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jueves, 15 de junio de 2023

Respuesta a fuentes anónimas...

Fuerte pronunciamiento del presidente de la república, Gustavo Petro en torno a una publicación hecha en la Revista Semana, sobre supuestos de una fuente anónima. El comunicado oficial dice...
Berlín (Alemania), 15 de junio de 2023

Con motivo de las recientes publicaciones hechas en la Revista Semana, el Presidente de la República se permite informar a la opinión pública y a los medios de comunicación que:

● Nunca en mi existencia he siquiera visto la cantidad de dinero que afirma una fuente anónima y que utiliza la periodista Vicky Dávila para una publicación en la revista Semana. Por lo tanto, son falsas las afirmaciones entregadas por una supuesta fuente que no se identifica, en las que se me relaciona con altas sumas de dinero en efectivo. Estas afirmaciones, que son difíciles de acreditar debido a su carácter anónimo, tienen un ánimo difamatorio.

● He tenido una amistad con los dueños de la revista Semana, quienes han participado en diferentes negocios en el país, de los que ni como congresista ni como Presidente he sacado ningún tipo de provecho. Los mismos propietarios de la revista son testigos de primer orden de mi honorabilidad y así también se los he demostrado, por ejemplo, durante mi debate como joven parlamentario sobre la fusión entre el Banco de Colombia y el Banco Industrial Colombiano. Tampoco saqué provecho durante las negociaciones del Grupo Gilinski y el Grupo Empresarial Antioqueño, en donde, por el contrario, siempre pedí que se llegara a un acuerdo en transparencia.

● En diversas intervenciones públicas, he pedido de manera contundente que sean las autoridades competentes las encargadas de realizar las investigaciones y he brindado las garantías para que estas puedan realizar su trabajo con total libertad, acceso y transparencia, sin ningún tipo de obstáculo.

● Deben ser las autoridades competentes, y no personas anónimas cuyos intereses se desconocen, las que aporten claridad sobre los procesos de investigación que se adelantan.

● Estos supuestos testimonios, que tienen un interés difamatorio en contra del Presidente de la República, buscan minar la confianza de la ciudadanía en el Gobierno Nacional, a través de versiones sobre hechos en los que no se aportan ni existen ningún tipo de pruebas.

● El compromiso asumido por mi Gobierno se mantiene intacto, por lo que tanto el Presidente de la República y el Gabinete de Ministros continúan con sus gestiones de gobierno en beneficio de la familia colombiana, convencidos de que la ciudadanía guarda la esperanza de que las reformas para una transformación social se puedan llevar a cabo en Colombia. Tales objetivos solo pueden materializarse en escenarios de verdad plena y fiel apego a la Constitución y la ley.

GUSTAVO PETRO URREGO

Presidente de la República de Colombia

miércoles, 27 de febrero de 2013

Columna de opinión política

¿Dónde ocurrió la hecatombe?
Horacio Serpa
Entre nosotros ocurren cosas sorprendentes y hasta milagrosas. Hace quince días el presidente Santos tenía enorme prestigio, gozaba de buena imagen y contaba con gran apoyo político para plantear su reelección y ganar sin dificultades. Hoy dicen que no existe tal prestigio, su imagen se vino al suelo, lo mas seguro es que no se lance y si lo hace pierde las elecciones.
¿Qué pasó? ¿Dónde ocurrió una hecatombe que pudiera generar tal cantidad de situaciones políticas? Una encuesta de opinión, la carta de Timochenko, el paro cafetero y el descontento de unos sectores parlamentarios porque se anunció que no habrá reforma política, no da para tanto. Varios medios de comunicación, algunos influyentes periodistas, la oposición que orquesta el expresidente Uribe y los oportunistas que nunca faltan, presentaron una situación de desastre como pocas veces se ha visto. Estremeció la carátula de Semana: “La tormenta perfecta”.
Si el Presidente Santos fuera un irresponsable, estuviera dilapidando los recursos públicos o cometiendo graves actos de corrupción, si hubiera abandonado sus funciones oficiales o cometido atropellos que ofendieran la dignidad nacional, si estuviera fuera de juicio, hasta se explicaría que de un momento a otro las cosas hubiesen cambiado tan radicalmente. Todo el mundo sabe que eso o cosas parecidas no han ocurrido. El mandatario es una persona seria, responsable, leal con el país, atenta en el cumplimiento de sus deberes, dedicada al cumplimiento de sus obligaciones y sano de mente.
Problemas hay y los habrá en este gobierno y en los siguientes. Algunos asuntos no han salido adelante, pero no es la catástrofe. Han ocurrido hechos violentos, como  en el gobierno de su pugnaz antecesor. No se ha logrado la paz, pero nadie pudo pensar que se terminaría en cuatro meses. Cafeteros, cacaoteros, arroceros y otros respetables sectores del campo viven una mala época, pero se encontrarán soluciones y alternativas. Son situaciones que se sufren en una sociedad afectada por tantas carencias y fragilidades, no  propiamente causadas por el  Gobierno.
¿Qué pasó? Es explicable que la desfavorable encuesta genere inquietudes y reflexiones a analistas y comentaristas. Está mal que de ello se agarraran los escandalosos, los tremendistas, los sin tema, los carboneros de oficio y los opositores, para armar “la de Dios es padre”.
Ni el mundo se está acabando, ni el gobierno se va a caer, ni las encuestas son definitivas, ni los problemas van a continuar sin solución, ni se va a terminar el proceso de paz de La Habana.
Hay dificultades, es cierto. También se han presentado equivocaciones gubernamentales. Es verdad que existen fallas en la comunicación. También es cierto que tener de contradictor al expresidente Uribe es un verdadero “camello”. Pero el gobierno tiene mucho espacio por donde poder volar.
Pilas deben estar los socios de la coalición de gobierno. También su equipo de trabajo. Gobernar no es fácil. Tampoco mantener a la gente contenta. La gestión va bien, pero se puede mejorar. Y el Presidente es capaz de hacerlo.
Bogotá D.C., 26 de febrero de 2013 Columna del NuevoSiglo

domingo, 8 de enero de 2012

La compra de un congresista

El detallito

Por Daniel Coronell

OPINIÓN Bernardo Moreno, detenido por las ‘chuzadas’, deberá responder por la compra de un congresista que votó contra la reelección de Uribe en 2004.  Sábado 7 Enero 2012

La yidispolítica, que lleva años esperando alguna decisión judicial en los casos de los exministros Sabas Pretelt y Diego Palacio, tuvo la semana pasada un desarrollo inesperado. Bernardo Moreno, el exsecretario general de la Presidencia, detenido dentro del proceso por las ‘chuzadas’, deberá responder por la compra de un congresista que en 2004 votó en contra de la reelección de Uribe.
La historia tiene más elementos cómicos que trágicos. Tony Jozame, un pequeño político de Caldas, formado en la escuela clientelista de Víctor Renán Barco, era por aquella época presidente de la Comisión Primera de la Cámara de Representantes. La misma célula legislativa en la que alcanzaron la fama Yidis Medina y Teodolindo Avendaño.
Allí se daba el definitivo paso inicial para cambiar la Constitución –como quería el gobierno– para que el presidente y sus amigos se quedaran cuatro años más en el poder.
Aunque Jozame era claramente uribista, unas semanas antes empezó a decir, por ahí, que el proyecto no lo convencía. Primero fue en los pasillos, después en emisoras chiquitas como para que solo se enterara alguien con gran oído y un buen día, su anunciada oposición apareció en letras de molde en los periódicos de Bogotá.
La ingenuidad, que es siempre una linda virtud, llevó a varios a pensar que el politicastro caldense se estaba convirtiendo en estadista. Claro, sostenían algunos, le preocupa el equilibrio institucional. Cómo no, argumentaban otros, él no quiere conferirle tanto poder a un solo hombre. Otros más escépticos pensaron que a Jozame no le habían dado aún lo que quería.
Cuando llegó el día definitivo –el mismo día en que Yidis Medina cambió su negativa por el apoyo a Uribe y Teodolindo se ausentó después de haber anunciado que votaría en contra–, Jozame tuvo dos actitudes que parecían contradictorias. Continúa en Revista Semana

domingo, 20 de noviembre de 2011

Sobre el Psiquiátrico de Sibaté

Colaboración de William Villarreal  Tomado de SEMANA
La costumbre de hablar con animales
Por Daniel Samper Ospina

OPINIÓN-
Mientras un preso le vale al Estado 13 millones de pesos, un estudiante, tres. Pachito, de ministro, tendría la fórmula: meter presos a todos los estudiantes.  Sábado 19 Noviembre 2011

El irresponsable director del Hospital Psiquiátrico de Sibaté ni siquiera tuvo la decencia de contestar la carta que radiqué la semana pasada, en la cual  abogaba por cupos urgentes para Pachito Santos y el ex presidente Uribe. Ahora podemos ver los resultados de semejante negligencia: bipolar del todo, Pachito lanzó un nuevo video, esta vez poniéndose radicalmente del lado de los estudiantes, en el cual los exalta y los felicita. Y el expresidente Uribe, por su parte, no le devuelve las llamadas a Santos y confesó en la revista Bocas que habla con los animales.  
Lo cito textualmente: "quien se emociona mirando un árbol; quien es capaz de hablarle a un caballo, jamás piensa en el poder sino en el servicio con amor". Vean ustedes: "el servicio con amor", como en los moteles de Cielito Lindo Salazar. En la frase se entiende que el expresidente Uribe no sólo atraviesa una bonita fase mística sino que se dejó contagiar por la política del amor de Petro. Ojalá que ambos integren la nueva campaña de Benetton y se animen a darse un beso en la boca.  AMPLIACIÓN

lunes, 4 de abril de 2011

Colombia en el vilipendio

Por: Bernardo Socha Acosta

Cuando conocemos hechos como los denunciados por la Revista Semana, relacionados respecto a la burla que se le hace al país desde una institución como el ejército, no le queda a un ciudadano deseos de creer en nada y en nadie en Colombia. No están equivocados los comentaristas de los medios que señalan esto como la peor vergüenza, atrevimiento y desafío de instituciones como la mencionada.

Para valorar la gravedad y vergüenza de lo ocurrido, solo nos vasta volver a leer el artículo de la denuncia, por fortuna muy bien fundamentado. Leer Revista Semana.

Pero a estos hechos se le suman otros escándalos como las falsas desmovilizaciones, los falsos positivos, el desvío de cuantiosos recursos económicos como Agro Ingreso Seguro, el despilfarro que se hace desde entidades como la Contraloría General de la República, el engaño a los trabajadores de quitarles horas extras para crear nuevas fuentes de empleo y tantas ironías más han empobrecido a los núcleos sociales hasta llegar a casi 10 millones de indigentes, no extraña a nadie, por qué en Colombia aumenta el potencial de gente rebelde que no solo le queda el recurso de la protesta, sino que se va a los extremos.

Para que nos detengamos a contemplar lo que se hace desde una institución del Estado, del cual hacemos parte, solo es necesario considerar que somos por infortunio del mismo cacareado concepto de la llamada democracia, los subalternos y siempre engañados, pisoteados y vilipendiados por quienes están arriba aprovechándose del poder para vulnerar los derechos del llamado pueblo, aumentándole cada vez las cargas tributarias, encareciendo los servicios públicos y tantas cosas que ocurren en nuestro país. Pero, lamentablemente parece que apenas nos reímos de lo que le pasa a Colombia, como si solo fueran simples picardías.

Cuando vemos a la delincuencia portando uniformes de las fuerzas regulares, a primera vista lo reprochamos; pero cuando leemos investigaciones como la de la Revista Semana, sobre Tolemaida, no nos extrañamos porque, si instituciones que creíamos la medula de de la sociedad colombiana en la lucha contra actos delictivos y la búsqueda de la verdad y la justicia, cae en hechos tan reprochables y los superiores dicen no tener conocimiento, demuestra que hemos llegado al fondo de lo peor en Colombia, donde repito, no hay motivo para creer en nada y en nadie.

Con todo esto y muchos más de lo que hemos vivido en la última década, es oportuno que cada ciudadano, piense en el grado de responsabilidad que tenemos los más de 10 millones de electores, que seguramente con ingenuidad hemos confiado en quienes salen a la plaza pública y a través de los medios de comunicación a decirle a los ciudadanos maravillas y que van a ser los redentores de los oprimidos, que van a bajar los impuestos y las tarifas de servicios públicos, etc., etc., pero todo resulta una utopía, o, mentiras, que lamentablemente ilusionan a los electores para llevarlos a las urnas como tirados con bozal, para terminar resignados a toda clase de vilipendios disfrazados.

Todo esto y muchas cosas más nos concitan a preguntarnos si habrá motivo para seguir creyendo en las instituciones del Estado Colombiano.

Pero sin duda, hoy que tanto la Contraloría general y la fiscalía general han llegado a manos del poder femenino y sumado a la credibilidad de la Corte Constitucional, (que nos salvó de la hecatombe) nos queda algo de esperanza, si desde la rama ejecutiva se respeta el concepto del estado de derecho que se puso en grave riesgo, no hace mucho tiempo.

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