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martes, 7 de mayo de 2013

Columna de Opinión

                      Política: confusiones y claridades
                                         Horacio Serpa
Se comenzó a aclarar el panorama con las recientes declaraciones del Procurador Ordóñez Maldonado, quien le dijo a María Isabel Rueda que no será candidato presidencial, al menos en 2.014: “No quiero, no puedo, no debo”. Siguen en la baraja conservadora Martha Lucía Ramírez y José Félix Lafaurie.
Por el Centro democrático dijo su coordinador general, ex viceministro Alejandro Arbeláez, que el candidato no será escogido a dedo y que “la baraja ya se cerró”. O sea, se escogerá entre Trujillo, Zuluaga y Vélez.
Por el otro lado está de por medio la reelección del Presidente Santos, quien en un par de meses se pronunciará al respecto. Pero no hay misterio, pues el propio mandatario, con la propuesta ante los Alcaldes de aumentar el período por solo dos años, destapó las cartas. Será candidato.
El partido de la U se quedó con su fundador y apoyará la reelección, con la oposición de tres o cuatro que tendrán que “aguantarse el varillazo”, pues no pueden cambiar de Partido. Los senadores  Lozano y Vélez,  el representante Gómez y un par más que los acompañan, no irán en listas al Congreso.
Cambio Radical está indisolublemente comprometido con la reelección y mucho se comenta que podría disolverse para conformar un todo con el Partido de la U. Su jefe, Ministro Vargas Lleras, renunciará antes del 24 del presente mes para asumir la jefatura reeleccionista. También para no inhabilitarse, “por si las moscas”.
El partido Liberal ha ofrecido, por boca de su director único Simón Gaviria, toda la solidaridad y apoyo a la reelección de “su jefe natural”. Algunos importantes dirigentes rojos, como  Eduardo Verano de la Rosa, solicitan que previamente haya reglas del juego aprobadas en consulta popular o en una gran convención democrática. 
Se construye una tercera opción con Polo, Verdes, Progresistas y organizaciones políticas y sociales de izquierda democrática. De ella podrían formar parte sectores del liberalismo Socialdemócrata que se sienten desconocidos por las actuales estructuras partidarias.
Y están las huestes de la Marcha Patriótica, a la que se insertarían los sectores sociales y políticos que hoy giran alrededor de las organizaciones insurgentes, si se llega a un acuerdo de paz entre gobierno y guerrilla. Piedad Córdoba y la fuerza de la “izquierda liberal en marcha”, formarían parte de este movimiento.
Es posible que se presenten más opciones, pues hasta el momento no se ha dicho la última palabra en materia de candidaturas presidenciales. Pero al final, el cuadro no será muy diferente a lo mencionado.
En materia de la política tradicional, las posiciones “son firmes, sobre bases móviles”, como decía el recordado Senador Luis Guillermo Vélez. Mucho va a depender de la alianza Uribe-Pastrana, de lo que vayan informando  las encuestas y de los resultados de las elecciones de Congreso, en marzo del año entrante. También, claro, de cómo se unte la mermelada en la tostada.
Para cualquier análisis, es preciso recordar que en política, lo único cierto es lo que ya pasó.
Bogotá D.C., 8 de Mayo del 2013 – Columna –nuevosiglo

domingo, 22 de abril de 2012

EL PROCURADOR

Por Pedro Gerardo Tabares C.
Se presentan en el momento aspectos que permiten analizar el comportamiento de los dirigentes del país que deben manifestarse como cultores de la constitución y la ley, entre quienes está el procurador General de la Nación doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, que con arraigo santandereano ha presentado importante labor dentro de lo que corresponde al derecho colombiano, con interpretación y criterio que parecían ir desapareciendo.
Pero frente a tal visión loable, no es posible entender que si obra con rectitud frente a la ley, sus convicciones en oportunidades lo aparten de lo que la misma constitución consagra, en su manera de pensar, en orientar imposiciones de comportamiento de la vida diaria más allá de lo que ella permite. En efecto, todos podemos y debemos defender las convicciones religiosas, pero cuando representemos al Estado en temas legislados debemos tener neutralidad y no en que todos deban atender nuestras convicciones, incluyendo otras que se relacionan con las consagraciones textuales de libertad.
Debe hacerse, como los hemos repetido muchas veces, distinción entre lo que la ley define, y la formación cultural, ética, religiosa y de comportamiento, lo cual se entiende, porque para cada aspecto filosófico que tengamos hay escenarios propios para cumplirlo, y podemos exigir el debido respeto, así como los demás nos exigen igual comportamiento.
Tampoco puede decirse que por razón de la investidura no se pueda expresar lo que se piensa sobre tópicos sociales, que en el tiempo van cambiando, puesto que lo que pareciera loable en el pasado, hoy puede ser malo o impracticable porque la legislación lo dejó de tener en cuenta o simplemente dejó de concretarlo en normas y que por ello no se reconozca la aplicación del derecho con la dinámica que tiene en el momento.
Ahora que ha manifestado su aspiración de continuar en el cargo, se puede decir que por su trabajo es justa aspiración, sin embargo existen normas de derecho que indican procedimientos que de darse estarían reconociendo una labor importante, acaso como ningún funcionario de esa naturaleza lo haya cumplido en los últimos veinte años. No hay razón para que quien obra bien en el servicio, no se considere su labor para continuar en él. Como santandereanos aspiramos a que continúe en tan delicada labor. 

jueves, 16 de febrero de 2012

EL PROCURADOR

Por Pedro Gerardo Tabares C.

Se presentan en el momento aspectos que permiten analizar el comportamiento de los dirigentes del país que deben manifestarse como cultores de la constitución y la ley, entre quienes está el procurador General de la Nación doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, que con arraigo santandereano ha presentado importante labor dentro de lo que corresponde al derecho colombiano, con interpretación y criterio que parecían ir desapareciendo.
Pero frente a tal visión loable, no es posible entender que si obra con rectitud frente a la ley, sus convicciones en oportunidades lo aparten de lo que la misma constitución consagra, en su manera de pensar, en orientar imposiciones de comportamiento de la vida diaria más allá de lo que ella permite. En efecto, todos podemos y debemos defender las convicciones religiosas, pero cuando representemos al Estado en temas legislados debemos tener neutralidad y no en que todos deban atender nuestras convicciones, incluyendo otras que se relacionan con las consagraciones textuales de libertad.
Debe hacerse, como los hemos repetido muchas veces, distinción entre lo que la ley define, y la formación cultural, ética, religiosa y de comportamiento, lo cual se entiende, porque para cada aspecto filosófico que tengamos hay escenarios propios para cumplirlo, y podemos exigir el debido respeto, así como los demás nos exigen igual comportamiento.
Tampoco puede decirse que por razón de la investidura no se pueda expresar lo que se piensa sobre tópicos sociales, que en el tiempo van cambiando, puesto que lo que pareciera loable en el pasado, hoy puede ser malo o impracticable porque la legislación lo dejó de tener en cuenta o simplemente dejó de concretarlo en normas y que por ello no se reconozca la aplicación del derecho con la dinámica que tiene en el momento.
Ahora que ha manifestado su aspiración de continuar en el cargo, se puede decir que por su trabajo es justa aspiración, sin embargo existen normas de derecho que indican procedimientos que de darse estarían reconociendo una labor importante, acaso como ningún funcionario de esa naturaleza lo haya cumplido en los últimos veinte años. No hay razón para que quien obra bien en el servicio, no se considere su labor para continuar en él. Como santandereanos aspiramos a que continúe en tan delicada labor.  Escúchelo en otro tema en AUDIO

viernes, 12 de noviembre de 2010

TRAFUGARIO

Noviembre 13 de 2010

----------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

LAS NUBES NEGRAS DEL PROCURADOR

Nunca había estado tanto de acuerdo con los conceptos de una persona que, precisamente por su arrogancia y por su egocentrismo no me entra por ningún orificio de mi modesto armatoste corporal, incluidos hasta los huecos de los canutos del pelo. Pero lo que le dijo Alejandro Ordoñez a Yamid Amat en la entrevista que publicaron en EL TIEMPO del pasado domingo, hace que uno gire ciento ochenta grados y coyunturalmente sus conceptos. “Colombia va por un despeñadero moral”. Luego añade: “Si no hacemos pedagogía, no habrá seguridad democrática o prosperidad democrática sostenible”. Las anteriores son frases lapidarias pero esta que viene es más que lapidaria: “Somos un país suicida si no emprendemos ya la reconstrucción de nuestro tejido social”. Y esta última que está inmersa en una de sus respuestas, que yo considero de enorme importancia dado que estamos en época pre-electoral, reza así: “La gente no vota en elecciones porque tiene desconfianza, porque percibe que quienes ostentamos la investidura pública somos adversarios del interés común, que la utilizamos para beneficiarnos a nosotros mismos, a nuestros amigos, nuestras familias…” Y lo peor de todo es que van a ver y sí. No tiene vuelta de hoja que eso es lo que está asesinando a Colombia. Con eso uno puede entender que el mejor negocio que hay en el país no es el del narcotráfico ni el de las esmeraldas sino el de la política porque además de ser altamente productivo y rebacano, goza de toda la legalidad jurídica. Y va uno a ver y sí.

Pero como algunos políticos que están leyendo mi columna pensarán que estoy aplicando en mis juicios el método paranoico-crítico de Salvador Dalí, entonces debo darles las debidas explicaciones. Yo en ningún momento estoy diciendo que la política colombiana, como el fútbol colombiano, sean de pésima ralea. No, señores. Lo que sí es cierto es que hay muchos políticos, jugadores, directores técnicos y dirigentes “megachatarras” y que por esa incontrovertible razón, así como van las cosas, jamás volveremos a los mundiales. De igual manera por culpa de algunos, o muchos políticos, pero no de todos, la gente no quiere saber de elecciones. Y eso no es invento mío si no que por el contrario, es una realidad axiomática. Y además lo dijo fue el procurador general. Debo aclarar que yo, modesto periodista, con el procurador no comparto ideología porque él cree que sus razones son las únicas válidas en este planeta y esos absolutismos ideológicos, están mandados a recoger. Además, si la única concepción filosófica válida es la de él, entonces los demás no tenemos razón de ser.

Lo que pasó fue que su posición ante la realidad social que estamos viviendo los colombianos me pareció honesta, digna, respetable. Incluso generosa y noble, si es que tienen cabida este par de términos, porque él mismo se involucra, como copartícipe por hacer parte del Estado, en una de sus respuestas. Y eso para mí es, alta nobleza. Claro. ¿Y quiénes son los culpables de la vida desgraciada de muchos colombianos si no son los que manejan la Administración y la plata del Estado? No ven lo que dice el doctor Alejandro Ordoñez en este mismo escrito que, “utilizan la investidura y el poder para repartirse el país entre sus amigos y sus familias”. Y yo le adiciono: Los demás que se jodan. Y no respetan su dignidad, su profesionalismo, sus derechos humanos y civiles, su presencia física, su colombianidad. García Márquez en El Otoño del Patriarca, lo dice de una manera absoluta y magistral de la siguiente manera: “Y se repartirán la patria entre los ricos los gringos y los curas y los pobres seguirán como siempre porque el día que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo”. (sin puntuación) Entonces, cuando vayan a votar por un candidato, por el que usted quiera, a lo cual los invito democráticamente, piensen en la siguiente frase: “Qué culpa tiene la estaca, si la rana salta y se estaca”. O mejor así: Qué culpa tienen las piedras, si yo me doy con una piedra en los dientes.

jueves, 8 de abril de 2010

INVESTIGADO EL PROCURADOR GENERAL

Por: Pedro Gerardo Tabares C

Colombia

A la descomposición que se presenta, en las actuaciones administrativas y de representación, se agrega ahora el cuestionamiento del organismo de control más importante que permite hacer algunas anotaciones:

Si hubo premura en la Investigación para que rindiera descargos el titular de la procuraduría, con el tiempo vendrá la absolución con las consiguientes consecuencias para el Estado, y para la persona que ejerce funciones, pues al tener acceso los medios de comunicación a datos y hechos que permiten hipótesis, con menoscabo de las normas que rigen lo que se llamaba la reserva de la investigación que no se cumple, surgen acciones que no debieran surgir, y continúan costando ingentes sumas al fisco.

Si son tan graves las acusaciones, que llevan a sentencia de mérito, tendrán los padres de la patria la oportunidad de replantear las obligaciones y responsabilidades tanto en la administración, la Rama judicial y los organismos de control, que se pueden esbozar, como de falla legal, porque la Constitución, así como señala que no puede haber gasto sin presupuesto, existe la normatividad que no podrá haber cargo sin funciones, pero estas se esfuman por inexistencia de un articulado especialmente para quienes no son Jefes, que cada día se crean con mayor insistencia, y luego las actuaciones se endilgan como responsabilidad del titular en todos los órdenes.

Se habla de una providencia que estaba sustanciada en un sentido, y que se tomaron argumentos jurídicos y de criterio para que respondiera en sentido contrario, lo cual tiene fundamento en la legislación que exige términos perentorios para elaborar decisiones, -lo cual físicamente es imposible cumplirlo- y la confusión entre el criterio de una y otra persona, lo cual ya poco se tiene en cuenta por esa deficiencia legal de asignar funciones. Si el funcionario no puede dictar una providencia de la trascendencia como la que se cuestiona y otros contribuyen a su elaboración, todo ello entra dentro de una palabra que no tiene acogida actualmente y que se determina como lealtad. La Ley le nombra secretarios, empleados y otros cargos a un procurador, un Juez singular o plural, un jefe de oficina de la administración, pero la responsabilidad se la deja al que firma, porque cuando surge una investigación solamente a quien suscribe se le impone Esa responsabilidad.

Ningún empleado de los que supuestamente solo escriben providencias responde, por no señalarle la ley lo que tiene que hacer, que dirán muchos, siempre se ha hecho así, y por eso una costumbre se transforma en un impedimento para hacer responder a quien escribe cada providencia, pues ni al menos se le cita en ella, y para cada jefe, hay cuatro o cinco empleados, que las escriben mientras algunos de los responsables dictan clases o se encuentran en foros.

jueves, 24 de diciembre de 2009

“Nutrido grado de sospecha”, ¿de cuál lado?

Tomado de: elespectador.com



Por: Cecilia Orozco Tascón

COMO DIJO EL SENADOR JORGE RObledo, al Procurador podrá calificársele de muchas maneras, pero no de bobo. Cómo no lo será, que convenció a la oposición de que votara por él con el argumento de que era víctima de persecución religiosa.

Sentado en su despacho, ¡cuánto se habrá reído de polistas y liberales! Pues bien, los colombianos sufriremos al jefe del Ministerio Público que nos regalaron entre el Primer Mandatario y el Congreso y vamos a tener que aguantar sus juicios cargados de prejuicios, como si fueran magnánimos. Por ahora, Ordóñez goza de crédito porque se cuida de parecer imparcial. Sin embargo, se sabe que los hechos expresan mejor la realidad que los dichos. Entonces examinemos los primeros:

Ordóñez llegó a la Procuraduría y apenas se sentó absolvió, diligente, a los hombres del Presidente —Diego Palacio, Sabas Pretelt, Jorge Noguera, José Félix Lafaurie y Hernando Angarita— por el “nutrido grado de sospecha” que generaba la delincuente confesa Yidis Medina, pese a que ella le aportó a la Corte Suprema documentos, recibos de pago, testimonios propios y de terceros y letras firmadas en las que se comprometían notarías y otras entidades oficiales. Con la diligencia con que resolvió a favor de los de ese lado, el señor Procurador anunció apertura de investigación en contra del congresista Robledo, que pertenece al otro lado. ¿Por qué? Por su presunta relación con las Farc. ¿Con cuáles pruebas? Viene aquí lo escabroso: el director de investigación criminal de la Dijín, un brigadier general, inicia la cadena. Le envía a Ordóñez un oficio —sin firma— con datos sobre supuestos vínculos de tres congresistas (de oposición) con la guerrilla. Y en una cola, deja un “informe preliminar… para establecer la comisión de faltas legales” de Robledo (de oposición). El denominado “informe” es una hojita sin identificación de autor, hecha (o fechada) el día en que el oficial manda la comunicación. ¡Cuánta rapidez investigativa! ¿Qué dice ahí? 1. Que el nombre del senador es mencionado 27 veces en el computador de Raúl Reyes. 2. Que Reyes lo incluye en una lista opcional por si se llega a formar un “nuevo Gobierno” y 3. Que Reyes ordena publicar las opiniones de Robledo en la web de las Farc.

Cipotes indicios alarman a la Procuraduría, que designa funcionarios para que ahonden en el tema y visiten la Dijín. Responde ya no el general, sino un coronel, que asegura que no sabe nada al respecto y sugiere hablar con el funcionario a cargo, un capitán. Éste tampoco conoce el ‘informe’. ¿Nutrido grado de sospecha? Por supuesto que no. La indagación sigue porque amerita. Las 27 alusiones a Robledo se vuelven 14 por arte de magia y aparecen seis meses después. ¿Qué contienen? Unas son inocuas y las otras favorecen al parlamentario porque Reyes o sus compinches lo critican en vez de alabarlo. Esta es la base para que Ordóñez ordene abrirle investigación disciplinaria, justo cuando se publica que el dirigente del Polo será la cabeza de lista al Senado por su partido en las elecciones de marzo. El Procurador ordena también interrogar a un preso, a un desmovilizado y a un guerrillero que declararían contra el parlamentario. Se imagina uno que siendo Robledo quien es, el Procurador no tendrá duda de que los delincuentes —en contraste con Yidis— dirán la verdad y sólo la verdad. Un juez siempre puede mirar la cara positiva o la cara negativa de las pruebas. Como sucedió cuando habló la mentirosa Yidis. Es cuestión de interpretación: hay nutridos grados de sospecha o no hay ninguno, si uno no lo desea.

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domingo, 12 de abril de 2009

El 'delete' del procurador Ordóñez


Tomado de: eltiempo.com / opinión / columnistas María Isabel Rueda. Publicado el 12 de Abril de 2009


De cómo un fallo sacado de la caneca sirvió para una inverosímil absolución.

Estaba convencida de que aunque el fallo del procurador Alejandro Ordóñez que absuelve a los ministros de la 'Yidispolítica' dejaba muy mal sabor, era inobjetable porque hay que respetarlo.

Pero cuando Semana publicó el fallo condenatorio que nunca sabremos por qué el saliente procurador Edgardo Maya dejó totalmente escrito, pero no firmó, resolví por pura curiosidad tomar su texto y compararlo con el fallo absolutorio del procurador Ordóñez.

Al comienzo pensé que era un ejercicio inútil. Porque, según el procurador Maya, lo que él dejó fue apenas "un borrador". Que, según el procurador Ordóñez, "boté a la caneca". Mi sorpresa fue total cuando descubrí, mediante el programa Control de Cambios de mi Windows XP, que el fallo que absuelve a los ministros es idéntico, en un 62 por ciento de su texto, al fallo de la caneca que los condena. El 38 restante pasó por el "delete" del computador del procurador Ordóñez. Son más o menos 20 páginas del bloque documental de pruebas.

Con ellas, el procurador Maya creyó que había suficiente material probatorio para condenar a los ministros. Sin ellas, el procurador Ordóñez concluyó que debía absolverlos.

El fallo de Maya dice que los ministros Sabas Eduardo Pretelt y Diego Palacio cometieron "fallas gravísimas dolosas... constitutivas de destitución e inhabilidad política" por 13 y 10 años, respectivamente, por haberle hecho a la representante Yidis Medina ofertas burocráticas a cambio de votar a favor de la reelección.

Pero el procurador Ordóñez llega a una conclusión absolutamente opuesta: absuelve a los ministros por una "duda razonable a favor de los disciplinados".

Según Ordóñez, la duda razonable surge de que hay que creerle a Yidis cuando dice que cambió su voto no por puestos, sino porque hubo un "replanteamiento de la inversión social del Gobierno en el Magdalena Medio". Tan bonito.

El fallo de la caneca encuentra confirmada la existencia de los cargos en la Notaría 2 de Barranca, en el Sena, Etesa y los ministerios del Interior y de la Protección. Según la propia Yidis, en declaraciones entregadas al periodista Daniel Coronell, los cargos le fueron otorgados a cambio de su voto a favor de la reelección. Ahí queda el video de Coronell guardado en una caja fuerte para que lo consulte la historia.

Pero para el procurador Ordóñez no está comprobado el nexo causal de los puestos con el cambio de voto de Yidis, a pesar de que los nexos de Yidis con sus recomendados no pueden ser más evidentes. A Ordóñez le parece irrelevante, por ejemplo, que los recomendados de Yidis le hayan firmado pagarés y cartas de renuncia en blanco para que esta las activara si no le cumplían con las contribuciones económicas o los compromisos burocráticos que les exigía.

Yidis llegó hasta a encadenarse en protesta porque removieron de su cargo al director de la Clínica Primero de Mayo de Barranca, a quien el procurador Ordóñez incluye entre "los beneficios de la duda", porque aseguró que cuando lo nombraron, no conocía a Yidis. Lo cual era cierto. Conocía era a su mamá.

Existe hasta la insólita prueba de una carta de uno sus recomendados a Yidis, en la que le reconoce que "gracias a su intervención frente a la dirección del Sena, fui escogido entre la terna seleccionada en el concurso (!!!) de meritocracia".
En conclusión, puede que el fallo condenatorio de los ministros del procurador Maya hubiera sido botado a la caneca por el procurador Ordóñez. Pero lo que queda claro es que de ahí lo sacó después y utilizó el 62 por ciento para absolverlos.

¡SE ME OLVIDA! ¿Será cierto, como dice El Espectador, que detrás de Clinton anda el millonario canadiense Frank Giustra, quien financia sus filantropías a cambio de que le abra la puerta de millonarios contratos mineros en Colombia? Ay, Bill. Qué desilusión.


María Isabel Rueda -

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