sábado, 4 de marzo de 2017

Los temores de la explotación minera en San Turbán

Romper así la montaña es como cortarse las venas
Autor: Jorge Ortiz Prada, Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana
La primera gran amenaza que tiene el páramo de Santurbán hoy es la destrucción de su territorio en caso de que llegara algún proyecto de minería a gran escala.
La empresa Minesa-Sociedad Minera de Santander S.A.S.-, que de santandereana no tiene nada, es la que lidera en pretensiones la explotación de oro, plata, cobre, manganeso y 50 elementos más que se encuentran en territorio de Soto Norte.
Minesa lleva varios días convocando a las comunidades de California y Suratá, especialmente, con el propósito de “socializar” su Estudio de Impacto Ambiental -EIA- que requiere en el proceso para obtener su licencia de explotación en California.
Pero ha encontrado poblaciones en las que sus habitantes no creen a pie juntillas el mensaje incompleto que la empresa transmite. La empresa presenta bellezas de tipo económico y social, y advierte que los daños ambientales son mínimos. Cuando se les indaga por las características técnicas del proyecto, los funcionarios de la minera señalan que no las pueden dar a conocer.
La gente en Soto Norte se pregunta: ¿qué pasará con el agua si se construye un túnel de 10 kilómetros de largo que la empresa necesitaría para transportar el material entre la mina La Bodega, en California, y el sector conocido como Padilla, en Suratá? La misma gente se contesta: se nos acaba el agua, se secan los nacimientos, se rompen las corrientes subterráneas.
A modo de comparación, un túnel de esa longitud sería mayor que el de La Línea, que mide 8.6 kilómetros. Adicionalmente, para que se justifique la inversión de la minera, el túnel tendría que tener un ancho mínimo de 12 metros, si bien las volquetas que transportarían el material y que cargan hasta 300 toneladas, tienen un ancho que puede llegar a ser de 6 metros, similares a las que se emplean en la mina de carbón en el Cerrejón. La razón de estas dimensiones es simple: mientras una volqueta lleva el material, la otra regresa desocupada. Las dos se encuentran en determinado punto del trayecto y ello implica el ancho señalado o uno similar.
Más grave aún, en opinión de los californianos, es saber que no será el único túnel, sino que la montaña será perforada de manera infinita, hacia los lados, hacia abajo y hacia arriba en busca del mineral, así los taladros inicien su trabajo en la cota de 2.640 metros, como lo ha anunciado la propia empresa.
Por eso, la decisión de los pobladores en Soto Norte es rechazar el megaproyecto minero. Con firmeza, mujeres y hombres han cuestionado ante los ingenieros de la empresa las “conveniencias” del proyecto y han rechazado las medidas intimidatorias que las mismas autoridades comenzaron a ejercer contra los mineros artesanales de la zona que buscan y rebuscan su sustento en minas de la región, en una actividad llamada galafardeo y quienes la practican son denominados galafardos.
Al menos 30 mineros artesanales o pequeños y medianos mineros se encuentran judicializados hoy por esa práctica. De acuerdo con los testimonios de la misma comunidad, a los galafardos se les plantea la posibilidad de declararse culpables de algunos delitos para recibir como beneficio la casa por cárcel, situación que rechaza la ciudadanía.
Mientras avanzan los procesos, cada día se siente y evidencia un mayor rechazo ciudadano frente a la llegada de la gran minería. Aunque la empresa MINESA siga convocando a los ciudadanos, y en las reuniones se tomen fotos y se hagan videos para “demostrar” que se cumple con los requisitos, estos ciudadanos anuncian de viva voz que no están de acuerdo. “Romper así la montaña es como cortarnos las venas”, puntualizan.  
MCC Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana

¿Encuentro departamental de conciliadores?

      Por Héctor Hernández Mateus
Email: conciliadorbucaro@gmail.com
“En el Posconflicto la Justicia es Hablando” título de convocatoria cursada a Conciliadores en Equidad quienes en apostolado verdadero, buscamos que desde la fuente de las diferencias, mediante el dialogo, se solucione y mejore la convivencia. Pero más allá, ser componedores de tejido social, aclarando que, nuestro servicio es gratuito, tanto para el estado como para los usuarios, pero todos tenemos voluntad de servir.    
He sido crítico de las deficiencias, señalando los encumbrados funcionarios, además de quienes equivocadamente, toman este apostolado, como opción de lograr sustento, perdiéndose la filosofía de la figura como Conciliador en Equidad. Mi posición fundamentada, se corrobora ya que, por persona lejana de nuestra Área Metropolitana fue que tuvimos conocimiento de la posible actividad, financiada por la gobernación de Santander y ejecutada por la Universidad Nacional, consistente en jornadas de Conciliación en 34 municipios y un encuentro en nuestra capital. Nunca algún funcionario de la oficina de la Secretaria del Interior nos dio fehaciente información y solo vagos indicios, que funcionario de Bogotá adelantaba, reflejo de la forma como se dispersan dineros, cuyo objetivo es favorecer población especialmente vulnerable, en tener acceso a la justicia, para encontrar solución a los conflictos y evitar actos de violencia. No es nada nuevo el marasmo en el manejo de estos convenios que buscan favorecer el desarrollo y visibilización de la Justicia Comunitaria, mecanismo efectivo para lograr mediante el dialogo superar diferencias.
Inaudito que en oficina de Secretaría del Interior no supiesen sobre este programa, anunciado para iniciar el último día de febrero.  Tengo conocimiento de antecedentes, fáciles de  constatar, sobre los malos resultados al final de tales convenios y el manejo caprichoso por parte de quienes ejecutan o desarrollan tales programas.
El manejo de los temas de la paz requiere no solo las cuantiosas sumas invertidas en los convenios, sino la efectividad en resultados de las mismas. Bucaramanga y su Área Metropolitana fueron soporte para que la figura de la Conciliación en Equidad no se acabase, su efectividad comprobada en seguimiento hecho por institución educativa, además de la coherencia en sus actores y el grado de confiabilidad por parte de la comunidad, que conoce la figura; además Girón fue el primer municipio de Santander en tenerla como política pública, desafortunadamente los mandatarios no se han preocupado por apalancar, de manera efectiva, tal como se evidencio a final de año pasado, cuando hubo convocatoria por parte del Ministerio de Justicia y ni el mismo, ni la oficina correspondiente de Girón, atendieron la solicitud de facilitar, solo los pasajes. Momento de reflexión para ser verdaderos actores en búsqueda de la paz, después de la guerra.             

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