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sábado, 15 de mayo de 2010

TRAFUGARIO

--------------------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO

¿POR QUÉ SE SUICIDA UN NIÑO?

No hace más de un año conocí, por aquellos avatares de mi profesión, el caso de un niño de 10 años que se suicidó lanzándose del cuarto piso de su colegio ubicado en un barrio de clase media en Bogotá. Según se supo por la información que facilitaron sus familiares, se trataba de un niño en buenas condiciones económicas y en efecto, con lo que ello pude acarrear, buen vestido, buena alimentación y por qué no, buenas y sanas diversiones. Sin ningún defecto físico y con una capacidad mental, como lo aseguraron sus profesores, apta para enfrentarse con cualquier desafío intelectual o profesional, es decir, con todas las posibilidades buenas del destino, ¿Por qué se suicidó? ¿Una decepción amorosa? No me toquen ese vals. ¿Padres demasiado ignorantes u oprobiosamente exigentes? ¿?. De acuerdo al Psicoanálisis, el ser humano está regido por dos fuerzas inmanentes. La pulsión de vida que es el Eros, y la pulsión de muerte que es el Tánatos. ¿Será que hay niños que nacen con la vida sesgada hacia la fuerza interna de su autodestrucción? Que respondan los psicoanalistas. Lo cierto es que las estadísticas son claras y en nuestro país, Oh my got, el índice de suicidios infantiles cada día aumenta. No estoy hablando de los adultos donde la cosa va peor.

¿Será que hay un efecto dominó por culpa de los mass media? No lo sé. De lo que sí estoy seguro es que las fuerzas internas que inducen a un niño a suicidarse, son mínimas y de menor importancia comparadas con las fuerzas externas que lo inclinan a hacerlo. La muerte de un ser querido, por ejemplo, pero eso es demasiado evidente. Lo terrible es cuando no dejan la menor huella con la que uno pueda orientarse como en el caso anterior. ¿Será que el niño ve o detecta un horizonte oscuro o un futuro incierto con tanta violencia que le bolean desde los medios de comunicación? O debe ser que prevé su pobreza en los años venideros al ver a sus papás cada día de mal en peor. O tal vez se deprime cuando se da cuenta que su hermano mayor, el doctor, está más jodido que cuando era estudiante. O lo hiere de muerte el saber que le toca retirarse de ese colegio porque es muy caro y el sueldo de su papá no alcanza. Y en últimas, será que alcanza a comprender que este país se lo está llevando el frutas a través de la violencia, la pobreza, la desesperanza, la indiferencia, el olvido. Debe ser que detecta la putrefacción de las castas que dejaron de ser castas.

Lo cierto es que ahí está el problema en los calcañales de los colombianos. Y es que también es un suicidio el de los niños que no tienen chance de una vacuna, por decir algo, para prevenir una enfermedad que mata tanta gente como la malaria o paludismo. Y también es un suicidio el de los niños colombianos que “se suicidan” diariamente “de soledad” por allá en las tierras lejanas de esta enorme Colombia. Y peor todavía cuando eso ocurre a punta de hambre en un barrio miserable o en una calle de cualquier ciudad donde diariamente se mueven miles de millones de dólares y los bancos de Sarmiento Angulo no hallan dónde echar la plata y los demás dueños no encuentran qué hacer de tanta felicidad por las ganancias obtenidas. Y qué hablar de los “niños suicidas” de la violencia en las calles, de la violencia intrafamiliar generada por la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, y mejor dicho por las más desgraciada miseria que puede tener un ser humano tal como la del “Sepulcro de los vivos”, de la que hablé en días anteriores. Y esto va para todos los candidatos que por estos días “adoran a Colombia y aman entrañablemente a los colombianos”. Y hablan de superavenidas de diez carriles para supercarros que vuelan y de megacolegios y megahospitales, mientras toda la plata se la embuten a la guerra y la que queda es para pagar las campañas. Y qué. Píntela.

lunes, 3 de mayo de 2010

Dineros sagrados

Fuente: Eltiempo.com
Salud Hernández-Mora

Seis miembros de la pudiente familia Martelo Pérez, de Sucre, están de enhorabuena. Si todo va como suponen, recibirán un estupendo regalo de 11.363 millones de pesos de papá Estado. Y no son los únicos.

Otros 26.000 millones de pesos fueron a parar a manos de diferentes agraciados, y hay ya aprobada una partida de 30.000 millones más para que nuevos avispados se lleven su tajada a costa de nuestros impuestos.

Pero como los cerebros que se cranearon la operación son insaciables, el botín se les antojó escaso. De ahí que tengan planeadas otras acciones para arrebatar 270.000 millones de los dineros públicos, esos que Mockus considera sagrados.

Parecen cifras estrafalarias, imposibles, pero son reales como la vida misma.

La rapiña que han fraguado una serie de abogados, peritos y jueces de dudosa honorabilidad, por decir lo menos, deja en pañales el escándalo de Agro Ingreso Seguro. Porque allí, al menos, había obras que mostrar. Pero acá solo hay inmoralidad para corromper, habilidad para ordeñar las ubres públicas inventando pleitos, impotencia estatal para defender el patrimonio de todos nosotros, y desidia, cuando no complicidad, de los tribunales superiores.

El método al que me refiero es simple, diseñarlo no requiere maestrías en Harvard porque es un calco de renombrados robos millonarios al erario. Unos abogados se ponen de acuerdo con peritos, jueces y algunos magistrados para sacar plata de fondos públicos.

Veamos. Hace bastante tiempo, el extinto Fondo Nacional de Caminos Vecinales, que desde el 2003 está incorporado al Invías, construyó una serie de carreteras terciarias por Sucre y otras regiones costeras.

En el año 2000, por alguna razón que desconozco, una bandada de 'aviones' detecta que pueden hacer un gran negocio y comienzan a disparar demandas.

Paso 1: Alegan que los predios ocupados por las carreteras, propiedad de los demandantes, merecen recibir una compensación. Paso 2: Estaban vencidos todos los plazos judiciales habidos y por haber por la vía de lo contencioso-administrativo, así que buscaron un atajo. Seguirían un camino paralelo, aunque improcedente, que permite que los procesos no se archiven hasta pasados veinte años. Ustedes dirán, no pueden salirse con la suya, los jueces rechazarán las demandas dada la evidente trampa. Craso error.

Paso 3: Hay señores togados que sentencian lo que les parece. Y lo que les parece es que el operativo de saqueo se ajusta a Derecho y el que protesta sin razón es el Invías. Un ejemplo: por el Juzgado Promiscuo del Circuito de Sincé (Sucre) pasaron tres jueces en 14 meses. En ese periodo dictaron 14 sentencias favorables a los asaltantes. Solo la juez Olga Rosa Pérez emitió cinco fallos en un solo día: el 30 de julio del 2009. ¿Valor total de las condenas que profirió contra el Invías en tan prolífica jornada?: 2.296.931 millones de pesos, una minucia.

Ahora diremos, bueno, está bien, aún hay remedio. Puesto que subirá a otra instancia judicial más alta, ahí sí que se les acabó el paseo.

Pues no, vea, pues.

Paso 4: Más de lo mismo. Con contadísimas excepciones, en los tribunales superiores, como el Administrativo de Sucre, también encuentran justas las reclamaciones. Y en la Corte Suprema, idéntico comportamiento.

El Procurador General mandó en diciembre un escrito al Consejo Superior de la Judicatura para que investigue a sus pupilos, sin resultado, y en la Corte Constitucional duermen desde hace ocho meses dos tutelas del Invías para revisión.

¿Qué más puede hacer uno si todas las instancias judiciales conspiran contra la probidad y el patrimonio público?

Si Gobierno, altas cortes, Fiscalía y Congreso no trabajan unidos para contener la hemorragia de ese tipo de latrocinios a gran escala, será porque nadan como peces en las turbulentas aguas de la corrupción. Qué pena.

Salud Hernández-Mora

viernes, 20 de febrero de 2009

Reflexiones sobre la familia y la sociedad


Por: Martha Clemencia González
(Desde España especial para bersoa.com)

Quizás somos muchos los que de vez en cuando nos preguntamos si no va siendo hora ya de repensar la sociedad, pero con seriedad, con la responsabilidad y sinceridad que ello demanda..con la cabeza clara, pero también con el corazón en la mano para entender que el mundo gira vertiginosamente y que aunque suene muy pesimista y también agotador, ya que muchos lo han dicho, en muchos sentidos, nos estamos destruyendo.

Para ver esto, sólo falta con ojear las principales páginas de los diarios o escuchar la radio…tal vez, ver la televisión y enterarnos todos los días de qué hacen nuestros niños de hoy…"la base de la sociedad…del mundo del futuro"…qué hacen los niños y qué les hace a ellos una sociedad inmersa, casi por completo, en el materialismo y la autoimpuesta necesidad imperiosa de anteponer éste a cualquier otra circunstancia de la vida.

Nos olvidamos que esos niños de hoy, necesitan, ahora y no mañana, de nuestra guía…de nuestro tiempo, de nuestro interés y cuidado…de nuestra atención y orientación para que ellos tengan la posibilidad de ser mejores personas y gente que aporte al mundo su capacidad de convivencia y superación en todos los planos…y no, como estamos viendo: niños que a los 13 años son padres de familia; niños que se divierten grabando las palizas que dan a sus compañeros más débiles y luego mostrándolas a otros; jóvenes que son presas fáciles de sectas que les obligan a asesinar; adolescentes que desarrollan odio hacia sus padres y hacia todo lo que implique hogar, responsabilidad y trabajo.

En dónde encontrar la respuesta a esta triste realidad....seguramente hemos escuchado miles de veces hablar del tema..pero, hemos actuado a consciencia y con el interés puesto realmente en superar esta adversidad?...yo diría que lamentablemente no.

Tal parece que cada vez se nos hace más difícil concebir la tranquilidad y el equilibrio interior sin pequeños o grandes lujos...para muchos, que cada día que pasa es menos posible hacer una vida armoniosa trayendo a casa lo realmente indispensable para vivir y preferimos mirar qué nos falta en lo material y basar nuestras metas personales en lograrlo. Es lógico pensar en la importancia o mejor en el gusto de desarrollar nuestra vida personal, intelectual o profesional en medio de este tipo de cosas, pero el error está en dar total y absoluta prioridad a ello. Es importante dejar tiempo para nuestros hijos…para el hogar y no me refiero, por supuesto, al hecho de limpiar la casa, decorarla, recoger la ropa o demás…esto es simple mecánica del día a día y nada más... No, la cuestión real está en crecer interiormente (creo que nunca dejamos de hacerlo) y ayudar a crecer sanamente a nuestros hijos…con una mentalidad limpia, clara, libre pero con responsabilidad, participativa, solidaria, respetuosa consigo mismos y con los demás, compasiva pero no débil, creativa y hasta aventurera dentro de los marcos de la cordura y la aceptación personal.

Nuestros niños de hoy necesitan y claman a gritos atención, amor, comprensión, cobijo, protección; pero lamentablemente muchos deben crecer cuidados sólo por la persona que sus padres han contratado para hacerlo; mientras ellos, los padres, salen a trabajar en busca, muchas veces, de satisfacer ya no solo las necesidades básicas y de relativa comodidad, sino los lujos; olvidándose de dejar tiempo y energía para quienes más les necesitan en el mundo: sus hijos.

Calidad del tiempo…esa es la respuesta más escuchada cuando se plantea este tema tan añejo para todos, pero realmente, cuando podemos, hacemos algo por actuar de esta manera?...ó quizás damos ya muy poco valor y nos parece hasta cursi el ejercicio siempre enriquecedor que puede ser para nuestros hijos el hecho de compartir con ellos instantes deliciosos como el de un cuento, una película, un juego de mesa, un dibujo.

La diseñadora Coco Chanel, es recordada por sus indiscutibles triunfos en la concepción de trajes impresionantes, sombreros y zapatos irrepetibles o perfumes exquisitos...lo que quizás muchos no saben es que parte…gran parte de su vida la pasó en un orfanato, obviamente, sin ningún tipo de lujo y viendo cómo la gente de la alta sociedad derrochaba tiempo y dinero en buscar aquello que les hiciera diferentes y, según ellos, superiores a los demás. Coco Chanel en su autobiografía escribe: “el lujo es una necesidad que nace cuando acaba la necesidad
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miércoles, 10 de diciembre de 2008

10D o el día de los derechos humanos

Fuente: elnuevosiglo


HORACIO SERPA

Hoy es el 10 D, el día en que todo el mundo celebra el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En Colombia, la verdad, no es mucho lo que hay que celebrar, porque la guerra sucia se libra con encono en campos y ciudades y las prácticas proscritas por el Derecho Internacional Humanitario están a la orden del día.

Es larga la lista de violaciones a los derechos humanos. Tal vez no ha pasado un solo momento, desde que el país suscribió esos acuerdos internacionales, en que no se haya cometido un acto contra la humanidad. Guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y agentes del Estado se han casado con el viejo adagio de que "el enemigo de mi enemigo es mi amigo", y han dejado una larga de lista de muertos, heridos, violentados que en las últimas décadas llegan a cientos de miles de personas.

Los peores métodos de aniquilamiento de la población civil se han ensayado en nuestra geografía por genocidas camuflados de guerrilleros o paramilitares, y reciben órdenes de políticos corruptos de regiones dominadas por el miedo. Los horrores de los países africanos se viven en Colombia, solo que aquí posamos de democracias estables y nos enfurece que nos señalen como una republiqueta bananera.

El ascenso militar y político de los paramilitares se logró sobre la base del terror y la alianza con sectores "decentes" de las regiones: políticos, ganaderos, comerciantes y algunos medios de comunicación. El poder paramilitar no nació de la noche a la mañana. Fue una estrategia para corromper a todo el mundo y tomarse el poder local y regional e infiltrar las ramas del Estado, incluso el poder judicial, y el DAS.

Un país con un Congreso deslegitimado por sus alianzas con el paramilitarismo y una Corte Suprema de Justicia que ha defendido la institucionalidad y la Carta Política, son el reflejo de una crisis humanitaria que parece infinita, en la que las víctimas reclaman justicia, verdad y reparación.

Si para algo debe servir este día es para pensar en las víctimas. En las madres de los jóvenes asesinados en los llamados falsos positivos, para mostrar resultados en la lucha contrainsurgente.

Precisamente hoy en Ginebra, Suiza, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, las ONG denunciarán a Colombia, una vez más, por las graves, masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos. Colombia, como de costumbre, atacará a las ONG y tratará de mostrar avances en ese campo. Pero siguen las desapariciones, las masacres, las torturas, la muerte de sindicalistas, la desatención a casi cuatro millones de desplazados, la impunidad a crímenes de lesa humanidad, mientras la CPI espera para actuar.

No hay mucho que celebrar. Solo queda prender una veladora para pedir que Dios ilumine a las víctimas y familiares de esta tragedia humanitaria, para que cese la horrible noche. Esta noche de dolor llamada guerra y apellidada impunidad.
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