lunes, 19 de noviembre de 2018

Las encuestas presagian que el gobierno va por mal camino

Por: Bernardo Socha Acosta
Con gran sorpresa y para muchos con notorio asombro,  los medios de comunicación registraron la lamentable caída de popularidad del presidente de los colombianos, Iván Duque, a tan solo 100 días de gobierno.
Según la encuesta de Invamer para Semana,  Caracol, y Blu Radio, el presidente Duque bajó su popularidad de 53,8% a 27,2%, en un hecho inusual para los jefes de estado en Colombia comenzando su mandato.  Esos resultados se han visto  pero tras cuatro años de gestión, pero repito, no para los primeros 100 días de gestión, cuando el pueblo todavía disfruta de las mieles del triunfo.  Pero en esta ocasión no fue así. Los tragos amargos de lo que podría ser el futuro, desalentó hasta sus más fieles seguidores y simpatizantes.
Es realmente lamentable porque ya muchos colombianos que miraban la elección del señor Duque desde la otra orilla, se habían ajustado con optimismo a las propuestas iniciales, antes del anuncio de la Reforma tributaria  en la que se castiga severamente a las clases populares y se exonera de cargas impositivas a los empresarios.
Si solamente el 27.2% de los encuestados aprueba el desempeño del gobierno, significa que ni quienes lo eligieron están satisfechos en los primeros 100 días, a pesar de las expectativas que habían.
No se equivocan, al parecer, que el lunar de la inconformidad nacional, radica en un Ministro de hacienda que por congraciarse con los grandes organismos financieros internacionales, y asegurar plata para la fronda burocrática, preparó un proyecto de Ley de Reforma ignorando todos los parámetros de la justicia social y de equidad;  es decir cargando de más impuestos a la clase trabajadora y exonerando a los más ricos. Claro congraciándose con su jefe, el presidente Duque y toda la franja de su clase y burlándose descaradamente del pueblo trabajador que no alcanza a sacrificar las 24 horas del día para devengar un mínimo sustento para sí y su familia, pero ahora también a destinar más cargas impositivas para alimentar las arcas oficiales  que año tras año  se han convertido en un estado alcabalero sin contemplación, asemejándose a la era colonial del dominio de la corona.
Ilustración de la Revista Semana
Es que pretender gravar el 80% de los productos de la canasta familiar, incluir ese IVA  para la compra de vivienda usada, para la compra de un simple ladrillo, etc, ect. es por demás abusivo,  atrevido e irrespetuoso  del derecho ajeno. Esa es la razón por la cual los encuestados, en un 73,8% afirmó, que siente que las cosas van “por mal camino” y parece que no se equivocan. Es que ese ministro con la anuencia del presidente Duque, quiere saltar por encima de los 45 millones de colombianos y de los más de 18 millones de ciudadanos que participaron para decidir  en las urnas quién debía de ser el presidente de Colombia.
En este sentido, la voz y la decisión, la tendrá el Congreso de la república que ya tiene en su poder  el proyecto del azote y el descalabro del pueblo trabajador colombiano.  Esperemos cuál es la fuerza de los Padres de la patria, llamados a defender a sus electores de los abusos que se pretenden legalizar con el nombre de financiamiento, cuando a la luz de la verdad en una Reforma TRIBUTARIA  abusiva en detrimento del pueblo.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Se viene el cuatrienio negro para los colombianos con la Reforma Tributaria

Por Bernardo Socha Acosta
Con la nueva Reforma Tributaria que el gobierno pretende que el Congreso de la República apruebe, Colombia estaría a un paso de convertirse en la nueva Venezuela. Y entenderlo es muy sencillo. Si el 80% de los productos de la canasta familiar quedan gravados con el IVA, el consumo de esos productos bajará irremediablemente. Óigase bien, el CONSUMO disminuirá porque las familias no tendrán capacidad de compra, y si no hay igual demanda en el mercado de esos productos por el gravamen del IVA, pues lógicamente no se venderán y los comerciantes tendrán que no volver a adquirirlos porque no se venden al mismo ritmo que antes. Entonces la fuente primaria (el campo) tendrá que dejar de producir artículos que no se venden y el resultado será el temible fenómeno del hambre  que comenzará a rondas las ciudades, escasez  que desesperará a los más pobres de las ciudades, que no tendrán otra alternativa que emigrar a otro país donde se esté produciendo para encontrar alimentos. Pero ese no será el único problema, habrá otra situación que será el orden público generado por los fenómenos la inseguridad, y de la violencia no solo guerrillera, sino la violencia que generan los que pasen a integrar las franjas de la MISERIA  o pobreza extrema.
Ya los gremios del país  que son consecuentes de cómo se maneja la producción nacional, lo han advertido, pero parece que la ignominia  contra el pueblo colombiano y especialmente contra las clases bajas y media es la consigna del gobierno, consigna que parece más una teoría dictatorial, que la cacareada democracia de un país víctima de todas sus riquezas, al que solo los impuestos contra el pueblo son las fórmulas para reponer los saqueos que buena parte de la politiquería a través de los contratos y otras artimañas se roban y la disfrutan de frente a los ciudadanos.
Y aquí si habrá necesidad de confían en la sensatez y respeto popular de Representantes y Senadores que el pueblo ha elegido para que lo represente en esa gran junta directiva de gobierno que 10 millones de ciudadanos de buena fe escogieron. Entonces el Congreso de la república tendrá la última palabra y si no se remedia ese FANTASMA  que el gobierno a través de un Ministerio cuestionado por sus antecedentes, preparó con desaforada fanfarronada y apetito de arruinar a los colombianos de más escasos recursos.
De pasar ese proyecto de Ley de Reforma Tributaria, al que le ha puesto una máscara para engañar irrespetuosamente a los colombianos, (ley de financiamiento) el pueblo  tendrá que prepararse para afrontar el   cuatrienio más negro y azaroso que haya vivido un pueblo, después del intento alcabalero de la Corona española, en 1.781, cuando Manuela Beltrán rompió el edicto fijado en el Socorro con la nueva tabla tributaria, hecho que dio inicio a la Revolución de los Comuneros. Y si el proyecto de Ley pasa tal como fue redactado por el Ministerio de hacienda con la anuencia presidencial, los colombianos con qué ánimo quedarían para unas nuevas elecciones… Habrá que ahitar la idea para que ningún politiquero vuelva a las plazas públicas con promesas ignominiosas, mentirosas y de burla contra un pueblo cansado de las pretensiones por el abusos de poder.  

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