lunes, 23 de diciembre de 2013

Drástica Ley sobre conducción de vehículos

                             Por: Pedro Gerardo Tabares C.
La nueva legislación que entró en vigencia, en cuanto a las drásticas sanciones para los conductores que cometen punibles de lesiones personales y homicidio bajo el efecto del alcohol, si bien tendrá un tiempo de espera en su efectividad, se torna en un principio de responsabilidad social que estaba en mora de legislarse con buen criterio.
En efecto, sin que pueda decirse que no es loable la decisión,  es necesaria porque el Código Nacional de Tránsito Terrestre, tiene  circunstancias que podrían situarse dentro de la utopía, por la falta de aplicación de las pruebas de alcoholemia con los requisitos que ya ha señalado la ley y que lleva a abusos con determinación de esa pericia, por parte de personas que desconocen la delicada misión del Instituto de Medicina Legal y finalizan tomando decisiones con argumentos como “ aliento alcohólico” y por eso desde ahora habrá de tenerse cuidado en la prueba de alcoholemia que se practique para evitar que después de  proceso equiparado a decisión judicial, devenga en la absolución dentro del sancionatorio por  lo que la ley aspiró determinar cómo ejemplarizante.
En estos casos no es solamente la indisciplina social la que debe ser base para tomar drásticas medidas, sino también aquellas que se relacionan con el debido proceso, que por la premura en pretender sancionar por parte de inexpertos, culmina la bondad de la norma en mal peor que constituye la impunidad por la falta de una preparación adecuada de quienes deben actuar a nombre del Estado.
Las frases de satisfacción que la normatividad obtiene de un cúmulo de ciudadanos que encuentran morigeración de los dolores padecidos como consecuencia de la pérdida inesperada de sus familiares en absurdos accidentes de tránsito, no debe quedar truncada con investigaciones equívocas, que en aras de la rapidez culminan en resultado material contrario al buen propósito que el legislador quiso, y que entonces aparezcan mordaces críticas, muchas veces por parte de quienes han intervenido en los proyectos con lamentables o peores consecuencias, para exacerbar la labor del legislativo. El paradigma con frecuencia se toma con orientaciones que tienen otros países bajo la argumentación que nos superan en formación cultural,  pero la concepción entre nosotros para las determinaciones deben estar forjadas con fundamento  en  la idiosincrasia Colombiana que en el campo del transporte se torna complejo por el  mínimo cuidado que se tiene, pues no escapa que la cultura de conducir  se apoye en una mínima disposición para cumplir reglamentos, pues no es extraño que haya necesidad casi consuetudinaria, de cambiar orientaciones para que no haya otorgamiento de licencias espurias, menguando las regulaciones para el comportamiento en las vías en cuanto al respeto, no solo la regulación, sino a las personas, como lo consagra la legislación existente, puesto que hay oportunidades en que después de violar normas, quien lo hace un busca el apoyo circundante para desconocer a las autoridades invocar calidades que consideran suficientes para la impunidad, con apoyo para increpar responsabilidades y equívocas.
Puede pensarse que las drásticas medidas y sanciones traigan consecuencias beneficas, lo cual no ofrece duda, pero acaso sea necesario darle cumplimiento de manera real al ordenamiento que casi todas las leyes traen sobre la cultura de las mismas, y que nos atrevemos a decir, que no se cumplen a cabalidad, así los presupuestos se inviertan, porque para señalar un ejemplo, las consecuencias de la ley anticorrupción de 1995, en la actualidad sólo refleja el desconocimiento por parte de quienes no hace mucho tuvieron a su disposición bienes estatales. Igual sentido recibió la regulación del Código de Tránsito y Transporte Terrestre, cuando se sancionó, el  cual también como todos los códigos, ha sido objeto de amplias y numerosas normas complementarias en los más disímiles temas, respecto de los cuales sólo tienen conocimiento los conductores cuando las sanciones ejemplarizantes los sorprenden.
Desprevenidamente esperamos que la imperatividad legislativa tenga los efectos que quienes intervinieron en ella puedan dar parte de protección colectiva y que quienes desempeñan funciones tendientes a la aplicación sean exitosos con decisiones sin objeto de censura.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Elucubraciones de un ex político

                                    Trafugario
Por: José Óscar Fajardo
Estas son las declaraciones secretas de un abogado político que estuvo sentado en la cresta del éxito, y luego postrado en las frías baldosas del fracaso total política, económica y profesionalmente.
Doctor fulano de tal ¿usted qué opina de la política?
Respuesta: Pues que como la política goza de toda la legalidad que un Estado democrático le puede otorgar a cualquier negocio o transacción comercial dentro de la ley, pues la política es un negocio más donde se invierten grandes cantidades de dinero para obtener el poder de todas las instituciones nacionales con el fin de volver a recuperar el dinero pero multiplicado de una manera fantástica.
¿Y a usted no le da culillo hacer semejante afirmación contra los políticos? ¿No teme represalias?
Respuesta: Y por qué me va a dar culillo si es que estoy diciendo la verdad por que yo fui candidato a la Cámara de Representantes y fui Representante a la Cámara. Lo que pasó fue que gané dos turnos y perdí otros dos y como quedó limpia la ñonga, entonces me tocó quedarme de comentarista político como hacen todos los futbolistas viejos o fracasados que se dedican a comentaristas.  O usted, periodista ¿sí cree en un político pelao, mondao? Porque eso es como uno creer en un mesías que le hace milagros a todo el mundo pero no se los hace a él mismo.  O como el vendedor de lotería que le ofrece a uno el premio mayor pero no se le ocurre comprarlo él.
Pero dígame con sinceridad ¿Usted que opina de la política?
Respuesta: Hermano, que como la gripa, la pecueca, o las paperas, es un mal necesario.
Cómo así; explíqueme
Respuesta: Pues mire hermano. Uno necesita que le dé gripa porque por medio de ella elimina toxinas.  Uno necesita que le dé pecueca para que la gente  sepa que uno patea con ambas.  Y uno necesita que le dé paperas, o parotiditis, que llaman, para que el organismo se auto-inmunice y no le vuelva a repetir ¿me entiende? Lo mismo pasa con la política. ¿Usted sabe de metáforas?  En la política, más que con títulos universitarios y posgrados de prestigiosas universidades, usted aprende a ser abeja, avión, abejorro, divino y adivino, prestidigitador, intérprete de sueños y creador de ensueños, ilusionista, malabarista, billarista con efecto triple al chorizo y especialista en carambolas a cinco bandas y de tas tas, rezandero, sobandero, enderezador de matrimonios, brujo barboseño, abogado y hasta periodista.
Pero yo soy periodista profesional y usted me está ofendiendo.             
Pues eso no se ofenda de a mucho hermanito que de abogados profesionales, médicos profesionales, ingenieros y arquitectos profesionales, etcéteras profesionales, incluso hasta de magos profesionales, es que está llena la fauna de la política en este país.
Pero usted por qué compara los brujos (parasicólogos, metafísicos, mentalistas, etc) con los políticos.
Respuesta: Pues es que eso es claro hermanito; no ve que se las saben todas y además el saludo, sobre todo en estos tiempos de elecciones, es idéntico y dice así: Qué tal, como te va; he pensado mucho en ti; cuéntame tu problema. Y enseguida, tenga el garrotazo de las elecciones.
Pero Doctor X, usted hace afirmaciones muy ofensivas y tendenciosas contra los políticos.
Respuesta: Qué va hombre; no sea ingenuo que ellos leen esta vaina y se mueren de la risa. O es que usted, siendo periodista ¿no los conoce? Y sepa usted que la mayoría de ellos son rebacanos. Porque es que así es la política en todo el mundo y qué problema tan arrecho no estar metido en ella. ¿O no se ha enterado usted qué están haciendo San Martín de Porres y Nelson Mandela allá en el cielo? Ya tienen sentenciado al procurador.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Discusión en boga

                         Por: Pedro Gerardo Tabares C.
Participar en los conceptos nacionales no es cosa fácil, puesto que cada quien orienta e interpreta la normatividad con la facilidad que le permite su filosofía orientadora de decisiones.
Está amainando lo que se considera un tema delicado que se relaciona con la decisión del Ministerio Público al destituir al alcalde mayor de Bogotá, seguramente que con fundamento en el código único disciplinario, pues no es tan fácil examinar una providencia de esa naturaleza cuando no se entra a discutir lo jurídico.
Cuando el derecho se torna en el devenir de las aspiraciones de comprenderlo es más difícil hacer enunciados frente a decisiones que tienen fuerza administrativa y aun podrán ser objeto de las actuaciones judiciales que en la estructura del derecho se permiten.
Las condiciones del país, no dan margen para  hacer lucubraciones, que no atiendan una aspiración sincera para que todos los conflictos que puedan darse en un caso determinado, por interpretación de la ley, se traten con el más sano criterio institucional para evitar decisiones  que con el poder que se tenga, se rompa el espíritu de servicio y el principio de trabajar por el mejor estar de cada uno de los ciudadanos.
No escapa al sano criterio, que una decisión en que se tenga competencia nunca será objeto de responsabilidades por parte de quien interpreta la ley, aunque excepcionalmente algunos intérpretes han hecho tabla rasa de esa concesión constitucional, que no permite la repetición en tales casos.
Simplemente por razón de considerar que la constitución política qie sólo tiene un poco más de la mayoría de edad, en ese tiempo, ha sufrido directrices que la cambiaron con Actos Legislativos y Leyes, que por su número  no consideramos en este momento que sea necesario señalar, para poder observar los permanentes cambios.
Sin embargo, ello se debe a que observemos en forma llana el artículo 323 de la Constitución Política reformada mediante el acto legislativo 02 de 2002, que los intérpretes habrán de tener en cuenta sobre su determinación superior frente a leyes de todos los órdenes para su aplicación, al señalar: “En los casos taxativamente señalados por la ley, el Presidente de la República suspenderá o destituirá al Alcalde Mayor”.
No está por demás señalar que el código único disciplinario tuvo su expedición en el mismo año, pero con la salvedad atrás indicada, respecto del cual en sentencias de la H. Corte Constitucional se ha puntualizado exequibilidades e inexequibilidades.
Tratándose de una situación de puro derecho, comprendemos que cualquier comentario no pasará de ser eso porque sólo trasciende en el mundo material la decisión de quien tenga el poder o  las competencias.
En este sentido es importante que las expresiones que llevan a la interpretación de corrientes que se han tejido alrededor de la nueva concepción constitucional sigan orientándose, por la individualidad que la nueva constitución le dio a divisiones excepcionales como el distrito capital, las zonas metropolitanas y otra divisiones que inciden sobremanera en el tratamiento jurídico para quienes desempeñan la dirección de tan importantes conglomerados.
Por eso el tema es tan delicado que en una oportunidad en que se pretendió fusionar el distrito capital con otros territorios la guardiana de la constitución declaró inexequible el artículo que así lo  institucionalizaba, circunstancia que permite afirmar que si bien es un territorio colombiano con capacidad de representar como capital de un departamento y a su vez tener autonomía como distrito capital, ese territorio tiene normas propias que lo rigen y por tanto regulación excepcional que lleva a citar el viejo postulado que lo especial prima sobre lo General cuando de interpretación legal se trata.
Una visión serena de las decisiones orientara al país con la mejor de las decisiones que le permitan hacer la orientación, puesto que en competencias solamente se indica “ destituir” en la consagración constitucional para otros funcionarios cuando no se habían consagrado las leyes disciplinarias que se han dado en el tiempo.

viernes, 13 de diciembre de 2013

El cambio revolucionario con lo 'Digital'

Carta del Director
El primer boletín de Marketing y Publicidad en español 
Javier Piedrahita
Cómo consumiremos en un futuro        

Estimad@ Bernardo,
Esta semana llegaba a nuestra redacción la nueva revista para la economía digital, lanzanda este mes en Alemania, "Internet Magazin". Una revista que sí va con los tiempos y cuyos editores y responsables lo tienen claro. Porque todo lo que llamamos hoy digital es lo que está cambiando, revolucionando o acabando con los modelos de negocio existentes y los que llegan, en nuestra economía moderna. No existe apenas alguno que se escape del tsunami digital que nos arrasa. Adquirir una buena competencia digital ya no es un simpático accesorio para los que deciden en las empresas. Sino que es algo imprescindible. Sin embargo ni en la política, ni en muchas grandes y no tan grandes empresas de nuestro país, parece que se esté intentando cumplir con ello. Por no hablar de las revistas.¿O ve usted un "Actualidad Económica" o similar en su quiosco de prensa masiva, que no especializada y minoritaria, donde como lema pone la frase bajo su título, "la revista para la economía digital" y cuyo contenido trate al 100% de ello?  Ampliación

sábado, 7 de diciembre de 2013

En qué momento

                                                         Trafugario
Por: José Óscar Fajardo                                                    
No recuerdo en qué año exactamente y cuando el poeta Pablo escobar y el filósofo Rodríguez Gacha mandaban a punta de bombas en Colombia, apareció un libro escrito al alimón como entre diez autores y que tenía, o tiene, este precioso título: “En qué momento se jodió Colombia”.  Y era que diez individuos de alta prestancia nacional, entre ellos Maza Márquez, decían, de acuerdo a su propio pensamiento y a su propia filosofía, en qué momento se jodió el país. Lógicamente que los principales causales de tal desgracia nacional eran las de siempre: la putrefacción parlamentaria y el narcotráfico. Pero como eso ya es leña quemada, pues no recordemos aquellos sucesos que siempre humillarán a cualquier colombiano. No obstante, lo que me parece horroroso es que el Congreso Nacional en un acto de profunda irresponsabilidad y desprecio por los colombianos, le hayan echado tierra al proyecto de ley que buscaba penalizar totalmente a los homicidas borrachos con sus vehículos. Que vaina hombre. De veintitrés artículos con que pretendían meter entre las fauces de la ley a los delincuentes con carro, sólo se salvó uno que es exactamente de los menos correctivos. Yo me hago una pregunta pendeja en vista de que no hay otras evidencias.  ¿Será que hay mucho borrachín en el congreso colombiano, y en efecto defienden sus intereses? ¿Será que Sab Miller y todas las licoreras departamentales y todos los importadores de bebidas alcohólicas y todos los contrabandistas de las mismas les “rogaron” a los congresistas con lágrimas en los ojos y con la rodilla al piso, y otras cosas dolosas, para que no les fueran a joder las ventas de aquí para allá incluido este diciembre? Yo no estoy enjuiciando a nadie; pero dios me libre si fue así. No. Eso no puede ser.
Lo verraco es que en Colombia, como es un país “hiperleguleyo” por herencia y convicción puesto que fue pre-creado, creado, diseñado y dirigido por abogados,  pues entonces todos los días se sancochan leyes que a la postre todo el mundo viola o que a la final no sirven para un carajo. Por decir algo, hoy sale una ley y mañana ya está remedada, tergiversada, trastocada, violada o arrumada. Si es que el que, “jarto como una yegua”, le zampa el carro por encima a un niño o a un adulto, es tan matón como el que saca una pistola y dispara y a eso no hay que ponerle apodos. Es homicidio doloso y listos. Porque si es que el trago sirve de disculpa, entonces el borrachín se convierte en el agente 007 con licencia para matar. Cómo sí en Estados Unidos y en la Unión Europea  es tan grave manejar auto en estado de embriaguez.  ¿O es que nosotros todavía somos antropoides? 
Inequívocamente lo que sí es cierto es que con todos estos desprecios hacia los seres humanos que circulan por las calles y carreteras del país, que es exactamente donde son asesinados, diezmados físicamente, heridos de muerte y finalmente reducidos a la más mínima expresión por los conductores borrachos, lo que están haciendo los legisladores colombianos es abocar a la gente a que aplique y ponga en práctica el código de Hammurabi o la ley del Talión, en vista de que las leyes de la República no existen y si existen no funcionan. Se trata de  ese tenebroso principio filosófico algo cavernario y troglodita que reza fríamente así: “Ojo por ojo, diente por diente”, y que funcionó por muchos años, sobre todo en la época de la violencia, en casi todo el país, y que parece que aún subsiste en muchas regiones de éste.   

viernes, 6 de diciembre de 2013

Mandela vive en el alma de los demócratas

                              Horacio Serpa
                              Candidato al Senado   
Nelson Mandela fue un luchador político contra la desigualdad, la discriminación, la exclusión. Su causa fue por los derechos humanos, la libertad de pensamiento y el respeto a la diferencia. Denunció las arbitrariedades que se cometían contra su pueblo, los abusos, las injusticias. Reclamó, protestó, se pronunció en las plazas públicas, en las calles, en los foros, se levantó en armas contra la opresión.
Mandela fue perseguido, humillado, encarcelado durante muchos años.  Le dolía el sufrimiento de su pueblo y en carne propia tuvo que soportar torturas y vejámenes de la peor índole. Nunca dio su brazo a torcer. Nunca se rindió. Su consigna fue la de no arriar las banderas libertarias mientras a uno solo de sus compatriotas se le desconocieran sus derechos.
La fuerza de los argumentos, su integridad ética, sus sólidas convicciones políticas, demolieron al régimen opresor. Sudáfrica terminó siendo gobernada por su libertador y el mundo entero conoció el ejemplo  de este hombre providencial que logró la paz para su pueblo y generó valiosas instancias de convivencia.
Cumplido su recorrido vital, Mandela seguirá viviendo en el alma de los demócratas del mundo.
Los colombianos tenemos mucho que aprender de la vida y obra de Mandela. Ni la violencia, ni las arbitrariedades, ni la injusticia prevalecen. Pero el triunfo no es consecuencia de la inercia ni se alcanza en la inacción. Hay que actuar, hay que trabajar, con argumentos, sin violencia, para que haya libertad, equidad y convivencia. ¡Lo que importa es Colombia!
Bogotá D.C. 6 de Diciembre, 2013

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