lunes, 29 de junio de 2015

Hechos que hacen tránsito al surrealismo

En el mango se aplica el Derecho Humanitario

Camilo González Posso
Las noticias parecen surrealistas. Los habitantes  de un pequeño corregimiento del municipio de Argelia (Cauca), obligaron  a  irse del poblado a un destacamento de la policía allí atrincherado en espera de combates.  Treinta y ocho policías armados hasta los dientes fueron rodeados por unas señoras con niños en los brazos mientras una retro excavadora manejada por un vecino desmontó las toneladas de bultos de arena que rodeaban el cuartel ubicado en medio de la población. Los dormitorios de los uniformados fueron incendiados ante varios centenares de campesinos que aplaudían. Al rato los policías vestidos para cualquier emergencia antiguerrilla se subieron  en unos camiones y salieron por donde vinieron. Comunicados van y vienen. El General les dice que son unos cobardes y los desalojados declaran por radio que gracias a la gente que los sacó de ese hueco todavía están vivos. “Nos abandonaron. Vivíamos como animales. Si estuviéramos muertos nos diría héroes”, musitaron  algunos.
Para completar el guión los vecinos  dicen que el Frente 60 de las FARC les advirtió que si no desocupaban el cuartel el inminente ataque no solo acabaría con la humanidad de los 38 uniformados sino con lo que se atravesara a la punto 30 y a los tatucos. Y allí no termina la escena pues ante el anuncio del gobierno y del alto mando de enviar un batallón para cubrir cada centímetro  del caserío de 150 viviendas, sus habitantes advierten que se verán obligados a dejar el lugar para no quedar atrapados entre fuegos.
Basta ver las fotos para entender de que se trata. El Mango queda entre montañas; allí no hay ningún punto o camino estratégico a defender pero en cambio el cuartel es blanco fácil para francotiradores o para un ataque de demolición..  La situación es tan frágil que  una demanda cursada ante el Tribunal de Bogotá llevó  en octubre de 2014 a una  sentencia que  le ordena al gobierno el traslado de ese puesto o cuartel a El Plateado, que queda cerca y es realmente clave en la guerra anti insurgente y en contra de los Urabeños. (ver nota en El Tiempo, 25 de junio/2015).
Estos antecedentes explican el agradecimiento de los policías, incluido su jefe local, por la expulsión humanitaria. Salieron contentos de escapar de una muerte segura y solo temerosos de los juicios disciplinarios.
Ahora los líderes de El Mango están amenazados de ser judicializados por asonada y complicidad con las FARC,  cuando lo que en verdad hicieron fue actuar en concordancia con las normas humanitarias. Los convenios y protocolos de Ginebra para situaciones de conflicto armado, firmados y ratificados por Colombia, obligan al Estado a proteger a la población civil y prohíben ubicar unidades de combate o cuarteles antisubversivos o  antiterroristas en medio de la población; prohíben también ocupar con tropa escuelas, centros recreativos, bienes culturales o de la misión médica. Eso es el ABC del Derecho Internacional Humanitario.
En este capitulo del irrespeto a las normas del DIH lo ocurrido en El Mango (Argelia) debería aprovecharse para que  las partes implicadas en el conflicto armado en todo el país reafirmen la estricta sujeción a lo que manda el Protocolo II de los Convenios de Ginebra. Elementales compromisos incondicionales y unilaterales de aplicación de esos mandatos ayudarían mucho a desmontar la escalada de muerte y destrucción que esta ensombreciendo a todos en Colombia. Esas normas humanitarias prohíben por ejemplo ejecutar civiles en los retenes militares como ha ocurrido en San Andrés de Pisimbala, en Inza y en tantas partes; proscriben el uso de minas antipersona y las ordenes de aniquilamiento total con bombardeos o de otra forma; el fusilamiento de combatientes en situación de indefensión; el uso de químicos o tóxicos como armas de guerra; la toma de rehenes y secuestros; la destrucción de infraestructura y bienes civiles. Otros convenios y tratados internacionales prohíben  emplazar unidades militares en la propiedad de particulares o en los territorios colectivos. La lista de prohibiciones sigue y es conocida por la guerrilla y por las agencias y fuerzas del Estado. Bastaría con que tomaran medidas estrictas para el cumplimiento por parte de sus propios efectivos y mucho se ganaría en vidas y en ánimo de la gente para rodear las negociones de paz.
camilogonzalezposso@gmail.com 
Bogotá D.C. 27 de junio de 2015
Reenviado por Jorge Castellanos Pulido (Centro de memoria, paz y reconciliación)

domingo, 28 de junio de 2015

¡Seguimos adelante y creciendo!

Por: Sergio Isnardo Muñoz
 Cuando, a finales del año pasado, tomé la decisión de liderar un proyecto de ciudad y llegar a la Alcaldía de Bucaramanga para devolver la confianza de los bumangueses en lo Público y renovar los liderazgos políticos de nuestra comarca, tenía claro que iba a encontrar muchas dificultades. Sabía que determinados sectores políticos, que piensan más en sus propios intereses que en resolver los graves problemas de nuestra capital, iban a cerrarle el paso a mi proyecto. Pero sabía, también, que en mayor proporción, todavía, iba a crecer el respaldo a mi propuesta. Y no me equivoqué.
Tengo que decir, con mucha satisfacción, que mi relación con la ciudadanía ha sido más que fructífera: comencé como un relativo desconocido en términos de figuración política, que había tenido éxito en cargos como Vicerrector Administrativo de la Universidad Industrial de Santander y Secretario de Planeación del Departamento y, en el lapso de apenas unos meses, he logrado una creciente confianza de la gente que nos ubica dentro de los candidatos con más opción a la Alcaldía de Bucaramanga, según las últimas encuestas de intención de voto. Una validación excepcional y muy alentadora.
¿Qué ha hecho posible este crecimiento? Naturalmente, la calidad de una propuesta que apunta a sacudir las estructuras de nuestra sociedad, para poner en marcha un proceso de cambio que permita solucionar los graves problemas que han hecho de Bucaramanga una urbe traumática para muchos de sus habitantes. Las gentes de los barrios que he visitado aprecian la calidad de esta propuesta porque, dicen, apunta a atender sus necesidades reales, en vez de propiciar componendas como las fotomultas, que enriquecen a unos pocos en detrimento de los intereses de las mayorías.
En este contexto, debo agradecer expresiones de apoyo y respaldo de varios partidos o reconocimientos a la calidad de nuestra propuesta como la columna publicada por el doctor Miguel Ángel Pedraza en la edición del diario Vanguardia Liberal del pasado viernes, porque interpreta el creciente sentimiento de una sociedad que ha visto la oportunidad de dejar atrás el pasado de abusos para reemplazarlo por un futuro de múltiples y positivas realizaciones, concebidas con transparencia y equidad. Al doctor Pedraza le digo que no pienso dar el brazo a torcer. La tenacidad es una de las características de mi personalidad y he tenido que aplicarla desde el principio de mis días, ante la adversidad y las injusticias que nunca faltan, voy a persistir en mi propuesta. Digámoslo con absoluta claridad: voy a ir hasta el final en esta contienda política, que concluirá el 25 de octubre con un triunfo contundente cuando la ciudad diga: “SÍ Bucaramanga”.
Adenda: Teníamos razón en las múltiples objeciones que hicimos a la Convocatoria Pública 001 de 2015 de la DTB, más conocida como Fotomultas, que tiene como único fin esquilmar las finanzas del municipio y atentan gravemente a la moralidad publica; en buena hora Procuraduría y Contraloría enviaron sendas comunicaciones que recogen el sentir de los ciudadanos indignados y reflejan lo que hemos denunciado públicamente exigiendo la revocatoria de ese vergonzoso proceso.

viernes, 26 de junio de 2015

¿POR AHÍ ES EL SENDERO?

                        Por Gerardo Delgado Silva
No pareciera tener límites el repertorio de atrocidades a que nos han venido acostumbrando las FARC-EP, en nombre de una muy desdibujada – por no decir inexistente -  lucha por la justicia, la igualdad y la democracia.
La guerrilla ha cometido hechos que bastarían para conmover a una Nación por generaciones.
Cuantos colombianos no empezamos por horrorizarnos y, de tanto leer y ver morbosamente emitidas estas historias, acabamos acostumbrándonos, encerrados en nuestro pequeño cascarón de indiferencia cotidiana, a continuar con la vida, como si aquí no pasara nada.  Ese es, justamente, el principal síntoma de una sociedad enferma.  Y como no aparecen los síntomas de la enfermedad, cuando por otro lado están los paramilitares, hoy Bacrim, que están en casi la mitad de los municipios, en territorios de donde desplazaron a las FARC- EP  y al ELN, con la siniestra política de masacrar campesinos y sindicalistas, acusándolos de ser “auxiliadores” de la guerrilla.  Ni hablar del barrido que han hecho de la intelectualidad independiente.
Son desalmados, y la muerte horrenda que han dado a tanta gente, produce escalofrío.  Cuentan con jefes conocidos y un discurso en el cual mezclan el reconocimiento de crímenes de lesa humanidad con justificaciones de extrema derecha.  Como las FARC-EP se financian con el narcotráfico.
Algunos empresarios, ganaderos y hacendados les han pagado dizque por su protección y hay sectores en zonas que controlan con métodos draconianos y ciertas capas medias urbanas, que no ocultan una peligrosa administración por estos nuevos “contras”, en parte como reacción a los excesos de la guerrilla.
En el exterior se les considera el principal lunar en el prestigio de las Fuerzas Armadas, y gobiernos y organizaciones de Derechos Humanos señalan con preocupación una suerte de división táctica de tareas: Los militares haciendo la parte “limpia”, y los paras la sucia, en una misma guerra en que ambos serían aliados de hecho contra un enemigo común.  Ha existido una coincidencia espiritual con el nazismo,  cuyas afinidades pueden detectarse con graciosa facilidad.
Como lo muestran informes de la Fundación Progresar y otras ONG, más que lucha entre grupos armados lo que hubo estos años fue una campaña de exterminio de parte de los “paras” contra sectores específicos, buscando el control de toda una sociedad.  A narcos tradicionales se sumaron nuevos personajes, y todos tejieron alianzas con los paramilitares.  Inyectaron en la política sumas millonarias, ganando control en alcaldías, concejos, y asambleas, capturando dineros públicos y negocios ilegales, copando la seguridad ciudadana, adquiriendo tierras, construyendo viviendas que rememoran la ostentación de los Gacha y Escobar.
Alcaldes, Parlamentarios y otros funcionarios, no son sino la expresión mínima del grado de influencia que ha ganado el paramilitarismo. 
Y así, el paramilitar Don Jorge 40, se sabe, creó los “Distritos Electorales”, para la elección  del Presidente Uribe.  Ahí están otros enemigos de la Paz, en la caverna de la extrema derecha.
Se trata, entonces, de determinar de qué lado se encuentran las “grandes mayorías políticas”, fuente de todos los males colombianos.  Ese proceso vitando nos ha causado inmensos daños en lo moral, en lo político y en lo económico, al crear ciertas bonanzas que carcomieron los resortes éticos del país.
Empero, como los colombianos de bien anhelamos la paz, apoyamos evidentemente con el alma los diálogos, así como el mundo entero lo ha manifestado incondicionalmente.  Aquí hay que recordar al mexicano Juárez cuando expresó: “El respeto al derecho ajeno es la Paz”.
Y bien.  Aquí surge la inquietante pregunta: ¿Qué grupo armado es el autor de ese repertorio de atrocidades que conmueve ahora al territorio nacional, y atentan contra el derecho internacional humanitario?  ¿No es el proceso de paz, el más deseable de los objetivos políticos?
¿Los diálogos no nos están ayudando a ver esas infinitas posibilidades de una esplendorosa paz para la patria, y a evitar una catástrofe total? ¿No están entonando un canto de esperanza a la vida? ¿Son autores de los execrables  atroces hechos recientes, integrantes de las FARC – EP,  o los enemigos de la Paz, que merecen estigma y hacen apología de los privilegiados como cortina de humo en abierta alineación con los paramilitares?
Los individuos que a través de los medios señalan sin dubitaciones a las FARC –EP como autores; y esto no significa excluirlas o defenderlas, son ajenos a las pruebas penales y a su evaluación, como los militares de escaso rango o de alto rango.  “En efecto, - como nos dice Gustavo Humberto Rodríguez R. – La prueba penal no puede ser ajena, sino esencialmente vinculada a los problemas de la etiología del delito y de la delincuencia…” (La negrilla es mía).
Los difíciles caminos de la Paz  hay que transitarlos con denuedo y decisión imperturbables.  Por ahí es el sendero esplendoroso para la patria que amamos.  (Escrito para: www.bersoahoy.co – sección opinión)

jueves, 18 de junio de 2015

HORRIPILANTE CONDUCTA DE PRETELT

Por Gerardo Delgado Silva
La Justicia, como expresé en otro escrito, reposa en los principios éticos de carácter fundamental que contiene la constitución, y que fijan al Derecho su verdadero sentido.
La Constitución Política y las leyes de cada país, establecen una red de medidas protectoras de los ciudadanos y sus derechos, fundadas todas en una valoración previa de los preceptos básicos, sobre los cuales se han de asentar los principios del bien, del derecho y de la justicia en ese Estado, de acuerdo con el sentido moral vigente, esto es, tal como los percibe la conciencia social del pueblo y los expresa, con mandato de ese pueblo, el legislador.  Cuando un ciudadano viola esos preceptos legales, sobreviene la reacción del Estado, o sea, la sanción.  Esto, en muy pocas palabras, explica el motivo de la Ley Penal.
Es útil recordar, que la Justicia Penal es uno de los instrumentos más aptos para la formación del bien moral, de aquel summum bonum que es el fin último de la convivencia humana, a través de jueces dotados de poder, de ciencia, de dignidad, de honradez, y títulos suficientes para engrandecer su sagrada misión.
Así pues, no pueden subsistir en Colombia tiempos ni espacios sin Derecho, en completas tinieblas y vacíos jurídicos.
Es pertinente reiterar, que es tanta la importancia de la justicia, que hasta la monarquía teocrática le rindió homenaje y le pagó tributo desde los más  antiguos tiempos.
Y cuenta la Biblia, que Salomón, cuando Dios le dijo: “Pídeme lo que quieras que yo te dé.”  Contestó: “Da, pues, a tu siervo corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para distinguir entre lo bueno y lo malo”. 
Los magistrados judiciales en el mundo entero, son inamovibles mientras dure su buena conducta.  Si presentan prácticas vitandas, surge su propia caída.
Pues bien.  El pueblo pensante de nuestra patria, debe levantarse de su resignación ante hechos consumados como los del Señor Pretelt, pues todos nos hemos acostumbrado a una especie de fatalidad, que no acepta cambios.  Pero nuestro futuro no es la sumisión y el envilecimiento; el desenvolvimiento histórico nos permite vislumbrar en nuestras tierras se gesta una nueva visión, una nueva forma de concebir la integración social: En que la justicia es el pilar y soporte de una nueva sociedad, sin jueces corruptos, idea que nunca podrá ser arrasada, pues es una simiente que siempre ha acompañado al hombre y nunca lo dejará.
La Colombia honesta que es la mayoría, debe adelantar una verdadera cruzada en favor del prestigio de la justicia, pues con conductas como las del Magistrado, dentro y fuera de la Corte, es innegable que se ha llegado a extremos indecorosos de tal magnitud que afrentan la tradición otrora respetable de la administración de justicia en nuestra patria querida.
Quizás la resolución con que el Gobierno del Presidente Santos entregándose a esta labor de sanidad espiritual, alcance la finalidad redentora de devolvernos a los colombianos la seguridad de poder vivir y avanzar protegidos en nuestros fueros y dispuestos a librar valerosamente la batalla contra toda clase de hampones altos y bajos.
Tiene Colombia más que suficientes títulos de dignidad para acreditar su comportamiento que fija una posición de franco rechazo a cuanto viene urdiendo el Señor Pretelt.  Si no enfrentamos estos hechos el País se nos va a deshacer entre las manos.
No se puede, jamás, de un plumazo, borrar la dignidad de la justicia, ni la conciencia que debe tener el juez, de la dimensión de su cargo, precisamente por su misión sagrada.
Queremos que la inteligencia colombiana alumbre a la administración de justicia, ante este alud  de hechos oprobiosos, atribuidos por la prensa al Magistrado, que rompe con los valores jurídicos y morales que le han servido de soporte a la patria.
Se ha descorrido el velo también de un vórtice dantesco que entraña la conducta de ese magistrado, por unos acontecimientos como lo señala la Revista Semana del 7 al 14 de Junio de 2015, en la cual el destacadísimo columnista, que le ha rendido culto a la verdad, Daniel Coronel, afirma. “En Arboletes, Antioquia, la finca que el Magistrado rebautizó como La Corona, es realmente la suma de cinco predios procedentes de baldíos entregados por reformas agrarias…”.  “Más allá de la acumulación ilegal de baldíos – que de por sí sería suficiente – persiste una pregunta: ¿De dónde ha sacado este funcionario el dinero para comprar todas estas propiedades?”.
Las voces de apremio ante este comportamiento del magistrado, deben ser oídas por las autoridades erigidas, precisamente, para defender y sostener el orden jurídico.
Esa conducta, es un auto cabeza de proceso que pesa históricamente sobre quienes prohijaron el nombramiento de este magistrado, como el anterior presidente.  Causa verdadero pasmo, pero existe un vínculo de amistad con el paramilitar Mancuso, preso en Estados Unidos, y co-autor  de ominosos crímenes de lesa humanidad.
Es la situación de absoluto desorden jurídico, de corrupción del orden moral, como una mancha de oprobio que viene de arriba y se extiende por la nación contaminándola.
Alegoría clarificadora de lo que fue el Nazismo en Europa.
Todo esto, ha ido llevando a Colombia lentamente, con los ojos abiertos hacia el precipicio de su desintegración.  Por fortuna, como ya lo expresamos, el Gobierno de Santos si está luchando contra la peste, combatiendo el mal con heroísmo.
Para conseguir en la administración de justicia una impecable lucidez, se requiere por parte de quienes designan a los jueces, profundizar en el complejo mundo de la personalidad humana, dándole un valor especial a las dotes de juristas, eruditos, y eximios, transparentes, con fondo de humanidad profunda en la concepción del Derecho y la severidad de lo que conduce a la justicia, y que con su moral y virtudes, iluminen esta patria que amamos.
Que para ellos, la cosa pública sea un vaso santo, de auténtico patriotismo.

En el silencio de su desolación, la conciencia colectiva sin duda ante estos hechos, del magistrado, terminará expresándose algún día.  Entre tanto, la pregunta surge espontánea: ¿Hasta Cuándo?

miércoles, 17 de junio de 2015

Fotomultas el castigo

Por Luis Eduardo Jaimes Bautista (J.B.) 
¿Cómo contralar el tránsito en Bucaramanga? Siempre ha sido la gran pregunta en la movilidad, donde la ciudad se quedó sin vías para miles de vehículos y motos que circulan todos los días. Existieron muchos estudios en que algún día tendría que reventar este problema al ingreso y facilidad en la compra de vehículos y motos. Esta avalancha que crecía, solo le quedaba una alternativa, el transporte masivo. Un transporte que no respondió a las expectativas de los usuarios y que está dando un traspié por la operatividad, mal servicio y una planeación servida a las carreras. Que al día de hoy está dejando pérdidas y un parque automotor que va en un 50% de vida útil y con muchos problemas en la movilización de pasajeros en las diferentes estaciones por la frecuencia de las rutas a los diferentes sectores de la ciudad. 
Los planificadores de ciudad, quienes en su mayoría son políticos y abogados, se han quedado cortos de inteligencia para ponerla acorde con la parte técnica e ingenieril en el mapa de ciudad que se cierra y se convierte en un cuello de botella. En razón a que no existe un cuerpo asesor de ingenieros viales, que estudien viabilidades para la buena circulación de toda clase de automores y velocípedos. 
La Dirección de Tránsito de Bucaramanga que en otrora época era orgullosa, una de las mejores en el país y que hacía cumplir sus normas, se fue deteriorando poco a poco hasta llegar a lo que es ahora. Una entidad donde la ciudadanía se queja y los pases como el código de tránsito no tienen el valor que se merece como conductor culto, respetuoso y responsable en la conducción, (es como quien tiene un título sin pasar por la universidad). 
Es así que se ha llegado a la aplicación de las medidas coercitivas, hoy tan de moda en muchas ciudades del país: Las fotomultas, un tema candente y que levantará ampollas en esta campaña política de quienes aprobaron y los contradictores que se oponen. 
El Concejo de Bucaramanga, mediante Acuerdo Municipal No. 034 del 10 de diciembre del 2014, “le autoriza al alcalde de la ciudad para la creación de sociedades entre entidades públicas y/o privadas de economía mixta o su participación de éstas, para el desarrollo de proyecto de mejora de la movilidad y la seguridad vial en el municipio de Bucaramanga”. Todo para dar cumplimiento al “Plan de Desarrollo “Bucaramanga Capital Sostenible 2012 – 2015, de acuerdo a los ejes programáticos Movilidad vial y peatonal (esta última la cual nos quitaron el derecho de quienes caminamos por los andenes o aceras, hoy ocupadas por vehículos y motocicletas que invaden nuestra movilidad a pie) y de infraestructura de ciudad, dentro de la sostenibilidad  Urbana, establece la necesidad de avanzar en programas e iniciativas de mejora de la movilidad en el Municipio ante el crecimiento urbanístico y poblacional”, Acuerdo que le abre la puerta a la contratación al señor alcalde hasta el 31 de diciembre del 2015 y dejar amarrado el Centro Integral de Control de Tráfico de Bucaramanga. 
Según los entendidos en materia de contratación el aliado estratégico que se presente y conforme la empresa de economía mixta tendrá una participación del 60% y el 40% para la entidad descentralizada municipal. 
Los mecanismos a utilizar son las cámaras de Reconocimiento Óptico que definirán a los infractores con el castigo de multas pecuniarias llamadas Fotomultas. 
Ahora bien sin saber quién será ese socio estratégico, si posiblemente (es un amigo aportante, supuestamente de capitales en política) gane el jugoso contrato, para que a partir de Agosto o septiembre comience aplicar esta medida.  

martes, 16 de junio de 2015

Partido liberal, paz y gobierno

Horacio Serpa
Hace  10 meses regresé al Senado después de 24 años de haber renunciado para ir a la Constituyente. Fui elegido por el  Partido Liberal que varias veces dirigí, al cual pertenezco ininterrumpidamente desde 1959, cuando siendo un colegial sin ciudadanía me afilié a las juventudes del Movimiento Revolucionario Liberal.
Busqué llegar al Congreso para colaborar en el logro de la paz, apoyando en este objetivo al Presidente Santos en su búsqueda de acuerdos de convivencia con las Farc, en las conversaciones de La Habana.
Muy satisfactorio fue volver a la dirección de mi Partido. No lo esperaba. Hace 7 meses, gracias a la confianza de Simón Gaviria y a la generosidad de la bancada liberal en el Congreso, formo parte de la Dirección Nacional Liberal  en compañía de once Senadores y Representantes que de buena fe, comprometidos con la divisa roja, asistidos por un fervoroso deseo de acertar, trabajamos por el País desde la democrática y social plataforma del liberalismo colombiano. Dichoso participo en esa tarea.
Seremos en octubre la primera fuerza política de Colombia. Reorganizamos al Partido y trabajamos en la revisión de la propuesta programática. A finales de Julio haremos nuestro Congreso Ideológico y estamos buscando y escogiendo las mejores y los mejores candidatos a Gobernaciones, Alcaldías, Asambleas y Concejos.
Apoyamos la paz con decisión pero rechazamos la violencia en todas sus asquerosas características. El comportamiento de las farc en las últimas semanas ha sido perversa y criminal. Nos duele la muerte de policías y soldados y consideramos irracional la destrucción del medio ambiente y de la infraestructura social e industrial que pertenecen a todos los asociados. El acuerdo de negociar en medio del conflicto no es patente de corso para acabar al país.
Apoyamos la gestión de gobierno del Presidente Santos. Lo apreciamos como persona, como demócrata, como gobernante sano y bien intencionado. Pero como Partido asumimos la independencia crítica y el control político. Reclamamos que a los opositores les respeten sus derechos y que a los amigos se nos trate como iguales. No estamos satisfechos con el desequilibrio que existe en las relaciones que el gobierno nacional tiene con los partidos de la Unidad Nacional.
El gobierno no muestra ningún interés por las propuestas programáticas del liberalismo. El monopólico manejo de los asuntos de la paz no le gusta al liberalismo. En muchos Ministerios e Institutos existen barreras para las iniciativas liberales. No es apropiado que solo un Partido de la Unidad Nacional pueda mostrarle al país las realizaciones del gobierno, el cual no mira el desgaste que significa respaldarlo.
El liberalismo lucha por defender a la clase media y por derrotar la pobreza. Estará en primera fila apoyando la búsqueda de la paz. Apoyará propuestas muy edificantes en la presenta campaña y con el apoyo de millones de compatriotas alcanzará la victoria que le permita trabajar con éxito por la Presidencia de la República en las elecciones del 2018.  
Bogotá D.C., 14 de Junio del 2015 (Reenviada por Nancy Guerrero)

Escuchar a la gente

Por Sergio Isnardo Muñoz
Vengo de una experiencia en lo público que enseña a caminar barrios y veredas en busca de contacto con la gente, con el propósito de identificar sus problemas para buscarles soluciones efectivas. Y lo que se siente en las caminatas es ni más ni menos el gran clamor de cambio y renovación que pide la ciudad.
He palpado, por ejemplo, el descontento de los ciudadanos con la forma como ha sido manejado el gobierno. Hombres y mujeres, por igual, están fatigados de los administradores públicos a quienes anima, en primer lugar—y casi exclusivamente—el deseo de resolver sus problemas económicos personales. ¿Cómo puede ser posible—me dijo una señora en un barrio—que en nuestro país hayamos asumido como cosa normal que procuren, como propósito principal de su ‘gestión’, hacer ‘negocios’ que les garanticen su paso directo de un modesto apartamento alquilado, al exclusivo conjunto residencial Ruitoque Golf Country Club? ¿Por qué razón se admite, como la cosa más lógica del mundo, que los administradores públicos hagan negociados como si al lograr la elección para un determinado cargo se hubiesen convertido en dueños del Estado? Se les olvida que ¡el Estado somos todos y cada uno de nosotros!
Inquietudes como estas son legítimas y a los ciudadanos no sólo hay que escucharlos sino interpretarlos, ese sentir me compromete en el propósito de superar este estado de cosas, no debemos permitir como sociedad que a algunos servidores se les mejore sus condiciones de vida de manera escandalosa, mientras que las miles de personas que los llevaron a las posiciones de poder siguen en la marginalidad.
Ese sentimiento generalizado de la gente en la ciudad ha dado fuerza a este movimiento ciudadano que he liderado y nos sigue generando esperanza para dar paso a una renovación político-administrativa que nos permita construir auténtico desarrollo económico y el bienestar al que todos tenemos derecho. Pareciera que la sociedad, hastiada de esta fiesta de la ilegalidad, hubiese decidido impulsar ideas de cambio para remediar tantos males que confabulan contra nuestras posibilidades de sana convivencia. La conciencia del peligro que significaría repetir, en las próximas elecciones, este modelo egoísta de los negociantes de lo público, convertidos en administradores públicos, parece crecer todos los días. Encarnamos la esperanza de un cambio positivo para el proyecto colectivo de ciudad.
La más reciente encuesta de intención de voto nos ubica entre los punteros, con una tendencia creciente, ratificando la encuesta lo que hemos sentido en las calles. Hemos interpretado el sentir de miles de bumangueses. Seguiré escuchando mientras recorremos los barrios o realizamos conversatorios sobre temas diversos de ciudad. Bucaramanga está preparada para hacer el cambio y yo estoy listo para liderarlo.
A propósito: No puede Bucaramanga aceptar el burdo despropósito que está a punto de realizar el Municipio con las Fotomultas. ¡Debemos unirnos! ¡Sí al control y prevención vial, no al negocio de las Fotomultas!

sábado, 13 de junio de 2015

El fútbol y la política

                                        Trafugario
                                      Por: José Óscar Fajardo
Hasta no hace mucho tiempo el fútbol y la política eran un verdadero dolor de cabeza para la mayoría de mujeres, casadas, solteras y en concubinato. Ahora que empieza la copa América y que no hace mucho pasó el mundial, uno se da  cuenta que las cosas han cambiado un poco respecto a este entuerto sociológico deportivo, pero de todas maneras el problema aún subsiste. Es cierto que los éxitos últimos del seleccionado colombiano han contribuido a que nuestras mujeres se adapten a la situación, y quieran un poco más este deporte que no sabe nadie, qué tiene para emparrandar a la gente. Con la política pasa lo mismo. Hay mujeres que se quejan que su marido se metió a la política, con la misma desesperanza y desilusión que si este se hubiera muerto, o que en su defecto, el urólogo le hubiese informado que tiene la próstata corronchosa y más grande que una mogolla de 50 mil pesos. Ahora ese hombre no hace sino hablarme de chismes y componendas políticas y de triunfos y fracasos y ya no se le ocurre ni siquiera darme un beso de gula. Y sexualmente, tiene el mismo apetito que el de un eunuco porque ya ni se le da por acariciarle una pata a la cama.
Que obsesión por la política y el fútbol, señor mío Jesucristo, dice totalmente abatida como al final  de un entierro. Y ahora no se le dio sino por invitar a todos los amigos, una manada de vagabundos igual a él que no hacen un culumpio, a ver los partidos a la casa y eso hacen una gritería que parece el manicomio más grande del mundo y la humareda y el olor a humo de cigarrillo es como en un amanecedero. El viernes por la tarde-noche por poco me desbaratan los muebles de la sala en protesta porque según ellos, aupados por mi marido, ese partido de Méjico y Bolivía, estaba tan malo que más parecía un juego a las “escondidas” con curas catanos y hermanitas de la caridad. Y lo verraco es que hablando  en serio, la señora del la cual estoy hablando, no doy su nombre por razones humanitarias dado que es la legítima esposa de un amigo mío, abogado él, que fue diputado de Santander, tiene toda la razón. Un fanático es un desequilibrado mental, obseso compulsivo, paranoico, que dice ser el enviado de Alá y poseer toda la razón y la verdad absoluta de todas las cosas. Y el que le diga que no, o le lleve la contraria, empiece  a correr. Aclaro que es un concepto médico-siquiátrico.

Entonces calculen carísimos lectores y amigos míos, si la dama que ocupa nuestro relato, no tiene la razón. ¿Ustedes se pueden imaginar, por esta nefanda época, qué es un fanático godo o cachiporro, rezandero o comunista, judío del monte de Sión o musulmán de la Meca, o fundamentalista del Estado Islámico, enfermo por el fútbol y la política y fuera de eso con tres litros de aguardiente y un kilo de basuco en la cabeza? Yo no estoy diciendo que  mi amigo abogado exdiputado esposo de la señora a la cual hago mención, sea así. No, señores. Pero sí tiene una similitud brutal. De tal manera que cada vez que hay una fecha de fútbol, la desdichada señora entra en estado de conmoción, y no creo yo que sea por simple hipocondría. Según me dice ella, uno de los episodios más aterradores se da cuando ya es hora de irse a dormir, donde él exige que sea a las nueve de la noche, y son las seis AM y el tipo no ha parado  de hablar y darle codazos para que le ponga atención.

miércoles, 10 de junio de 2015

La ciudad que queremos

                                      Por Sergio Isnardo Muñoz
Muchas personas me preguntan cuáles serán las metas que me plantearé como alcalde de Bucaramanga, y la respuesta es sencilla: ordenar la Administración Municipal y la ciudad, devolviéndole la honorabilidad al ejercicio de lo público y la confianza de la gente en quien la gobierna. Para transformar la capital santandereana en una gran urbe moderna, económicamente productiva y que genere bienestar a sus habitantes—es decir, “la ciudad que queremos”—.
Tenemos que, en primer lugar, fortalecer el aparato administrativo municipal, para que responda mejor a sus desafíos. Ordenar la ciudad significa, por otra parte, poner cada cosa en su lugar a través de un adecuado enfoque de planificación que nos permita acabar con los múltiples problemas que hoy constituyen amenaza constante a la tranquilidad.
El cumplimiento de estas metas exigirá, como paso fundamental, la conformación de un equipo de trabajo con excelente formación profesional, voluntad de trabajo y vocación de servicio público, para implementar un plan de desarrollo que nos permita potenciar las virtudes de la ciudad y combatir, pronta y eficazmente, las dificultades que gravitan sobre una capital que crece en población y complejidad, pero que, con determinación y pulso firme, debe ser construida y reconstruida para hacerla más competitiva en relación con el país y el mundo. Con claridad de propósitos, podemos conseguir que Bucaramanga se fortalezca en términos económicos para atender mejor las necesidades de sus habitantes.
El plan de desarrollo de los próximos cuatro años incluirá, entre muchos otros objetivos, la ejecución de una ambiciosa estrategia en EDUCACIÓN, debemos priorizar la jornada única, el programa De Cero a Siempre y la nutrición escolar, además combatir los problemas de convivencia ciudadana que, por diversas razones, han alterado la tranquilidad de la gente. Las relaciones sociales se han deteriorado porque las personas no saben comportarse. Con mejor cultura, despejaremos el camino para el impulso de nuevas y decisivas tareas de progreso.
El listado de retos es largo, pero no de imposible solución, e incluye resolver las dificultades de MOVILIDAD, haciéndole reingeniería a Metrolinea, creando un sistema intermodal donde quepa la bicicleta, terminando el Plan Maestro de Movilidad, haciendo énfasis siempre y en cualquier circunstancia en las medidas educativas para el cumplimiento de las normas de tránsito; en materia de SEGURIDAD, el alcalde debe ser el primer policía de la ciudad, llenar de cámaras de seguridad los barrios con problemas, hacer inteligencia basada en la colaboración ciudadana, exigir resultados a la policía y a la justicia, pero además capacitar para el trabajo y financiar proyectos productivos en los sectores más deprimidos, el desarrollo urbano hay que orientarlo de tal manera que podamos evitar problemas comunes a las grandes ciudades, que confabulan contra el orden, la seguridad y la tranquilidad; utilizar la educación como recurso transversal para el impulso del desarrollo, de modo que podamos, por ejemplo, crear nuevas oportunidades de progreso para jóvenes y mujeres, en especial, que sufren los efectos de la marginalidad.
Bucaramanga no es la ciudad pastoril del siglo pasado, ni está condenada a convertirse en un territorio caótico, esquizofrénico e invivible, de nosotros depende la decisión de a quien le entregamos el liderazgo. Me ocuparé de hablar de estos temas, para que la ciudadanía sepa qué puede esperar de mi gobierno y para que todos los bumangueses hagan parte de esta propuesta de renovación y cambio.

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