lunes, 24 de octubre de 2016

ESPLENDOROSO PREMIO NOBEL

Por Gerardo Delgado Silva
Tiene la patria, el privilegio de contar en su seno con el Presidente Juan Manuel Santos, justísimamente galardonado por la Academia Sueca con el Premio Nobel de Paz.  Se trata de un hombre recto y heroico, el individuo que cumple con su deber por encima de toda tentación y de todo alago, por encima de las veleidades materiales, que convierte su apostolado en un caso moral.  Un funcionario integérrimo, indomeñable.
No está descubriendo las cosas que le fueron familiares. La vida de su pariente Eduardo Santos, premiado en Europa por su vida bella y generosa, presidida por la comprensión universal de los fenómenos humanos, iluminados por la caridad y la benevolencia, ha constituido en la historia presidencial de nuestra patria, un ejemplo tonificante de virtudes privadas y civiles y un guardián vigilante, desinteresado y eficaz de la nacionalidad, cuyos hondos motivos de asociación interpretó, hasta confundirse su figura personal con el perfil histórico de Colombia.
Con otra sonora impostura, el Senador Uribe, ha venido de tiempo atrás satanizando el proceso de Paz.  Y así, envileciendo el lenguaje de la gran causa de esa Paz; en su campaña por el “NO”, siniestro del plebiscito, con un sentimiento profundo de indignidad y pequeñez, sugirió en diversas formas aviesas, que el Presidente Juan Manuel Santos, le estaba entregando el país a las FARC.
A muchos colombianos infortunadamente les faltó buen juicio para elegirlo presidente, como también al optar por el “NO”.
Es comprensible la postura del “Senador Uribe y su Centro Democrático”, en la medida que la retórica en la época de su mandato, envileció todo el lenguaje de las grandes causas, hasta convertirlo en símbolo de la traición y la impostura.  Empero sigue con sus ínfulas cortesanas con el desprecio señorial por el Estado de Derecho y por supuesto de los derechos humanos, haciendo resurgir su agazapado fascismo, nutriéndose del odio y de la exclusión, con la pedagogía de la intolerancia y del resentimiento.
Durante el mandato del Senador Uribe, LA magnitud de la influencia de los grupos paramilitares sobre extensas regiones del país, se convirtió en un fenómeno dramático.
Los paramilitares exhibieron esa influencia, no solo militar, sino política con parlamentarios conocidos como “parapolíticos”, como es el caso del señor Mario Uribe Escobar, primo del Senador Uribe, quien fue sentenciado por la Corte Suprema de Justicia, pues su comportamiento estuvo inmerso con los paramilitares como Salvatore Mancuso y Eleonora Pineda, sin cumplir en ningún momento con la función sagrada de parlamentario.  Esa influencia paramilitar, fue social y económica.  Durante ese gobierno de Uribe, los dineros destinados a proteger a más de doce millones de colombianos, que son los más pobres, fueron a parar a las arcas de esos violentos paramilitares, y terminaron utilizados para comprar armas, alimentar el narcotráfico y encender aún más la guerra.  Las ARS, como lo supo todo el mundo, resultaron una conexión paramilitar.  ¿No fue una inaudita expoliación de los dineros de la salud?
En su libro: “Mi Confesión”, Carlos Castaño, afirma refiriéndose al Senador Uribe:“ La base social de la autodefensa lo considera su candidato presidencial”. Esto nos permite comprender las irracionalidades del expresidente Uribe, mostrando tamaña propensión al mal, un apetito de poder, inconmensurable desprecio por los derechos humanos, y su famoso absurdo “de vivir a la enemiga”.  Pragmatismo que despoja a la política de toda consideración ética. ¿Dónde está su hermano Santiago, jefe de los Doce Apóstoles, un censurable grupo paramilitar? Pues en la cárcel por sus crímenes.
En forma proterva, ominosa, siempre ha tratado con su denominado peyorativamente “Centro Democrático”, horadar el proceso bienaventurado de paz, con su apetito de poder que no se dirige a las fuerzas racionales del auto interés, sino que despierta y moviliza aquellas fuerzas diabólicas del hombre, que creíamos inexistentes o, por lo menos, desaparecidas hace tiempo.
De acuerdo con la Psiquiatría Forense, la guerra revela a las personalidades psicopáticas, como el Senador Uribe, un mundo a su medida; de ahí que sea un imposible que vuelvan con agrado al mundo de la paz.
Son evidentes las enseñanzas y lecciones que enseña la experiencia Salvadoreña.  Las de un país antes desgarrado, que supo enterrar a sus muertos, restañar las heridas y echar para adelante.  Todo es posible cuando hay voluntad, realismo y decisión.  Cuando se entiende el agotamiento de la guerra y existe el coraje – como el del Presidente Juan Manuel Santos – para ensayar otro camino, ese sí bienhechor.  Los colombianos deberíamos mirarnos más en el espejo de el Salvador. 
El Senador Uribe con motivo del plebiscito nos demostró una vez más que se niega a abandonar la violencia, y aun cree que las armas son un instrumento para lograr cambios políticos.  Y así quiere conquistar a la patria para su respectiva fe.  Resulta un tanto anacrónico apenas como un dato del pasado, sino se recuerdan la vileza y la crueldad a la que llegó la mente humana enceguecida por el fanatismo y la locura.
Estamos ante la necesidad ineludible que tiene el hombre no abrumado por la animalidad, de restablecer el desquiciado reino del espíritu.
Nunca el Senador Uribe ligó su actividad de Presidente de Colombia a los principios fundamentales y eternos.  En cambio el Presidente Juan Manuel Santos ha tenido conciencia de la responsabilidad personal ante Dios y ante la sociedad, todos los hondos motivos que ennoblecen la vida.  Inflexiblemente recto, naturalmente austero, apasionadamente estudioso, substancialmente incapaz de doblez o hipocresía.
Esto de oponerse a la Paz, presenta al ojo del extranjero un aspecto de enfermedad de vida primitiva. 
Resulta un engendro protervo, que el expresidente Uribe y su Centro Democrático hubiesen afirmado, palabras más, palabras menos, que si ganaba el “SI” en el plebiscito, Colombia se convertiría en otra Venezuela; y que se disminuiría la cuantía de las pensiones, para entregar esas sumas de dinero a las FARC, que estas no indemnizarían jamás a las víctimas.
Acerca de estos comportamientos procaces, el Senador Uribe con el desprecio señorial por el Estado de Derecho, resurgiendo su agazapado fascismo, nutrido de odio y de la exclusión, el gerente administrativo de la campaña por el “NO”, Dr. Juan Carlos Vélez, reveló al país, que lo fundamental no era analizar el contenido de los acuerdos, sino provocar un panorama de “indignación para que la gente saliera a votar berraca”.
El esplendente Premio Nobel de Paz, como todos sabemos galardón otorgado a nuestro dignísimo Presidente Santos por el Comité Noruego como ya dijimos y que revela el sentimiento del mundo entero, es tan nítido como la evidencia misma de los hechos.  Es un evento que resalta la dignidad, honradez y coraje del Señor Presidente Juan Manuel Santos, deslumbrante para todos los colombianos.
Perdónenme que repita, a contrario sensu, el Senador Uribe y su llamado Centro Democrático, sumergido en el averno, quiere llevar a Colombia con los ojos abiertos hacia el precipicio.  De ahí, que THE NEW YORK TIMES, afirmara el 14 de este mes: “Álvaro Uribe es el hombre que está bloqueando la paz”.
Ahora quiere con un acomodamiento torticero y desafiante ir o enviar delegados a Cuba.  ¿A qué puede ir allá un epígono de Hitler?,¿A caso cuando fue infortunadamente primer mandatario, no pretendió sacar avante una ley que so pretexto de reinsertar a paramilitares, quería la amnistía e indulto?
El contenido sagrado de la Paz, nos lo expresó nada menos que Jesucristo, cuando dijo: “Mi Paz os dejo, Mi Paz os doy”.

                                            Escrito para  bersoahoy.co

La declaración de renta para los pobres

Por: Bernardo Socha Acosta
El proyecto de Reforma tributaria que presentó el gobierno al Congreso de la república, tendrá cosas buenas, pero tiene las peores ofensas e intentos de abuso contra una franja de colombianos, como es poner al desesperado y confundido ciudadano a declarar Renta, porque devengue hasta dos millones setecientos mil pesos ($2’700.000) mensuales.
Esta propuesta, que es un proyecto ya potestativo del Congreso  de la república, es una ofensa que degrada la dignidad humana y demuestra el nivel de injusticia que reposa en la mente de los llamados integrantes de la comisión de sabios que hizo las recomendaciones y que el Ministro de hacienda tragó  sin digerirla,  sin pensar, qué representa hoy, y mucho más en 2017, unos ingresos de $2’700.000  que ya no alcanzan a cubrir los gastos de una canasta familiar, pago de servicios, educación, salud y otros.
Y es que someter a un ciudadano que devengue $2’700.000  a declarar renta, no es solo injusto; es someterlo a un infierno de lo que representa para los pobres tener que hacer diligencias ante  la DIAN y mucho más tener que pagarle a un contador  cien mil pesos para hacer o elaborar esa  declaración de Renta. Como esta propuesta hay otras que son lesivas contra los más necesitados y que serán nuestros "voceros en el Congreso" que lo determinen.
Pero esta propuesta solo demuestra que quienes están sentados en el TRONO del estado, en las diferentes ramas del poder, a nivel nacional, con sueldos hasta de 26 millones y más, MENSUALES, no tienen el mínimo conocimiento de los pobres, y no tienen la mínima sensibilidad humana. Se ve en cambio, que   disfrutan haciendo este tipo de propuestas que hieren los sentimientos de una amplia franja de la población. Con estas propuestas no demuestran más que procacidad   indigna  frente a quienes se  roban los dineros públicos, sin que les apliquen las verdaderas penas que merecieran recibir.
Ya es de conocimiento público que la corrupción se apodera anualmente de 22 BILLONES de pesos en Colombia. Entonces, ¿por qué los sufridos conciudadanos tienen que quitarse el pan de la boca y el de sus hijos para atesorar  dinero para los corruptos?  Según el gobierno, con la enigmática  reforma tributaria espera recaudar $7 billones de pesos anuales. Pero, el pueblo se pregunta, ¿qué ha hecho el gobierno para recuperar y frenar al máximo que se ROBEN anualmente 22 billones de pesos?
Pero, aceptando que la Reforma tenga algunas cosas buenas, (pero si es para los corruptos no) ahora queda es la expectativa, de que los congresistas hagan los ajustes de rigor; por ejemplo, a la propuesta de poner a declarar renta y a pagar más impuestos a quienes devenguen 2’700.000 pesos.  Pero quien dijo que esta suma representa a un ciudadano adinerado.  Y digo que a pagar más impuestos, porque toda persona que devengue cualquier suma de dinero, le recortan por la derecha los impuestos. Entonces por qué condenarlo a pagar otra suma.  Como mínimo en esa reforma, debe poner a declarar renta a quienes reciban unos ingresos mensuales de Cinco millones de pesos ($5’000.000). Una suma menor es ofensiva y un abuso del estado contra los ciudadanos.
Cómo no se ha propuesto, que quienes sean culpables de robarle dineros al estado, como los contratistas, y de acuerdo a las cuantías, se les someta a la extinción de la totalidad de los bienes y mantenerlos en las cárceles por el resto de su vida, a ver si los delincuentes de cuello blanco lo piensan dos veces, antes de apoderarse en forma impúdica de los dineros oficiales, con la complicidad  de algunos funcionarios.
Los colombianos a diario nos quejamos de la cascada de impuestos que mantiene ahogados especialmente a los estratos bajos, pero dice el pueblo crítico, que, esta reforma Tributaria acerca más a Colombia a las razones que llevaron a los comuneros en 1.781 a rebelarse contra los abusos de la corona española. Pero aun la reflexión  debe ser más profunda y preguntarnos, para qué hablamos de paz, si estos proyectos de Ley convulsionan aún más el espíritu de los más débiles, porque ya no alcanzan a devengar un mediano sustento, cuando el estado les quiere meter la mano al bolsillo y ponerlos a declarar renta.    

lunes, 17 de octubre de 2016

Garrote sin zanahoria

Carlos Ibáñez M
Título coloquial para explicar la adopción de medidas punibles por las autoridades de tránsito a quienes infrinjan las normas de tránsito en cuanto a sobrepasar mínimos de velocidad en la ciudad.  Por ahí no se empieza; un pueblo no se culturiza a punta de represión con penas y sanciones. Si queremos construir un nuevo hombre eduquémoslo primero, iniciemos el proceso desde la casa con el buen ejemplo de los padres y desde la escuela con la formación e instrucción que impartan los maestros como con cariño los llamábamos.
Independientemente de la ausencia de una buena infraestructura vial, de semáforizacion moderna,  de señalizaciones adecuadas, del excesivo incremento del parque automotor;  vehículos y motos, de ausencia de autoridad; nosotros somos los actores del caos vial de la ciudad. SI,  nuestro desconocimiento de la normatividad de transito, nuestro ánimo pendenciero, nuestro comportamiento soportado en que todo se vale, el del mas avispado, el del mas abeja en términos populares, el del atarban, el de por aquí me meto, el del dicho de malas, son conductas deplorables que hacen parte de la cotidianidad de la vida del peatón y conductor en la ciudad que la "justifican”   para sobrevivir ante el desorden, caos vial y ausencia de autoridad.
Todos estos comportamientos deben ser conjurados por las autoridades sean policiales o de tránsito; pero, insisto,  las sanciones que deben aplicarse tienen que ser precedidas por un mayúsculo esfuerzo de CULTURIZACION VIAL diseñado por la administración municipal donde participen todas las fuerzas vivas de la ciudad empezando por las escuelas, colegios y universidades a través de simposios pedagógicos; con charlas especializadas de las oficinas de recursos humanos en las empresas en ciertas horas de receso laboral con acompañamiento de los gremios económicos y las compañías aseguradoras, sobre todo en aquellas donde sus trabajadores utilizan la moto como medio de transporte; convocatorias pedagógicas en las comunas a través de sus JAC y JAL; estrategia mediática donde participen los medios de comunicación masivos de la ciudad , prensa, radio, cines,  redes sociales etc; toma de parques por las autoridades de tránsito y policía impartiendo instrucciones sobre buen comportamiento vial, en fin insertar en la ciudad una cultura de movilidad y respeto a las autoridades y las disposiciones de tránsito.
Una vez abordada esta política en forma masiva , y si esta no prospera, pues se hace necesario como sucede en la mayor parte de las grandes capitales del mundo, colocar dispositivos tecnológicos que permitan controlar el cumplimiento de las normas de tránsito y así coadyuvar a los agentes viales que nunca y en ningún país serán suficientes para controlar la movilidad y el cumplimiento de normas.
Por eso me parece que acá comenzamos al revés, primero los dispositivos electrónicos y las penas sancionatorias y luego la pedagogía. Aunque auguro de entrada precarios resultados; Control exceso de velocidad? Y como? si acá el represamiento vial o trancones no nos permiten movernos a más de 10 kmts por hora si nos va bien.
Empecemos a cambiar la mentalidad del ciudadano, nos ahorramos el castigo y aliviamos el bolsillo.
Carlos Ibañez Muñoz
Exalcalde de Bucaramanga.

jueves, 13 de octubre de 2016

La intransigencia y el rencor no pueden ganarle a la PAZ

Carlos Ibáñez Muñoz
Parto de una premisa, no todos los que votaron por él NO  son uribistas y no todos están necesariamente de acuerdo con todas las observaciones de Uribe y el Centro Democrático sobre los acuerdos de la Habana. Habrá algunos puntos donde coincidan, pero en otros no y mucho menos cuando un gran porcentaje de los que votaron por él NO  se sienten defraudados y engañados por la cantidad de falacias, trampas , constreñimiento , mentiras y manipulaciones que les indujo a tomar tal determinación y que fue denunciado por el mismo gerente de la campaña del NO . Millo nes  hoy colmados de arrepentimiento.
Así las cosas, la legitimad de Uribe para reclamar la vocería exclusiva del NO esta en entredicho y sus posiciones infranqueables y radicales frente al pacto de la Habana que buscan modificar sustancialmente lo acordado tampoco cuentan  con total respaldo del NO ya que hay planteamientos que apuntan a  buscar conciliación y entendimiento con mayor flexibilidad y que persiguen vía implementación legislativa aclaraciones y modificaciones.
En este estado de cosas si el radicalismo de Uribe y digo solo de el porque también dentro de las jerarquías de su partido existen posiciones conciliadoras y menos radicales, es impenetrable e inamovible, no queda mas camino en aras de lograr el bien supremo de la patria cual es la consecución de La Paz y ganarle la guerra a la muerte, al desplazamiento y a la miseria, que el Presidente  de la Republica, echando mano de la Constitución Nacional que le concede facultades amplias para el manejo y conservación del orden público y con el aval de la Corte Constitucional  frente a las posibilidades de acudir de nuevo a la consulta plebiscitaria, opte por convocar a uno nuevo con las modificaciones y aclaraciones que muchos de los sectores del NO, han formulado al gobierno y a la guerrilla, y que no provienen precisamente de la cantera del uribismo.
No puede el pueblo de Colombia someterse a la posición mesiánica, terca, inflamada de ego , rencorosa y guerrerista de un expresidente que trato de perpetuarse en el poder para continuar con la guerra. Reformar lo SUSTANCIAL después de cinco años de conversaciones en álgidos debates y con acompañamiento de la comunidad internacional, es prácticamente imposible y mas aun cuando al expresidente Uribe en diferentes oportunidades el Presidente Santos lo invito a dialogar sobre el proceso de paz y este no acudió al llamado de la historia.
Sr Presidente usted fue elegido y reelegido por el pueblo Colombiano de manera democrática quien le otorgó un mandato y le aprobó su Programa de Gobierno donde se comprometió con lograr La Paz , así mismo esta investido para obrar como jefe de Estado y garantizar la VIDA Y LA INTEGRIDAD PERSONAL de todos los colombianos. La GUERRA ES TODO LO CONTRARIO. PROCEDA SR PRESIDENTE.
Carlos Ibañez Muñoz
Exalcalde de Bucaramanga.

Colomna de opinión Tomado de la Revista Semana

El resucitado
Por Daniel Coronell
Las maniobras del uribismo para dilatar indefinidamente la discusión –rumbo a la elección presidencial de 2018– ya quedaron claras en la reunión de delegatarios.

En el breve lapso de cinco días Juan Manuel Santos pasó de la mayor derrota política de su vida a dejar inscrito su nombre en letras de molde y para siempre en los libros de historia. Sin embargo, este inesperado acto de justicia poética puede no alcanzar para revivir el proceso de paz. No nos digamos mentiras, el lunes 3 de octubre de 2016 el acuerdo con las Farc amaneció muerto. No digo herido de muerte, ni moribundo, sino inapelablemente muerto y el gobierno Santos convertido en un cadáver insepulto. La proclamación del Premio Nobel de Paz le da un impulso inesperado y necesario al gobierno, pero quizás no sea suficiente, por sí solo, para salvar el proceso.
Después del sorpresivo resultado del plebiscito del domingo tal vez solo había una persona en el mundo con menos gobernabilidad que Juan Manuel Santos. Se trataba de Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, el máximo jefe de las Farc.
Timochenko, y con él los otros miembros del secretariado de las Farc, han persistido por más de cinco años en la consolidación de una salida negociada al conflicto. Así como de esta orilla de la realidad hay fuertes y decididos detractores de esa idea, también los hay en la orilla de la guerrilla. En uno y otro lado hay personas que no conciben la vida sin la guerra o a quienes la guerra se les ha convertido en un fin en sí mismo, cuando no en un próspero negocio.
En junio del año pasado pude percibirlo en una conversación con dos miembros del secretariado de las Farc. La reunión en La Habana, a la que me acompañó una colega de Univisión, duró más de cuatro horas, fue cordial y franca.
En ese momento Colombia estaba pasando por un periodo muy violento. El alto al fuego unilateral declarado por las Farc en diciembre de 2014 había sido roto por la columna Miller Perdomo que emboscó a una unidad del Ejército y mató a diez soldados en el Cauca.
Unos días después el gobierno de Colombia lanzó una ofensiva aérea que terminó con la muerte de 27 guerrilleros en el Cauca y otros 15 en el Chocó. Entre los muertos estaba Jairo Martínez uno de los negociadores de paz que había ido a La Habana. Siguieron ataques y derrames de petróleo en el Putumayo.
Cuando le pregunté a los dos jefes de las Farc si esa violencia le servía a alguien, hubo una larga argumentación de ellos que muy al final terminó reconociendo -a regañadientes- la inutilidad de esas acciones.
Fue entonces cuando me di cuenta de que las Farc no estaban a salvo de discrepancias y discusiones internas. En medio de la conversación, uno de los interlocutores narró que un subalterno le había dicho: “Camarada, ustedes hacen gestos de paz y más gestos de paz y nada pasa. Cuidado se les tuerce la jeta si siguen haciendo gestos”.
La expresión coloquial iba encaminada a decir que también algunos guerrilleros de base y mandos medios de las Farc, miraban con prevención las largas e inconclusas conversaciones. Para los que estén en el monte, y no en La Habana, esas desconfianzas han reverdecido hoy porque ellos también estaban convencidos de que este era un trato cerrado.
Ningún movimiento insurgente, que no haya sido vencido militarmente, firma un tratado de paz si lo que le espera a sus miembros es la cárcel o la muerte. Los acuerdos de paz, en todo el mundo, consagran un perdón –que en algunos casos se llama amnistía y en otros pena alternativa– y la posibilidad de hacer política con protección para poder expresarse dentro de la democracia y sin armas. 
Las Farc se comprometieron con un cese al fuego que han cumplido. Hay unos acuerdos que las partes han admitido discutir, luego del resultado del plebiscito. Una cosa es discutir y otra es destazarlos hasta cambiar su esencia y alcance.
Las maniobras del uribismo para dilatar indefinidamente la discusión –rumbo a las elección presidencial de 2018– ya quedaron claras en la reunión de delegatorios.

La rara oportunidad de resucitar el proceso de paz –que nos cayó de Oslo– no va a estar vigente de manera indefinida.

martes, 11 de octubre de 2016

La voz de las gargantas frescas

Dejo atrás a mi patria envuelta en un torbellino de confusiones e indecisiones, convulsionada por los acontecimientos  de los últimos días sobre el plebiscito que buscaba refrendar los acuerdos de la Habana , todos ellos políticos, producido por los políticos, que fracturaron la patria en dos franjas distanciadas apenas milimetricamente ,con tamaña responsabilidad de escoger entre la paz o continuar con la guerra , con su monstruosa y dolorosa secuela que esta nos ha dejado por más de 50 años.
El espacio para maniobrar es reducido en cuanto a los temas y al tiempo y les impone la necesidad  tanto a  unos  como a otros a que se acerquen con sus dirigentes a la conciliación y por ende al entendimiento . Palabras van y vienen y declaraciones cruzadas entre unos y otros donde manifiestan el Interes por La Paz y de abordar los temas que los distancian , pero vaya uno a saber la dosis de sinceridad que los acompaña o son simples cumplidos que distraen y acicalan el juego político.  Pero, hay dos acontecimientos venideros que pesan sobre el tablero de las definiciones y que impulsan a los contradictores a tomar decisiones presurosas en busca de los acuerdos. Una, la comunidad internacional que a traves de los premios Nobel dio un espaldarazo sustancial a la solución del conflicto al concederle el galardón de La Paz al presidente Santos aupandolo con esta distinción a mantenerse en la ruta de la paz; y la otra, la sangre joven de la República que a borbotones inundo las esquinas y las plazas públicas de Colombia exigiendo un futuro limpio para ellos sin máquinas de guerra y trasladando a los dirigentes el deber ineludible y la responsabilidad de poner los intereses de la patria por encima de los intereses y vanidades personales y partidistas. 
Formidable epopeya la de los jóvenes que sin rótulo partidista le arrebataron a los políticos la exclusividad en el manejo de los intereses públicos y les demostraron que sin cálculos electoreros ,  sin lisonjas , sin papayeras , sin transporte, sin raponazos a la conciencia movieron millares de personas que reclaman un acuerdo pronto alrededor de La Paz. Es la generación de la guerra que se levanta impetuosa ante los mayores con el grito "BASTA YA , ACUERDOS YA , NO MAS GUERRA "
CARLOS IBANEZ MUÑOZ 
Exalcalde de Bucaramanga

viernes, 7 de octubre de 2016

Entonces, ¿hubo fraude electoral el pasado domingo?

Es un interrogante que se hacen los  electores del  plebiscito
Por: Bernardo Socha Acosta
En la historia política contemporánea de Colombia  no se había visto tanta bajeza, irresponsabilidad e irrespeto contra los colombianos.
Es que lo que hicieron los promotores del NO  al presionar sicológicamente a los electores para que votaran contra la paz, no es, ni para chistes flojos por las redes sociales, ni para que los engañados (más de 6 millones) se queden avergonzados, callados y humillados. Los engañaron, según lo reveló el mismo gerente de la campaña del NO.
Luego de conocerse de esa actitud  engañosa y de presión sicológica  contra el elector, hubo toda clase de pronunciamientos, condenando lo que puede hacer un grupo de personas que supuestamente son notables ante los colombianos, pero   esa importancia de personajes quedó por el suelo y lo más bajo de la historia política.
Presionar a un elector  no se hace solo con las armas; también se presiona con las mentiras, con el engaño, con el irrespeto y con el odio.
Eso fue lo que hicieron los promotores del No en las elecciones que acabaron de pasar y por eso las autoridades correspondientes  deben investigar y aplicar las sanciones que manda el ordenamiento jurídico, para sentar un precedente en Colombia. Ya las cosas están muy claras y las desenmascaró el mismo gerente de la campaña de los del No al revelar las patrañas –según él- para  hacer crear ‘rabia’ y odio entre los electores y que votaran, No a la paz. (engañados)
Pero es que ejercer cualquier farsa contra la paz, es implícitamente estar violando el MANDATO constitucional (la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, según el artículo 22 de la Constitución Nacional)  y eso fue lo que hicieron los señores del No, para engañar a los electores.
Y la denuncia que hizo la Senadora Claudia López en su momento, referida en el siguiente instructivo, no deja duda:
Y para eso es que el orden jurídico prevé estos casos o delitos y recoge en el código penal, la siguiente advertencia: que… el  fraude al sufragante  se tipifica:  ‘Quienes mediante maniobra engañosa, obtenga que un ciudadano vote por determinado candidato, partido o corriente política, o lo haga en blanco. La persona incurrirá en prisión de 4 a 8 años.’
Estos actos tan bajos que según los denunciantes se cometieron,  son los que hay que hacerlo saber del mundo entero  para que la historia los señale, de cuanto hicieron para impedir que la paz se lograra en Colombia. Y saber que esos electores que votaron engañados, también  pasaron a ser víctimas.
Gracias a la comunidad Internacional y últimamente a la decisión del Comité Nobel de Noruega, Colombia recibió el premio a la paz y la lucha contra los opositores  se va a lograr, tras el engaño  que se le hizo a los electores que de buena fe le creyeron a esos “señores” que deberán pedirle como mínimo al pueblo que, los PERDONE por esa infamia que hizo quedar a más de 6 millones de ciudadanos, como los más ignorantes del mundo. Todo por el engaño y no conocer el texto de los acuerdos.

jueves, 6 de octubre de 2016

Frente a los inamovibles

Por: CARLOS IBAÑEZ MUÑOZ
Exalcalde de Bucaramanga
Farc -Gobierno  -Uribismo  deben saber de antemano que la voluntad para lograr el entendimiento sobre los acuerdos de la Habana para lograr La Paz,  implica la necesidad de que todos cedan en la RIGIDEZ  de sus puntos de vista y permitan buscar fórmulas conciliadoras sobre los temas que los distancia sustancialmente.
Toda negociación lleva implícito el verbo ceder, cualquiera que se siente a imponer sus puntos de vista de antemano está condenando al fracaso el propósito del entendimiento. Por eso, los actores deben dominar sus egos, apaciguar sus odios y rencores así como la soberbia,la prepotencia,  deponer las prevenciones, aligerar las pasiones , sepultar el orgullo y  pensar solo en LA PATRIA.
En la mesa de unidad por La Paz no cabe la política partidista ni el cálculo electoral , la refriega reciente en las urnas donde hubo victoriosos y derrotados no puede orientar la mente ni la conducta de los actores, porque estas después de la confrontación siempre están imbuidas de triunfalismo, o de frustración y de rencores y así se bloquea la voluntad de concertar. 
Alli debe existir un desprendimiento absoluto de los intereses partidistas, para darle cabida a los intereses supremos de la Patria alrededor de la consecución de La Paz tan esquiva en la historia de Colombia.
Quienes asumen el reto de recomponer lo escrito y lo acordado , que fue refrendado por las más altas instancias de la comunidad internacional, deben tener así mismo la capacidad y sabiduría de llevar a sus representados, entendiéndose la patria fracturada en dos partes, los mejores acuerdos y que alrededor  de estos se concilie el pueblo colombiano.
Mucha tolerancia, discreción ,respeto , dialogo altruista, intereses supremos se imponen para salir de los negros nubarrones que se ciernen sobre la Patria .
Nunca antes en la historia reciente de Colombia se le ha dado a sus dirigentes la oportunidad de mostrar su grandeza y el amor por la patria.

lunes, 3 de octubre de 2016

¿Colombia por el camino de una guerra civil?

Por: Bernardo Socha Acosta
En una ligera consulta entre seguidores del Plebiscito, los interlocutores no dudaron en afirmar que el país está a punto de una guerra civil, ante la división de colombianos  reflejada este domingo, donde las fuerzas  no marcaron mayor diferencia con los resultados.
Los mismos entrevistados manifestaron que Colombia no solo quedó ante la faz del mundo como una nación con algo más del 50% de población cavernícola, más empeñada equivocadamente en  una solución de problemas con la violencia, que con las armas de la razón y el diálogo civilizado.
Muchos ciudadanos de esos más de 6 millones de Colombianos que votaron por el SI  expresaron que la nación está atravesando una de las épocas más difíciles, porque las naciones desarrolladas  tienen los ojos puestos sobre un país atrasado de la civilización donde se le presenta una oportunidad de dirimir la confrontación con el diálogo y lamentablemente la rechaza sorpresivamente, hecho que no ha ocurrido en ningún país del mundo donde la guerra  que destruía a la sociedad se superó con los diálogos de paz.
De la grave  situación que hoy envuelve al país con efectos negativos frente al mundo, responsabilizaron de lo que sobrevenga lamentablemente en detrimento de la nación,  a dos ex-presidentes,  un ex-procurador  y un excandidato presidencial, seguidos por sus … que no entienden la gravedad de la guerra, o que no la han sufrido.
La desazón se mantiene hoy en la mente de grupos de jóvenes, muchos de ellos que por primera vez participaron en una jornada electoral llenos de ilusión por ver a un país en paz, pero se la negaron  quienes prefieren la mentira, el odio y la guerra para solucionar las diferencias.  
El retroceso de los colombianos, no solo la pudieron experimentar los electores progresistas, sino el mundo más desarrollado que fue sorprendido por los electores del no, que aun cuando fue una diferencia mínima de votos, si produjo el asombro universal; y con razón la prensa mundial resumió el hecho como una sorpresa, incertidumbre y vergüenza, de un conglomerado social que a pesar de quejarse de la guerra, prácticamente la respalda con el voto. Y el mensaje que nos deja este resultado, es que el gran perdedor es Colombia y el gran ganador es el  movimiento insurgente, de las Farc, que lograron dividir al país  con la votación que no marcó un resultado de valor significativo, donde los damnificados fueron los jóvenes que quieren la paz y se la negaron unos cuantos...  
Pero hoy 24 horas después de los resultados, parece aplicable  el aforismo, de que, el  cazador mató el tigre y se asustó con el cuero.

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