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sábado, 28 de julio de 2012

Cartas del lector


Amigo Bernardo Socha:
En la política como en el amor corremos el riesgo de ser  víctimas de la seducción y de las promesas que jamás  se cumplen; una y otro tienen ese encanto que es difícil  resistir.
En esa fiesta de locura en que se prometieron riquezas  y poder muchos dieron el si sin reparar inocentemente  en las nefastas consecuencias de su aventura o, tal vez,  confiaron en que sus pecados nunca serían descubiertos;  ahora, un poco tarde, cuando apenas nos estamos reponiendo del guayabo de los "gobiernos Uribistas","Ernesto Báez",  ese personaje casi mitológico escogido por los dioses de  la guerra fratricida para repartir favores y prebendas entre  sus seguidores y adoradores, con su verbo encendido y sus promesas halagadoras, sedujo muchas doncellas.
Ese mismo oscuro e inteligente personaje organizador y promotor a destajo de la violencia, convertido por las circunstancias en una especie de Júpiter tonante, toca el clarín de la verdad y esgrime con soberbia, entre rayos y centellas, esa comprometedora lista de sus recuerdos que muchos prefirieran mantener en el olvido.
Los espectadores en la tarima y en el palco esperan ansiosos los resultados de la esperada y necesaria intervención de la Fiscalía y de los órganos de control del Estado.

El anunciado cambio de gabinete departamental tendrá algo que ver con las confesiones de alias "Ernesto Báez?
Atento saludo,
Reinaldo Ramírez

domingo, 4 de mayo de 2008

OTRAS VOCES (II)

Por: ALVARO VECINO PICO
http://alvecip.blogspot.com/

La aceptación de Otro como un legitimo Otro en la convivencia con uno es el principio básico de la convivencia, según explica el biólogo chileno Humberto Maturana. La negación de este principio es fuente generadora de Violencia.


Ver y sentirse visto es vital en la construcción de identidad social; somos como nos hacemos en la mirada de los otros. No hay peor acontecimiento que no ser visto ni oído; imagine llegar a casa y que nadie se percate de su presencia. Los amigos reclaman cuando no se les saluda en un sitio público, por descuido o porque uno se hizo "el loco".

Ignorar al otro, su necesidad, su dolor, su opinión, ha sido, también causa de violencia en medio de esta cultura que ha preferido reemplazar las voces de la discordia, por el miedo, la bomba y la metralla generando como respuesta el cilindro y la motosierra, en una espiral de violencia que cuando parece llegar a algún límite se transforma en algo peor.

Cómo crecer políticamente si persiste el empeño de adoctrinar por encima de argumentar; cuando no se cree en el consenso sino en la unanimiad y al menor asomo de disenso de le señala –al otro- como enemigo de lo bueno y amigo de la maldad.

El ciudadano común tiene que contentarse con saber una sola versión de la realidad: los medios de comunicación solo tienen la versión "oficial" de los hechos, la que justifica toda acción, toda mención y toda omisión. La opinión contraria no es la opinión del Otro: "son las mentiras de los enemigos de la paz", de una paz asociada al silencio temeroso que va quedando como consecuencia de la guerra.

Cuando se reduce la Paz a la ausencia de la guerra, se niega nuestra capacidad de tener una opinión diferente, eso motiva el florecimiento de los insultos viscerales que se reflejan en los foros de opinión; no hay lugar a posturas críticas, todo es en blanco y negro; solo vale una razón, no hay espacio para la discusión.

La idea de un Sujeto racional con capacidad de relacionarse con los otros a través del lenguaje y lograr entendimientos sobre algo en el Mundo de la Vida, no esta cerca de ésta realidad (de todas formas, gracias Habermas) y menos aun el principio ilustrado de que "Puedo no estar de acuerdo con lo que usted dice pero daría mi vida para defender su derecho a decirlo" (Voltaire nunca asomó por aquí).

Por suerte aun podemos rescatar de nuestras emociones, la experiencia vital del AMOR; pero no el de las canciones de Julio Iglesias, sino de aquel que aspira a la comunión porque es parte de nuestra insuficiencia ontológica.

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