sábado, 29 de septiembre de 2012

La lámpara de Aladino

TRAFUGARIO
Por: JOSE OSCAR FAJARDO
A mi correo electrónico llegó hace unos días una nota que en letras castellanas decía así: “El presupuesto general de la nación beneficia a Santander”. En él dice que el presupuesto general de la nación, para la vigencia del 2013, quedó en un monto de 185.5 billones de pesos. La superbuena noticia es que, dice el comunicado que para Santander se logró incluir 285 mil millones de pesos más, adicionales a los ya presupuestados 1.6 billones de pesos para ejecutar durante esa vigencia en esta región. Continua el comunicado: Así las cosas, podrá iniciarse la ejecución de proyectos de importancia para Santander, entre los que se encuentran la vía Curos-Málaga, La troncal norte-sur en Bucaramanga, la vía Yuma, en Barrancabermeja, el Acueducto Regional del Chicamocha, el intercambiador del barrio El Bosque, en Floridablanca, y el Centro de convenciones en Neomundo. Más galla no canta un claro y que esto no vaya a ser una novela de ficción.
 Así que mis queridos doctores Richard Alfonso Aguilar, gobernador del Departamento y Luchito Francisco Bohórquez, alcalde la ciudad, porque para la alcaldía de Bucaramanga habrá una buena y equilibrada porción de presupuesto, ahí tienen para que, al terminar estos cuatro años, Santander sea uno de los primeros Departamentos de la Nación. ¿En qué? Dios quiera que en todo. Yo propongo, sin ser filósofo, que habiendo plata lo que se necesita es una buena imaginación y una inteligencia lógica. Creo ciegamente que eso es cierto. Claro que la cosa no es tan fácil porque hay problemas de fondo en la ciudad capital, que necesitan cambios socioculturales también de fondo y estos son, por lo general, muy a largo plazo. Por eso considero importante el cambio hacia lo artístico cultural que se le dio a la feria de Bucaramanga. 
A la hora que estoy escribiendo esta columna se está inaugurando el Encuentro de la Palabra, en la plaza cívica Luis Carlos Galán, y hay un agradable ambiente de fiesta. Después de la inauguración un río de gente se desplazó, me dijeron, por la calle 36 para trasportar la fiesta cultural a todos los rincones de la ciudad. Y como lo anoté el domingo anterior, yo sé que ahí no solo está metida la mano del alcalde Lucho Bohórquez, sino la de su jefe de Cultura Henry Armando Carrizales, e incluso la del jefe de prensa Aníbal Morales y las de todo el grupo de trabajo. Néstor, Edgar, Choco. Porque fue que al doctor Luchito le tocaron varios chicharrones a la vez, que no se los deseo a nadie.
El problema de la movilidad y el generado por el cambio de las rutas de los buses municipales; el de la reubicación de los vendedores ambulantes; el de la crisis de la empresa de aseo de Bucaramanga, entre otros. En cambio el doctor Richard Aguilar la tiene menos verraca. Primero meterle duro a los proyectos ya anotados, pero también meterle duro a la inversión en la gente. Ojalá en vivienda, empleo y salud. Pues a un niño enfermito o con hambre, no hay ninguna teoría económica, ya sea de Adan Smith o de Marx, que calme sus angustias. A ellos, en forma absoluta, solo hay que calmarles sus dolores y darles de comer. Ellos no entienden más jerigonzas. De igual manera, a un padre viejo, pobre y enfermo, poco o nada le dice una carreta pavimentada y adornada con las más modernas obras de arte. A él le dice mucho más un plato de comida para él, para su mujer y para sus hijos y una covacha donde meterlos a todos. De nada le sirve que levanten castillos al lado de su miseria. Pero de todas maneras las obras de infraestructura hay que realizarlas porque si no, no habrían puertas por donde entre el desarrollo de la región. Por eso mismo al Gobernador y al alcalde hay que rodearlos, apoyarlos y ayudarles porque Santander y Bucaramanga son de todos los colombianos.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Caos y anarquía en el SITM

Por Luis Eduardo Jaimes Bautista (J.B.)*
¿Dónde quedan los principios fundamentales del transporte masivo del Área Metropolitana que se fundamentó en la Comodidad, agilidad y seguridad? Eso que le vendieron a los ciudadanos y que arrancó como proyecto bandera de la modernización de la ciudad hace 12 años, para llegar a lo que estamos viviendo hoy en día: el caos y la anarquía de un Sistema Integrado de Transporte Masivo para el AMB, sin que exista la diligencia, la socialización y una solución a mediano plazo para quienes vivimos en esta pequeña metrópoli.
¿Dónde quedaron los documentos: Conpes 3298 y 3370 del  2004, el seguimiento a la ley 86 de 1989, con los requerimientos de la ley 310 de 1996, ley 336 del 96? Un proyecto que quedó incluido en el Plan Nacional de Desarrollo 2006 – 2010: Estado Comunitario: “Desarrollo para Todos” y considerado como proyecto de importancia estratégica para la Nación y los Municipios del área Metropolitana de Bucaramanga (AMB)
¿Dónde quedaron los diseños que la Universidad Industrial de Santander (UIS) elaboró, tanto conceptuales como operacionales, para este transporte masivo; teniendo en cuenta los factores de proyección, la jerarquización de rutas, configuración de nuevos servicios y optimización de flota?
En pocas palabras todo se lo pasaron por la “galleta” las administraciones anteriores (alcaldes) Honorio Galvis, Raúl Cardozo, Jairo Ulloa, Francisco Suárez  y el Ex gerente Francisco Rueda, en complicidad con los que les correspondió el mandato del cuatrienio 2008 a 2011 en los municipios del Área Metropolitana, que solo pensaban en sus intereses personales, que colectivos.
El gran espectáculo de los Buses verdes que circulaban mostrando como operarían se iba convirtiendo en la gran panacea, mientras el parque automotor de los buses convencionales crecía también y se olvidaban de la chatarrización. Eran  tantas las falencias, que el negocio empezaba a crecer y quedar en unas pocas manos con el síndrome de la quiebra.
Los concesionarios de operación seleccionados (Metrocinco Plus S.A. y Movilizamos S.A. se iban conformando según el convenio empresa-estado-Banca Comercial, por algunos pequeños transportadores y las 12 empresas tradicionales de transporte colectivo del Área Metropolitana de Bucaramanga. Pero el pez grande se comía al pequeño y apareció Campollo.
¿Dónde quedaron los impactos culturales? La implementación del SITM que motivara al ciudadano a crear nuevos hábitos enfocados hacia el comportamiento en sociedad. El sentido de pertenencia que generara el desarrollo urbano, social y ambiental, era solo un sonido de sirenas, que motivaba la demagogia del cambio en la cultura vial, concienciando al individuo en la importancia de movilizarse en menos tiempo, seguro y cómodo.
Pero nada de esto ha sucedido. Todo lo contrario: incomodidad, no existe el servicio total de las buses alimentadores, los barrios del norte carecen de un total servicio eficiente; se incrementa el mototaxismo y crece las necesidades que a la vez se convierten en el caos y la anarquía. 
Así le pagan los administradores al pueblo cuando los eligen, con problemas que dan como resultado la mala planificación y los caprichos administrativos, a unas políticas que se trazan sin ver el bien común y colectivo. Eso es lo que sucedió con el transporte masivo en la ciudad de Bucaramanga esta semana, después de 12 años de haberse implantado en una ciudad sin vías.
Las reuniones, los consejos de seguridad con  los Alcaldes, el Gerente de Metrolínea y la Gerente del Área Metropolitana de Bucaramanga, dejaron declaraciones: mintiendo, retractándose y aceptando que se cometieron errores por la improvisación. Una lección para que no sigan cayendo más en los yerros y que muy pronto tengamos el servicio de transporte como es, como está planteado y no buses como latas de sardinas, portales sin colas, frecuencias rápidas para llegar desde el sitio más apartado a los centros de trabajo, bancos, sin necesidad de soportar el caos como sucedió en esta semana con los Municipios de Piedecuesta, Floridablanca y Girón, como respeto a las necesidades sociales de las personas.  
*Poeta y Escritor

Proyecto de Ley


Por: Pedro Gerardo Tabares C.
La orientación de protección mínima al pueblo colombiano, al hacer desaparecer las empresas para la salud,  es una necesidad que al lado de las leyes prioritarias que deben rectificar otras de carácter estatutario, como la Ley 100 de 1993, deberá tener apoyo en cada una de las personas, pero en especial por el Congreso, en donde cada uno de sus miembros cuando acude a hacer  proselitismo que lo lleva al fin primordial que se denomina hacer las leyes, conoce por boca de quienes mayor dificultad tienen en salud los problemas sentidos y ausculta las soluciones. Una de las inexplicables formas de atender la salud, es que se preste el servicio público, por empresas que en estricto sentido dejan de serlo, porqué la definición de las mismas para su creación y existencia conlleva que todas tengan capital propio y por tanto se hace inversión en infraestructura, para entrar a competir en la realización de una determinada labor que produzca dividendos porque con sólo señalar la prestación de estos servicios ya bajo señalamiento de capitales que se ingenian demostrarnos, tienen el apoyo del Estado y la autorización de los descuentos de origen presupuestal que corresponden al rubro por una cantidad que supera en mucho el porcentaje que cualquier empresario obtiene como ganancia por su inversión. El manejo de cantidades considerables de dinero permite que los porcentajes que se pueden descontar desde la entrada del dinero perfectamente esas ganancias por la prestación de ese servicio, con sobrecostos en el manejo de lo que en otra época funcionó con el nombre de Hospitales, en donde las personas que los administraban lo hacían con un poco de sentido común, para utilizar con mesura los recursos que se les entregaban sin que entonces fueran entidades del Estado, calificación que posteriormente se le dio en general y con titularidad en los entes territoriales que lamentablemente sin que haya que hacer demostración estadística puede decirse que exista alguno que por sus excedentes de capital, como se indica para los fines de servicio público, tenga ganancias, sino que antes por el contrario se registran pérdidas a las cuales puede agregarse otro defecto que no se ha mirado relacionado con qué quienes han prestado servicio son objeto de demandas para que devuelvan parte de las caprichosas sumas que le fueron entregadas en compensación de pensiones y prestaciones sociales que también contribuyó a la pauperización de la medicina que se paga por cantidad y no calidad.Tl vez no haya cantidad tan amplia de empresas intervenidas como las de la salud, que siendo de origen privado administran bienes del Estado, y se orientan hacia la liquidación, como las demás del mismo.
 Es importante el proyecto para que la administración de los recursos del Estado se inviertan totalmente y no vaya en un mínimo del 30% para prestadores de servicios que a costa de trabajadores de la salud y recursos estatales han presentado pérdidas millonarias que han devenido en lo que por ser común, su mención se llama el colapso de la salud. Es necesario que haya análisis en todos los sentidos para que se observen las realidades y no se mantenga una situación de permanente gasto de los presupuestos y cuando se va a examinar en que se han invertido sólo aparecen pérdidas.  No se trata de criticar, sino de solicitar a quienes deciden en el Estado que observen los resultados de lo que se creyó  lleno de bondad, pero no dio los resultados que esa aspiración orientó.

martes, 25 de septiembre de 2012

¿Vale la pena mantener esquema logístico?

A propósito de la Feria de Bucaramanga
Cartas del lector
Amigo Bernardo Socha:
Vale la pena hacer un somero análisis socio cultural de la celebración de la Feria de Bucaramanga para concluir si vale la pena mantener el esquema logístico y la exaltación de los antivalores que priman en su  programación y su organización; cabe preguntarnos en que parte de la programación de la feria que acaba de terminar se dispuso de un espacio para enaltecer los valores terrígenos y culturales de la santanderinidad, nuestra música, nuestras danzas, la literatura, el arte, el teatro y, lo más importante, el culto al trabajo honrado  que ha destacado e identiificado a las gentes de nuestro departamento en el concierto nacional.  
Pedir esto es casi imposible si tenemos en cuenta que  nuestro mandatario es originario de otro departamento.   
En los últimos años las ferias de Bucaramanga se han  convertido en una vitrina social para que los narcorricos  hagan alarde de su poder económico, polìtico y militar, su prepotencia y su grosería y muestren ante la inerme y estupefacta ciudadanía sus escoltas, sus carros blindados de alta gama, sus reinitas y sus caballos millonarios.
Es la mejor oportunidad que les proporciona el Estado y la ciudad para que estos personajes violentos y corruptos le notifiquen a la sociedad que su dinero mal habido los hace inexpugnables ante la Justicia y, de paso, demostrarnos que gozan de la aceptación, el halago y la protección de los dirigentes políticos y gremiales y los mandos militares y policiales.
Atento saludo,
Reinaldo Ramìrez

Opinión del ex ministro Horacio Serpa

Hay TIEMPO para la paz
                                    Nuevo Siglo
Horacio Serpa
La última edición de El Tiempo, dirigida por Juanes en una simbólica expresión de solidaridad con la paz y con un cambio de actitud, fue sencillamente ejemplar. Significó mucho en este momento en el que el gobierno del Presidente Santos y las Farc se reúnen para avanzar hasta el final en el propósito compartido de poner fin al conflicto armado.
Leyendo todas las páginas de El Tiempo, todos los artículos, los diferentes informes, las estadísticas, las declaraciones, ese precioso material informativo y analítico sobre la necesidad del entendimiento nacional, surge sin dificultades mayores una auténtica solidaridad con la convivencia y con todos los esfuerzos que se hagan para superar la situación de enfrentamientos y violencia que el país soporta hace medio siglo.
Es importante impulsar ese sentimiento de reconciliación a que se refiere el diario capitalino. Entendernos a pesar de las diferencias, perdonarnos no obstante la gravedad de los daños, ser capaces de vivir sin rencores ni resentimientos, darnos la oportunidad de llegar a un nivel superior de convivencia, son propósitos que debemos practicar y estimular para que de verdad encontremos “tiempos mejores para el país”
“El sistema en que vivimos está viciado. Es la hora del cambio”. Palabras sabias de Juanes que deberíamos acoger todas y todos los colombianos.  
Desde luego, nada cambia si no hacemos lo indispensable para lograrlo. Aquí no caben apoyos morales ni solidaridades retóricas. El cambio se produce si actuamos, si entendemos al otro para que este y los demás nos entiendan, si aportamos en sentimientos y en lo material, si estamos dispuestos a juntarnos con el agresor de ayer y a procurarle la posibilidad de una nueva vida, sobre la base de que él entienda que el cambio es misión de todos y que se requiere su participación para gozar las bondades de una nueva situación.
En Oslo y La Habana se va a negociar el silencio de las armas. Nunca más podrán ser utilizadas sino por una autoridad que siendo legítima y equilibrada las use  para asegurar la permanencia de la paz que se está negociando y garantice a cada persona, a cada niño, a cada anciana, el goce cabal de sus derechos constitucionales y el mejor bienestar personal y familiar.
La responsabilidad del Gobierno y de las Farc es enorme. Casi cincuenta millones de personas dependemos de su sabiduría, de sus sanos propósitos, de su disposición de entender que  el actual estado de cosas, perjudicial y violento, propicia el desmantelamiento de las instituciones republicanas, impide el crecimiento económico del país y mantiene la situación de desigualdad que nos agobia como nación.
Está demostrado que con la guerra todos perdemos. Al contrario, si llega la paz todos ganamos. Por eso es que debemos mantener el actual momento de respaldo a tantos esfuerzos que se adelantan para conseguir tranquilidad, progreso y justicia.
Porque la paz es justicia, comprensión, tolerancia, respeto, entendimiento entre quienes son diferentes. La paz es un acto de valor. ¡Asumámoslo!
Bogotá D.C., 25 de Septiembre, 2012[1]                        

sábado, 22 de septiembre de 2012

La Feria de la cultura

                                                     TRAFUGARIO
Por: JOSE OSCAR FAJARDO
El domingo pasado les expliqué con sobrados detalles por qué me estaba gustando más de la cuenta la selección colombiana de fútbol y sobra dar explicaciones. El jueves que acaba de pasar, a eso de las siete de la noche llegué al parque Santander al que hacía mucho tiempo no veía tan atiborrado de gente. La noche estaba fresca, la catedral de La Sagrada Familia estaba tenuemente iluminada como siempre pero se le veía preciosa, y la Orquesta Sinfónica de la UNAB interpretaba una exquisita melodía de Félix Mendelssohn: Obertura las Hébridas Opus 26. Sin recurrir a extravagancias en realidad parecía una pequeña ciudad europea. El movimiento ondular de las hojas de los árboles y la música clásica le daban ese aire como si fuera una antigua pintura de Manet, y eso hacía el ambiente algo sobrecogedor. Yo estaba muy emocionado porque, dicha la verdad, eso nunca se había visto en una feria popular y de las que se acostumbran a realizar en Bucaramanga dada nuestra herencia cultural.
Pues ya nos habían acostumbrado nuestros antiguos mandatarios que una feria era una rasca de doce o quince días aderezada con muertos y heridos y muchos accidentes de tránsito. Pero los conceptos cambiaron porque hubo alguien que planteó ese cambio conceptual. Tengo que aprovechar esta tribuna que es mi columna para decirle al alcalde doctor Luis Francisco Bohórquez y todo su equipo de trabajo, al director del Instituto Municipal de Cultura, doctor Henry Armando Carrizales, que este nuevo paradigma de feria y de fiesta en donde prevalece la cultura de las Bellas Artes, es un paso enorme hacia el establecimiento de una sociedad indiscutiblemente adelantada. Ahora mismo me viene al pensamiento que Julio Cortázar, el escritor argentino de “Rayuela”, en su obra cumbre literaria decía que Buenos Aires era la “París de América Latina” y el desarrollo cultural hacia las Artes eran sus razones de fondo. Y así vi yo a Bucaramanga en estas fiestas populares, obvio, guardadas ciertas proporciones. Créanme queridos lectores, ustedes que me han leído tanto, que no es de ninguna manera sensacionalismo barato. No. Fue que me gustó tanto el cambio de conceptos feriales, que me ocurrió lo mismo que con la selección Colombia. Debo confesarles con toda la humildad que llevo más de la mitad de mi vida metido en el Arte literario y por eso me emociona tanto. Además las presentaciones teatrales se dieron en toda la ciudad. Las danzas en el Instituto de cultura.
El teatro callejero en el parque San Pio y en el parque la Cigarra.  Imposible no destacar también que la empresa privada se metió la mano al bolsillo y por decir algo, lo de Colombia moda fue todo y más que un éxito. Es cierto que a mucha gente no le gustó para nada este nuevo modelo de feria que se puso en escena para esta fecha. Incluso oí gente renegando porque ellos querían el bebido y el circo de siempre, y eso es normal. Ellos ya lo entenderán cuando alguno de sus hijos les explique que la vistosidad y la alegría de una fiesta popular, no es directamente proporcional al consumo de licor y de algunas otras cosas. Alguna vez lo entenderán, y entonces se darán cuenta que el Arte popular tiene y maneja contenidos más valiosos que un diluvio de toneladas de artimañas de colores con las que se ha engañado, alienado y persuadido a la gente desde las historias más antiguas hasta las más recientes. Bucaramanga, como la  primera ciudad del nor-oriente colombiano, tiene mucho para dar por su diversidad costumbrista y por su trasferencia cultural con la costa Caribe y con la República Bolivariana de Venezuela, así muchos digan que no. La Etnia europea venida a este territorio durante la colonia podría dar algún indicio. Solamente lean La “Culebra Pico de Oro”, y después ustedes me dicen si definitivamente yo estoy MFP. Reitero mis aplausos para el señor alcalde, para el director de Cultura y para todo su equipo de trabajo. Y eso que no hablé del intercambio comercial con la Costa y Venezuela que pesa mucho más.    

domingo, 16 de septiembre de 2012

Proyecto de Ley

Por: Pedro Gerardo Tabares
La orientación de protección mínima al pueblo colombiano, al hacer desaparecer las empresas para la salud,  es una necesidad que al lado de las leyes prioritarias que deben rectificar otras de carácter estatutario, como la Ley 100 de 1993, deberá tener apoyo en cada una de las personas, pero en especial por el Congreso, en donde cada uno de sus miembros cuando acude a hacer  proselitismo que lo lleva al fin primordial que se denomina hacer las leyes, conoce por boca de quienes mayor dificultad tienen en salud los problemas sentidos y ausculta las soluciones.
 Una de las inexplicables formas de atender la salud, es que se preste el servicio público, por empresas que en estricto sentido dejan de serlo, porqué la definición de las mismas para su creación y existencia conlleva que todas tengan capital propio y por tanto se hace inversión en infraestructura, para entrar a competir en la realización de una determinada labor que produzca dividendos porque con sólo señalar la prestación de estos servicios ya bajo señalamiento de capitales que se ingenian demostrarnos, tienen el apoyo del Estado y la autorización de los descuentos de origen presupuestal que corresponden al rubro por una cantidad que supera en mucho el porcentaje que cualquier empresario obtiene como ganancia por su inversión.
El manejo de cantidades considerables de dinero permite que los porcentajes que se pueden descontar desde la entrada del dinero perfectamente esas ganancias por la prestación de ese servicio, con sobrecostos en el manejo de lo que en otra época funcionó con el nombre de Hospitales, en donde las personas que los administraban lo hacían con un poco de sentido común, para utilizar con mesura los recursos que se les entregaban sin que entonces fueran entidades del Estado, calificación que posteriormente se le dio en general y con titularidad en los entes territoriales que lamentablemente sin que haya que hacer demostración estadística puede decirse que exista alguno que por sus excedentes de capital, como se indica para los fines de servicio público, tenga ganancias, sino que antes por el contrario se registran pérdidas a las cuales puede agregarse otro defecto que no se ha mirado relacionado con qué quienes han prestado servicio son objeto de demandas para que devuelvan parte de las caprichosas sumas que le fueron entregadas en compensación de pensiones y prestaciones sociales que también contribuyó a la pauperización de la medicina que se paga por cantidad y no calidad.
Tl vez no haya cantidad tan amplia de empresas intervenidas como las de la salud, que siendo de origen privado administran bienes del Estado, y se orientan hacia la liquidación, como las demás del mismo.
 Es importante el proyecto para que la administración de los recursos del Estado se inviertan totalmente y no vaya en un mínimo del 30% para prestadores de servicios que a costa de trabajadores de la salud y recursos estatales han presentado pérdidas millonarias que han devenido en lo que por ser común, su mención se llama el colapso de la salud. Es necesario que haya análisis en todos los sentidos para que se observen las realidades y no se mantenga una situación de permanente gasto de los presupuestos y cuando se va a examinar en que se han invertido sólo aparecen pérdidas.  No se trata de criticar, sino de solicitar a quienes deciden en el Estado que observen los resultados de lo que se creyó  lleno de bondad, pero no dio los resultados que esa aspiración orientó.

Umbral de paz

Por Gerardo Delgado Silva
Nuestras Constitución Política, reconoce la paz como un derecho y un deber, agregando que “es de obligatorio cumplimiento”.
Empero, este reconocimiento no es simplemente una formulación jurídica, letra inane.  Adquiere sentido al procurar un contenido de equidad y de justicia, como lo señaló Juan XXIII, en su camino hacia la grandeza.  Palabras más, palabras menos, la paz debe tener un contenido de justicia, y la justicia un contenido de paz, colocándolas en el decoroso nivel que les corresponde en la existencia humana.  Por eso, la “vieja filosofía de Grecia nos ha legado una leyenda según la cual cuando los hombres quisieron fundar la ciudad, los dioses para hacer posible que la ciudad perdurase, le dieron como regalo inapreciable la justicia”.
En nuestra patria, por desgracia ha existido un rosario de guerras y desenfrenos fratricidas que engendran otros, en una rueda de estupidez hasta hoy.
Es una tragedia que arde por los cuatro costados.  Las madrugadas en Colombia amanecen más temprano, emponzoñadas de carnicería soberbia, de holocausto bárbaro.  Una guerra que no se ha podido superar en  más de 50 años, de la cual el Informe Nacional de Desarrollo Humano, con el auspicio del PNUD y la Agencia Sueca de Cooperación, sostiene desde hace años que es “una guerra de perdedores”. 
Los mecanismos contemplados por el Señor Presidente Santos con el propósito de suscribir un acuerdo para acabar con la guerra y comenzar el proceso de paz, es el más encomiable y deseable de los objetivos políticos, es decir, avanzar en aquellos hechos indicadores de que se está llegando al final de la guerra.
El Gobierno tiene que optar por el arreglo propiamente político, como ocurrió en Irlanda y Suráfrica por ejemplo.  La paz hace imperativo materializar una larga lista de reformas y cambios a favor de los más desprotegidos, a los cuales las élites y los gobiernos han hecho a un lado por tantos años.
Para Colombia resultan particularmente interesantes las enseñanzas de paz y lecciones que encierra la experiencia salvadoreña, en donde padecieron por más de 20 años una atroz guerra interna, que sobrepasó en intensidad, destrucción y número proporcional de víctimas al conflicto Colombiano.  Después de varios años de negociación directa y diálogos se firmó el célebre acuerdo, que inauguró una nueva era de convivencia y progreso para esta martirizada nación Centroamericana.
Cuando se entiende el agotamiento de la guerra y existe el coraje para ensayar otro camino, todo es posible si hay voluntad, realismo y decisión, como es el propósito del Presidente Santos, para lograr la restauración del país.
No se trata tan sólo de una inclinación irrevocable de su espíritu, sino también de un deber.  Comportamiento que llevará a los Colombianos a una nueva visión y servirá para acrecer las reservas que en el ser humano valora y dan dignidad a la vida.
Y es que la violencia nunca acaba con la violencia.  Son elocuentes las afirmaciones: “No hay victoria si no se pone “fin a la guerra”, como expreso Montaigne; o como en el mismo sentido señaló John Marshal: “El único modo de vencer en la guerra, es evitarla”.
Así lo demostraron liberales y conservadores al suscribir hace más de cien años, unos tratados que pusieron fin a la guerra que se llamó de los mil días. Terrible contienda.  Toda una carnicería, como la batalla de Palonegro, donde según el historiador Gabriel Camargo Pérez, “sucumbieron cuatro mil ciudadanos en la más cruenta batalla de América Latina…”.
Ahora bien.  La paz no se limita tan solo a la ausencia de guerra, incluye una ambiciosa agenda de profundas transformaciones políticas y socioeconómicas, que han sido ingredientes de todas las guerras colombianas. Las Farc, deben comprometerse a la desmovilización y entrega de armas.  Es imperativo devolver incondicionalmente a los secuestrados en cumplimiento de una obligación jurídica, contemplada en la Convención de Ginebra y los correspondientes protocolos anexos.
La inicua desigualdad en la distribución del ingreso, el ominoso régimen de tenencia de la tierra, los abusivos privilegios que han crecido a la sombra de la política. El penosísimo acceso a la educación y a la salud, deben ser objeto entre muchos otros, de drásticos cambios. Y que, por tanto, se impone buscar a esos males - como lo está haciendo el Presidente Santos – sus hondas raíces. De no ser así, aunque se firme la paz con las Farc, podemos estar seguros, otros, empuñando fusiles o cacerolas, no tardarían en reemplazarlas.
Es tan transcendental esta feliz idea del Presidente Santos, que la comunidad internacional, la Unión Europea y la iglesia católica respaldan el dialogo para la normalización del país.
Se hace indispensable la culminación de un gran movimiento patriótico que se sume al valeroso comportamiento del Señor Presidente, acogiéndonos a la credibilidad política que ha logrado construir.  El Gobierno tiene ya el terreno abonado con la Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras, que está cumpliendo, para empezar a cubrir la inmensa deuda social del Estado. Con la “Política de Desarrollo Agrario”, que está promoviendo, ha surgido el proyecto de Ley de Tierras y Desarrollo Rural, el sendero para la equidad.
Los detractores del dialogo, con el Señor Uribe a la cabeza, reafirman sus marcados rasgos e irrefrenables deseos beligerantes y una desmedida paranoia, en cuyo nombre se cometieron muchas injusticias, como las atrocidades de los llamados falsos positivos. Genocidios “notorios y preocupantes”, tal como lo evidenció el informe del Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Coordinación Colombia – Europa – Estado Unidos.
Así mismo, con acusadora precisión este documento señaló “el incremento de las detenciones arbitrarias, una de las consecuencias más visibles de la aplicación de la política de seguridad democrática”.  Y afirmó posteriormente “la paulatina y creciente paramilitarización de la sociedad y las instituciones colombianas…”.
Sostiene el informe que “en el campo económico, el poder que ejercen los grupos paramilitares – se refieren a la administración anterior – es creciente” y agregan que: “Además del control que tienen sobre actividades ilegales, ente las cuales la más prospera continua siendo el narcotráfico, esos grupos han logrado acrecentar sus proyectos agroindustriales de exportación (por ejemplo palma aceitera), contando con el auspicio de programas gubernamentales; se han apoderado de abundantes recursos públicos destinados para la inversión social (tierras, salud, educación y vivienda, entre otros renglones).
En este orden de ideas manifiesta: “Políticamente se multiplicaron los vínculos entre grupos paramilitares y narcotraficantes con gobernadores, alcaldes y parlamentarios”.
Es una práctica recurrente de la ultraderecha apelar a los dobles criterios o raseros.  Tariq Alí proporciona una versión libre pero fiel a la recomendación: “vamos a castigar los crímenes de nuestros enemigos y recompensar los crímenes de nuestros amigos”.  Así pues, los que se oponen irracionalmente al diálogo, convalidan el doble criterio, cuyas desastrosas consecuencias están a la vista, sumiendo a Colombia en el inevitable desfallecimiento moral, que nos agobia.
Y bien. La conducta del señor Presidente Santos, no es una muestra de debilidad.  Se constituye por el contrario en un acto de responsabilidad y de grandeza, convertido en paradigma y modelo.
No fueron ciertamente las armas las que impusieron la resistencia en Francia y los países ocupados, sino el vigor patriótico de sus intelectuales. 
A quienes amamos la paz y la civilidad, nos asiste el ánimo ferviente de solidaridad y de plegarias para que el Todopoderoso trasmita al Señor Presidente, la energía espiritual indispensable, a fin de que se haga realidad su misión trascendente, por el prestigio de Colombia y la guarda de su futuro en todos los aspectos de nuestra vida repúblicana.
                                                                                              Para bersoa comunicaciones 

sábado, 15 de septiembre de 2012

¿El partido liberal perdió su rumbo?

Cartas del Lector
Renuncia del secretario general del partido liberal
Amigo Bernardo Socha: 
Ante la renuncia de MAURICIO JARAMILLO MARTINEZ, Secretario General del Partido Liberal Colombiano, debiera abrirse el necesario debate político para conocer los motivos de fondo que han provocado la dimisión de este funcionario tan importante en la dirección de la colectividad liberal.  

Reinaldo Ramírez
En mi concepto, hace rato que nuestro Partido Liberal perdió su rumbo ideológico y sus banderas programáticas y entró de lleno en el clientelismo y la corrupción; la iniciación de su proceso de decadencia puede ubicarse en la adopción del esquema neoliberal como norte ideológico, una perversión política que, con CESAR GAVIRIA a la cabeza, entregó el Estado y los recursos de la Nación  a los intereses privados, a los monopolios nacionales e internacionales y a los intereses imperiales que, hoy, usufructúan los impuestos, las  vías de transporte (carreteras, vías férreas, aéreas y fluviales), las comunicaciones, los puertos y aeropuertos, el petróleo, los recursos mineros y forestales, las tierras y los baldíos nacionales, la salud, la educación, la seguridad interior y un largo y un vergonzoso etcétera que cobija la política, la soberanía nacional, las bases militares y la dirección de nuestras Fuerzas Armadas y de Policía y los recursos estratégicos del país.  
La paz es el camino hacia la recuperación de nuestra soberanía y nuestra identidad nacional, la paz es la victoria.
Atento saludo,
Reinaldo Ramírez
Texto de la renuncia

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