domingo, 25 de abril de 2021

Elecciones y Destino

Mario González Vargas
Nadie debe soslayar la gravedad de las realidades que vivimos que son propias de un mundo globalizado en el que resulta imposible escapar a las consecuencias que generan las confrontaciones de poder. La América Latina es hoy el nuevo escenario por el predominio orbital situación que no habíamos conocido desde la independencia de nuestras naciones, ni siquiera en el curso de las dos guerras mundiales del siglo pasado. El intento de instalar misiles soviéticos en Cuba fue rápidamente conjurado por los Estados Unidos, pero hoy, la presencia de Rusia, China, Irán, Turquía y la Organización terrorista Hezbollah en Venezuela, apoyada por el régimen cubano y aparentemente consentida por el progresismo internacional y los gobiernos continentales con afinidades ideológicas, encarna un desafío de inmensas proporciones para la seguridad y la paz en las Américas, que sin embargo no ha suscitado hasta hoy la estrategia, acciones y respuestas que amerita.

Esa inexplicable inacción ha favorecido iniciativas y acciones que le han permitido a los intrusos y sus aliados avanzar en sus propósitos, fortalecer sus alianzas y potenciar las intimidaciones contra los objetivos cuidadosamente escogidos. Las intervenciones combinan interferencias en procesos electorales con acompañamientos a acciones armadas de limpieza fronterizas y despliegue de tecnologías de inteligencia para conocer capacidades militares de sus vecinos (radares, sistemas de guerra electrónicos, de defensa aérea y comunicaciones), como ocurrió recientemente con el sobrevuelo de territorio colombiano por aeronave rusa con violación del permiso concedido. Actitudes inamistosas que se tratan de ocultar con mensajes de amigable convivencia a los Estados Unidos, como el de Raúl Castro en la pantomima de relevo generacional del poder en Cuba, o con la invitación del gobierno español a Maduro para participar en la Cumbre Iberoamericana en Andorra, cantos de sirena para gobiernos y sectores políticos acostumbrados al apaciguamiento del adversario que siempre resulta en la antesala del desastre. En razón de la vasta experiencia política, al más alto nivel, del presidente Biden, resulta paradójico y a la vez inquietante que el gobierno de los Estados Unidos no haya aún dado muestras de haber percibido las consecuencias del asentamiento con vocación de permanencia en el continente americano de armamento y asesores rusos, chinos, iraníes y terroristas, los mismos que confronta en otros continentes en medio de un conflicto inconcluso por el predominio orbital. El blanco de la intervención es hoy el de los Estados Andinos, y la punta de lanza de la misma es el denominado progresismo que encarna la confrontación cultural y de civilizaciones que tiene por primeras víctimas las libertades de la democracia y de la libre empresa, esenciales a la civilización a la que pertenecemos. La primera batalla se ganó en el Ecuador contra todo pronóstico. Perú, Chile y principalmente Colombia son los próximos teatros de operación. Es la primera vez que una elección nacional comporta tan significativos alcances y exige tanto discernimiento y responsabilidad. En el mundo que asoma, debemos obrar por el ascenso de los valores que encarnamos y que responden a la condición de Nuevo Mundo que aún ostentamos. Ojalá estemos a la altura del destino que procuramos.

miércoles, 21 de abril de 2021

…a la espera que el Congreso sepulte la Reforma Tributaria

Con los $50 billones que se roban los corruptos se cubriría lo que el gobierno aspira con la reforma
Por: Bernardo Socha Acosta

Parece que la peor amenaza de catástrofe jamás experimentada por los colombianos comienza a rebajar los graves riesgos –al menos así lo anuncian algunas bancadas políticas que tienen gran injerencia en las decisiones nacionales- hablando del infame proyecto de Reforma Tributaria.

La voracidad excesiva conque el Ministro de Hacienda y algunos otros funcionarios prepararon el texto del proyecto, creó el execrable ambiente social y político que mató de entrada la gallina de los huevos de oro, proyecto en el cual creía ciegamente el gobierno, así se convirtiera en la gestión más impopular y tirana de este país, pero no se sabe con qué oscuros propósitos.

Ese proyecto que se ha convertido en la mayor amenaza y azaroso temor de los colombianos es hasta ridículo, odioso e ignominioso porque pretende, como está el texto, acabar con franjas de la economía media y alta con los gravámenes propuestos, pero llegando incluso al atrevido atentado contra  asalariados de hambre. En qué cabeza de un ministro normal  le cabe, que una persona, por ejemplo, para citar uno de tantas extravagancias,  que una persona con 2 salarios mínimos mensuales pague impuestos. Que descaro de sentido verdugo y perverso  tiene una propuesta de esta naturaleza que no merece sino el rechazo, el repudio y el vilipendio  de una sociedad, contra autores de semejante injusto castigo.

Nadie puede entender, en qué país soñó el gobierno cuando diseñó semejante propuesta de látigo contra el pueblo colombianos trabajador, mientras  las mafias de la corrupción se apoderan anualmente de algo más de $50 BILLONES, y contra este cáncer maldito, nada hace el gobierno para buscarle una verdadera solución y un verdadero castigo contra sus autores, quienes antes son privilegiados por el estado.

Todo el mundo se pregunta por qué este gobierno buscó al pueblo trabajador y medianas  fuentes de desarrollo económico,  para pretender hacer de FALSO Samaritano, llevando eventuales migajas y sobras de los más poderosos para engañar los sectores menos favorecidos.

Si hubiera sido un proyecto de Reforma Tributaria verdaderamente estructural, no se habría metido con la clase trabajadora, y los sectores medios de la producción que son los que le aportan riqueza al país para su funcionamiento e incluso queda para que  los delincuentes de cuello blanco atesoren millones, ante la mirada complaciente de la pirámide gubernamental, que no quita, en cambio, los ojos buscando cómo esquilmar a los más débiles y dejarles camino abierto a los corruptos.  

Es que ante un proyecto de Reforma Tributaria  de tanta incidencia social y económica, y las gravísimas amenazas de TIRANÍA, nadie puede quedarse tranquilo hasta que el congreso de la república lo sepulte o como mínimo le cercene al menos el 60% de su infame y atemorizante propuesta.

bersoa@hotmail.com 

sábado, 17 de abril de 2021

Un Reto sin Precedentes

Mario González Vargas

Nadie pensó que el rocambolesco episodio de la fuga de “Santrich” a Venezuela incidiera en los recientes combates en la frontera colombo venezolana y sirviera de hilo conductor para comprender la amenaza sin precedentes que se cierne sobre Colombia y la paz hemisférica. Sin advertirlo, nos encontramos inmersos en una situación de intervención de potencias extra continentales que afectan la seguridad y la paz en el hemisferio. La presencia de Rusia, Irán, China, Turquía y la Organización terrorista Hezbollah, en apoyo al régimen criminal de Maduro, cobra alcances similares al intento soviético de instalar misiles en Cuba en los años 60 del siglo pasado y obedece a una inocultable rivalidad por el predominio orbital. El campo de batalla es la América Latina y el objetivo inmediato es el control de las naciones consideradas estratégicas por su posición geográfica, potencial humano y recursos naturales.

La alianza del régimen de Maduro con la Segunda Marquetalia de Márquez y Santrich y con el ELN se inscribe en esa estrategia que persigue asegurar el control de territorios y poblaciones no solo por los réditos del narcotráfico, sino también para garantizar la explotación de los grandes yacimientos de minerales de alto valor industrial por las potencias extra continentales, y extender su influencia sobre los estados del área mediante la fuerza o la intervención en sus procesos políticos. Ello explica el intento de exterminar intrusos, como alias Gentil Duarte, la presencia de asesores militares rusos, de aviones de combate chinos, la intención de proveer a Maduro de misiles iraníes y la tarea silenciosa de penetración de Hezbollah para fomentar el terrorismo. Todo ello se facilita por la persistencia de sectores políticos en Latinoamérica que permanecen alineados en la lucha contra los valores de occidente, el capitalismo y la democracia liberal, y que hoy se congregan en el denominado progresismo que sirve de punta de lanza en la confrontación política electoral y se presenta como opción de nueva civilización.

Así se explica que al belicismo se le sume la interferencia en las elecciones a realizarse en estos años, mediante la captura de medios de comunicación, la intimidación del electorado, la manipulación de los datos, posibles por la vulnerabilidad y debilidades de los sistemas electorales que ofrecen resquicios propicios para el fraude o el rechazo de sus resultados.

En el Ecuador, la voluntad popular superó todo intento de falsificación. En el Perú, el progresismo internacional procurará la elección del candidato supérstite de Sendero Luminoso y en Chile aterrizan los Enriques Santiago para diseñar la nueva constitución. En Colombia, se dará la más intensa confrontación porque la amenaza bélica se acompañará del más intenso accionar de agentes cubanos, espías rusos, del Foro de Sao Paulo, del Grupo de Puebla y de promesas de inversiones chinas, para seducir al electorado o, en su defecto, manipular e imponer el resultado electoral al amparo de la inquietante dubitación estadunidense ante las consecuencias de su inexplicable incomprensión, susceptible de contagiar al desprevenido ciudadano o de suscitar conflicto armado de impredecibles consecuencias. .

lunes, 12 de abril de 2021

El atropello miserable que traerá la Reforma Tributaria


 Por: Bernardo Socha Acosta

La mayoría de los colombianos se sienten ofendidos con la actitud del presidente de la república que intenta hacer creer y pasar por el Congreso de la república un proyecto de Ley de REFORMA TRIBUTARIA, con el engaño de un proyecto de solidaridad. 

En este proyecto   como en otros de este carácter, lo único que ha hecho el gobierno es rebajarles obligaciones tributarias a los grandes capitales y condenar a las familias trabajadoras a pagar más impuestos para cubrir la fronda burocrática y tapar los huecos que han dejado los ladrones de cuello blanco que han esquilmado o devorado el dinero que pagan los pobres en impuestos.

Para que la Reforma Tributaria que está promoviendo el gobierno  no se convierta en el mayor caldo de cultivo de un ALZAMIENTO POPULAR,  esa reforma deberá seguir las recomendaciones que hicieron el Fondo Monetario Internacional –FMI- y la CEPAL, en el sentido de gravar los patrimonios de los más ricos.

Los expertos en materia tributaria han dicho que en esta reforma se deben establecer impuestos al patrimonio que sean de forma progresiva y por encima del 1% que es el actual. Los analistas sostienen que los RICOS en Colombia no pagan tasas ni siquiera del 10%.

Aseguran igualmente los expertos que la actual estructura tributaria, está diseñada para que los pobres paguen más que los ricos.

El estudio de la comisión de expertos reseñando un gráfico (no está aquí) dice …

Los de menos ingresos pagan un poco más que personas de ingreso medio, la primera señal de inequidad. La línea muestra que los más ricos de los ricos pagan renta, un valor cercano al 2 por ciento de sus ingresos. El mismo porcentaje que pagan los contribuyentes que ganan un poco menos…

En el artículo publicado por la Silla Vacía, se afirma

Agujeros del sistema y trampas

La principal razón por la que los más ricos terminan pagando menos impuestos que los de menores ingresos, tiene que ver con que los ingresos de unos son distintos a los ingresos de los otros, y se gravan de manera distinta. En particular, entre más ingresos tiene un contribuyente, menos depende de su salario, y más de lo que la Dian llama ingresos no laborales.

Es tanta la desproporción tributaria que hay en Colombia, que un artículo de la experta, María Carolina Ramírez Bonilla, publicado en la República, sostiene que Los impuestos que pagan los ricos no representan ni 5% del valor de su renta. La misma experta observa cómo es este tratamiento en los Estados Unidos y Europa, donde hay equidad tributaria.

Frente a todos estos argumento y consideraciones, los colombianos le piden al primer mandatario de la nación, que no los pretenda engañar, poniéndole nombres sofisticados a la Reforma tributaria y si ha de ser para esquilmar aún más a los pobres, que desista de un proyecto que resulta inapropiado en medio de la situación que viven países como Colombia, debido a la pandemia.

Con el interés que el presidente le ha puesto al proyecto de Reforma Tributaria, pareciera que no ve la hora de sacarle más impuestos al pueblo y llevarle más beneficio y riqueza a los grandes capitalistas.

Ahora solo falta que el Congreso de la república respalde semejante despropósito del gobierno, de atropellar los más desprotegidos, que son, un 70% de colombianos a quienes les ha caído toda clase de plagas, incluyendo las pasadas Reformas Tributarias que ya aplicó este gobierno y que, como si fuera poco, quiere seguir congraciándose ante los poderosos y descargando sus desmedidos apetitos feudatarios contra el pueblo trabajador que muchas veces tiene que pasar hambre y ver con tristeza cómo cada día se suman en la peor miseria. Esquer pretender con esta Reforma cobrarle impuestos a una persona que gane más de 2 millones de pesos mensuales, es la más clara demostración de atropello MISERABLE.

bersoa@hotmail.com

Herramientas para una Paz amenazada

Mario González Vargas

El régimen dictatorial de Maduro, Diosdado y sus congéneres representa la mayor amenaza a la paz y seguridad hemisférica que se supone no podría enfrentarse y resolverse con los instrumentos que sirvieron para lograr la resolución del conflicto centroamericano y la paz duradera en esa región. Los acuerdos de Esquipulas y la creación del Grupo de Contadora fueron posibles porque se fundaron en el principio de que la resolución de los conflictos regionales correspondía prioritariamente a sus protagonistas y a los estados regionales con intereses en la consecución de la paz.

Hoy prevalece un escenario de confrontación orbital que favorece y estimula la intervención de potencias extra continentales en conflictos regionales, lo que supedita y somete cualquier solución a intereses y objetivos que desbordan los de sus directos protagonistas. La inicial participación de Cuba en las decisiones y actitudes del régimen chavista, se vio prontamente acompañada por la intromisión de Rusia, China, Irán, Turquía y la organización terrorista de Hezbollah, que no solo altera fundamentalmente los equilibrios e impacta la seguridad hemisférica, sino que también sustrae de las eventuales soluciones a quienes padecen los efectos directos del conflicto. El retiro de Argentina del Grupo de Lima y el prolongado silencio de éste, al tiempo que se aumentan las tensiones a lo largo de la extensa frontera colombo venezolana y la migración a distintos países del continente, son claro indicio del sentimiento de repliegue que asoma entre algunos de sus gobiernos. A ello, se suma la aparente indefinición del gobierno estadounidense ante una situación que le atañe directamente y susceptible de complicar un contexto de por si complejo para la seguridad en el hemisferio.

Colombia debe procurar una lectura acertada de la situación. La acción militar de las fuerzas del régimen de Maduro en el estado de Apure contra supuestas disidencias de la Farc que ellos prohíjan, unida a las expresiones belicosas del Diosdado Cabello y del canciller Arreaza, más que despertar interrogantes generan inquietudes por su lenguaje amenazante que no debe seguir desestimándose como retórica de aprendices de sátrapas, porque pueden reflejan un sentimiento de pérdida de control. Acudir a la comunidad internacional debe tener en cuenta los fracasos sucesivos de la ONU en sus misiones de paz y la reiterada incapacidad de la Unión Europea para asumir posición frente a situaciones de interés primordial, como el de la agresión a Armenia por Azerbaiyán o el de la amenaza del presidente de Turquía, Erdogan, a Grecia y Chipre en el mediterráneo oriental. La diplomacia eficaz se nutre de antecedentes susceptibles de incitar la adopción de nuevos tratados o de fortalecer la aplicación de los existentes. El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), ya en aplicación en el caso del régimen venezolano, contiene las normas aplicables a eventos como el que enfrentamos para conjurar agresiones y belicismo, sin olvidar que la prudencia y la capacidad de disuasión diplomática y militar constituyen las mejores herramientas preventivas a la conservación de la paz. Ellas existen para ser aplicadas y deben desplegarse sin tardanza.

martes, 6 de abril de 2021

La Disyuntiva en las Elecciones del 2022

Mario González Vargas

En medio del torbellino de violencia que sacude al país, resulta aconsejable interrogarse sobre los alcances del acuerdo de paz suscrito por el gobierno de Juan Manuel Santos con las Frarc-Ep, supuestamente diseñado para poner fin a décadas de confrontación armada y proveer a Colombia de los beneficios de una paz duradera y sostenible. Ese cautivante espejismo sirvió de falaz justificación para desconocer el resultado del plebiscito y la adopción del “Fast Track” para la conversión de sus disposiciones en normas constitucionales teóricamente destinadas a convertirnos en un paraíso de paz, y fraternidad.

El resultado no pudo ser más frustrante, como que las desproporcionadas concesiones consentidas a las Farc se materializaron en sistemáticos incumplimientos y nueva violencia, tan cruenta como la vivida por décadas, pero más esparcida por el territorio que el gobierno Santos no quiso recuperar para la institucionalidad, y que se vio cooptado por nuevas organizaciones criminales que se disputan el control de las rentas del narcotráfico, potenciadas por los perversos incentivos a los cultivos ilícitos pactados en la Habana y por la injerencia, complicidad y protección brindada por el régimen de Maduro, hoy la mayor amenaza que confronta la seguridad nacional. Ello atrajo a los más ambiciosos de las filas farianas, que prefirieron sumar esos nuevos réditos a las cuantiosas sumas legalizadas a la sombra del acuerdo de paz, con las que se contentaron los que, como Timochenko, optaron por un dorado retiro de la actividad criminal. Estos últimos, sumaron la formación de un partido político, curules en el Congreso e impunidad a sus delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra, dispensada por una justicia diseñada con ellos y para ellos. Todo ello explica sus incumplimientos a las obligaciones contraídas en el acuerdo firmado, seguros además del desinterés de la comunidad internacional que prefiere pasar la página y enfrentar los nuevos retos globales que la acechan. Nada de verdad, ni de reparación, ni de garantías de no repetición pueden esperarse de ellos, porque se sacrificó la justicia, hoy además politizada y cuestionada por los sesgos y afinidades ideológicos que la rondan. Paz fallida y crisis institucional fueron sus secuelas.

El país está abocado a un realismo que le permita saldar sus deudas y discrepancias con lo acaecido. No tiene sentido continuar confrontándonos sobre el pasado que nos agota cuando las exigencias y los retos obedecen a realidades cambiantes y apremiantes. Urge sobreponernos a los problemas que nos dividen para comprender el mundo que está surgiendo, si no queremos padecerlo. Solazarnos en la judicialización de la política y en la politización de la justicia es la mejor receta para el desastre. No existe opción distinta a la de vencer a la criminalidad, controlar el territorio, recuperar la credibilidad de la justicia, fortalecer la seguridad nacional y las instituciones hoy alicaídas y recobrar la confianza ciudadana, para consolidar el régimen democrático y aportar consensos y legitimidad al nuevo gobierno. Estos, más que necesarios, son hoy indispensables si queremos tener futuro. Será la disyuntiva en las próximas elecciones.

sábado, 20 de marzo de 2021

Que la Corte Suprema dé ejemplo

Mario González Vargas

En medio de la profunda crisis ética que sacude a la Corte Suprema de Justicia, no se entiende que su presidente decida terciar maliciosa e intempestivamente en unas diligencias judiciales que ahora escapan a su competencia, y en las que se declaró impedido cuando cursaron por su despacho. En sus engañosas declaraciones, no contento con descalificar a priori el trabajo de la Fiscalía, cuyos argumentos solo se conocerán en la audiencia programada por la juez de conocimiento para el 6 de abril de 2021, la síndica de contubernio con la defensa, contra la que también arremete por supuesta violación de la reserva sumarial, actitud que evidencia cuando menos confusión, por no decir ignorancia del sistema acusatorio.

Nada tenía que decir el magistrado Hernández y al hacerlo violó intencional y descaradamente sus obligaciones y deberes de imparcialidad e independencia, consustanciales a la recta administración de justicia y por ello a su indeclinable legitimidad. Sus afirmaciones constituyen reprobable e inaceptable intimidación a la juez competente y a su independencia, por ser ella subalterna suya en la organización jerárquica del aparato judicial colombiano. Con ello, solo revela sus pasiones políticas, sus sesgos ideológicos y las malquerencias que ellos engendran, que con anterioridad había desplegado, junto a su colega Barceló en insólita entrevista en reconocida cadena televisiva. No es ese comportamiento correcto, aceptable y legitimo en quien desempeña la presidencia de la más alta Corte de la Jurisdicción Ordinaria en Colombia.

Con su indebida e inapropiada intervención no solo vulneró la garantía constitucional al debido proceso, derecho fundamental de todo ciudadano inmerso en procedimientos judiciales y administrativos en Colombia, sino también los estándares internacionales sobre independencia judicial reconocidos por la ONU, y con ello pretendió afectar la integridad moral de la Fiscalía y de la defensa, lo que al menos constituye falta disciplinaria gravísima a título de dolo. No se trata de un desliz ocasional, sino de una actitud que riñe con los más altos estándares éticos y profesionales de quien ostenta la representación de la Corte Suprema de Justicia y que contribuye al malhadado declive de la institución que hoy sospecha con inquietud la ciudadanía colombiana. 

Es, por lo tanto, una actitud que no se debe pasar por alto. Vivimos ciertamente tiempos de incertidumbre que reclaman conductas apropiadas y legitimas en quienes integran y conducen las instituciones colombianas. Tiempos azarosos exigen personas que en sus conductas obedezcan a las más altas cumbres de probidad, competencia, saber y capacidad para mantener la cohesión de la nación. No podemos resignarnos al manejo errático de las autoridades en quienes depositamos la capacidad de preservar la integridad de nuestras instituciones, fortalecer nuestra democracia, consolidar nuestros derechos fundamentales y auspiciar tolerancia, dignidad y convivencia entre todos nosotros.

Este lamentable episodio debe responderse no solo con la audiencia el 6 de abril que nos confirme la majestad, imparcialidad, independencia y legitimidad de la justicia, sino también con las decisiones internas de la Corte Suprema de Justicia para que no se repita en el futuro

sábado, 13 de marzo de 2021

La Conducción Legitima de las Hostilidades

Mario González Vargas

El reciente de bombardeo a un campamento de las disidencias de las Farc-Ep al mando de alias “Gentil Duarte” que produjo 12 bajas en las filas de la organización criminal, entre ellas al menos la de un menor de edad, revivió la controversia sobre la legalidad de operaciones armadas en las que resulten comprometidos menores de edad víctimas del delito de reclutamiento de forzado por parte de sus captores.

Con el objeto de hacer claridad sobre la legitimidad de la acción militar y responder a las falaces opiniones de sus críticos, conviene hacer claridad sobre el marco normativo aplicable a esas operaciones. En el ordenamiento interno, el Código de la Infancia y la Adolescencia y el Código Penal prohíben y sancionan el reclutamiento de menores por grupos armados ilegales. Por su parte, el Derecho Internacional Humanitario prohíbe el reclutamiento de los menores de 15 años en los conflictos armados, tipificado por el Tratado de Roma como un crimen de guerra no susceptible de amnistía e indulto.  Y los Protocoles adicionales al Convenio de Ginebra regulan los principios rectores y la conducción de las hostilidades en los conflictos armados de carácter internacional o interno, que atañen al objetivo militar, al concepto de ventaja militar y a los principios de distinción y de proporcionalidad en el ataque. Todos ellos fueron debidamente observados por las Fuerzas Mllitares. El principio de distinción obliga a las partes a diferenciar siempre entre población civil y combatientes y a no dirigir ataques contra la población civil o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades. El reclutamiento de menores conlleva el constreñimiento a la víctima para participar activamente en las hostilidades y la convierte en objetivo militar, como que su baja, neutralización total o parcial, o captura, ofrece una ventaja militar definida. Son objetivos militares legítimos las posiciones que alberguen combatientes, sus materiales y armamentos, medios de transporte y comunicaciones militares. Hubo proporcionalidad en el ataque porque no hubo muertos ni heridos entre la población civil, ni daños a bienes civiles que hicieran excesiva la ventaja militar concreta y directa prevista.

Toda la algarabía que se ha nuevamente desplegado apunta maliciosa y simultáneamente a acrecentar el oprobioso reclutamiento de menores con la finalidad de levantar escudos humanos que impidan las acciones militares de la fuerza pública. Constituye la más atroz y vituperable estrategia de los delincuentes para proteger sus vidas y acciones violentas, mediante el sacrifico de vidas inocentes, sea por canalla ajusticiamiento o por su conversión en carne de cañón.  La inmensa mayoría ni siquiera alcanzará a conocer el triste destino de “Gabino” y del mismo “Gentil Duarte” reclutados cuando niños y hoy avezados criminales protegidos por una cohorte de antiguos subversivos o sus cómplices, que ahora pretenden fungir como los adalides de los derechos humanos y de la democracia.

El ministro Molano ha dado muestras dicientes de su carácter y determinación que alimentan la confianza ciudadana en la posibilidad de lograr una paz hoy inconclusa, pero no inalcanzable.  

sábado, 6 de marzo de 2021

Superar la Estrategia del Caracol

 Mario González Vargas

En las elecciones del 2019 las victorias de los candidatos alternativos, principalmente las logradas en Bogotá, Medellín y Cali, suscitaron la percepción de apertura en el escenario político colombiano. Fueron celebradas con bombos y platillos, replicadas por la mayoría de los medios y consideradas por comentaristas y usuarios de las redes sociales como el advenimiento de una nueva época en el manejo de la política y del poder. Hoy, esa efervescencia se ha diluido en un sentimiento de desencanto generalizado, por cuenta de erráticas decisiones y de la ejecución de agendas que permanecieron ocultas en el trasegar de las campañas.

Claudia López ha resuelto controvertir en vez de gestionar y administrar. Enfrentó la pandemia con improvisaciones que pretendió ocultar con su permanente rencilla con el presidente y su gabinete, actitudes que siguen cobrando vidas en la ciudad y que representan la mayoría de las muertes en Colombia. La seguridad ciudadana se descompuso al ritmo de su inquina con la Policía, cuya labor sistemáticamente obstaculiza y procura demonizar y deslegitimar. Los subsidios y ayudas se entregan a manera de dádiva y sus destinatarios son reprendidos y humillados en el ejercicio de sus labores de subsistencia. La ejecución de sus programas se concentró en superar a Petro en el reparto de mermelada y su único galardón ha sido el de sus retractaciones por mandato judicial.

El novel alcalde de Medellín no obra por impulsos temperamentales, sino con el claro propósito de subsumir lo privado en lo público en obedecimiento a su credo ideológico, mediante la ejecución de las herramientas procedimentales necesarias para tal efecto. No importa que con ello amenace la prosperidad de la ciudad construida gracias a la colaboración del sector privado en la realización de las políticas públicas y en la satisfacción de los servicios al ciudadano. Allí, ni el alarde tecnológico del alcalde logró contener la propagación del virus y su enorme costo en vidas. Allí, también, revivió la mermelada que se dispensa a raudales a quienes comparten su agenda y objetivos, sin que tampoco lograra combatir la inseguridad y la delincuencia que diariamente golpea e intimida al ciudadano.  

En Cali, el alcalde ha resuelto espantar los flagelos del virus y de la inseguridad con otros programas, pero igualmente ineficientes, buscando conjurar sus efectos con un relajamiento permisivo ante la fiesta y la rumba, seguramente considerados antídotos ante las amenazas presentes.

Las políticas en las tres ciudades parecen la aplicación de la “estrategia del caracol” que permite el desmantelamiento de la casa, con conservación de su fachada, hasta la hora de su destrucción final. Podría inspirar las propuestas presidenciales progresistas en las que Colombia Humana suscita miedos y la batuta indecisa y etérea de Fajardo despierta incertidumbre, porque en esos lares el canon ideológico prima sobre la realidad.

La paz no se decreta, se construye. Crear normas y situaciones pétreas equivale al imposible esfuerzo de detener el futuro. Necesitamos un acuerdo que permita reconciliar el pasado reciente con las exigencias del futuro inminente.           

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