, MINISTERIO DE PROTECCION SOCIAL, FONDELIBERTAD, ICBF, DNE, etc. Todo un impacto tenebroso que ha cortado en dos la historia nacional.  Pasa a la siguiente página

Tormenta en el horizonte

Por Horacio Serpa Uribe
El Ideam ha anunciado que el invierno que viene será peor que el anterior. Es decir, que no se ha secado la ropa y nos volveremos a mojar. La noticia es una advertencia de lo que se aproxima: más damnificados, más pobreza, más marginalidad. Con razón el Presidente Santos ha advertido que va a llover sobre mojado.
La mala noticia está acompañada de un llamado a las autoridades locales y departamentales para que nos preparemos para afrontar la contingencia. La verdad es que en Santander, con las primeras gotas del invierno, nuevamente, se han comenzado a desmoronar las montañas. Solamente ayer se truncó el paso entre Cúcuta y Bucaramanga por un deslizamiento de tierra, lo que significa enormes pérdidas económicas para todos.
En la pasada ola invernal el departamento quedó incomunicado durante semanas y miles de compatriotas perdieron sus pertenencias en medio de la tormenta, los desbordamientos de los ríos y quebradas, y los derrumbes. Por supuesto, que no fuimos los únicos. En el resto del país las cosas no fueron menos graves: con el desbordamiento del río Magdalena se anegó el Caribe, mientras el río Bogotá ahogó la sabana. Muchas de las víctimas de esa catástrofe nacional aún siguen esperando la asistencia del Estado. Incluso, algunos duermen aún a la intemperie a la espera de que llegue una mano solidaria. Por esa razón, el Presidente Santos ha metido el acelerador para que se terminen miles de obras de alto impacto regional para evitar que el invierno que llega acabe con lo poco que hay.
Es bien sabido que las obras de reparación de los daños, en  muchos casos, no han comenzado. La falta de recursos para afrontar estas emergencias es una circunstancia penosa, que deja a los mandatarios con los brazos cruzados mientras la gente sufre, se enferma, se muere esperando el mana estatal. Para la reconstrucción en las regiones dependemos de la chequera oficial, de la diligencia en el trámite de los recursos y en la voluntad política de quienes deben ayudar a la reconstrucción.
El anuncio de más lluvias hecha por el Presidente Santos cae, literalmente, como un baldado de agua fría, porque no esperábamos nuevas tormentas en nuestro horizonte.
 En Santander estamos trabajando muy duro y con las uñas para darle respuestas a los afectados de comienzos de año, pero no hay de dónde sacar más recursos para atender nuevos damnificados. Aunque hemos reparado vías, llevado bienestar a miles de personas y construido un futuro de esperanza, la verdad es que la naturaleza se ha ensañado con nuestro departamento, y nos ha obligado a trabajar en medio de la calamidad permanente.
 Al Gobierno Nacional hemos pedido que nos de más de lo que hasta ahora nos ha dado, para salir adelante. Con el anuncio oficial nos alistaremos a seguir gobernando con las botas pantaneras puestas, porque frente a la calamidad solo nos queda organizarnos para afrontar con valor el embate de la naturaleza.

viernes, 26 de agosto de 2011

Delincuentes y policías


Por Luis Eduardo Jaimes Bautista*
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Como delincuentes de la peor 'calaña' calificó el ministro de la Defensa, Rodrigo Rivera, a los integrantes de la Fuerza Pública que se alían con las bandas criminales. (Colprensa)
En Bucaramanga, policías acosan a familiar y abogado de niña abusada por uniformados. (Vanguardia Liberal)
Pero también piensen que hay buenos y excelentes policías que dan la vida por los ciudadanos y son un ejemplo para la institución. (General Oscar Naranjo, Director General de la Policía Nacional.)

Nunca una persona se puede imaginar quién es su vecino, hasta que no lo conozca, porque se puede distinguir al individuo por sus rasgos y costumbres, pero no en el fondo que piensa, que hace, si está dentro de los parámetros de un ser social que respeta a los demás.

Conocí a un personaje que su vida era de muchos amigos, la mayor parte muchachos menores de edad que nunca trabajaban, pero tenían para darse sus lujos, tener novia, comprar unos tenis de marca, buena ropa, pero sin trabajar. Esto empezaba a crearse una sospecha no para bien sino para mal, en el barrio donde vivía.

Dicho personaje era conflictivo, quería imponer su línea de mando, hasta que las sospechas supuestamente eran ciertas, era un expendedor de estupefacientes al menudeo y los muchachos que tenía a su alrededor eran sus lacayos de la distribución.

Los habitantes del barrio empezaban a mirarlo con recelo y a tenerle cierto temor, si lo denunciaban había implicaciones de venganza, el instinto de la culebra alborotada y ciega estaba lista para atacar a la víctima. Todo rondaba ya en un manto de silencio por las amenazas, y el personaje crecía con poder y respeto. Hacía bailes, campeonatos y todos eran ñeros, ñero para allí y gonorrea para allá. Sus cabezas rapadas, la pantaloneta ancha de color, camisas, camisetas de equipos de fútbol anchas, chancletas, tenis y cachucha de 150 mil pesos y el escapulario al tobillo. Mientras los más listos portaban la patacabra o el fierro.

Los días pasaban y el problema crecía. Si alguien llamaba a la Policía para denunciar o que se hiciera un posible seguimiento, sentía la sombra del miedo y de zozobra que implicaba a su misma familia. El 123 algunas veces funcionaba otras no. Pero lo real era que muchas veces entre las grandes parrandas que hacía, molestaba con el estridente ruido discotequero de las cumbias y corridos prohibidos, el trago era por doquier. Él se sentía el patrón, el capo, el duro, el líder del barrio, siempre acompañado por la escolta de muchachos que van detrás de la silla de ruedas. Un premio a sus desgraciada vida por estar metido en el negocio, y en una batida, -dos murieron- y una bala lo dejó parapléjico. Pero el hombre nunca cambió, siguió con su ejemplo para los hijos y los niños que ya empezaban a seguirlo. 

-¿Y qué hacía la policía en este caso?- Muchas veces ni atendía el llamado y si lo atendía, daban su acostumbrada ronda, miraban el personaje y sus compinches con cierta complacencia y se marchaban. Esto levantaba sospechas porque para algunos, él compraba policías. La Seguridad no existía para los buenos, sino para los malos.

El Tiempo pasaba y la escuela de la delincuencia con muchos jóvenes alrededor empezaba a tener sus frutos, se presentaban robos, peleas, consumo de estupefacientes y como dicen los abogados supuestamente extorsión y contrabando.    

Comenzaban aparecer carros de alta gama o engallados como dicen los mecánicos o igualmente motos para algún harlista. Las mujeres ni esperar porque también eran las allegadas a esta sociedad del crimen organizado.

Lo bueno de esta narración es que todavía no aparecía un muerto y si lo estaban planeando dentro de su película de suspenso, podría llegar, o ya tenían varios dentro de esas venganzas, de sapos y parches, pero su vida era legal dentro de la ilegalidad. Los expedientes, -precluídos- investigaciones archivados por vencimiento de términos.

El tiempo pasaba y no pasaba nada, los cuerpos investigativos y de seguridad seguían en su silencio cómplice, -aún cuando allí también vivían policías- alguno que otro parroquiano miraba con desdén, y muchos por el miedo eran complacientes de que ese barrio tranquilo con calidad de vida, sano, poco a poco se lo fueran tomando dentro del camuflado negocio de minutos. Porque este era otro parapeto para resguardarse con la comunicación sin despertar sospecha y soterradamente manejar los negocios.

En conclusión lo que sucede alrededor de este cuento, lo vive mucho la ciudad y muchas ciudades colombianas, como si le realidad fuera una ficción. Ante la voz de la gente que grita, con  voz en cuello ahogado, General investigue y castigue a sus subalternos, traidores de la seguridad y cancerberos de la delincuencia. Porque cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
*Poeta y Escritor

miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Por qué no se conoce la verdad?

-------------------------Por: Horacio Serpa Uribe

Hace cerca de 16 años los violentos asesinaron a Álvaro Gómez Hurtado. Desde entonces, ríos de tinta han pasado sin que la verdad haya salido a flote sobre los autores materiales e intelectuales de ese cobarde crimen que enlutó al país y aún nos duele a los demócratas.
Sobre la vida de Álvaro Gómez Hurtado se escribió una leyenda. Sobre su muerte se ha construido un mito. Los enemigos de la democracia lo silenciaron para siempre cuando salía de dictar una de sus clases en la Universidad Sergio Arboleda. Nadie ha logrado hallar la verdad, solo hay especulaciones. Señalamientos. Condenas mediáticas. Los mafiosos han convertido el tema en un trampolín para rebajar sus penas en las cárceles norteamericanas a costa de la honra de quienes en la época éramos  funcionarios del Gobierno Nacional.
Enrique Gómez Hurtado, hermano de Álvaro, acaba de publicar el libro “Por qué lo mataron?, mediante el cual busca responder, desde su óptica, muchas de las preguntas que aún rodean ese execrable hecho, al que considera un crimen de Estado, ordenado por el régimen para silenciar a un hombre que, según él, estorbaba.
El autor le da toda la credibilidad al reconocido mafioso y paramilitar, alias Rasguño, responsable de miles de muertes y preso en Estados Unidos por sus delitos, quien nos ha condenado a la picota pública al ex Presidente Samper y a mi, como supuestos instigadores y beneficiarios de tan atroz crimen. El mafioso dice que escuchó delante de testigos, que alguien dijo que otro había dicho. Todos están muertos. Así busca disminuir su condena. Lanza la red a ver quién le compra sus mentiras. No es un rasguño lo que quiere hacernos, sino una honda herida. Por fortuna sus contradicciones lo han dejado en evidencia y pocos creen en sus ficciones.
El país sabe mi profundo respeto por Álvaro Gómez. Como copresidentes de la Asamblea Nacional Constituyente trabajamos con Antonio Navarro en el diseño de un nuevo país. Juntos transformamos a Colombia. Su palabra era vital para la democracia y  sus editoriales eran una luz para el país. Él nunca fue un peligro para el gobierno. Por el contrario, fue un aliado incondicional en la defensa de la institucionalidad, la construcción de la democracia y la búsqueda de la paz.
Por eso no cuadra señalarlo como golpista. Difícil creer que Álvaro Gómez liderara una conspiración antidemocrática. Ese no era su talante. Tampoco que haya prestado atención a quienes le propusieran semejante aventura extralegal. 
Leeré con atención el libro de Enrique Gómez, sobre el cual se ha hecho una cuidadosa estrategia de marketing, que sin duda elevará sus ventas. No dudo que será testimonio de su dolor y su reclamo de que haya justicia, al cual me uno. Es imposible que este crimen, como el de tantos colombianos que han caído en medio de la cruel degradación de nuestra sociedad, sigan impunes, como los de Luis Carlos Galán, Jaime Garzón, José Antequera, y miles más.

ÉPOCA ELECTORAL


Por: Pedro Gerardo Tabares C
Una situación especial se presenta en la época preelectoral. Los políticos en general recurren al ataque a sus contrincantes, pero solamente hacen señalamientos que las autoridades penales no tienen en cuenta para abrir las investigaciones y llamarlos para que ratifiquen sus asertos, pues  todas las personas pueden poner en conocimiento de las autoridades la consumación de delitos. Se dice teóricamente por quien  necesita obrar de ésta manera cuando se atropella un derecho, sufre un llamado viacrucis porque las autoridades no lo atienden y si se trata de la pérdida de un celular o de la cartera con valores mínimos la respuesta en todas partes es que no hay razón para recibir la información y si se trata de un mayor de 60 años está exonerado de pena, lo cual deja en la impunidad estas situaciones que no por lo nimias dejan de poner en entredicho la seguridades ciudadanas por desconocimiento de normas.

Pasadas las elecciones se olvidan los cargos que se hacen con excepciones muy contadas, pues no es extraño que algún funcionario con incompetencia, con espíritu inquisidor inicie investigaciones prescritas y las adelante con acuciosidad hasta el momento en que establece que no había lugar a tal investigación porque un anónimo que le dio origen, no tenía consistencia en la realidad y todos los esfuerzos quedaron sin efecto porque de todas maneras se administre justicia.

Estas situaciones hacen reflexionar sobre tópicos muy importantes, cómo al cambiar el procedimiento penal hay amplitud en las llamadas casas por las cárceles y estas quedaron para tener en su seno a los autores de graves delitos, lo cual puede catalogarse de loable, en donde no tengamos las costumbres que acompañan los pensamientos del raponero, el vendedor de estupefacientes en mínima cantidad, y otros que finalicen yendo a la cárcel en forma múltiple, con el agravante que quien haya arrendado un inmueble y quien lo usufructúa permitirá esas actividades, con el llamado a la expropiación del inmueble del titular de los derechos, que debe acudir a la defensa cuando lo notifican por tal hecho y el regreso del bien después de varios años, le dejan sinsabor, porque el cúmulo de trabajo impide la agilización en estos casos.

Como son situaciones que se van dando en el tiempo, se va creando en el tejido social una forma diferente a lo consagrado en las leyes y es probable que si no se alienta la educación para mantener ciertos valores morales mínimos, estos comportamientos que parecen inocuos se tornan en el común comportamiento de ciertas personas que transforman en una moral media que finalmente atenta contra las instituciones de una manera imperceptible.

Acaso quienes se lanzan a representar al pueblo no son personas en general de reconocidas cualidades como para que le pongan la seriedad necesaria a todo aquello que dicen, para que no se cambie la credibilidad popular. Creemos que tienen esos atributos y por eso no se debe usar el descrédito al otro para que crean en la persona que hace la afirmación, pues se deben cumplir primero los deberes ciudadanos y luego entrar a pormenorizar todo aquello que se conoce como defecto social y que se debe proteger sin tratar de sacar ventaja de esa protección.

lunes, 22 de agosto de 2011

LA CRISIS ENTRE VIVOS Y BOBOS


Por Luis Eduardo Jaimes Bautista (J.B.)

Los profesionales de la psicología saben que cuando se normalizan conductas anormales, al final, éstas se vuelven patológicas. Cuando se incrementa el maltrato del compañero que insulta o menosprecia a su compañera, al final, la violencia de género se instala. Cuando se deja que el adolescente grite a su madre, no estudie, ni trabaje, consiga dinero para salir toda la noche, vuelva bebido, etc., al final se convierte en –desadaptado- psicópata. Cuando los organismos de orden público y seguridad: Policía y militares –algunos confabulan con la delincuencia- se pierde la confianza y se está a merced del delito y el crimen. ¿Qué puede hacer el ciudadano que es respetuoso, cumplidor del deber y la ley y pide protección de la delincuencia? 

Lo que está sucediendo con la actual crisis de la familia, los organismos del estado y la economía, en nuestra  sociedad globalizada y con troneras de la apertura que llevamos muchos años dando por buenas situaciones totalmente inmorales, ilógicas e intolerables desde cualquier pensamiento normal y, finalmente, con la crisis, sin soluciones. Durante estos tiempos estamos asistiendo pasivamente, a los pequeños estallidos de minorías, y un sinfín de despropósitos totalmente inviables, que se han normalizado y que al final se han vuelto patológicos también. Y, como dice el refrán, “quien siembra vientos, recoge tempestades” o “cría cuervos y te sacaran los ojos”

Dentro de todas las inmoralidades hay una que es la peor: la premeditación y alevosía. No se puede creer que personas importantes, ejecutivos y directivos de grandes empresas financieras, bancos y agencias, dirigentes políticos, grandes empresarios, economistas, letrados e intelectuales, policías, cuerpos investigativos y varios,  supieran lo que la gente normal y corriente sabe;  muchos desde el más pobre hasta el más rico, sabe que tener dinero más de lo que se tiene es meterse en el lumpen de la sociedad de los vivos, -y los bobos pagando los platos rotos- un espacio para el delincuente.

Es evidente que lo que pasa tiene que pasar. Es impajaritable. La situación es insostenible. Pero casi nadie dice nada. ¿Por qué? porque los que tienen la responsabilidad de decirlo y tienen estudios o proyecciones callan a medias. Saben que pasaría, pero también saben que a “ellos” no les afectará: todos los que se enriquecieron a partir de la indecencia y la inmoralidad, tienen sus ganancias a buen recaudo, sus sueldos asegurados y sus contratos blindados. Saben también, y esto es lo más terrible, que quien los afecta o pagan la crisis, casi siempre son los pobres y desgraciados que van a ser mucho más pobres y mucho más desgraciados. ¿Esto importa? Una vez aceptada la inmoralidad de los últimos años, en la que los sueldos de ejecutivos, banqueros, empresarios, políticos y militares, son indecentemente superiores a los de los trabajadores y trabajadoras, ¿qué importaba la indecencia? ¿Y el resto de los mortales? ¿Por qué se consigue tapar la boca a la justicia e investigadores, todos los que no se beneficiaron de esta gran estafa y ahora van a pagar los platos rotos con los escándalos? ¿Cómo pueden silenciar las voces críticas? ¿Cuál es la anestesia que utilizan para poder seguir con esta farsa? ¿Por qué se acepta un crecimiento económico subterráneo impresionante –tráfico de drogas, contrabando, estafas, robo al Estado- al mismo tiempo que un estancamiento de los salarios y la calidad de vida de los trabajadores? ¿Cómo se piensa vivir si la canasta familiar todos los meses sube y con bajos salarios y un consumo desenfrenado?

Como nadie coloca el grito en el cielo porque no existen sindicatos comprometidos, todo con el paso del tiempo va en aumento desorbitado, esto sin mencionar servicios públicos y vivienda. ¿Cómo se asiste impertérrito ante la destrucción de los ecosistemas que nos dan una vida digna? ¿Cómo dejamos que se de trabajo a los desplazados, pero se les niega su derecho a su territoriedad? ¿Cómo se puede criticar la falta de trabajo, la privatización de la educación, cuando los empresarios brindan trabajos precarios a los universitarios y trabajos rasos a los jóvenes sin preparación? ¿Cómo permitir que la política, de derechas, de centro y de izquierdas, se convierta en un gran negocio, en donde lo único que les importa es el beneficio personal?  ¿Nadie dice nada ante la abdicación de sus obligaciones y principios más sagrados en la Constitución - violentada, remendada- y los sindicatos y partidos democráticos callan? ¿Asistimos al aumento imparable de violencia infantil y juvenil sin reclamar atención y reinserción? ¿Cómo pensamos que podríamos vivir con unos horarios laborales imposibles de conciliar con una vida afectiva y el cuidado de los hijos e hijas? ¿Cómo estamos aceptando unas reformas educativas cuyo único fin es la escuela domesticadora y domesticada? ¿Quién cambiará el país,  si en ningún lugar enseñamos a hacerlo?
El problema de nuestra crisis, está en que unos pocos son los que están causando el daño y la mayoría nos quedamos callados. Señor Presidente esperamos su voz de aliento.
*Poeta y Escritor

miércoles, 17 de agosto de 2011

Alfonso Cano, hágale a la paz


Por Horacio Serpa Uribe

El país debe estudiar la propuesta de Alfonso Cano, el comandante de las Farc, cuando manifiesta la disposición de ese grupo de iniciar acercamientos en búsqueda de la esquiva paz en Colombia.
A través de un video enviado al Encuentro por la paz de Barrancabermeja, realizado el pasado fin de semana, el dirigente guerrillero planteó que el “diálogo es la ruta” y que sigue creyendo que la solución política es la alternativa más expedita para cesar el enfrentamiento armado con el Estado colombiano.
Cano dijo que espera encontrar las condiciones necesarias para sentarse a negociar con la institucionalidad colombiana y abandonar, de manera definitiva, el camino de la violencia.
Pareciera que las Farc están entendiendo que su lucha armada no tiene futuro, no solo porque el Estado está en capacidad de cerrarles todos los espacios y golpearlos con fuerza hasta obligarlos a dialogar, sino también porque las condiciones del país y del mundo han cambiado dramáticamente. Nadie hoy cree, sinceramente, en el triunfo de la lucha armada, en la vigencia de sus ideas, ni en la justicia de sus luchas. La guerra de guerrillas es un esquema valetudinario al que nadie le rinde tributo.
Los últimos años dejaron la huella de la guerra en Colombia. Ahora se ha vuelto a hablar de paz. La puerta de la reconciliación no está cerrada, como anunció en su posesión el mandatario, sino que además se está abriendo y un nuevo aire de entendimiento ha ido entrando a la nación, trayendo la esperanza de la pronta liberación de los secuestrados, la eliminación del reclutamiento de menores, el compromiso de la guerrilla de no seguir sembrando minas antipersonales ni usar el plagio de personas como arma de guerra.
Alfonso Cano tiene que pasar de los anuncios a la concreción de sus promesas. Si deja pasar el impulso que está tomando la nación para apoyar la decisión del Presidente Santos, podríamos perder este momento histórico. Cano debe pensar en escuchar al Presidente cuando pide la libertad de los secuestrados. Los halcones acechan.
En 1992, en Tlaxcala, se perdió una oportunidad. Pasaron seis años para volverse a sentar a hablar de paz, en el gobierno Pastrana, y las Farc cometieron el peor error de su historia: burlarse del país, aprovechar el Caguán para envalentonarse y fortalecerse militarmente. De esa frustración colectiva nació la victoria electoral de Uribe, quien durante ocho años, con evidentes éxitos, hizo lo posible para derrotarlos militarmente.
Han pasado 19 años desde Tlaxcala. Cada día se pierden más vidas, se apagan más esperanzas. Los paramilitares se multiplican. No sé cuántas muertes han ocurrido. Ojala el jefe guerrillero avance en su decisión de negociar la paz. De parar cincuenta años de inútil sacrificio de vidas. Los demócratas haremos cuánto esté a nuestro alcance para que en una mesa escribamos la más bella página de nuestra historia. Y al final nos abracemos como compatriotas.
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Cortesía: Mónika María Leal Abril
Directora de Comunicaciones
GOBERNACIÓN DE SANTANDER

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