domingo, 31 de mayo de 2015

El alcalde que Bucaramanga necesita

Por Sergio Isnardo Muñoz Villarreal
Esta semana, la Universidad del Rosario y la UNAB reunieron a representantes del Sector Público, Empresarial, ONG's y Académicos  para contestar la pregunta: ¿Qué alcalde necesita Bucaramanga?
Empezaría por decir qué clase de alcalde no necesita nuestra ciudad: Bucaramanga no necesita un alcalde cuya principal misión sea resolver su futuro económico y que, en consecuencia, establezca acuerdos políticos por medio de los cuales comprometa la contratación pública para que algunos concejales y contratistas, a su vez, se enriquezcan a costa del fisco. Ese modelo tiene que terminar.
Bucaramanga no necesita un alcalde despistado, que, por falta de conocimiento, improvise a la hora de administrar, en vez de planificar el desarrollo y que, por desconocer las necesidades reales de la ciudad, avance a vuelta de rueda, en vez de ejecutar acciones ajustadas a una visión de ciudad enmarcada en las urgencias del mundo contemporáneo.
Bucaramanga no necesita un alcalde que, al tiempo que se llena los bolsillos con el dinero de la gente, prepare el terreno para entregar el cargo a un sucesor dispuesto a cuidarle la espalda y, naturalmente, a repetir el ciclo de la ineficiencia y los abusos de poder que han hecho de la gestión pública una misión imposible.
Bucaramanga, definitivamente, no necesita un alcalde que convierta la Administración Pública en un lastre para la conquista del verdadero desarrollo y dejar todo el peso del mismo al sector privado, que, al día de hoy, reclama—orgullosamente—los avances obtenidos en el mejoramiento de la ciudad.
En consecuencia, Bucaramanga necesita un alcalde líder, honesto, responsable, con independencia para desempeñar su trabajo, con conocimiento de la gestión pública, con auténtica voluntad de servicio, con capacidad para hacer del planeamiento el recurso técnico que asegure la ejecución de acciones de desarrollo enmarcadas en una visión de ciudad moderna (ajustada a la globalización) y que convoque a los profesionales más capacitadas para realizar un trabajo a favor de soluciones efectivas para los problemas de la ciudad.
Bucaramanga necesita un alcalde dispuesto a poner orden, a construir y reconstruir lo que sea necesario para avanzar en el proceso de transformación de la urbe, con la mira puesta en un desarrollo económico cada vez más fuerte para asegurar los avances sociales que la gente necesita y que invierta con sinceridad a favor de la ciudad en su conjunto y despeje el horizonte de muchos que hoy caen en las trampas de pobreza que generan desesperanza y agravan el problema de la inseguridad y la violencia.
En suma: Bucaramanga necesita un líder capaz de responder a las necesidades del momento y de mejorar expectativas de vida para las generaciones del mañana, en una urbe moderna, equitativa y educada. (Fuente: Oficina de prensa de la organización)

sábado, 30 de mayo de 2015

Abra el ojo hermanito

                     Trafugario
                                           Por: José Óscar Fajardo
Como todos ustedes saben, estamos en época pre-electoral y eso mueve los cimientos socio-culturales a todo el país. Entonces lo que quiero decirles es que, es muy importante participar en el proceso electoral, así sea votando en blanco porque al votar, usted adquiere el sagrado derecho a protestar. Por eso mismo les advierto que, antes de que la embarren, escojan bien sus candidatos a la Gobernación y a la alcaldía de Barbosa, pero repito, escójanlos bien por las razones que le voy a exponer. Santander es históricamente un pueblo aguerrido en cuyas tierras nacieron grandes empresas de Colombia: Bavaria es una de ellas, pero nada queda allí. Lo mismo ocurrió con ropa El Roble, Transejes, Hilanderías del Fonce y muchas más que desaparecieron por las malas políticas de desarrollo económico de sus gobernantes. En Barbosa hubo fábrica de Aceites y Grasas y una fábrica de gaseosas que hoy podrían constituir empresas prominentes para toda la región. Actualmente en la ciudad solo hay pequeñas industrias bocadilleras y se vive de un lánguido proyecto de turismo que crece a la topa tolondra como los niños ricos pero huérfanos: sin ninguna dirección técnica. Y esto es una reseña diminuta. Con esos meros datos tenemos para hacernos la siguiente pregunta. ¿Qué tal que Santander y Barbosa hubiesen tenido excelentes administradores y pulcros gobernantes desde un principio?  Porque no solo al Departamento sino a toda Colombia la tiene “matada” es la “anormal” corrupción de un gran sector de la clase política.  No es  la clase política total, pero sí una abrumadora mayoría de ella. Aclaro que hoy hay pocas pero buenas empresas en el Departamento. No obstante podría ser mucho mejor.  

¿Culpa de quién? De usted no, amigo elector, sino de muchos “mequetrefes”, o su equivalente, que el día de las elecciones, por una papa, un trozo de carne y una cerveza, se montan en cualquier yegua vieja llena de tantos resabios que cuando  le ponen la silla para montar, lo único que sabe hacer es pear y tirar pata. Por eso amigo elector, antes de que la embarre, abra bien el ojo hermanito, porque como dice en una de sus narraciones  el escritor argentino José Ingenieros, “Los pueblos se merecen sus gobiernos”.  Haga un análisis con buen criterio, con usufructo de la lógica racional y alto grado de sensatez, y verá que a Santander no le va mal si usted vota bien. Porque si a Santander y a Barbosa les va mal, tenga la certeza científica que le va mal también a usted. ¿Que no existen políticos buenos y serios en esta región del país? Sí señor. Políticos buenos sí los hay. Lo que pasa es que hay que usar el ojo biónico y detectarlos. Yo, por mi oficio periodístico de dos décadas y media, conozco personajes de la política que han hecho mucho por Santander y Barbosa y por Colombia. Mi cuarta novela tiene como título “El mentiroso más elegante de este país”, pero no me vayan  a preguntar quién es porque no les voy a decir. Lo que sí reitero es que en Santander y en Barbosa, hay políticos que son viables y rentables, necesarios y útiles para el desarrollo regional. Cuenta la leyenda que el rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba. También es cierto que en Santander y en Barbosa, hay políticos que convierten en éter y gas todo lo que tocan. Por ahora no doy nombres de quiénes  pueden y deben ser los verdaderos administradores de Santander y de Barbosa porque apenas empiezo una serie de columnas de carácter político. Y dar nombres por adelantado estaría colapsando la estructura periodística que me he craneado para hacerlo. Ya verán.

lunes, 25 de mayo de 2015

Les salió general el Coronel

                                                     Trafugario
Por: José Oscar Fajardo                                        
Y no les estoy hablando del coronel Aureliano Buendía, el de Cien años de soledad. Hago alusión directa al coronel Hugo Aguilar Naranjo, quien cumpliendo parte de su condena como se lo impuso la ley, acaba de abandonar las mazmorras del Estado. El jueves último, en la tarde, la calle 37 a la altura de la Gobernación, fue el escenario fortuito donde volvió a aparecer en el campo de la política este hombre que a su relativa poca edad, ya ha dado bastante para hablar y también para escribir. Ahora sólo falta que se le aparezcan una Ursula Iguarán a su medida, un gitano Melquíades que le ayude a resolver todos los entuertos de difícil solución, y las mariposas amarillas de Mauricio Babilonia. Esto lo expreso yo en una especie de metáfora política. Porque es que a este señor, no sé si recurriendo a la magia de sus palabras o a su “bocadilloso” carisma y a su generosidad de buen padre, ha logrado que la gente lo quiera. Y no que lo quieran poquito sino que lo quieran mucho. El parque estaba lleno por todos los sectores y por todos los rincones y estoy totalmente seguro que no era de curiosos. El pueblo allí reunido no lo hacía por zalamería y esnobismo. La gente allí centrada era porque le salía de alma estar allá.
El ser humano tiene a su servicio el prodigio de la inteligencia racional. Pero, sin lugar a dudas, es mucho más prodigiosa su memoria. Y la gente suele recordar con gratitud a aquellos personajes que le ha sido útil en la obtención de sus metas y en el positivo logro de su destino. A aquellos que pusieron un granito de arena en forma para darle forma a su suerte. A aquella persona que no sólo les regaló el pescado sino que también los enseño a pescar porque esta es la lógica del mundo de hoy. Que le enseñen a pescar pero que también le faciliten los medios de pescar. Porque de qué le sirve a un individuo toda la preparación intelectual, profesional y laboral del firmamento, si sus propios gobernantes no lo reconocen. Yo vivo convencido que a los nativos de la provincia de Vélez, en gran medida, nos conocen o saben de nosotros no sólo en Colombia sino en otras latitudes del mundo, por el bocadillo veleño. Porque somos su origen. De igual manera, también estoy totalmente seguro, que en todos los rincones del mundo, oído, en todos los rincones del mundo, nos conocen, y perfectamente, por García Márquez y Botero en las Bellas Artes, por Rodolfo Llinás en Neurociencias, por Falcao y James en el fútbol,  por sus bellas mujeres tan bellas como sus flores, por sus preciosas esmeraldas y, también, admítanlo o no, por el Parque Nacional del Chicamocha, PANACHI.  Después de la encuesta realizada en Internet para elegir las siete maravillas modernas del mundo, el que lo dude es un individuo estancado en el pasado como la muralla china. ¿Y quién carajos lo hizo?
Por eso el regreso del coronel fue apoteósico. Y su discurso, me causó curiosidad, fue  más lírico que  político. Echó su corazón al viento y recalcó su amor por Santander como lo hizo otrora Pablo Neruda por América en su Canto General. Sus palabras parecían más, versos románticos que simples frases políticas y eso le encantó a la gente. Y ese cambio de tercio en su estilo de hacer política, tal vez inducido por su amarga experiencia de la cárcel, es mi presagio personal, va a poner contra las cuerdas con conteo de protección y al borde del nocaut final a todos sus contrincantes políticos. Por eso Carlos Fernando Sánchez deberá interpretar con perfección su partitura política. 

viernes, 22 de mayo de 2015

COMPORTAMIENTO PROCAZ

Por: Gerardo Delgado Silva
Es tanta la importancia de la justicia, que hasta la monarquía teocrática le rinde homenaje y le paga tributo desde los más antiguos tiempos.  “El rey que castigue a los inocentes y deje impunes a los culpables – dice el código de Manú - , se cubre de la mayor ignominia y va al infierno”.  Y cuenta la Biblia que Salomón cuando Dios le dijo: “Pide lo que quieres que yo te dé”, contestó: “Da, pues, a tu siervo corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para entender entre lo bueno y lo malo”.  Heródoto refiere el caso de Deioces, que llegó a ser rey de los medos por la rectitud de sus fallos. 
Y es que indubitablemente, la justicia consiste en aplicarla interpretando fielmente su letra, con arreglo al sentido moral que constituye su espíritu.  Por eso toda la justicia reposa en los principios éticos de carácter fundamental, que contiene la Constitución, y que fijan al Derecho su verdadero sentido.
Es que tenemos que tener fe en la justicia, en los Magistrados que la representan, porque de no ser así, más próximo estaría el abismo insondable que nos amenaza desde los vendavales injuriosos del anterior presidente contra la Administración de Justicia.
Desde esa época, surgió la ignominia del Señor Uribe Vélez, con sus furias propias del haberno, vejando, y conspirando abiertamente contra la justicia, que fue para los griegos un regalo inapreciable de los dioses.
Clasificada por Radbruch, entre los valores absolutos, como el bien, la verdad, la belleza.
Escandalosas y paranoicas manifestaciones de inconformidad del Señor Senador Uribe Vélez, en contra de la Corte Suprema de Justicia, por las sentencias condenatorias contra los Ex – ministros Sabas Pretelt y Diego Palacios, como también contra el  ex –secretario Alberto Velázquez por los delitos de cohecho que condujeron a su re- elección presidencial en el año 2006.  Sentencias indubitablemente proferidas con sujeción al Imperio inexcusable de nuestro orden jurídico.  Fundadas esas sentencias en los preceptos básicos, sobre los cuales se asientan los principios del bien, del derecho, y de la justicia en nuestra patria,  de acuerdo con el sentido moral vigente, esto es, tal como los concibe la conciencia social del pueblo y los expresa, con mandato el legislador.  Cuando un ciudadano viola esos preceptos legales, sobreviene la reacción del Estado, osea, la sanción. 
Maggiori nos dice que: “la lucha contra la delincuencia es lucha por el mantenimiento de las condiciones de la vida civilizada y por la promoción de una moral más alta”,  “aquel súmmum bonum que es el fin último de la convivencia humana”.
Ese turbión ominoso contra la justicia, evoca la ignominia que viene desde su gobierno y refleja con acusadora precisión el aquerenciamiento con tantos delincuentes, - Jorge 40, quien conformó con sus numerosos paramilitares, lo que denominó  como comandos electorales -, un suceso sin órbita.  Ahí están los genocidios, llamados eufemísticamente “falsos positivos”.
Estas escandalosas y paranoicas manifestaciones del Senador Uribe, son un febricitante vértigo de culpa, porque no entiende, ni quiere entender, ni puede entender, el respeto que se debe al Estado Social de Derecho, cuya protección pacífica corresponde a los jueces, la esencia misma de la Democracia.  Una de las más tristes tragedias de la Patria.
La historia nos ha demostrado plenamente, que la peor desgracia que puede acontecerle a un pueblo, es no respetar la administración de justicia, que entre nosotros es impartida por los jueces en nombre de la República, y por autoridad de la Ley.  La más sublime de todas las dignidades, que puede tener el ser humano.
Quiere el Señor Uribe Vélez sacralizar las prácticas degradantes y repugnantes de quienes fueron sus funcionarios evidentemente corruptos, declarándolos víctimas inocentes de una conspiración de la justicia, y concretamente de la Corte Suprema.  Ha inaugurado el Señor Senador, la nueva edad de la mentira.  Cree malintencionadamente que con afrentar a jueces, magistrados y fiscales, soluciona el problema delictual de sus electores parapolíticos que ya están sentenciados y de sus subalternos sin principios, que conmoverá a la Nación por generaciones.
Es fácil explicar esta clase de iniquidades contra nuestra administración de justicia.  Bien se advierte que al ignorar el don de la justicia, sin controlar su ira y desmesura y porque no está a su alcance jurídico, el Senador Uribe no podía, ni puede analizar el acervo probatorio de los procesos en forma racional o discursiva, es decir, con una actividad lógica y dialéctica, como lo haría un jurista, sino desviando su significación como lo hacen los rábulas del derecho.   
Episodio como los otros, de desprecio por el país y la democracia.  Imposible de concebir en otros tiempos.  Aquellos de Uribe Uribe, Herrera, Eduardo Santos, Darío Echandía, Alfonso López, Gaitán, los dos Lleras, que en medio de la tempestad mostrando su hombría de bien y nutrieron con la savia ideológica de su pensamiento el discurrir histórico de la nació.  Fueron sin lugar a duda guardianes insomnes de la moral pública y la justicia.
¿Es una causa noble que inspira al Senador?, Jamás.  Una causa noble no puede por definición amparar comportamientos indignos.
Como se vé, en el gobierno del Señor Uribe se le dio cumplimiento a la sentencia de los romanos: “ La corrupción es  lo mejor de lo peor”.
Ante la avilantez del Senador Uribe, el Doctor Jaime Arrubla quien fuera brillantísimo Magistrado y Presidente de la Corte Suprema en el año 2010, expresó ante el acontecer de estos días, del Senador Uribe contra la Corte: “Es una infamia”.

viernes, 15 de mayo de 2015

El glifosato en cultivos ilícitos y lícitos

La diferencia de la fumigación aérea y manual
Por:Bernardo Socha Acosta
A veces quienes estamos en los medios de comunicación, nos dejamos impresionar y nos convertimos en objetos de uso de quienes quieren desinformar a la opinión pública y hasta sacarle dividendos a las confrontaciones.
Esto viene ocurriendo con el debate del GLIFOSATO.  Resulta que el glifosato sí, se puede utilizar sin grave riesgo, para labores domésticas en los cultivos de variados  renglones agrícolas y de hecho se viene haciendo hace muchos años. No es que sea lo mejor, pero pasable si se sabe utilizar.
Pero es que una cosa es utilizarlo en forma doméstica o controlada, y otra utilizarlo de forma AÉREA, acción en la que su efecto es descontrolado y la aspersión le cae por parejo a todo, más la contaminación general del ambiente.  Esas diferencias son las que debemos tener en cuenta y no hablar sin diferenciar los efectos que se causan. Aquí es donde los que se dicen enemigos de la suspensión del Glifosato, quieren aprovechar para hacer lo de los ESCRIBAS  y fariseos  y decirle a la opinión que suspender  las aspersiones aéreas del glifosato es un sacrilegio, pero se reservan decir que los efectos del Glifosato son mortíferos.
Si para fumigar en forma doméstica (con equipo portátil) con GLIFOSATO una parcela o una cuadra utilizada para el pastoreo de ganado,  se  debe hacer muy temprano en la mañana, cuando las corrientes de aire están quietas, se entiende por qué la fumigación AÉREA tiene tantos efectos negativos, de los que los contradictores, pareciera que quisieran eliminar por parejo.
Escuche a un señor Uribe (no Álvaro) por una Cadena Radial, pero se le notaba el afán de decir todo lo supuestamente perjudicial eliminar las fumigaciones con glifosato. Lo que en ningún momento dijo, fue que las comunidades que se hallan en zona de fumigación aérea están quedando en la física pobreza y cargados de graves enfermedades por las fumigaciones.
Lo que los periodistas por sentido común debemos tener en cuenta es que la fumigación aérea mata  lo que encuentre a su paso y causa una contaminación general del ambiente. Revisando sobre las fumigaciones encontré el siguiente artículo de la Ingeniera agrónoma licenciada en biología, Elsa Nivia, que nos ilustra sobre el tema:
Fumigación con glifosato: efectos nocivos
'El uso de herbicidas de amplio espectro aplicados por vía aérea con el fin de erradicar los cultivos ilícitos causa graves e innecesarios problemas de salud en personas y animales, contamina suelo, aire, agua y alimentos, y destruye cultivos básicos, animales de cría y peces base de la sobrevivencia de comunidades campesinas e indígenas, y atenta contra la biodiversidad.
Introducción
Los efectos ambientales y de salud causados por estas fumigaciones aéreas se suman a los que genera el uso agrícola normal de plaguicidas, el cual es legal y basado en el modelo de producción agrícola conocido como la revolución verde, en boga desde hace más de medio siglo, y que se basa en monocultivos, irrigación, crédito y uso intenso de fertilizantes y agroquímicos tóxicos con licencias de venta.
Por tal razón, no es aceptable que las autoridades justifiquen la estrategia de "erradicación" con el argumento de que los plaguicidas contra los cultivos ilícitos contaminan ya que estos se usan también en los cultivos lícitos de todas las zonas agrícolas de Colombia. Desafortunadamente se seguirán utilizando irracionalmente en tanto los gobiernos no instrumenten políticas eficaces de control de los agrotóxicos y de impulso a la producción ecológica u orgánica.
Cuando se fumigan por vía aérea los cultivos ilícitos con herbicidas de amplio espectro, se afectan simultáneamente cultivos alimenticios vecinos o intercalados, fuentes de agua, ganado y animales domésticos, escuelas, viviendas, la población y las especies de flora y fauna de áreas selváticas aledañas.
Puede afirmarse que las fumigaciones aéreas de herbicidas sobre cultivos ilícitos que se realizan en Colombia no tienen precedente en la literatura científica. Además, las fumigaciones aéreas sí constituyen un grave riesgo para la salud humana y animal y el ambiente en general.  Leer mas

sábado, 9 de mayo de 2015

Derechos y cultura ciudadana

                 Trafugario 
          Por: José Óscar Fajardo 
Para completar mi columna anterior en la que hablé de la horrorosa cultura ciudadana en Barbosa relacionada con la paz y la sana convivencia de la gente, creo que en alguna parte aclaré, sin embargo vuelvo a repetir, no es sólo en Barbosa sino a todo lo largo y ancho del país. Como estamos en un periodo preelectoral y de hecho candente, es bueno que algunos periodistas  que ejercemos opinión a través de nuestras columnas, hagamos claridad en que no sólo es pésima cultura ciudadana llevar la chandita a que defeque en el corredor o el jardín del vecino, estacionar la camioneta cuatropuertas con claros indicios mafiosos en la mitad de la cuadra para ponerse a beber chirrinche embazado en botella de whisky y ametrallarlos a todos con unas pinches rancheras de pacotilla, endosarle las bolsa de basura de quince días atrás repletas de sobras de pollo no tanto asado sino podrido para que los vecinos y los chulos degusten su aroma, orinar en los guardabarros y/o hacer popo detrás de la camioneta pero a ojos vista de toda la ciudadanía, decirle piropos vulgares a las peladas que van para el colegio o para la universidad, apagarle la colilla del cigarrillo barato en las costillas del compinche de tragos y fuera de eso decirle, “lleve por pichurria pedazo de…, pasar cuatrocientas veces por el frente de la casa de la muchacha de ojos azules que le fascina con una chatarra de moto sin el mofle y así sucesivamente hasta N factorial, es decir hasta el infinito, sino otras bobaditas que aumentan la imbecilidad.
Porque si fuera eso no más, yo creo que todo valdría “güevo”, así con diérisis y g. Lo verraco es que también es perversa cultura ciudadana, y fuera de eso la más rastrera bajeza, ir a donde el vecino para “podrir” al muchacho o señor, políticos, que quieren poner su nombre al consejo municipal, con el fin de advertirle que, cómo carajos va a votar por ese individuo si aparte de bazuquero es falso y ladrón y como si eso fuera poco que todas las noches le pega a la mamá. Es decir a podrirlos. Que vende drogas ilícitas y vainas robadas y que no sale de las casas de lenocinio así no haya una en cien kilómetros a la redonda. Después que ese infame chisme se difunda por toda la ciudad ¿quién va a votar por él?. Y eso es una abominable “cultura ciudadana” porque no sólo acaba con un posible o potencialmente buen candidato, sino que además le está echando encima toneladas de excrementos a los sagrados derechos de un ciudadano y de paso a la democracia. Todo para hacer ver que él, el miserable chismoso con lengua de meretriz callejera, sí es todo un dechado de virtudes éticas y morales, laborales y profesionales, por quien todos los individuos vivos y muertos, como en la novela de mi autoría,  El Candidato de los difuntos, deben votar. A esta ralea de tan execrables bichos, ténganles pavor.
Porque si hay una acción o práctica social en la que los individuos demuestran en realidad su verdadera condición racional, moral e intelectual, es precisamente en el quehacer político. Si se tiene claro que la Cultura es todo lo que abarca la cotidianidad de las gentes en su discurso de la existencia, y que la actividad política es un apéndice de la Cultura de los pueblos, habremos avanzado, lo expreso en forma de metáfora, hacia la inmortalidad del alma. Estoy seguro que si recuperáramos la verdadera filosofía de la política, en su esencia y en su sentido estrictamente social, Colombia y Santander no estarían ni estarán tan mal.  

martes, 5 de mayo de 2015

Negación de la Pedagogía

                   Por Gerardo Delgado Silva 
Sin adjetivos patéticos y sin tono declamatorio, la pedagogía aspira a cumplir la misión de formar hombres y ciudadanos auténticos, para  la libertad y la justicia, bajo cuyos signos cumple la humanidad su destino por el camino de la democracia política y social. 
El comportamiento de los profesores en el País, suspendiendo sus labores, va en contra de los principios básicos de la civilización que aspira a que el “derecho de huelga, salvo en los servicios públicos esenciales, definidos por el Legislador”, se realice dentro del marco del dialogo y la persuasión racional. 
Evidentemente, “Son derechos fundamentales de los niños: La vida…. El cuidado y amor, La educación y la cultura….Los Derechos de los Niños prevalecen sobre los derechos de los demás”. 
Es una tragedia para los niños alumnos colombianos, que les marchita sus ilusiones a la primera luz. 
Al parecer no ha alcanzado el país a medir las proporciones de este paro de profesores – me abstengo de llamarlos maestros -.   Ninguna reacción verdadera que pueda considerarse como una reacción social colectiva.  Parece que en la Patria  no estuviera pasando nada.  Y sigue en cambio el curso tortuoso de los acontecimientos, que distorsionan la misión pedagógica con descarado cinismo, que se suma  a la insensibilidad de los señores del paro. 
Eso es mucho más de lo que un país puede soportar, y llegar a entender. 
Las posibilidades de realización de una sociedad, están ligadas a su autonomía cultural.  Salta, pues, a la vista, la importancia de la educación en una sociedad: ella puede servir, para impulsarla dentro de su autenticidad, sea para liberarla cuando la haya perdido, o para sumirla en la dependencia y la enajenación. 
En otras palabras, las posibilidades de realización de una sociedad están ligadas a su autonomía cultural y sin imposiciones ajenas. 
Es temprano para saber a ciencia cierta que políticos de la oposición a la paz y al gobierno, están detrás de esta conducta de los educadores, que contrarían el camino  recto y que parece que no entendieran de modo cabal cuál es su elevadísima misión y en qué consisten sus responsabilidades. 
Toda la patria, tiene sobrada y reconocida autoridad moral para fijar una posición de franco rechazo a cuanto se viene urdiendo de tiempo atrás en el sector político “Centro Democrático” del Señor Alvaro Uribe Vélez. 
Se hace indispensable la culminación de un gran movimiento patriótico que convoque a todos los colombianos en defensa de su dignidad  y su independencia como pueblo.  Los partidos políticos, Las fuerzas armadas, El Congreso de la República, El Poder Judicial, El Clero en su apostolado, Las Universidades con sus profesores y estudiantes, deben formar la gran vanguardia que llame a la unión sagrada del país, en busca del mantenimiento de la integridad nacional – sin niños confundidos tristes y olvidados por sus profesores – y los valores jurídicos y morales que le sirven de soporte. 
O sea una forma de reconocer la intangibilidad y dignidad de la persona humana como tal, y rechazar ese quebrantamiento de nuestras instituciones en punto tan decisivo como la educación.  El comportamiento de los señores educadores, es la muestra más aberrante del desarraigo, la pérdida de identidad, y la destrucción de los lazos sociales, formales e informales, que recubren y protegen a los menores como miembros más vulnerables, nada menos que el futuro de la Patria. 
Considero pertinente, en estos momentos, hacer alusión a mi queridísima madre Leonor Silva de Delgado, una eximia maestra, que llevo su devoción por la docencia a todos los campos de la vida, adornando también la vida de la sociedad santandereana, con calidades y excelencias ejemplares, con el ropaje y adorno de la hidalguía cristiana.  Grande espectáculo de una fe firme, tranquila, gigantesca, granítica, como las enormes montañas de nuestra tierra santandereana que se doran al cielo. 
Símbolo de una civilización humanista que enalteció con su inteligencia y erudición, y ennobleció con su virtud y dignidad, dedicada a hacer la luz a sus niños alumnos. 
Creo yo que con su estatura de verdadera maestra, egresada al principio del Siglo Pasado, de la Normal de Señoritas de San Gil.  El título más grande para el ser humano, es   indubitablemente el de Maestro. 
Al evocar a mamá, surgen más límpidos que nunca los vínculos con los que fueron sus alumnos, que han sido por muchos años verdaderas luminarias en diversas profesiones, porque ella lo que formó fue patriotas y caballeros con altos ideales, dándoles una dignidad trascendente a la vida. 
Así se lanzó por ejemplo a la conquista de la vida, Carlos Augusto Noriega, con el nombre de la patria en sus labios: como Ministro en el Gobierno de ese gran hombre que fue Carlos Lleras Restrepo,  Embajador en España, Portugal y la ONU, Parlamentario connotadísimo, con oraciones suntuosas, reflejo de las recitaciones aprendidas de Mamá Leonor, así me lo expresó en una ocasión, como un privilegio maravilloso. 
En una de sus obras intitulada: “Mis anti memorias”, deja escrita su gratitud con Mamá: “… en tercer año la fortuna me deparó una maestra, Leonor Silva de Delgado, a quien no puedo terminar de agradecerle cuanto me entregó y me sirvió para mi formación.  Vivió algo más de 102 años,  cuidada por el amor solícito de su hijo único, Gerardo Delgado Silva, profesional del Derecho que en Bucaramanga, exhibe una brillante carrera y el desempeño pulcro de altas posiciones, a quien me une estrecha amistad”. 
“Mi maestra de honor, además de los muchos conocimientos que nos impartió, perfeccionó conmigo lo que las anteriores maestras venían ensayando, convertirme en empecinado recitador.  Por las tardes, al terminar las clases, pasaba por su casa para aprender todo género de poemas, exaltación a los sentimientos religiosos, a la patria y a sus insignias,  a los próceres, a hechos históricos de resonancia para declamarlos en cuanta ceremonia, y eran frecuentes, convocaba en la escuela a Padres de Familia y ciudadanía  en general …” 
Carlos Augusto, fue un jurisconsulto trasladado al campo de la conciencia social. 
Quiera Dios, que en estos momentos aciagos de iniquidad para con los niños, se haga la luz en el desorden que rodea al Magisterio.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...