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domingo, 5 de julio de 2015

Corrupción, tema obligatorio

 
Por Sergio Isnardo Muñoz
En Colombia, ha hecho carrera la idea de que el tema de la corrupción que carcome el país no debe ser ventilado en las campañas políticas. Y que, cuando éstas lo abordan, así sea tangencialmente, corren el riesgo de recibir el desprecio de los ciudadanos, que, de ninguna manera, estarían dispuestos a creer que a algún político se le ocurra la idea de combatir la corrupción en serio. En otras palabras: el tema de la corrupción se volvió tóxico, y abstenerse de tocarlo es la mejor decisión. Pero no en mi caso.
Yo creo, por el contrario, que debemos enfrentar este asunto con toda sinceridad y claridad, de modo que los ciudadanos—los electores de los comicios de octubre próximo—sepan a qué atenerse respecto del desempeño de la política y decidan en consecuencia.
La verdad es que son muchos los aspirantes a cargos de elección popular que, en el pasado, enarbolaron el tema de la corrupción como uno de tantos recursos de campaña. Hicieron mucho aspaviento con la idea de combatir los malos comportamientos en la Administración Pública y gracias a ello obtuvieron el necesario respaldo para resultar elegidos… pero después se dedicaron a hacer lo mismo que habían criticado, es decir, a realizar contrataciones torcidas y sacar el máximo provecho del poder. En esas circunstancias, ¿quién estaría dispuesto a creer que, cuando un candidato habla de combatir la corrupción, está siendo sincero y no utilizando el concepto como uno de tantos medios para seducir al electorado?
En mi caso particular, despojado de toda prevención y convencido de que los bumangueses debemos marchar hacia delante a pesar de las dificultades, quiero manifestar mi determinación de hacer de la lucha contra toda forma de abuso de poder un compromiso fundamental, que garantice el éxito de la gestión pública. Cada vez que se me presenta la oportunidad, hago conciencia de que este drama de la corrupción es espinoso, por las razones ya expuestas, pero que tenemos que enfrentarlo a pesar de la incredulidad ciudadana. Alguien tiene que ponerle el cascabel al gato, como reza el adagio popular.
Creo que los bumangueses hemos madurado lo suficiente como para establecer la diferencia entre los recursivos politiqueros de siempre, que hablan de combatir la corrupción para pavimentar el camino para su propia corrupción, y quienes—como en mi caso—tenemos una postura auténticamente ética y la firme voluntad de acabar con una de las enfermedades más graves que ponen en riesgo nuestra democracia. Porque si seguimos tolerando las licitaciones chuecas, los sobrecostos y todos esos errores que están asociados al ejercicio del gobierno, jamás podremos superar los problemas que frenan el desarrollo de nuestra sociedad.
Así las cosas, propongo que, en desarrollo de esta campaña, hablemos sin ambages de la corrupción y sus graves consecuencias, he propuesto la creación de una oficina anticorrupción que trabaje de la mano de la ciudadanía y de las veedurías existentes como las que ha liderado la Cámara de Comercio de Bucaramanga. Del éxito de esa empresa depende el verdadero desarrollo..

sábado, 3 de octubre de 2009

TRAFUGARIO

-----------------------Por: JOSE OSCAR FAJARDO


“TIENE GÜEVO SEÑOR PRESIDENTE”

Todavía no sé si me publiquen esta columna pero es que han pasado varios días y todavía estoy muerto de la risa. Ustedes deben recordar que una joven en televisión le dijo esta colombianísima frase que titula la columna al Presidente de la República.
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Es que hace pocos meses, exactamente cuando se ponía en marcha el proyecto de “Bucaramanga, Ciudad Región” en el hotel Dan Carlton de la capital de Santander, 23 de Abril, Día del Idioma, yo también abordé al doctor José Obdulio Gaviria y después de preguntarle algunas cosas sobre el país en general, mamagalleramente le dije: Doctor José Obdulio: El doctor Alvaro Uribe, don Quijote de la Mancha. El doctor José Obdulio, ¿Sancho Panza?. Ipso facto soltó la risa y me dijo: “A verriondo periodista”. Yo le hice esta broma al referido personaje y se las he hecho al doctor Horacio Serpa y a otros de la misma talla, porque sé muy bien que son hombres intelectuales que saben entender perfectamente este tipo de chanzas. A otros no y sobra explicar las razones. Sencillamente porque, ofendidos en su fuero interno, me cogen a coscorrones pero con un tejo. Por otra parte, lo que me pareció llamativo es que la joven recurrió a una frase que, ¿quién no la ha dicho en el país? Yo estoy seguro que esa hermosa metáfora la expresado, así sea en mamadera de gallo o muy en serio, el 90% de la población colombiana mayor de los 10 años, aún sin imaginar su verdadero significado. Quién no ha dicho, “Mi mamá se manda güevo”. El jefe se manda güevo. El cura se manda es güevo. Mi papá se manda güevo. El rector se manda güevo. El alcalde se manda güevo. El Gobernador se manda gúevo. Mi novia se manda güevo. Etc. Etc. Etc. y para colmo de males, el güevo de todos los tiempos, “El Señor Presidente se manda güevo”. Por eso es que les digo que todavía estoy muerto de la risa. Y el mismo Presidente Alvaro Uribe Vélez tuvo que haber dicho: Que no han cogido al loco Barrera, tiene es güevo el General fulano de tal.
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A mí personalmente no me importa que la pelada sea de izquierda, de derecha, de centro, goda, cachiporra, católica, protestante, judía, musulmana, o con cualquier tipo de cualquiera otra ideología extraterrestre. Es que hacía días yo no veía una manera más simpática de protestar, y de una manera tan gráfica. Fue que le entregó el güevo en la mano al Presidente. Y digo güevo y escribo güevo es porque esta colombianísima frase que ha empleado desde el más modesto chofer hasta la más encumbrada madre superiora, siempre se pronuncia así. Tiene güevo. Porque si usted, haga el experimento y verá, dice “Usted tiene es huevo”, fíjese cómo pierde de valor expresivo, cómo cambia su contenido y cómo pierde la gracia. Y, quiero anotarme un hit, es que esta preciosa frase que jamás utilizó el inventor del “mamagallismo literario”, me estoy refiriendo a don Gabriel José de la Concordia García Márquez, yo sí la empleo frecuentemente en mis escritos, entre tantas otras razones porque es netamente colombiana. Y posee tanta cantidad de contenidos que no se encuentra otra para expresar tantas condiciones sicológicas, lingüísticas, y sobre todo de estado emocional. O qué le diría usted, respetuoso hombre intelectual dechado de virtudes éticas, morales, culturales, artísticas, religiosas, políticas y todas las que usted quiera sumar, a su querido padre tahúr y bebedor que, acabando usted de ganarse una lotería de cien millones de pesos, él le dice en tono obligatorio, “A mí tiene que darme 90 millones”. ¿Qué le contestaría usted? Querido padre mío, cógelos de una vez que es que voy a salir. O mejor aún, “Papi, eso cógelos todos que es que a mí me fastidia la plata”. Se manda es güevo el viejo ¿sí o no? Así es Bucaramanga >
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