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miércoles, 9 de enero de 2013

El Parque infantil del Páramo de Santurbán

Por informaciones periodísticas se conoció la declaratoria del Parque Natural de Santurban, en la zona de California, Vetas y Suratá de nuestro Departamento, por parte de los Directivos de la Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga, que contó con la presencia del Instituto Humboldt y el Ministro del Medio Ambiente.
Después de varios años de reclamaciones, protestas y marchas ciudadanas lideradas por gremios, organizaciones ambientalistas y dirigentes santandereanos se logró esa designación que en algo consulta la opinión pública, sin desconocer la importancia que merece del Estado la provincia Soto-Norte y la atención especial a nuestros mineros operarios para evitar que sean vampireados por las Multinacionales extranjeras.
De las 21 mil hectáreas inicialmente planteadas por la autoridad ambiental, ideales para resguardar el equilibrio natural sin importunar el normal devenir en el Municipio de Vetas, se conoce la decisión de bajarlo a cerca de 12.400 hectáreas; que lo convierte no en un parque extraordinario para la protección ambiental sino en el Parque Infantil de Santurban. Pero como decimos “del ahogado el sombrero” es preferible esto y no la calamitosa decisión que se tomaría sin la presencia del Señor Ministro en esa sesión.
Seguiremos luchando para que el Gobierno Nacional preste toda la atención tecnológica y presupuestal a los centenarios artesanos auríferos que de allí derivan la sostenibilidad familiar.
JORGE GOMEZ VILLAMIZAR

sábado, 1 de mayo de 2010

¿Victima de la ilusión electoral?

Colaboración enviada por: Luís Alfredo Muñoz

En Colombia persiste una ilusión infantil que consiste en creer que con un cambio de presidente el país va a cambiar. Esta ilusión se explica porque el ejercicio “democrático” de elecciones presidenciales nunca ha sido precedido por un conocimiento profundo de la historia y de la política, sino de una constante y creciente manipulación de la opinión pública, que antaño era realizada por el clientelismo y la burocratización del bipartidismo; manipulación, que además hoy, está afianzada por el inmenso poder de los medios masivos de comunicación.

De tal manera que en Colombia, cada cuatro años, o cada ocho ya, en época de campaña presidencial vuelve la ilusión de que “nuevas” y “mejores” personas van a cambiar nuestra dramática realidad. Dos ejemplos recientes; hace ocho años se eligió a un presidente, “que por fin, mostraba que sí trabajaba y que prometía acabar con los demonios del país,” y tal hombre resultó ser más maléfico y criminal que los que supuestamente iba a combatir.

Hoy frente a la creciente corrupción y por el desgaste de haber padecido ocho años de argucias y trampas, llega alguien mostrando credenciales de transparencia e inteligencia, e inmediatamente gana el fervor de una buena parte de la población. Pero si se preguntara a estas personas entusiasmadas: - ¿y esos hombres transparentes e inteligentes de obtener el poder político que van a hacer? Más o menos responderían así: “No, no estamos muy seguros… pero, con que sean transparentes ya es mucho. Además, mejores que los otros si son.” En los dos casos anteriores, sigue predominando la ilusión, la manipulación y la impresión generada por los medios. En ambos casos, el país sigue sin una discusión real, donde se pueda visualizar, quién es quién políticamente. Algo sigue oculto.

En la esfera política del mundo moderno existen trazados dos horizontes, lo que se ha denominado como la derecha, y lo que se ha denominado como la izquierda. Lo más básico que se puede decir, es que la derecha asume el neoliberalismo, -actual expresión del capitalismo-, como práctica económica prevaleciente, donde el interés privado está por encima del interés común. La izquierda por su parte, aspira a crear unas condiciones de producción y distribución de la riqueza en una mayor equidad, donde el interés común prevalezca sobre el interés privado. Dicho lo anterior, que sólo es una caracterización bastante básica, cito la mejor y más sencilla definición que he encontrado al respecto, la del filósofo francés Gilles Deleuze: “El papel de la izquierda, tanto si está en el poder como si no, es descubrir el tipo de problemas que la derecha desea ocultar a cualquier precio.”

En Colombia, sólo ha tenido el poder la derecha, la izquierda ha sido estigmatizada, excluida y asesinada, y cada vez la derechización del país es más fuerte. La derecha es la que prolonga el orden establecido, donde las oligarquías aseguran sus gigantes beneficios sobre la creciente pobreza y miseria de la mayoría de la población. Ninguna política de derecha propendería por el cambio de las condiciones económicas de la sociedad colombiana, esto parece muy evidente, pero aún así, es lo único que no se discute en el país.

En este marco de ideas, sabemos que Juan Manuel Santos, Noemí Sanín, Germán Vargas Lleras, Rafael Pardo, Antanas Mockus y Sergio Fajardo, todos son de derecha, sólo se diferencian en que unos son mafiosos, otros son corruptos, otros son tecnócratas, otros más cultos que otros, otros transparentes, pero todos, en el caso de que lleguen al poder, harían lo mismo, porque todos están en el mismo horizonte político, es decir, no cambiarían el orden económico inequitativo que se ha establecido.

Santos tiene toda la maquinaria clientelista y los poderes mafiosos del Estado a su favor; Sanín, Pardo y Vargas, están en el declive, pero no por ello son oposición, sus presumibles gobiernos harían lo mismo que siempre se ha hecho en el país. Y el dúo Mockus-Fajardo haría lo mismo, la derechización y la continuidad en las políticas económicas del neoliberalismo… Sólo que estos dos últimos, están capitalizando la ilusión de que son personas distintas, transparentes, y seguramente lo serán, pero harán los mismo que los demás. Otra vez a Colombia la ponen a vivir de una ilusión.

Los mismos medios encargados de crear las ilusiones que le convienen a la derecha, son los que se empeñan en ocultar y tergiversar los fines de la izquierda. ¿Cuáles son los fines de la izquierda en Colombia? Veámoslos, subrayaré los elementos que más establecen una diferencia tangible con la derecha:

“Son fines del Polo la construcción de una democracia participativa real donde prime la igualdad social, la defensa de la soberania nacional y del espíritu democrático de la Constitución Política de 1991 y del Estado Social de Derecho, de un modelo alternativo de desarrollo sustentable y equitativo, la búsqueda democrática del poder para ejercerlo en beneficio de la nación;

la defensa y promoción de los derechos humanos, la tolerancia y el respeto por la diferencia y el pluralismo ideológico, cultural, étnico, político, de orientación sexual y religiosa;

la igualdad de género;
la búsqueda de la consolidación de la paz y convivencia entre los colombianos;
la defensa de los derechos de los colombianos en el exterior;
la defensa y protección del ambiente, la biodiversidad, los recursos naturales, lo público y el patrimonio público, cultural y energético;
la promoción de la ética pública, la transparencia y la lucha contra la corrupción;
el fortalecimiento del poder local al servicio de la comunidad;
la promoción de las organizaciones de base y redes sociales para ejercer el gobierno y la democracia y la difusión de los valores democráticos;
la defensa de la autonomía, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos en su lucha democrática y civilista contra la explotación, la opresión, el colonialismo, el neoliberalismo, el militarismo y la dictadura y por la defensa del equilibrio ambiental global.”

El Polo Democrático Alternativo podrá tener aún mucho que mejorar, pero es el partido que políticamente se puede diferenciar de los demás. Qué tanto teme la derecha que el pueblo conozca y asimile estos fines, que ningún medio se ocupa de la izquierda, salvo para decir que ésta es la esfera del mal. ¿Se han preguntado los colombianos, por qué la izquierda no sale en televisión?

Quizá Colombia sea una vez más, víctima de la ilusión electoral, y elija a los pulcros y transparentes matemáticos, en tanto que nadie duda que ellos son mejores humanos si se les compara con los que los actuales mafiosos y politiqueros de turno. Colombia tendrá unos gobernantes distintos, -aún muchos, no comprenderán que más allá de las personas, de lo que se trata es de programas políticos- pero una vez más, al cabo de unos años, el pueblo se verá frustrado, al constatar que sus miserables condiciones económicas siguen igual o peor. Y la derecha, tan astuta como siempre, estará fraguando una nueva ilusión.

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