viernes, 30 de septiembre de 2016

¿Se impondrá el bien sobre el mal en Colombia este domingo?

O la guerra será la suerte que merecemos
Por: Bernardo Socha Acosta
Luego de escuchar a eminentes y destacados personajes del mundo hablando sobre la paz de Colombia, país al que tienen sus ojos puestos alrededor de la paz, solo queda preguntarnos los nacionales, si el mal se impondrá sobre el bien.
No hay duda que respaldar el proceso de paz  es el mejor camino para Colombia, y como lo han repetido centenares de observadores y críticos que dicen, “más vale un acuerdo imperfecto que salve vidas, a una guerra perfecta que siga sembrando muerte y dolor”.
Y es que el Sumo pontífice, (Papa Francisco) que no hay duda es uno de los seres más espirituales del  planeta y con los mejores deseos para la humanidad,  vaticinó que  si los colombianos rechazan el Acuerdo de la Habana (es decir votan por el no) el país se va a enfrentar a peores rigores de la guerra.
Y la Revista Ecónomist,  uno de los medios de información más importantes y analíticos del mundo, le dedicó un editorial positivo a la firma del Acuerdo de Paz  del pasado 26 de septiembre en el que destaca los avances para Colombia. Y el director de ese medio para América, Michael Reid en reportaje para la Cadena Caracol,   consideró que  si los colombianos respaldan el Acuerdo con el voto este 2 de octubre, habrá mejores oportunidades para el país, diferente a, si los colombianos  rechazan esa  oportunidad (audio: http://alacarta.caracol.com.co/audio/097RD130000000406136/.)
Bueno, y si nos ponemos a hacer un repaso del respaldo que han ofrecido diferentes instituciones del mundo, no terminaríamos; pero eso demuestra que  la opinión universal generalizada orientada a respaldar el Acuerdo de  la Habana, sí sabe sobre qué significado tiene un ACUERDO DE PAZ   porque  han asimilado otros casos similares  en países donde ha habido guerra, diferente a un minúsculo grupo político que impulsa el rechazo a la Paz.
Y paradójicamente hay la insustancial o insulsa creencia de que quienes le dicen, no a la paz, están ejerciendo un derecho democrático, pero  si la PAZ  es un derecho de una sociedad consagrada en la Constitución, qué delito estarían cometiendo quienes le meten zancadilla a la paz.  Y entonces quienes están en contra de la paz, estarían causándole un mal a esa sociedad y en este caso a Colombia.
Y para decirlo de frente, si en el supuesto caso que ganara el NO en estas votaciones del plebiscito, la suerte de Colombia con todos sus males que sobrevengan en el futuro, serian lo que han querido los  que tienen la obligación de defender o someter a un país  a la peor suerte de la guerra.
Pero sobre el tema queda mucho que comentar.  Porque es que una buena parte d quienes le ponen palos a la rueda de paz, son quienes reciben emolumentos del tesoro público, es decir que esos algunos, son quienes reciben dineros (más de 20 millones mensuales  como los congresistas) con los cuales adelantan una campaña contra la paz y algunos colombianos son tan imbéciles, que les ponen las cadenas y salen a darles las gracias a sus verdugos.
Y aquí las Farc tienen un gran reto, y es el de hacer un fiel y estricto cumplimiento a los Acuerdos pactados, para darle una gran bofetada a los opositores y ponerlos ante la faz del país y el mundo como los gestores de las fórmulas del Mal  y enemigos de una sociedad sufrida por el maltrato de la guerra de la que ellos han sido corresponsables.

La guerra y la paz

29/09/2016
Por Antonio Acevedo Linares.
La paz no se hace con los amigos, sino con los enemigos.
La guerra se gana para compartir la paz con el enemigo.
La paz no es el silencio de los fusiles.
La paz es la justicia y la justa distribución equitativa de la riqueza y el poder.
La guerra es el fracaso de la política, afirmó Wallace Stevens.
La paz no es un decreto.
La guerra es la muerte ojo por ojo.
La paz no es un minuto de silencio.
En la guerra como en la paz, no todo es válido.
La paz no justifica la guerra, no se hace la guerra para conseguir la paz.
La paz no es la ausencia de conflictos.
La paz es la solución pacífica negociada de los conflictos.
Las guerras no son eternas, si no eres capaz de derrotar a tu enemigo, hay que negociar una salida política.
La paz no es una derrota y a veces la guerra no es una victoria.
A veces la derrota tiene una dignidad que no tiene la victoria
dijo Borges.
La guerra no hay que humanizarla.
La guerra hay que terminarla.

domingo, 25 de septiembre de 2016

Los criollos caballeros del Apocalipsis:

Se conocen por el odio, la venganza, violencia y deseos de catástrofe
Por: Bernardo Socha Acosta
Hasta cuándo los caballeros del Apocalipsis aspiran a que Colombia continúe con la guerra que los relatos históricos sostienen que lleva más de 60 años y que en ese lapso la guerra ha dejado más de 8 millones de muertos por la confrontación y unos 5 millones de desplazados que han contribuido al desorden de las ciudades.
Las personas sensatas se preguntan, hasta cuando los caballeros del apocalipsis seguirán sembrando cizaña entre los colombianos, discordia que es peor que las minas que la guerrilla ha sembrado en esos 60 años de confrontación.
Lo que predican los caballeros del Apocalipsis no tienen más que la intención de  cultivar odio, venganza y ruina   en una sociedad que ha sido martirizada, no solo por la guerrilla, sino por unos cuantos y disfrazados redentores que quisieron acabar con la insurgencia pero se convirtieron en los peores verdugos sociales como lo fueron los paramilitares que hoy algunos agazapados bajo el falso manto de la incredulidad quieren atizar más guerra entre quienes quieren la paz y quienes se oponen a ella.
Y hablando de paz, seriamos ilusos pensar que porque se firma un tratado de paz, Colombia se  convirtiera de la noche a la mañana en ese paraíso terrenal del relato bíblico, donde tengamos todo. No; ese tratado es apenas un comienzo para seguir trabajando por esa paz que por tantos años han deseado los colombianos; es solo un paso que posiblemente se aceleraría si los caballeros del Apocalipsis cambiaran su actitud negativa, arrogante, tendenciosa,  ofensiva y carroñera, por ese espíritu   amable, abnegado, de colaboración y de aprecio por su país que a pesar del conflicto les ha dado todo y hasta unos con jugosas pensiones y otros devengando en las Corporaciones públicas  privilegiados emolumentos que les sirve hasta para despotricar  de su país, anunciándole un futuro azaroso y menos halagüeño que lo que ha traído la guerra y la corrupción de cuello blanco, males que parece empeñados en que   sigan mortificando a los Colombianos.
Que mejores oportunidades le esperarían a una sociedad, si no  actuaran los predicadores del mal; los que pretenden hacerle creer a unos cuantos, que continuando la violencia es como se van a encontrar las oportunidades de progreso para Colombia. Que ironía de quienes lo tienen todo y pretenden con falsas teorías llevar a un país a la ruina total, solo por mediar fuerzas políticas para en un futuro pretender el primer cargo del estado volviendo a las plazas públicas a seguirle mintiendo a los electores y a todo un país en el que por fortuna solo unos pocos creen que continuando la guerra es como Colombia va a encontrar salidas en busca de progreso. Cómo estos señores creen que mintiéndole a Colombia es como se encontrará la solución a los problemas. 
Y seriamos un país de ilusos si pensáramos que ya con la firma del Acuerdo de paz, Colombia volviera a recuperarse de más de 60 años perdidos en la guerra. Y es sensato también pensar que seguirán habiendo hechos delictivos, máximo cuando otra guerrilla no se ha desmovilizado y cuando hay unos reductos criminales que buscan la riqueza a como dé lugar.  Pero con la firma del Acuerdo de paz de la Habana,  se aporta un granito de arenas a ese querer de la mayoría de compatriotas que si aspiran a ver una Colombia en la paz, y que entienden que la firma de los Acuerdos es  solo un paso, pero no el retroceso de quienes los que pretenden que continúe la confrontación.

sábado, 3 de septiembre de 2016

De malas pulgas

                 Trafugario
                           Escribe: José Óscar Fajardo

Eso es, ni más ni menos, lo que le ocurre a la mayoría de políticos y a los empleados públicos en general, que se “arrechan” porque los critican con mamadera de gallo, es decir, a través del método letal del humor sulfúrico. Cosa pendeja, digo yo, porque un político, o un funcionario, al igual que cualquier artista, un periodista, y todos aquellos que conforman esa fauna que está expuesta a la crítica, tienen que entender que son persona públicas, que se hacen protuberantes o famosas socialmente, o por tener un elevado coeficiente intelectual y a la vez una inteligencia superior, o porque definitivamente su cerebro y su sentido común están reducidos al cero absoluto de las matemáticas. Una excompañera sentimental mía, por ejemplo, tiene demandados a sus progenitores porque, no solo la elaboraron fea en una nefanda noche de tormenta como deduzco yo, en que tuvo que haberse aparecido La Llorona por ahí por lo lados de su casa, e incluso haberse metido. Porque aparte del genio de pantera que administra, tiene el bigotito melifluo de una pantera de carne y hueso. Y esto se me ocurre contarlo, primero porque yo fui víctima de ese sainete con esa felina, segundo porque algunos trabajos periodísticos míos han sido rechazados por sacarle brillo a algunos padres de la patria por sus geniales cerebros y sus einstenianas propuestas políticas y filosóficas, y tercero, porque  me causó curiosidad el periodista Antonio Morales, uno de los fundadores del noticiero Quac, junto con  el desaparecido (a la brava) Jaime Garzón, cuando afirma que, “los canales privados están cerrados a cualquier posibilidad de humor político”. Vaya, vaya, vaya pero es cierto. Y el problema más verraco todavía es que arrastran con casi todo el raiting a nivel nacional. Entonces cómo diablos hace uno para “rascarle la jucha” a su propia mujer, claro que sin que ella lo sepa porque  le son suspendidas las prestaciones (de servicios diurnos y nocturnos, es decir desayuno, almuerzo y lo demás) hasta nueva orden. O que ella también se burle de uno democráticamente  por lo “bonito”. O cómo hace uno para decirle al doctor X, al doctor Y, y al doctor Z que son lo más “pichurria” que ha dado la creación, y que como si eso fuera “pescao”, que le prendieron esa fatal enfermedad a sus hijos por simple herencia genética y cultural. Y lo más circunstanfláutico de todo es que ya empiezan, así menorcitos, a tener mucho poder. Y entonces así ¿Cuál proceso de paz? Pero lo que sí no mencionan es que ellos se burlan de la gente, que incluso les puso buena votación en las últimas elecciones, y tienen que hacer cola como cualquier transeúnte en la oficina del zar para que al final de los siglos les digan que todavía, por razones extraterrestres, no se están dando contratos. Que espere otros 500 años. Claro que como ustedes pueden apreciar, no doy nombres para que esta columna, o yo, no vayamos a parar, de pronto, al paraíso de los desterrados. Porque no hay cosa más bacana, verbigracia en periodismo, que a uno la hagan reír pensando como lo hacía Jaime Garzón a los cuatro vientos. Yo soy de los que opina que no habrá un lustrabotas más intelectual y conocedor de las realidades tristes de este país, que Heriberto de la Calle con su sonrisa de mueco inocente. Si es que la crítica es lo más sano que hay, y si es irreverente mucho mejor porque un piquete sin ají, no tiene fundamento. Pero que sea un ají que pique más que un pantalón de paño.  

lunes, 22 de agosto de 2016

El sondeo del 67,5% votaría el Sí y apenas el 32,5 por el No

Voto en plebiscito no liga ni con Santos ni con Uribe
Por León Valencia (Tomado de Semana)
Es una mentira del tamaño del Empire State decir, como dice el uribismo, que el día después de que gane el No nada pasa, y que en La Habana empieza la renegociación.
Hace dos semanas, los resultados de dos encuestas nos pegaron un impresionante susto a quienes promovemos el Sí a la paz. La de Ipsos Napoleón Franco decía que el 50 por ciento de los colombianos estaba por el No y solo el 39 estaba por el Sí. La de Datexco señalaba que el 34,3 por ciento optaba por el No y el 31,3 por ciento por el Sí.
Esos resultados contradecían ampliamente la tendencia que habían registrado los sondeos de opinión de la mayoría de las firmas a lo largo del año.
Pero la encuesta de Invamer Gallup, divulgada el jueves pasado, arrojó que el 67,5 por ciento votaría el Sí y apenas el 32,5 por ciento votaría No. Los resultados de esta nueva consulta de Invamer se parecen mucho a los que venían registrando los sondeos desde finales del año 2015 que mostraban siempre algo muy extraño y muy especial: los colombianos separamos la decisión sobre la paz de las preferencias por los líderes políticos, el Congreso, los partidos y las Farc.
El caso más patente es el de Santos y Uribe. El Sí duplica al No, pero Santos, que es el principal abanderado del voto favorable a los acuerdos de paz, registra una aprobación del 30,7 por ciento contra una desaprobación del 65,1 por ciento. En cambio, el expresidente Uribe que pierde sin atenuantes en su empeño de lograr el No a los acuerdos recibe una aprobación del 60 por ciento para su imagen.

También, a la vez que los colombianos le dan un amplio respaldo a los acuerdos de La Habana en la eventualidad de que el plebiscito se realizara este domingo, expresan un enorme rechazo al Congreso que tiene un 56,1 por ciento de imagen desfavorable, a los partidos políticos que son mal vistos por el 67,5 por ciento de los encuestados y a las Farc que arrastran una desfavorabilidad del 85,8 por ciento.  Leer más

lunes, 8 de agosto de 2016

INSIGNIA DE LA BARBARIE

                      Por Gerardo Delgado Silva
Benito Mussolini, organizador y conductor (Duce) del partido fascista, alcanzó el poder en 1922, con la marcha sobre Roma.  Anexó Abisinia a Italia en 1935 y Albania en 1938.
Reprimió toda oposición democrática, el Duce ejercía el poder como dictador; el partido controlaba la vida pública; el trabajo estaba organizado corporativamente en sindicatos horizontales y las huelgas prohibidas.  El recuerdo del Imperio Romano inspiró una política exterior imperialista, que condujo a la II Guerra Mundial, catastrófica para Italia.
La acción del gobierno estaba respaldada por los “camisas negras”, grupos de fascistas que castigaban con violencia a los enemigos del régimen y crearon el reinado del terror en poco tiempo.
Los diputados opositores que se eligieron al renovarse la cámara fueron obligados a desertar del parlamento por la desembozada persecución de que los hacia objeto, el grupo de los “camisas negras”.
Y “vaya, vaya”, como dirían los ingleses; el movimiento político llamado “en nuestra patria Centro Democrático” eufemísticamente, con infinita pasión de su líder el Senador arrogante Álvaro Uribe, se alineó junto a las personas que en infinito descalabro con “camisas negras”, querían marchar en Bogotá el 20 de Julio, cuando celebra Colombia la Independencia. Es la desmesura y la ira nacidas de su ambición de poder, ignorando el don de la ética, con el propósito de torcer el destino de la dignidad, de la libertad, la democracia, y los principios básicos de la civilización e incluso contra los más elementales de toda convivencia que merezca llamarse humana.  Es el fomento de un clima oprobioso de terror, propia de los “paramilitares”.
El Senador Uribe, enemigo acérrimo de la paz, conspira contra la dignidad del Señor Presidente Santos, quien ha caminado hacia la grandeza de la patria por el ideal de la paz que todos anhelamos y creemos posible pronto, muy pronto.
Como afirmé hace tiempo en otro artículo, con sobrada impostura el Senador Uribe, está satanizando el proceso de paz. Con un sentimiento de indignidad y pequeñez, sugiere que el gobierno, - en hora buena – del Presidente Santos, le está entregando el país a las FARC.  Es comprensible su postura en la medida en que la retórica en la época de su mandato, envileció todo el lenguaje de las grandes causas, hasta convertirlo en símbolo de la traición y la impostura. Empero, sigue con sus ínfulas cortesanas con el desprecio señorial por el Estado de Derecho, haciendo resurgir su agazapado fascismo, nutriéndose del odio y de la exclusión con la pedagogía de la intolerancia y del resentimiento.
Durante el mandato del senador Uribe, la magnitud de la influencia de los grupos paramilitares sobre extensas regiones del país, se convirtió en un fenómeno dramático.
Los paramilitares exhibieron esa influencia, no solo militar, sino política con parlamentarios conocidos como “parapolíticos”, como es el caso del Señor Mario Uribe Escobar, primo del Senador Uribe, quien fue sentenciado por la Corte Suprema de Justicia, pues su comportamiento estuvo inmerso con paramilitares como Salvatore Mancuso y Eleanora Pineda, sin cumplir en ningún momento con la función sagrada de Parlamentario. Esa influencia paramilitar fue social y económica.  Durante ese gobierno, los dineros destinados a proteger a más de doce millones de colombianos que son los más pobres, fueron a parar a las arcas de esos violentos paramilitares, y terminaron utilizados para comprar armas, alimentar el narcotráfico y encender aún más la guerra. Las ARS resultaron una conexión “para”.  ¿No es una inaudita expoliación de los dineros de la salud?.
En su libro “Mi Confesión”, Carlos Castaño afirma: “La base social de la autodefensa lo considera – se refiere al Senador Uribe – su candidato presidencial”.  En forma procaz y calumniosa el señor Uribe con su odio por el abanderado de la paz, expresó en twitter: “Santos es el único de mi gobierno que debería estar en la cárcel, porque fue donde paramilitares a proponer tumbar al gobierno y refundar a Colombia. ¿Por qué oculto o favoreció el comportamiento del hoy Presidente, él sí, esclarecido hijo de Colombia?.
A diferencia de la guerrilla, los paramilitares no surgieron contra el sistema, sino desde el mismo, con la bandera de defender la propiedad y ayudar al estado a combatir la subversión.  Así mismo, crearon los eufemísticamente llamados “distritos electorales”, como lo expresó Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge Cuarenta, cuando exhibió el propósito de elegir a Uribe Vélez.  Jorge Cuarenta orquestó el negocio ilegal del régimen subsidiado de salud (ARS), encargado de atender a la población más desprotegida de Colombia.
Los “camisas negras” en nuestra patria, bajo las sábanas del impudor del fementido Centro Democrático, no es un designio divino: es la consecuencia de políticas abyectas que hay que remediar.
Esto era imposible de concebir en otros tiempos y en otras situaciones
Uribe Uribe, Herrera, Darío Echandía, Alfonso López, Gaitán, los dos Lleras, surgieron en medio de la tempestad pero demostrando su hombría de bien y nutriendo con la savia ideológica de su pensamiento el discurrir histórico de la nación.  Lo otro es un incalificable acto del impropiamente llamado Centro Democrático, solo concebible como producto de un estado de degradación, del abismo de desfase moral.
Los colombianos de bien, no pueden cansarse de clamar por un acto de entereza pública que congregue a la Nación en defensa de la paz, votando SI en el plebiscito - está ajustado a la legalidad según el fallo de la Corte Constitucional.  En Roma tuvo origen el plebiscito.  Allí se sometían a ratificación popular, decisiones de la asamblea de las tribus - y también de sus valores políticos y morales, -que quiere abolir el ya mencionado Centro Democrático furibundo enemigo de la paz – por el prestigio de Colombia ante el mundo entero y la guarda de su futuro, en condiciones de respeto y dignidad.
Lo que acaba de suceder con los “camisas negras” y el Centro Democrático es el más triste y degradante de los episodios de inmoralidad y desprecio por el país, que pueda exhibir movimiento político deliberante.  Los psiquiatras lo considerarían como un episodio psicótico del Senador Uribe, con su famoso absurdo de vivir a la enemiga. Pragmatismo que despoja a la política de toda consideración ética. 
                                                                                                      Para: Bersoahoy.co

domingo, 7 de agosto de 2016

Las contradicciones de un expresidente (Opinión)

El galimatías de Uribe
León Valencia. Foto: Archivo SEMANA
Tomado de SEMANA
Nadie en ninguna parte del mundo ha negociado la paz para salir de la mesa hacia la cárcel. Eso es una treta para garantizar que el conflicto siga su curso.

Leí con insistencia el discurso en el que Uribe fijó la posición del Centro Democrático sobre el plebiscito por la paz, lejos de sus correligionarios católicos y al lado de la cuestionada Iglesia Carismática Internacional. Nunca le había visto al exmandatario un texto tan confuso, tan oscuro, tan embrollado, tan saturado de frases impropias, de proposiciones contradictorias, de actitudes a contrapelo de su propia historia.
Califica una y otra vez de ilegítimo el plebiscito, pero llama a participar en la campaña y a votar el día de su realización. Le dice ‘No‘ a los acuerdos de paz entre el gobierno y las Farc y a renglón seguido le dice ‘Sí‘ a la paz. Señala tajantemente que los líderes de las Farc tienen que ir a la cárcel y no pueden participar en política, y afirma, sin asomo de duda, que el triunfo del ‘No‘ permitirá renegociar los acuerdos y seguir adelante con el proceso de paz. Ataca la justicia transicional para las Farc, pero a la vez propone justicia especial y perdón judicial para los militares y policías presos por delitos en relación con el conflicto armado.
Este discurso no tiene ni pies ni cabeza. Era más entendible la estrategia de resistencia civil que lanzó hace cuatro meses con bombos y platillos. En ella llamaba a colocarse por fuera de la refrendación, a tomarse las calles, a recoger millones y millones de firmas como alternativa a la votación en el plebiscito, prefiguraba la abstención, aspiraba a deslegitimar la paz por la vía de una rebeldía masiva de la población.
En su delirio afirmaba que la Mesa de La Habana se vendría al suelo en medio de la movilización ciudadana. En la rueda de prensa de la Iglesia Carismática Internacional no menciona una sola vez esta idea fallida. Del estruendoso fracaso de esa estrategia surgió la extraña posición de ahora.
No tiene lógica alguna que, de triunfar el ‘No‘, las guerrillas vayan a aceptar el tipo de negociación que Uribe les ofreció a lo largo de sus dos gobiernos. Ya eso está ensayado y no funcionó. Las Farc nunca acudieron a la mesa que les proponía un mandatario obsesionado con la rendición de las insurgencias. 
Con el ELN ocurrió que Uribe negoció dos años en La Habana, en la misma Habana que ahora repudia. Se llegó a un “acuerdo base” que se vino al suelo cuando Luis Carlos Restrepo, alto comisionado de paz, le pidió a esa guerrilla, en una reunión en Caracas, que se concentrara y que sus miembros se identificaran para proceder a definir los términos de la justicia y la reinserción que tendrían.  Leer más  en Semana
http://www.semana.com/opinion/articulo/el-galimatias-de-uribe/484742

martes, 2 de agosto de 2016

Cafesalud, viola elementales derechos humanos?

Nota de dirección: Es también destacable que 48 horas después de las denuncia sobre la no aplicación de la vacuna antitetánica, el servicio se cumplió, según reportaron pacientes que fueron atendidas en la sede de Cafesalud de Cañaveral Floridablanca.   Seguramente con la intervención de los superiores que podrían ser ajenos a esta situación, hubo solución inmediata. La nota que habiamos publicado fue la siguiente:                            
Por: Bernardo Socha Acosta
Nadie entiende por qué el gobierno es tan tolerante con una EPS  como CAFESALUD que pone en riesgo la vida de una gran mayoría de pacientes que por infortunio de la vida  llegaron a un llamado servicio como el que tiene esa, mal calificada, Empresa Prestadora de Salud.
Alguna vez escuchaba a una “alta funcionaria” de esa EPS, decir que es que allí llegan pacientes sin fundamento valedero a pedir el servicio y que por eso son las congestiones.
Pero hoy estamos hablando de señoras embarazadas que llegan a solicitar servicios y se los niegan, como es la aplicación de una vacuna. No se trata de cualquier paciente que solicita un servicio, muchas veces quizás para calmar un “guayabo”, sino de madres que buscan proteger su vida y la del bebé que viene en camino.
Por qué entonces, tanta insensibilidad y tanta irresponsabilidad de una empresa que recibió la licencia para velar por la vida de las personas.
Y es que los pacientes que buscan atención de salud, no están pidiendo una dádiva, como en el caso de señoras embarazadas; ellas están pidiendo el cumplimiento de un derecho que están pagando para ser atendidas como debe ser, pero lamentablemente ocurre lo contrario: pésima atención, o nula la atención. Ahí sí  vale, repetir lo que dicen los afectados, engañados y ofendidos  pacientes, de que  esas prestadoras de salud, se están apoderando indebidamente  de los pagos que  el afiliado hace.  Y qué dice a todas estas el ente encargado de velar por un mediano servicio de atención de salud. Hablamos de la Superintendencia de salud. Cuál es el papel.
Y es que todos sabemos que la aplicación de una VACUNA antitetánica hace parte del control prenatal que debe recibir una madre gestante y si no es así, dónde estamos. Estamos entonces en el peor de los paises?, donde todo los días se habla de progreso y de inclusión social.   
El gobierno, si realmente está buscando mejorar la atención en materia de salud, debe ir pensando en acabar con  estos elefantes blancos que  no tienen ninguna labor misional de salud. Pareciera que la labor misional de esas EPS, sea la de atesorar dinero a costa del esfuerzo y muchas veces de la necesidad de sus pacientes.   
Cuando se ven estos atropellos, contra quienes han pagado un servicio y las prestadoras de salud como CAFESALUD, lo niega, se burlan y humillan a sus pacientes, es cuando se siente la razón,  del por qué   muchos se han rebelado contra el  sistema que nos rige.
Estos abusos y atropellos que cometen EPS’s  como cafesalud,  debieran llegar a los entes defensores de los derechos humanos, porque, eso es lo que representa: Violación de los derechos humanos,  para que les apliquen las más severas sanciones.

sábado, 30 de julio de 2016

De Vélez y muy de Vélez

                                  Trafugario
                             Escribe: José Óscar Fajardo
Todos los años y por esta misma época se lleva a cabo como un ritual y por pura herencia cultural, las fiestas municipales de Vélez que a la hora de la verdad son regionales. Y yo creo que el nombre de Vélez es conocido a nivel mundial, no solo por sus bocadillos sino también por su historia que viene desde la conquista y que se afianza durante la colonia con tantos sucesos que ocurrieron en este período. Por ejemplo, la llegada de Martín Galeano y el genocidio de sus antiguos pobladores y verdaderos dueños de las tierras como eran los indios Agataes y Cocomés, Chipataes y Cimitarras, que se encontraban aquí por simple ley natural puesto que allí en aquel territorio de América nacieron, se  criaron y crearon su propia cultura. Los cronistas que arribaron con los conquistadores, y que eran los periodistas de la época y los encargados de registrar todos los hechos de aquel entonces, los cuentan con sus medios primitivos y con sus propias metodologías ya que no existían los engendros de  las comunicaciones de hoy. Son varios y muy destacados y entre ellos se ubica a Fray Pedro Simón, uno de los más prolíficos cronistas de la provincia de  Vélez. Entre tantas cosas narra alguien que Vélez no nació allí donde está hoy, sino donde hoy está ubicado Cite, corregimiento de Barbosa. A Cite le tienen un cuento, del origen de su nombre, que dan ganas de llorar. Dice la tradición de, “corre ve y dile”, que cuando surgió y creció el caserío, llegó el momento de ponerle nombre.  Los sobresalientes del caserío dizque comenzaron a decirse entre sí, cite usted, y que el otro le respondía: no, cite usted. Y que de ahí surgió el nombre de Cite. Una historia tan tonta como ridícula. En cambio opina mi amigo abogado, músico e historiador oriundo de Vélez, Wilson Hernández, que tal palabra se deriva del francés La Cité (La ciudad) y que proviene por allá de los tiempos de la fundación de París, unos 700 años DC. La Cité era una isla que quedaba en medio de una bifurcación del río Sena, muy cerca de otra isla llamada Santo Domingo en territorio Francés. Wilson asegura que la palabreja llegó al Nuevo Reino y exactamente a esta región, traída por los conquistadores como muchas otras, Pamplona, Málaga, Medellín, y que aquí le  quitaron la tilde. Pero miren qué ocurre con el nombre de Vélez. A orillas del mar Mediterráneo por allá por el siglo XV, había tres poblados con el nombre genérico de Vélez. Ellos eran Vélez Málaga, Vélez Rubio y Vélez Benahudaya. De Vélez Málaga era la esposa del conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada, quien entre otras cosas padecía de Lepra y prácticamente eso lo mató. O lo ayudó a matar porque los enfermos de Hansen, como se les dice hoy, mueren más que todo de viejos. Cuando ya quedó fundada y establecida La Cité de Vélez donde está hoy, Martín Galeano, su fundador, quiso tener una deferencia con su jefe Gonzalo Jiménez de Quesada, y en honor a su esposa, de Gonzalo Jiménez, le  puso y oficializó el nombre de Vélez como se le conoce hoy. Hay un montón de datos históricos aledaños y muy deliciosos, como los bocadillos veleños, de escribir, pero me toca obviarlos porque la extensión de este escrito no me lo permite. Eso es bueno que se sepa y se divulgue porque por estos días Vélez celebra sus fiestas tradicionales y no es bueno que sus miles de visitantes, e incluso sus naturales, se sigan comiendo el antiguo cuento.

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