jueves, 26 de junio de 2014

Más conocimiento sobre Inteligencia de Amenazas

Robert Freeman 
Por: Robert C. Freeman*
Los vendors de seguridad están haciendo un gran ruido sobre inteligencia de amenazas, bombardeando el mercado con un diluvio de fuentes y paquetes que prometen dar sentido al panorama de las amenazas. Elegir el correcto requiere de algo de su propia inteligencia.
Cuando evalúe sus opciones, debería hacerse estas preguntas
·         ¿Cuáles son todas estas fuentes?
·         ¿Cuál puede darme el mayor valor en entender mis amenazas?
·         ¿Cómo debería elegir entre las distintas fuentes de inteligencia de amenazas?
·         ¿Cómo me aseguro de obtener la mejor cobertura para mis necesidades y maximizar mi retorno de inversión?
Pero la primera y más importante pregunta es ¿qué significa exactamente "inteligencia de amenazas"?
Inteligencia de amenazas es la información que ha sido analizada para descubrir conocimientos informativos. Inteligencia de amenazas procesable es una visión sobre la cual usted puede actuar - permite la toma de decisiones informada que se traduce en mejores resultados. Vemos este tipo de inteligencia, cuando un líder de negocios encuentra conocimientos en datos de mercado para sintonizar un lanzamiento de producto, o cuando un analista de seguridad comprende el alcance y la intención de un ataque y toma medidas para limitar su impacto.
Los expertos en seguridad dividen la inteligencia de amenazas en cinco clases diferentes:
1.    Inteligencia interna: es la inteligencia sobre los activos y comportamientos propios de su organización, basado en el análisis de las actividades de su organización.
2.    Inteligencia de Red. Esta es la inteligencia obtenida del análisis de tráfico de red en los límites de la red de su organización y en las redes que lo conectan con el mundo exterior.
3.    Inteligencia de borde. Es la comprensión de lo que diferentes hosts de Internet están haciendo en el borde de la red. Esto en información proviene de lo que gobiernos, ISPs, Telcoms y CDN tienen.
4.    Inteligencia de código abierto. Proviene de la gran cantidad de información disponible en los sitios web, blogs, feeds de Twitter, canales de chat y canales de noticias. Está disponible para todo el que quiera recoger y extraerlo para inteligencia útil. Numerosas empresas ofrecen inteligencia de código abierto, en su mayoría diferenciada por el número de fuentes, conocimientos de idiomas y soporte de la herramienta analítica.
5.    Inteligencia de código cerrado. Es la más difícil de adquirir – un grupo cerrado de usuarios compartiendo (por ejemplo, FS-ISAC), autentica sitios subterráneos y canales de chat, información obtenida por las operaciones de inteligencia y de aplicación de la ley, y la inteligencia humana. Una serie de compañías ofrecen algo de inteligencia de código cerrado, aunque la cobertura es a menudo específica a una amenaza o la geografía particular.
Cuando esté construyendo sus capacidades de inteligencia de amenazas, es probable que desee una buena cobertura de todas estas clases. Desafortunadamente, la mayoría de los servicios comerciales de inteligencia de amenazas pueden ofrecer una, o en el mejor de los casos dos, de estas fuentes. Y ellos pueden no proveer una cobertura que sea directamente relevante para su organización.
Por esa razón, recomiendo lo siguiente:
·         Aprovechar la inteligencia interna como su fuente más directamente procesable.
·         Aumentar esto con inteligencia de red que se relaciona con sus activos (como las puertas de enlace de la red y las redes externas).
·         Utilice la inteligencia de código abierto que cubre sus activos, la marca, la geografía y el tipo de su negocio.
·        ·         Invierta en inteligencia de código cerrado sólo si tiene un perfil de riesgo que exige este nivel de conocimiento, o si una fuente es especial para su industria específica (por ejemplo, uno de los Centros de intercambio y de análisis de información, o ISACs, en los EE.UU.)
·         Busque proveedores de inteligencia procesable pertinentes que le permitan tomar decisiones informadas sobre la postura y respuesta ante la amenaza.
Haciéndose las preguntas correctas, usted puede lograr un plan de inteligencia de amenaza que brinde los conocimientos correctos – y ese es uno de los movimientos más inteligentes que un profesional en seguridad puede realizar. 
* Robert C. Freeman
Director Senior para América Latina de FireEye Inc. Profesional en Ciencias Políticas e Historia de la Universidad de Massachusetts, Amherst. Posee más de 18 años de experiencia laboral en ventas, de los cuales, cumple un año en la implementación de estrategias y negocios de la empresa. A través de su gestión en FireEye, ha posicionado la plataforma como líder en seguridad Informática en Latino América, además, lidera un equipo especializado en alianzas estratégicas para beneficiar al sector tecnológico nacional e internacional.
Enviado por: ANGY VARGAS N. | Ejecutiva de Cuenta
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miércoles, 25 de junio de 2014

La Ruindad

Por Gerardo Delgado Silva 
Percibimos en lo que se puede llamar hoy, sin ninguna exageración, un desierto de ideas.  Nos basta escuchar a los integrantes del “Centro Democrático”, que no expresan ideas nuevas, no hay ideas que hagan levantar a las personas de su resignación desde el gobierno de Uribe, pues los colombianos nos resignamos a una especie de fatalidad que no acepta cambios.  A contrario censu, el Gobierno de Santos, se propuso regresar a esa tan sencilla, tan estupenda, tan magnífica que es el pensamiento comprometido con la defensa de los Derechos Humanos , y el Mundo Civilizado, sin olvidar su cara más amable, la más humana sin duda, la que ha mirado desde los albores de la Modernidad, por la dignidad y la libertad del Ser Humano, encarnadas ambas en los valores de la justicia social, la igualdad, la tolerancia, la educación y sanidad universales, canalizando la Paz. Los diálogos con la guerrilla, harán un alto en el camino de la vida tortuosa colombiana, para tomar conciencia de nuestro compromiso cristiano.
Con el triunfo estupendo el 15 de Junio, de Juan Manuel Santos, tiene el país la obligación de rodear al Señor Presidente, y entender plenamente que cuanto de paz y de sosiego se va a lograr, es enfáticamente su voluntad de adelantar una verdadera cruzada de sanidad espiritual que revela al mundo entero, la finalidad redentora de devolverles a los colombianos la seguridad de poder vivir y avanzar protegidos en sus fueros y dispuestos a librar valerosamente por los caminos legales, la batalla contra toda clase de hechos punibles y colaborar en los esfuerzos oficiales para garantizar el mandato constitucional que establece para el Estado, el imperativo de amparar la vida, honra y bienes de los asociados.
Sobre tantas perversiones que nos vienen del Gobierno de Uribe, contamos con otras abominaciones.  Representamos un espectáculo híbrido: algo entre la farsa atroz y la tragedia griega. 
En estos días pasados de Campaña Electoral, resolvieron los caballeros del “Centro Democrático”, justificar las triquiñuelas rastreras – con hacker incluido-, la dialéctica canalla del rencor de Caín, su filosofía , y como Cioran, que repudió todo sobre la tierra, menos su derecho a calumniar, engendrando desenfrenos fratricidas para marchitar las ilusiones de los millones de colombianos seguidores de Juan Manuel Santos.  Aquí por lo menos, la Ruindad no es una Institución nacional.
Y como para sellar con broche de oro las troperías del “Centro Democrático”, su jefe Uribe, rabiando por estar en falta, de tiempo atrás, le hizo al Presidente Santos, la falsa imputación de un delito contra los mecanismos de participación democrática.
Como expresó Albert Camus, en su gran obra “La Caída”: “¡Cuantos crímenes se cometieron sencillamente, porque sus autores no podían soportar estar en falta!!”.
Estos graves incidentes de la vida pública, desde su gobierno sectario y fanático del señor Uribe, los conoce el mundo entero.  Y así fue como se instauró una secta uribista con para-políticos en su administración, con todas sus taras connaturales y ajenas a la índole de nuestro país.  En cambio, los grandes valores nacionales han tenido una vida ejemplar, bella y generosa, presidida por la comprensión universal de los fenómenos humanos, iluminada por la caridad y la benevolencia, constituyendo un canto de esperanza, tonificante de virtudes privadas y civiles.  Han sido guardianes vigilantes, desinteresados y eficaces de la nacionalidad hasta confundir su figura personal con el perfil histórico de Colombia.
La imputación irreflexiva que el Señor Uribe le hizo al Doctor Santos, esta fácilmente conducida por estados sobreagudos de paranoia.  Nadie como el Presidente Santos en la vida pública contemporánea ha estado mas compenetrado con lo que esta patria representa como proceso civilizador, como evolución creadora, como ideal histórico.
Su tío abuelo, Eduardo Santos, fue considerado aquí en su tierra como también en Europa – donde se le exaltó su pulcritud siendo Presidente – como  la figura que se confundía con la imagen de la Patria.
Y bien.  Volvamos a la falsa imputación de Uribe, que es una conducta que puede subsumida bajo un tipo de delito expresamente previsto en la norma penal.
La ley tutela el patrimonio moral de las personas, por medio de los delitos de calumnia e injuria, cuya objetividad jurídica la constituye el bien del honor.
La integridad moral,  se entiende como “ un estado a que tiene derecho toda persona, en su doble categoría de natural y jurídica, para conservarse en el uso y goce de sus sentimientos internos de dignidad, para disfrutar y complacerse con la buena fama conquistada por ella, y aún transmitirla a otros”.
La imputación falsa agravada, de un hecho punible al Señor Presidente de la República y a varios parlamentarios, por la pérdida de Uribe en los comicios del 15 de Junio, camino a la Paz, se infiere, es una imputación falsa como ya lo dijimos, hecha dolosamente.
El calumniador Uribe, debe probar su imputación para librarse de castigo.  ES necesario atender a la naturaleza del hecho que constituye la calumnia y la injuria, según el alcance moral que tal hecho tenga en el sentir de las gentes sensatas y decentes.
La acción subjetiva de la calumnia consiste en el conocimiento de la falsedad que encierra el hecho concreto imputado al Doctor Santos por Uribe, y en la voluntad de hacerlo aparecer como ejecutado por el Presidente y los parlamentarios, con carácter deshonroso o inmoral capaz de exponerlos a la animadversión o al desprecio públicos.  Aquí, la mentira difamatoria de Uribe tenía la capacidad potencial (peligro), para lesionar el patrimonio moral independientemente de la efectividad o realización de dicha lesión.
Al tipificar el hecho punible de calumnia, Uribe ha presentado un espejo donde muchas perversiones del hombre moderno, se reflejan con acusadora precisión.  Ahí están desnudos, el absurdo y la insignificancia de las ínfulas cortesanas, exhibiendo el odio envenenado de un alma ruin, abyecta, y depravada que claudica ante la defensa de la Paz.
Además, sobre tantas amarguras de marca mayor en nuestra patria, contamos con otras abominaciones como los holocaustos bárbaros de los paramilitares que además moto sierra en mano fueron electores del Señor Uribe, con los llamados “distritos electorales” de Jorge 40.  Constituye una certeza lo expresado por Víctor E Frankl, en su gran obra “El Hombre en busca de sentido”: “Hay dos razas de hombres en el mundo y nada más que dos: la raza de los hombres decentes y la raza de los indecentes”.  Y más adelante nos dice: “¿Qué es, en realidad el Hombre?”.  Es el ser que siempre decide lo que es.  Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero así mismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración”.

sábado, 21 de junio de 2014

Brujos casi dioses

                                           Trafugario
                                           Por: José Óscar Fajardo
Hoy hace ocho días ha debido publicarse en este mismo sitio un escrito en el cual yo les contaba que en mi última novela, ya publicada y que tiene como título EL CANDIDATO DE LOS DIFUNTOS, el personaje central profesor y metafísico Corleone Malezza Napolitano, brujo estrictamente barboseño e hijo de un policía cascorvo y cuyo nombre real es Endometrio Guavatá, predice dentro del texto que el país entraría en un desangrante deterioro tanto económico como político y social  si llegase a ganar la elección presidencial cualquiera de los candidatos teledirigidos por el otrora mandatario Nabucodonosor Cristanchi al poder. En horabuena no ocurrió así. Tengo que aclararles de antemano a los lectores que, unos tres días antes de la última contienda electoral  estuve hablando personalmente con le parasicólogo Malezza y él me dijo que efectivamente eso era cierto indiscutiblemente. Que el presidente sería, por otro periodo más, el doctor Juan Manuel Santos, y que eso no sólo lo sostenía él, Malezza, como legítimo brujo que era, sino porque si además Dios creador del universo se equivocaba en eso, de hecho nos estaba sentenciando con el juicio final. Para mayor confianza de ustedes también debo comentarles que el profesor Malezza es el director general del CEFOU (Centro de Fuerzas Ocultas del Universo)  sitio donde prácticamente se guardan todos los secretos del mismo, del universo, no de Malezza, y que por eso él sabe lo que va a ocurrir hasta en un rango de los futuros cien años contados a partir de la fecha. (Consultar texto EL CANDIDATO DE LOS DIFUNTOS).
Como ustedes pueden darse cuenta, en eso Malezza acertó. También me habló que la selección de fútbol colombiana quedaría campeona en este mundial, que el ingreso per cápita subiría prodigiosamente y por arte de la lámpara de Aladino a cerca de cinco mil dólares mensuales, que los Nule y los Moreno Rojas iban a conseguir la libertad incondicional porque ellos no se habían robado nada sino que la plata del Estado los perseguía misteriosamente adonde ellos fueran como las mariposas amarillas a Mauricio Babilonia en Cien años de soledad. Que Pacho Santos indefectiblemente sería alcalde Bogotá y que el actual Procurador General de la Nación sería uno de los principales dirigentes de la UP. Que Viki Dádiva y Piadosa Gurisatti sería abnegadas y gentiles colaboradoras del doctor Santos. Entonces ahí fue donde yo me pellisqué de sus aberraciones conceptuales e ipsofacto le exigí que dejara de meter tanta marihuana con hojas secas de adormidera y borrachero y picadito de mejoral porque no sólo podía causar una gran catástrofe política nacional, sino porque además Lucifer ya estaba arrecho como cualquier santandereano de  Vélez o de Guavatá que le estuvieran endilgando, sin respeto alguno, que todas las chuzadas eran culpa o artimaña de él, de Lucifer. Entiéndase por chuzada la herida profunda que se causa con un chuzo. (Consultar el texto EL CANDIDATO DE LOS DIFUNTOS).
Para mayor orientación de mis muy queridos lectores y, para que sepan más cosas que son increíbles secretos hasta el día de hoy tanto en la política como en la economía y mejor dicho en todos los ámbitos sociales, ustedes están en la obligación de consultar este texto que es todo un manual de derecho administrativo nacional e internacional, y donde se narran hechos tan fantásticos y estrafalarios que el lector corre el riesgo de morirse de la risa. “Los políticos por nuestra propia naturaleza somos unas  coscorrias”, dice el presidente de Crazy Port en una pieza oratoria “regurgitada” el día nacional de la democracia celebrado en esa pintoresca nación, Crazy Port,  no se ha podido saber en qué rincón de este descachimbado planeta. Lo verídico es, sostiene Malezza, que con la paz, ahora sí Colombia tendrá Cien años de felicidad.

sábado, 14 de junio de 2014

Los triunfos de la paz

                                                      Trafugario
Por: José Oscar Fajardo
Son las once y veinte minutos de la noche del jueves anterior y estoy atravesando por una dura crisis de dualidad filosófica dentro de mi pensamiento. Siempre me ha fascinado el método paranoico-crítico de Dalí y tengo la dura impresión que está actuando dentro de mi cerebro. Primero por el partido del sábado contra el seleccionado de Grecia y segundo, por las elecciones del domingo en las que espero con vehemencia y preocupación que gane el candidato presidente. Tengo muchas razones de estar preocupado y los que conocemos la historia del país, tanto de otrora como de ahora, sabemos muy bien por qué. Desafortunadamente el que no conoce la historia está condenado a repetirla. Para poder conciliar el sueño me estoy sugestionando que vamos a ganar el partido contra Grecia por dos goles de Ibarbo y de James, a uno de ellos, y que Juanma Santos Calderón va a ganar por más de doscientos mil votos. Estoy autosugestionado y estoy sugestionando a los colombianos inteligentes por un método de “Persuasión Colectiva Esotérica” (PCE) que sólo conocemos los habitantes del Manicomio más grande del mundo porque son secretos que nos han enseñados los parasicólogos y metafísicos que allí abundan.
El profesor Malezza, personaje central de mi novela EL CANDIDATO DE LOS DIFUNTOS, que acaba de salir al mercado y que se está poniendo de moda en todos los círculos sociales, políticos e intelectuales por el refinado humor con que trata los sucesos nacionales e internacionales, me dijo así de una manera concluyente: “Va la madre, periodista, si no ganamos estas elecciones y la selección Colombia no le gana a Grecia por el marcador que usted predijo. Y le confieso desde ya que si eso no ocurre, me voy a vivir definitivamente a Ganímedes o a la estrella Aldebarán que es donde se guardan todos los secretos del universo”. Quiero comentarles a los lectores que en mi relato novelado, el profesor Malezza recibe, por haberle metido un putazo al imperialismo norteamericano, un tremendo “bolo ponch” de Mohamed Alí en pleno rostro que lo envía a la lona y lo deja 9 horas 26 minutos fuera de este mundo. Ya recuperado, dos días después, el metafísico Malezza, mediante un proceso esotérico apoyado en su magia brujilística,  le “mete” un sapo cimitarreño en la barriga a Mohamed Alí en retaliación, convirtiéndolo, para burlas en todo el planeta, en el primer negro norteamericano boxeador marica y preñado (consultar texto).
Yo pienso es en la inconmensurable alegría si gana el presidente Santos de nuevo la presidencia porque, sin ser un San Ignacio de Loyola, para bien de Colombia tampoco es un Lucifer como ciertas hierbas. Claro porque Lucifer de amigo, allá en el infierno dizque le gasta trago y percantas a uno. Pero de enemigo, hasta el mismo Profesor Malezza, quien se dio el gusto de mamarle gallo al imperialismo gringo vapuleando a uno de sus íconos legendarios como es Alí, le tiene un cuidado intensivo a Lucifer, por lo cual se reserva los comentarios al caso. Periodista, me dijo a mí. No se preocupe que usted se va conmigo para el CEFOU (centro de fuerzas ordenadoras del universo) y le voy a enseñar ciencias ocultas y metodologías metafísicas para que ayude con su pluma a que nadie vuelva a tener malas intenciones con la paz de Colombia. Por decir algo, le voy a enseñar como meterle un perro chanda  en la barriga a un enemigo político que le haya hecho daños al país, para que lo vea envejecer, al final de su brillante carrera, lleno de millones de dólares pero ladrando de desprestigio en la plaza pública sin que nadie le quiera escuchar una sola palabra, o en medio de los jardines de sus mansiones enajenado por la senectud y agobiado por la soledad.  

jueves, 12 de junio de 2014

Plan Nazi, desmonte del Estado de derecho

                                     Por: Gerardo Delgado Silva
Se llama Estado de Derecho,  a toda organización política de la sociedad que reposa sobre normas fundamentales, cuyo imperio se impone y sobrepone a toda voluntad arbitraria y personal.
En la República Democrática, que es esencialmente un Estado de Derecho, el principio de autoridad reside en la ley y no en los individuos encargados de cumplirla y de hacerla cumplir.
Eso excluye la Razón de Estado, expresión empleada por Maquiavelo para justificar la voluntad arbitraria y personal, caprichosa e inestable, de hombres que gobiernan a su antojo.
Y se llegó al constitucionalismo, como sistema de organización político-social, sin el cual no puede existir la república que es una estructura, y mucho menos la democracia, que es un contenido ético.
La finalidad suprema y última de la Norma Constitucional, es la protección y la garantía de la libertad y de la dignidad del hombre.
La Declaración de los Derechos del Hombre de Virginia, inicia la Edad Contemporánea, porque plantea y resuelve el problema de nuestro tiempo. Es la Proclamación de la Dignidad, de la Libertad y de la Igualdad respecto a la personalidad humana.
Los Estados Unidos dictaron la primera  Constitución completa (1.787), y se organizaron bajo el imperio de sus normas.  Así nació la República Norteamericana.  Democrática, porque se funda en el reconocimiento de los derechos del hombre y del ciudadano; Representativa, porque el Gobierno lo ejerce el pueblo por medio de sus representantes, Federal, porque las colonias concurren como Estados a formar la Unión y conservan una soberanía de segundo grado y una autonomía subordinada a la voluntad nacional, expresa en la Constitución y en las Leyes Reglamentarias que dicte el Congreso.
Desde entonces, la Democracia adquiere el contenido moral y humano que le había faltado en la Antigüedad.  Ahora tiene un significado social además de político, y se filtra, a lo largo del Siglo XIX, en todas las formas de la vida social y en todas las Instituciones Políticas.
Sin la garantía del Constitucionalismo, jamás podrá asegurarse la existencia de la dignidad y de la libertad humana, como asímismo, las posibilidades de una justicia progresiva.
Es indudable, que el constitucionalismo, impregna con su sentido la vida humana civilizada y culta.
Nuestra Constitución dice que somos un Estado social y democrático de derecho.  El Gobernante en un Estado de Derecho se tiene que someter a la Constitución.  Estas ideas para mandatarios como Hittler, no tenían sentido.  El rasgo más persistente de la ideología nazi, era  su irracionalidad.  En puridad de verdad la democracia se basaba en la razón y en el acuerdo pacífico entre una pluralidad de pareceres.
Hittler entró en contacto en Viena con las ideas del Racismo Germánico y los conflictos de Clase de una sociedad industrial lo cual fue capital en su formación.  Fue designado Canciller, bajo la Presidencia del Mariscal Hindenburg.  La Muerte de éste en 1934 eliminó las últimas trabas formales para instaurar un Estado que sería paradigma de los regímenes totalitarios. Lanzado a una carrera de agresiones en el plano europeo, con poderes tenebrosos, gigantescos, que las democracias occidentales creyeron poder detenerlo con el Pacto de Munich (1938), desencadenó finalmente la Segunda Guerra Mundial.
Y bien. El Nazismo no poseyó nunca principios políticos o económicos genuinos.  En su autobiografía, Mein Kampf, encontramos el anhelo sádico de poder.  A las masas alemanas, desprecia y ama, según la manera evidentemente sádica.  La ideología nazi concibe el odio a las minorías raciales y su exaltación del pueblo alemán y de la “raza nórdica”.
El Estado nazi se organizó sobre la base de la existencia de un partido único - El Nacional Socialista- , para pertenecer a él, se requería ser ario puro, esto es, no tener ningún antepasado judío, y sus miembros debían obedecer ciegamente las órdenes del Führer o Conductor, que no tenía que dar cuenta de sus actos a nadie.  Dos organizaciones militarizadas de fuerza de asalto – Las SS  y las SA- constituían su base efectiva, a la que complementaba eficazmente una policía política, la Gestapo, cuya misión era suprimir toda suerte de oposición.  A las masas se les repetía: “El individuo no es nada y nada significa”.  Todas las actividades quedaron bajo la dirección del Estado, y se suprimió totalmente la libertad de palabra y de prensa. 
Los campos de concentración y las cárceles comenzaron a reunir a los que no querían convencerse rápidamente de la bondad del régimen.
Ahora bien.  Desde su gobierno, se hizo evidente que el Señor Uribe no controla su ira y desmesura, que nacen de su ambición de poder como Hittler.  El recurso a la guerra y a la violencia se explica muchas veces por pulsiones subjetivas, que obran en individuos que experimentan enormes dificultades para adaptarse al entorno social y pretenden imponer sus puntos de vista por la fuerza.  El Señor Uribe ha utilizado medios, que van en contra de los principios básicos de la civilización e incluso contra los más elementales de toda convivencia que merezca llamarse humana. ¿Qué hay con los falsos positivos?.
Colombia no puede caer en manos del nazismo con Uribe y su minúscula marioneta, porque significaría el desmonte de la Institucionalidad Jurídica y Política, atrincherado frente a los derechos humanos, abandonado a la extrema derecha, como se percibió en época pasada.
La propuesta de Paz de Santos, además de salvar vidas e impedir mucho sufrimiento es un derecho y un deber constitucional.  Paz propuesta por Santos como personaje leal con la majestad del Estado.
El dramático deterioro del Estado de Derecho, en el Gobierno anterior, está plenamente identificado con Hittler.  Preocupa que se esté sembrando de peligros la patria, con la prédica  del “Centro Democrático” de Uribe, abierta y desembozada de la Anarquía de la Guerra depravada.

¿Puede Colombia retroceder?
Artículo para www.bersoahoy.com 

jueves, 5 de junio de 2014

La imposible fatiga moral

                                Por Gerardo Delgado Silva 
Al parecer no ha alcanzado el país a medir las proporciones del estado de descomposición moral desde el gobierno del señor Uribe.
En puridad de verdad, los paramilitares exhibieron una influencia no solo militar sino política, social y económica.  Tan profunda y tan extendida, que para muchos no resulta exagerado hablar de una paramilitarización de Colombia.
No surgieron contra el sistema sino del mismo con la bandera de defender la propiedad y ayudar al Estado a combatir la subversión.  Respaldados  por fantásticas cantidades de dinero ilegal, y la aquiescencia oficial de ese gobierno que les prometió declararlos  delincuentes políticos, un verdadero escarnio y befa al orden jurídico.  Adquirieron un control con su poder de fuego e intimidación que sufrieron miles de desplazados y cientos de masacres como también asesinatos selectivos.  Es decir, adquirieron un control sobre Asambleas, Concejos, y otros entes estatales; así mismo sobre extensas regiones del país, como un fenómeno dramático, después de imponerse a sangre y fuego, con las preocupantes implicaciones para el futuro nacional, como lo observamos en las pasadas elecciones del 25 de Mayo.  Un apocamiento moral de algunos ciudadanos, sin meditar lo que ha representado para Colombia el tétrico panorama de la carrera criminal de los paramilitares, a quienes el señor Uribe, en una cruzada ominosa quiso legalizar a un régimen mafioso, promesa hecha en Santa fe de Ralito, acudiendo a mecanismos jurídicos como amnistías e indultos.  Les aseguró que no serían juzgados por narcotráfico, ni extraditados del país.
De ahí, que capitulando ante todos los deberes, desdeño la sagrada misión de la Corte Suprema de Justicia, contra la cual desato procacidades explicables por el odio que en Uribe desató esa mística y fortaleza de la corte, al fallar contra un familiar y amigos del alma, sus electores parapolíticos.
Y ha pretendido desde entonces una obstrucción insolente de la justicia y reparación de las víctimas de acciones criminales de los paramilitares, a despecho de la tradición jurídica universal.
Ahora bien. Ese sector de la sociedad que depositó su voto por el señor Zuluaga, de brazo de un oscuro hacker, es el que está orillando todas las claudicaciones y por tanto estará dispuesto a auspiciar y abrir las puertas a la guerra.  Ese sector, puede ser prisionero del miedo, y por ello se muestra dispuesto a transigir con una inversión radical de valores, con la negación del pasado y el tejido mismo de la civilización. Estarían también dispuestos a abrir sus puertas a los autores de crímenes execrables y evidentemente niegan a las víctimas la justicia, ignorando los grandes soportes que le dan sentido a la existencia.  Sin dubitaciones se han congratulado con esos crímenes de lesa humanidad, eufemísticamente llamados “falsos positivos”.  Es el consenso para justificar públicamente esos hechos punibles, en tanto que el señor Uribe continúa lavándose las manos en la jofaina de Pilatos. Allí está el aroma del Averno que proporciona la seguridad democrática.
No podemos dejar de mencionar la intervención ilegal de teléfonos y correos electrónicos.  Además de violar la ley, esos hechos demuestran que la fibra indispensable la del sentido ético se aflojo, cuando no desapareció.  Lo cual, no se supera sino mediante la acción individual traducida en una voluntad colectiva mayoritaria por Juan Manuel Santos.  Porque solo de brazo de los principios éticos, viejos de siglos, milenarios mejor, se puede lograr una sociedad prospera. 
Nadie ha olvidado el episodio punible de Agro Ingreso, con la sangría de los recursos, contribuyó al desmedro de la vida ya ruinosa de millones de campesinos.
Al tétrico panorama de la denominada “seguridad democrática”, hay que sumarle ahora, que los dineros destinados a proteger la salud de doce millones de colombianos más pobres, fueron a parar a las arcas de los paramilitares y terminaron siendo utilizados para comprar armas, alimentar el narcotráfico y encender aún más la guerra.
Entonces, por esas calendas, se reveló que 24 de las 50 ARS existentes estaban involucradas en los hechos punibles y que el hombre que orquestaba este negocio ilícito era Rodrigo Tovar Pupo, “Jorge 40”, segundo al mando del Bloque Norte, elector de Uribe, con los famosos “distritos electorales”. 
Este desmantelamiento del Estado de Derecho comenzó casi de un modo insensible.  Y bien. Mucho más daño que la guerrilla en su punible acción, que en ocho años de gobierno Uribe no pudo evitar con la guerra; le hizo al país la reiterada costumbre en ese gobierno de atentar desde adentro contra sus instituciones republicanas.
Se impone así, un compromiso sagrado entre los colombianos, de reaccionar frente a la conspiración del “Centro Democrático” de Uribe, contra el Estado de Derecho, la Democracia, la moral y la paz.  Por eso, precisamente no nos cansaremos de clamar por un acto de entereza pública en las próximas elecciones del 15 de junio, que congregue a la nación por el prestigio de Colombia y la guarda de su futuro, como lo está logrando Juan Manuel Santos, que ha demostrado su hombría de bien al nutrir con la savia ideológica de su pensamiento el discurrir histórico de la nación. Lo montado sin pruebas, tratando de enlodar la campaña del 2010 de Santos, va mas allá de la simple desfachatez personal para comprometer a la Patria ante propios y extraños, y desde luego a la institución política que presidió.  Que gran ejemplo para la juventud.  Un ex presidente que no padezca sicopatía, no puede corromper la conciencia colectiva de la nación y torcer el rumbo histórico que siempre ha percibido  de los auténticos líderes, ejemplos enaltecedores de dignidad y de grandeza.
¿El nuevo pensador de la ciencia política, candidato Zuluaga, ha demostrado a la patria el mecanismo por mejorarle su suerte – al lado de Uribe -, por elevar la dignidad de una sociedad, por preservar nuestros valores, por encontrar unos rumbos mas esplendorosos?.
Los líderes como Alfonso López, Gaitán, los dos Lleras, Eduardo Santos, nacieron del consenso público después de una confrontación ideológica y ética, Zuluaga surgió como el sub producto de unos estatutos hechos para la rutina electoral del partido denominado “Centro Democrático”.
Aquellos pertenecieron a la aristocracia de la inteligencia, la cultura y la política que veló por el mantenimiento de las instituciones.  Y fueron faros de dignidad, entereza y obstáculos infranqueables, para las fuerzas que pretendieron destruir al Estado de Derecho.  Santos representa, - y así lo ha entendido todo el orbe -, al mundo civilizado, su cara mas amable, la mas humana sin duda, la que ha mirado desde los albores de la modernidad por la dignidad y la libertad del ser humano encarnadas ambas en los valores de la justicia social, la igualdad, la tolerancia, los derechos humanos, la democracia representativa.
Es posible que se piense mal de la existencia en que los valores, tan descaecidos ya, se preserven  y se evite – con la vituperable amenaza de Uribe – un mayor desmoronamiento de los mismos.  Pero mientras sea necesario defenderlos y salvar el efecto benéfico que tienen en una sociedad organizada, tendremos que hacerlo, con la seguridad de que con ello estaremos protegiendo los principios fundamentales que rigen la conducta humana.
Así las cosas. Podemos inferir lógicamente, que todos los colombianos de bien ante este tifón maligno del Centro Democrático, tienen reclinada su alma en el salmo 42: “Juzgadme vos, ¡oh Dios, y defended mi causa de la gente malvada: libradme del hombre inicuo y engañador”.
                                                                                   www.bersoahoy.com

domingo, 1 de junio de 2014

“Hay que dejar de odiar para conseguir la paz”

Por qué Uribe no puede
Tomado de la Revista Semana
Por: María Jimena Duzán 
OPINIÓN La tercera razón tiene que ver con una frase de Frederik de Klerk, el líder de derecha sudafricano que negoció el fin del ‘Apartheid’: “hay que dejar de odiar para conseguir la paz”.
Ni el expresidente Uribe ni su candidato pueden hacer la paz en Colombia. Y esa incapacidad no se la han impuesto sus enemigos, sino ellos mismos. 
La primera razón para esa incapacidad tiene que ver con el hecho de que el uribismo es a la paz lo que la religión es a
l sexo. Lastimosamente, son incompatibles, por naturaleza. El uribismo se ha dedicado en esto últimos 12 años a reclutar adeptos sobre la base de que la única negociación posible con las FARC es la rendición de esa guerrilla y considera que cualquier paz negociada es una entrega al terrorismo, al castrochavismo y al comunismo ateo, como lo dijo en un trino la congresista del CD, Maria Fernanda Cabal, el día del triunfo de Zuluaga en la primera vuelta.
La oposición a ese proceso ha sido la fuente de su fuerza política y sus adeptos  están tan bien reclutados que se hicieron los de la vista gorda cuando el uribismo pasó de oponerse al proceso a sabotearlo. Les importó un comino que la campaña de su candidato  hubiera contratado los servicios de un hacker que compraba ilegalmente información de Inteligencia sobre las intimidades de los diálogos, con el propósito de que la campaña de Zuluaga pudiera saber con antelación lo que se venía y neutralizar cualquier avance en el proceso, cosa que ha ido sucediendo sin que el país se ruborice: Uribe supo de la tregua unilateral decretada por las FARC antes de que la guerrilla la anunciara y filtró las coordenadas del helicóptero de la Cruz Roja que transportaba a Pablo Catatumbo  hacia La Habana, filtración hecha no precisamente para facilitar su llegada a la isla.   
Cambiar el fundamento sobre el cual el uribismo ha edificado su credo político diez días antes de la segunda vuelta,  para salir a decir que si ganan ya no van a acabar el proceso de paz como lo dijeron hace cuatro meses, ni lo van a suspender, como lo dijeron hace una semana, sino que lo van a mantener porque ahora quieren lo que siempre han detestado que es “una paz negociada”, es una voltereta mortal que puede quebrar la espina dorsal al uribismo. 
La segunda razón, es más de forma pero igualmente infranqueable. El uribismo no cambió su posición por convicción sino que fue un acto de desesperación dirigido a ganar las elecciones. Saben que si quieren triunfar necesitan correrse al centro derecha. Y han demostrado que para conquistar esos votos están dispuestos a disfrazar al zorro con piel de oveja, como bien lo vaticinó Mauricio Cabrera. Su objetivo es tranquilizar a muchos colombianos de clase media, a empresarios medianos y grandes que fueron la base de su fuerza política hace unos años, pero que hoy están asustados (y no les falta razón), ante la posibilidad de que un triunfo de este Uribe radical y pendenciero, signifique no solo un recrudecimiento de la guerra interna sino la reactivación del conflicto con Venezuela, que podría eventualmente desencadenar una guerra.
Sin embargo, cuando el uribismo actúa desprovisto de su furia y deja de manipular nuestros temores, no resulta muy convincente. En esta ocasión se han servido de la decencia de Marta Lucía Ramírez, quien de nuevo vuelve a prestarse para lavarle la cara al uribismo a pesar de que fue Uribe quien la echó del Ministerio de Defensa y por la puerta de atrás. En esa ocasión, Marta Lucía tan altiva para unas cosas, permitió que Uribe le impusiera de asesor al tenebroso José Miguel Narváez, el subdirector del DAS que está preso, acusado de ser el para-ideólogo de las AUC y quien instigó a Castaño para que asesinara a Jaime Garzón y secuestrara a Piedad Córdoba. Esa vez la callaron. Y me temo que en este cuento, el zorro con piel de oveja también va a terminar tapándole la boca a Caperucita.
La tercera razón es probablemente la más difícil de remontar y tiene que ver con una frase que pronunció Frederik de Klerk, el líder sudafricano de derecha que firmó con Mandela los acuerdos que le pusieron fin al Apartheid. “Hay que dejar de odiar para conseguir la paz”, dijo. Ese requisito lo está cumpliendo  Santos de manera progresiva desde que decidió abrir esa compuerta de la paz. En cambio, el uribismo sigue empeñado en fundamentar su acción política en el odio y en la venganza. Y un jefe que mueve a su tribu, utilizando el odio como combustible para incendiar las almas, no puede conseguir la paz.
La última razón es que no veo a las FARC sentándose a la mesa con Uribe ni con su candidato. No lo hicieron cuando los buscó insistentemente durante su mandato, –historia que Uribe insiste en negar–, menos lo van a hacer ahora cuando está cegado por la sed de venganza. Solo agregaría esta impresión que me han dejado los frecuentes viajes que he hecho a La Habana a cubrir el proceso de paz: que a diferencia de lo que pasa con el uribismo, he visto cómo las FARC también han empezado a dejar de odiar para pensar en la paz. Reenviado por Georgin Flórez

lunes, 26 de mayo de 2014

La guerra y la paz

                                 Traugario Especial
                                         Por: José Ooscar Fajardo
Yo no puedo asegurar que cuando el escritor ruso León Tolstoi escribió esta singular novela, que se desarrolla en el suelo ruso, supiera que existía un país en América Latina que se llamaba Colombia, que es poco más o menos el Macondo de García Márquez, o el Manicomio más grande del mundo, de mi muy bien lograda autoría. La guerra y la paz es una novela que hoy por hoy y dadas las circunstancias sociales y políticas que vive el país, todo colombiano debería leerla por obligación moral. Pero desafortunadamente nosotros no leemos, de acuerdo con las estadísticas, ni siquiera dos libros per cápita por año, lo que nos hace unos pobres infelices intelectualmente. En ciencias y matemáticas somos los últimos, en índice de comprensión de lectura somos los últimos y en la solución de problemas cotidianos somos los últimos. Muchas pichurrias, como dicen ahora los estudiantes de universidad, y de los colegios ni se diga. La universidad de Harvard dedica unos seis mil millones de dólares al año en investigación científica. Nuestros gobernantes casi toda la plata, la que no se roban, no todos, se la meten a la guerra, por lo menos hasta este momento. Y hay gente que venera y adora la guerra hasta tal punto, que esta hace parte arraigada de la cultura colombiana.
Yo tenía la fe y la esperanza que el presidente Santos tendría la oportunidad única y feliz de acabar con este flagelo que como a los enfermos de Lepra, nos tiene podridos en vida. Hoy, desconcertado y preocupado hago este arqueo de ideas. Si gana el expresidente Uribe la próxima vuelta de las elecciones, para qué nombrar a Zuluaga si él va a ser una simple marioneta, lo primero que va a hacer  es romper los diálogos con la guerrilla de las Farc y hasta aquí llegó la alegría. El tercer punto del acuerdo, que ya estaba pactado, el abandono total del negocio del narcotráfico en todos los sentidos por parte de las Farc, queda anulado. Recordemos que este facilitaría el control por parte de la justicia colombiana y de la DEA, el ejercicio del narcotráfico de gran escala. Pero la guerrilla, como tiene que autofinanciarse, volverá entones a lo de antes y recuperará para la guerra los dos mil quinientos millones de dólares anuales que le permitirán sostener la contienda contra el Estado hasta que pasen otros cien años de soledad. Entonces volveremos a la guerra total prolongada y los ríos de sangre, de lodo y de mierda anegarán los campos colombianos como en los mejores tiempos de la violencia de los años cincuenta.
Cómo me sorprende que algunos sectores del pueblo sean tan indolentes. Cómo no comprender que una guerra no le conviene a ningún ser de La  Tierra. Sea liberal, conservador, godo, cachiporro, judío, musulmán, machista, gay, fetichista, negro, blanco, “morao”, desteñido por el vitíligo, católico, evangélico, eyaculador precoz, gran masturbador, reproductor de fina estampa, mendigo, petrolero, azadonero y todo lo que usted pueda imaginar, de  ninguna manera le sirve la guerra. Cómo siento su desilusión doctor Santos. Cómo no entender que con la plata de la guerra, que son muchos billones de pesos, podremos conseguir los primeros puestos en las pruebas Pisa para la educación y ya no volver a ser los más yeguas del planeta. Cómo no entender que en Colombia la gente se muere por falta de atención médica en los andenes a la entrada de los hospitales y que eso se podría remediar con la plata de la guerra. La guerrilla arreciará la guerra urbana por ser más difícil de combatir, y los movimientos sindicalistas serán seriamente reprimidos. Y los que hacemos oposición, tendremos que irnos a vivir a lo más profundo del infierno. Si Satanás nos arrienda una covacha.  

viernes, 23 de mayo de 2014

Mejor Santos que demonios

                                           Trafugario                                                        
Por: José Oscar Fajardo
Les aclaro de antemano que el título de esta columna no es más que una metáfora. Pero lo que sí es cierto es que desde muy pequeñito le he tenido un temor horroroso a Lucifer, y yo le echo la culpa es a que por aquellos tiempos, los papás acostumbraban a decirle a uno para doblegarlo, a usted se lo va a llevar el diablo por desobediente, o por mentiroso, o por vagabundo, o por cualquiera otro pecado venial de niño de ese entonces, y eso a mí  me quedó clavado en medio del Inconsciente para siempre. Yo no estoy haciendo alusión a nadie ni tengo ningún referente luciferino, como dijera García Márquez. Lo que pasa es que siempre he tenido demasiado en cuenta ese principio fundamental, pilar de las Relaciones Humanas  que dice, “No hay una segunda oportunidad para dejar una primera impresión”, y yo del presidente Juan Manuel Santos, desde un comienzo me formé una enorme y positiva impresión. En primer lugar, lo veo un hombre inteligente, con todas las implicaciones que tiene ser inteligente. Porque no es inteligente el que remata a putazos, a garrotazos, y finalmente a balazos a las personas que no están de acuerdo con sus postulados filosóficos y mucho menos políticos. A eso se le llama reacción por instintos primarios y a tales personas hay que tenerlas lo más lejanamente posible. Pongamos por ejemplo a Joseph Goebbels, jefe de Comunicación y Propaganda del Tercer Reich, durante la segunda guerra mundial.  
Entre otras cosas ese tal Goebbels se hizo famoso con tantas “hazañas” tanto retóricas como lingüísticas entre las que se encuentra esta preciosa frase expresada por él, en un momento dado: “Cada vez que escucho la palabra Cultura, le echo mano a mi pistola”. Plop. Por el contrario de Goebbels, yo al presidente Santos lo percibo como un  hombre sosegado, pensador, meditador, con razonamientos lógicos como de matemático, cosa que me produce una honda confianza porque siempre he tenido en cuenta que a los hombres inteligentes se les puede tener confianza. Y entre todas esas cosas que yo le admiro al actual presidente, que no son muchas pero sí varias y de mucho peso específico, es que se haya ido de frente con la fuerza de los rinocerontes a conseguir la paz a cualquier costo. Leyendo desde Los Miserables, de Víctor Hugo, pasando por El Archipiélago de Gulag, de Soljenitzin, hasta llegar a las masacres de Trujillo, Valle, en Colombia, me han enseñado y me han dado a entender que la guerra por el dinero y el poder, donde se masacran desde niños en adelante, no son otra cosa que el afloramiento de los más rastreros instintos primarios y del más primitivo de todos los instintos que es el complejo reptiliano.
Yo al presidente Santos lo veo como un hombre conspicuo y ecuánime. Batallador en el sentido intelectual de la palabra y además, decente. Excelente lector y estudioso. Y esas personas con dicho talante como es el presidente Santos, son capaces de comprender que a los colombianos pobres y desvalidos, que son una vergonzosa mayoría, no les puede seguir sucediendo lo de Gregorio Samsa en el relato de La Metamorfosis, de Franz Kafka, que una mañana amanece convertido en un bicho horroroso. Los que hemos leído la novela varias veces, comprendemos que fue la agresión física y psíquica de su padre, un hombre taciturno, autoritario, despiadado y déspota, lo que llevó al desgraciado Gregorio a tal metamorfosis tan espantosa. Yo estoy seguro que el presidente Santos ha leído este relato y por eso no va a permitir que un solo colombiano viva la escabrosa experiencia de Gregorio Samsa. Porque una persona, sin salud, ni vivienda, ni educación, sin techo y aguantando hambre, se convierte en Gregorio Samsa.   

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