domingo, 26 de junio de 2022

De cambios y utopías

Mario González Vargas
El cambio es consustancial al ser humano porque corresponde a la transformación permanente e ineludible que lo acompaña desde el nacimiento hasta la muerte. Por ello, busca afanosamente expresarse con la búsqueda de dimensiones superiores de comprensión e inteligencia, con la ilusión de alcanzar estadios de superación y ambicionar metas elevadas en el desenvolvimiento de la especie humana, que apunten a la construcción de sociedades solidarias, organizadas en Estado diseñados para la convivencia pacífica, el bienestar físico, la elevación moral y el disfrute igualitario de todos los bienes que la naturaleza provea y el espíritu dispense. Son las utopías las que direccionan los cambios y determinan sus bondades o sus fracasos, en ejercicios que suelen terminar en replicar las labores que marcaron la condena de Sísifo.

El proceso electoral estuvo marcado por un afán de cambio que se vino acumulando a medida que el ejercicio de la política se fue degradando sin consideración a los crecientes retos y amenazas para todos los colombianos. Se produjo así la acumulación de diversos desafíos políticos, sociales, económicos, ambientales y de seguridad ciudadana y nacional, que no podrán resolverse con terapias extraídas de utopía que ha malgastado su halo redentor en fracasos sucesivos, con costos inauditos para la legitimidad institucional y la vida misma. Los 23 millones de colombianos que votaron confirmaron ese insoportable cansancio con usanzas y comportamientos que hicieron de la política un ejercicio reprobable, a veces inmerso en el código penal, que ahuyentaron todo sentimiento de esperanza y con ello toda posibilidad de recuperación. El acuerdo nacional no puede revivir las reparticiones del poder que generaron la rabia y el repudio ciudadano. La política es el arte de lo posible, no la práctica de lo imposible a los ojos de los ciudadanos. Un acuerdo sobre lo fundamental no se logra simplemente con la simple aritmética para asegurar mayorías en el Congreso o elegir sus presidentes, ni puede despacharse con la sola afirmación de desarrollar el capitalismo en Colombia, sin ahondar en las acciones que lo hagan posible y estimulen la recuperación de la confianza en el fortalecimiento de la democracia y de sus libertades, en el respeto de los derechos que de ellas se desprenden y en el control del territorio por el estado que permita el goce pacifico de los mismos, fortalezca la seguridad ciudadana y preserve la seguridad nacional. Por ello, la primera y más convincente señal del rumbo del gobierno y de la definición de sus metas dependerá principalmente de la configuración de su gabinete y de la designación del Canciller y de los ministros de Hacienda, Defensa e Interior. El primero debe encarnar la diversidad cultural y étnica de la nación en un hemisferio diverso, y cuidar en un mundo globalizado las relaciones con las potencias orbitales. El segundo, despertar confianza en todos las agencias y agentes nacionales y extranjeros de la economía. El tercero, velar por la seguridad nacional y ciudadana, y el cuarto procurar que la política recupere sus más altos estándares. Ello para que el cambio no sea una utopía fallida.

domingo, 19 de junio de 2022

Se cumplieron los deseos de muchos colombianos

Por: Bernardo Socha Acosta 
Los colombianos aceptaron el ramo de olivo ofrecido por el electo presidente de la república, Gustavo Petro Urrego, ramo inmerso en la convocatoria nacional para que el país comience a retomar los cauces que había perdido por la mano cruel de la politiquería que reiteradamente hizo engaño a sus electores.

La mayoría de colombianos tuvo la oportunidad de expresar su apoyo a quien puede comenzar a introducir un cambio sustancial que venía reclamando el país.

Los electores lograron captar muy inteligentemente los mensajes de, qué es lo que realmente quiere un país como Colombia que lo tiene todo para poderle ofrecer algún día mejores oportunidades de vida a sus habitantes.

Hoy gracias a esos pensamientos claros y manos generosas de cada uno de quienes depositaron su voto, guiados por esa convicción de, que sí se puede cambiar hacia una Colombia mejor, se alcanzó el triunfo tan anhelado por muchos.

Colombia lo tiene todo de lo que nos ha regalado la naturaleza y donde puede haber producción en todos los niveles (agrícola, industrial y comercial) para abastecer la demanda nacional y que haya remanente para exportar, de tal manera que comience a renacer la tranquilidad de tantos colombianos que despiertan cada día pensando en una fuente de trabajo y de cómo van a proveer el diario sustento para su familia.

Hoy en Colombia se respira un ambiente de confianza porque muy seguramente quedaron atrás los exterminadores de las esperanzas de tantas familias.

Ya no es necesario recordar los reiterados intentos por traficar con el odio y sacrificar sueños, prácticas que se ejercieron durante las dos vueltas presidenciales, porque los ciudadanos con una claridad cristalina supieron defender sus derechos y hasta los de los demás, para que con esos mismos propósitos se inicie una transición de cambio, desviando esa alocada carrera que lleva Colombia hacia la guerra, incluso con países vecinos donde ya las relaciones diplomáticas se encuentran totalmente deterioradas.

La campaña política que finaliza así, nos dejó muchas enseñanzas y las principales son que, los insultos y la maledicencia son en estas alturas de la civilización los peores enemigos de quien adelante una campaña por el primer cargo de la nación.

Hoy cuando el deseo de la mayoría de colombianos se halla cumplido, con un presidente del que habíamos estado huérfanos en la historia, solo nos resta elevar los mejores deseos al poder Universal que todo lo puede, para que el nuevo gobierno encuentre fórmulas que logren aclimatar los caminos de la concordia y la paz sobre la base de la justicia social.

Y que la convocatoria nacional a todos los sectores, hecha en campaña por el hoy electo presidente de la república, Gustavo Petro, sea una buena fórmula para unir al país en pro del desarrollo nacional.

(bersoa@hotmail.com)

sábado, 18 de junio de 2022

Castiguemos la degradación de la política

Mario González Vargas
Petro y los dirigentes del Pacto Histórico nunca imaginaron que Rodolfo Hernández pudiera ser su rival en la segunda vuelta de la elección presidencial. Concentraron toda su artillería y perversidad en destruir el buen nombre de Fico Gutiérrez, Sergio Fajardo y Alejandro Gaviria, a quienes consideraron las amenazas más probables y peligrosas. Así, dieron curso a los dictados de sus condiciones humanas y se esforzaron en valerse de todas las trapisondas posibles para alcanzar sus objetivos. Sorprendidos por la intromisión de Rodolfo, favorecida por la exigencia de cambiar la practica envilecida de la política, terminaron presas de confusión y temores por la inatajable derrota que avizoraban. No tardaron en urdir planes que pudieran reversar lo que anticipaban irreversible. Con ello, enlodaron el ejercicio de la política en magnitudes desconocidas en la convulsionada historia del país.

Los petrovideos publicados por la revista Semana develaron la perfidia que muchos de ellos han cultivado con esmero en sus actividades políticas y revelaron los planes siniestros que bajo la dirección de Roy Barreras habrían de colmar la partitura oculta que se propusieron ejecutar. No se contentaron con acudir a todas las formas de lucha en las que varios de ellos se formaron para recabar los apoyos de los sectores éticamente más deleznables, sino que tramaron acciones encaminadas al desprestigio del rival inesperado, dirigidas por la escoria que hasta ahora había permanecido oculta en los recovecos del Pacto Histórico, y que se ha expresado en la estrategia diseñada por su jefe de comunicaciones consistente en la necesidad de correr la frontera de la ética para dar libre curso al objetivo de demoler y destruir a su temido adversario.

No contentos con ese despliegue de falacia acudieron a la justicia, que saben politizada en muchos de sus altos estamentos, para obtener sentencia que obliga a un debate que Rodolfo no teme, y que infiere derechos que las normas constitucionales y legales no establecen, pero si desnudan la parcialidad política del fallador, como si el derecho a la información debida no se hubiere satisfecho con los innumerables debates previos, la difusión de los programas de gobierno, las entrevistas en los medios de comunicación, los comunicados, discursos y conferencias sucedidos a lo ancho y largo del debate. Afrontamos los efectos de la imposición que se nos quiere hacer del gobierno de los jueces, que haría trizas los pilares de la separación de poderes, y en especial los atributos de independencia e imparcialidad de la justicia, consustanciales al régimen democrático. No son de poca monta los objetivos que se han trazado, si a ello agregamos la ligereza con la que algunos medios de comunicación se parcializan, sin respeto y consideración a la veracidad y confiablidad de la información que difunden. La última prueba es la de la ignominia de un columnista de El Espectador que, sin pruebas al canto, disparó al corazón de Rodolfo Hernández con la letalidad que supone la tragedia que como padre tuvo que afrontar. Esperamos que el periódico sepa preservar el legado del inmolado Guillermo Cano. Castiguemos la degradación de la política.

sábado, 11 de junio de 2022

El cambio vs el Petrogate

Mario González Vargas
Una campaña construida sobre el engaño y alimentada por el uso sistemático de la mentira tenía forzosamente que explosionar con los daños irremediables para quienes torvamente apostaron al todo vale y a la destrucción de sus rivales. Los “petrovideos” difundidos por la Revista Semana, desenmascaran la existencia de una organización criminal, con procedimientos semejantes en sus efectos, pero disimiles en su forma de letalidad, con que los que los carteles del narcotráfico de todo pelambre han intentado someter al Estado y a la sociedad colombiana a su imperio delictual.

Las conversaciones entre los miembros de la cúpula del Pacto Histórico no dejan duda sobre su despiadada estrategia de acudir a todas las formas de lucha que les permita destruir moralmente a sus contendores para pavimentar su ruta hacia el poder. No contentos con mentir y calumniar, han optado por tejer vínculos con miembros de carteles de corrupción y narcotráfico recluidos en los centros carcelarios del país, en trueque de sus apoyos financiero y electoral, por el mentado perdón social para unos, y la garantía de no extradición para los reos por narcotráfico. Lo que se denominó el Pacto de la Picota, cuando surgieron los primeros indicios de su realización, sus ardides se vieron confirmados en los videos de las reuniones divulgados por la revista Semana, que dan cuenta de su sus estulticia, en presencia del propio candidato a la presidencia de la república. Petro infiltró la campaña de Fico creyéndolo su rival en segunda vuelta y hoy, en trance de desesperación busca confinar a Rodolfo. La financiación los atormenta, después del desliz de Piedad en Honduras, y pretenden nuevos apoyos que implicarían beneficios que aún no conocemos. Son las formas cambiantes del “Petrogate” con las que busca impactar los últimos días de la campana electoral. Todas ellas sugieren el peligro de reeditar mafias que no hemos terminado de erradicar

Nunca en la convulsionada historia de Colombia se había llegado a los extremos que hoy vivimos. Jamás el engaño, manipulación, entrampamiento y desfachatez de sus autores había logrado ese manto de impunidad, que se ha venido extendiendo sobre la vida nacional al amparo de la crisis institucional que ha estimulado una sensación de acomodamiento permisivo que pretende derruir los muros de contención de la moral pública y de la ética personal en la vida nacional. El país reclama el cambio en el ejercicio de la política que Petro está lejos de satisfacer. Acude ahora con desesperación a la promoción del voto en blanco como último subterfugio para evitar su derrota, pero se estrella con la libertad de Rodolfo para constituir un gobierno sin las ataduras del pasado, compuesto por nuevas gentes para un nuevo país que respondan a la necesidad de una reingeniería profunda en la forma de gobernar. Los colombianos debemos centrar nuestra preocupación y vigilancia en las sospechas de fraude por compra de votos que, al parecer, se estaría intentando en el Caribe y que supuestamente involucraría a dirigentes de Cambio Radical. Todos los colombianos estamos esperando que Germán Vargas responda al presunto acuerdo que se le endilga en los videos del “Petrogate”.

martes, 7 de junio de 2022

¿Volverán a gobernarnos los gamonales de la vieja política?

Por: Bernardo Socha Acosta
Desde el pasado 13 de marzo cuando los gamonales de la política colombiana comenzaron a descender en sus apetitosos juegos de campaña por conquistar más y más adeptos, los colombianos sentimos una luz de esperanza de cambio.

Y con los halagadores resultados del 29 de mayo esa esperanza creció hasta convertirse en una ilusión casi real, pero a medida que fueron pasando los días una de las campañas por la presidencia de la república comenzó a recibir el respaldo de esos amos y señores de la política que no se resistieron a ser perdedores ni a quedar por fuera del banquete que representa el poder presidencial. Fue aquí donde comenzó el reagrupamiento de los gamonales representados principalmente en algunos expresidentes que no han dejado el mejor recuerdo para los colombianos por sus cuestionadas acciones.

Y por mensajes que recibimos a diario, la clase popular comenzó a sentir un sinsabor y una desesperanza de ver cómo ilustres dirigentes que posaban como verdaderos defensores del bien nacional comenzaron un proceso de alineación por la búsqueda del reparto burocrático que, de ser los ganadores el 19 de junio, la CASA DE NARIÑO quedará pequeña para albergar tanto burócrata que reclamará su partecita de la torta del próximo gobierno.

Dicen algunos observadores que, hacía mucho no se veía tanto ingenio cáustico para tratar de ilusionar ciudadanos con falsas esperanzas acerca de una mejor Colombia donde todos podamos convivir sin la inquietante zozobra que en la actualidad causan, la violencia, las amenazas de hambre y muchos oscuros nubarrones que se pronostican.

El ilusionismo al que los colombianos estamos expuestos, parece pasar de un estado real a un plano hipnótico y peligroso, porque cuando pasemos al nuevo gobierno después del 7 de agosto, y si por infortunio volvemos a ser gobernados con las mañas de la viejas política que parece sobreponerse, las cosas no pintarían bien para el inmediato futuro.

Algunos lectores dicen que se siente desilusionados porque lo que se preveía era una luz de cambio, pero al parecer lo que vendría sería, pero un cambio a la inversa y Colombia estaría en peores dificultades que la suerte que le ha tocado en los últimos años.

Algunos otros aseguran que, lo peor es que ya hay millones de colombianos muy convencidos erróneamente de haber encontrado el genio de la lámpara de Aladino, capaz de llegar a la Casa de Nariño a salvar al país de las manos de los voraces y cuantos mal habidos se han gestado en este país, principalmente los ladrones de cuello blanco que son los responsables de todos los males que está padeciendo Colombia. La Leyenda de los falsos dioses y héroes.

Un amigo me sostenía que, nadie puede desmentir que la campaña que agrupa a los expresidentes de marras con el pla B. para llevar a un santandereano a la presidencia de la república, busca desquitarse con los electores que han intentado sacarlos del paseo, poque de esa manera volverán a manejar al país, así sea por interpuestas personas.

Como el Plan A. les falló, que era elegir a FICO como candidato para que se enfrentara con Petro, pero como no fue así, ellos ya tenían el plan B. listo con el santandereano, para ponerlo en ejecución y fue un plan y estrategia que comenzó a aplicarse desde antes de la primera vuelta para impresionar a los colombianos.

En un mensaje reciente decía el remitente: Si lo que conocemos como democracia tiene a los colombianos para que nos vuelvan a engañar quienes nos han vilipendiado por años, pues bienvenido sea ese superhombre que tienen listo para la Casa de Nariño, y que cada uno conforme sufraguemos este 19 de junio, que tengamos el valor de asumir nuestras propias responsabilidades y soportar con resignación lo que sobrevenga a Colombia. La única esperanza es esperar, que como los ilustres dirigentes no son el pueblo, que el día de elecciones los ciudadanos se muestre como verdaderos héroes y voten por el bien de su país, omitiendo las órdenes de sus dirigentes. (bersoa@hotmail.com)

domingo, 5 de junio de 2022

El Cambio se llama Rodolfo

Mario González Vargas

El mensaje del domingo fue contundente y no da espacio para interpretaciones acomodaticias. Los colombianos están hastiados de una clase política cada vez más mediocre, pero simultáneamente más voraz, que ha logrado degradar el sistema político hasta convertirlo en un remedo de democracia. Consumida en el frenético reparto de prebendas y privilegios, no reparó en la creciente deslegitimación de las instituciones, ni percibió las señales del desapego e inconformidad de los ciudadanos, ni se enteró del empobrecimiento de vastos sectores de la población. Vanas fueron las advertencias de los que alzaron su voz, sujetos a toda clase de estigmatizaciones. Hoy, nadie puede extrañarse por el afán de cambio que anima a los colombianos y que exige respuesta inmediata y creíble, que nos devuelva confianza y esperanza en nuestro futuro.

Los dos candidatos triunfantes en la primera vuelta se presentan naturalmente como los arquitectos del cambio, distantes entre sí, no solamente por sus historias de vida, sino también por los arquetipos que caracterizan sus visiones para una sociedad libre de ataduras pasadas y expectante de nuevos pilares del cambio prometido. Petro se formó en el evangelio de la lucha de clases, en los manuales de la dictadura del proletariado y del centralismo burocrático que legitimaron la combinación de todas las formas de lucha, y que hoy presenta preñada de futuro, sin reparar en la carga sistemática de esperanzas fallidas a lo largo del siglo pasado y de lo que va corrido del presente. Es el adalid del Estado proveedor de todos los bienes y servicios, administrador de sueños incumplibles, pero también rector vigilante de toda actividad del ciudadano, compelido al silencioso obedecimiento a riesgo de perder hasta la vida, lo que explica su sinuosa retórica en la que aflora la sospecha del engaño. En este siglo, la aceptación de semejante servidumbre debe más a la ignorancia que al halo promisorio que pretende toda utopía por incierta que sea. Prohíbe hasta los ensueños y la esperanza que constituyen los nutrientes indispensables de la vida.

Rodolfo se forjó en la dura disciplina del esfuerzo que le permitió superar cada uno de los obstáculos que las rigideces de todas las épocas sembraron en su camino. Se dotó de una voluntad inquebrantable y de un espíritu luchador que le permitieron elevarse a la cima de una sociedad que hoy reclama por ejemplos como el suyo, para transitar por iguales senderos y hacer cierta y real la promesa de un país de oportunidades, accesible a todos los que se hallen dispuestos a construirlo y resguardarlo. Ello explica su vertiginoso ascenso en la consideración de los colombianos que perciben las potencialidades de su patria, la riqueza de su diversidad y de sus culturas, los dones que le prodiga su exuberante naturaleza y las promesas que ofrece una democracia renovada y conducida por quien conoce mejor que nadie como alcanzar los premios que el esfuerzo permite en una sociedad que sepa ofrecer las mismas herramientas a todos sus miembros.

Si se trata de cambio, Rodolfo lo encarna mejor que nadie. Confirmémoslo el 19 de junio. 

martes, 31 de mayo de 2022

El “Gallo tapado”, la nueva forma de hacer política

Por: Bernardo Socha Acosta
“No todo lo que brilla es oro,” dice el proverbio mexicano. Muchos electores consultados por bersoahoy opinaron que el candidato presidencial Rodolfo Hernández comenzó a desilusionar al país, tras conocerse las declaraciones del estratega argentino que lo está asesorando y que le monta todas las tácticas copiadas de diferentes orígenes, entre ellas las de Donald Trump, conforme lo reveló Caracol TV en una entrevista.

Según los analistas consultados por este medio, ese fantasmagórico castillo montado por el estratega argentino para potencializar a don Rodolfo en la primera vuelta, logró cerrarle el paso a las alianzas de Fico con Gaviria, Pastrana y Uribe, pero finalmente se destaparon las oscuras estrategias y maniobras que posteriormente llevarán a convertir este candidato en el “gallo tapado” de las viejas maquinarias. Es decir, el gallo tapado es la nueva forma hacer política intentando llegar a los electores sin levantar SOSPECHA, pero fueron descubiertos y ahora queda en manos de los electores si caen en la trampa engañosa.

Un mensaje enviado a esta redacción por un elector que omitió la publicación de su nombre, señaló que es claro que si FICO le pidió a sus seguidores que votaran por Rodolfo, minutos después de conocerse resultados de la primera vuelta, es lógico que los votos que obtenga este candidato en la segunda vuelta, serían los de esa sombría alianza que fracasó y ahora quieren engañar de nuevo a los que sean INGENUOS y lo sigan. “Dejémonos de vestir con túnicas celestiales a ese candidato, porque son de engaño al pueblo para que caiga de nuevo en la trampa”, dijo finalmente el remitente del mensaje que estamos revelando.

Otros críticos nos llamaron para recordarnos las promesas incumplidas por el señor Hernández, cuando hizo campaña para la alcaldía de Bucaramanga, entre las que nos enumeraron, las 20 mil viviendas populares que nunca se construyeron, tema que recientemente la Revista Semana publicó (Leer en Semana):

Con esta nota de las tan, anheladas vivienda, sus opositores reseñan, que fueron en esa época más de 20 mil familias que cayeron en la promesa y votaron por él para que fuera el alcalde de la ciudad, convirtiéndose en un flagrante engaño a personas de escasos recursos y enfatizaron que, si esto no es politiquería engañosa, entonces qué es.

Y, aún hay que esperar que resulta del entonces proceso del tema de las basuras y el cuestionado contrato Vitalogic que no se ha definido.

Si así vamos a seguir en los próximos 4 años en Colombia,… tenemos que decir que, estamos siendo asaltados en la buena fe.

También aseguraron los críticos que hicieron contacto con este medio, que no hay que descartar que la candidatura del señor Hernández, fuera una disyuntiva o un plan B de la ultraderecha colombiana, para asegurar que, si perdía la alianza de las viejas castas políticas manejada por expresidentes, quedara en firme la alternativa o pla B, para tratar de volver a engañar a los colombianos con una persona que no había estado metido en contiendas presidenciales y dijeron finalmente: Las propuestas del señor Hernández no son de su propia autoría, sino del señor ESTRATEGA argentino que lo maneja.

Y muy acertada y sabia decisión del Señor Sergio Fajardo y sus acompañantes, de respaldar la candidatura sólida de Gustavo Petro. Reafirman así la filosofía de un verdadero pensamiento de cambio en Colombia.

Nota. Y, tengo que confesar, que con todos los argumentos justificados que conocí sobre el candidato Hernández, sinceramente me siento desilusionado y me atrevo a señalar, como posición personal, que mejor hubiera sido la candidatura de Fico, porque quienes mantenían las alianzas para respaldarlo, pusieron la cara, y en esta otra candidatura, supuestamente sorpresa, al parecer hay una soterrada consigna de ASTUCIA para captar votos y volvernos al viejo manejo de quienes han manipulado y explotado de una u otra forma a los colombianos.  (bersoa@hotmail.com)


Tomado de El Espectador (La Pulla)

¿Rodolfo Hernández ya es el presidente? Esto nos dejó la primera vuelta...

lunes, 30 de mayo de 2022

La voluntad popular demostró grado de civilización

Por: Bernardo Socha Acosta
Somos algo más de 14 millones 400 mil colombianos que tenemos claridad de, qué necesitamos en este país para lograr cambiar las viejas estructuras políticas que nos han gobernado y engañado en los últimos años.

Y conocimos también en estas elecciones, que hay más de 4 millones 780 mil ciudadanos que lamentablemente son víctimas de las patrañas y mentiras de las alianzas politiqueras que pretendían monopolizar la primera vuelta, y fracasaron;  pues habría sido una grave amenaza para el futuro de Colombia. Por fortuna no fue así y el pueblo fue superior a los intereses politiqueros, principalmente de 3 expresidentes que no pudieron impresionar la voluntad popular. Se reafirma una vez más que el pueblo es la voz de Dios y es superior a sus gobernantes.

Ahora son dos cadistas de las más altas calidades morales y humanas que se disputarán el primer cargo de esa Colombia que venía anhelando nuevas figuras alejadas del arraigo engañoso que imponían sus criterios en contra de los menos favorecidos que ya son muchos en el país.

Ahora Colombia comienza a enderezar sus columnas torcidas que auguraban un destino amargo, peor al que estuvo sometido el país en la década del 40, por causas políticas económicas y sociales, algo parecidas a las que se vienen gestando  en la actualidad por ese abandono estatal.

Desgraciadamente hay todavía ciudadanos que no miden las consecuencias futuras de sus familias e intentan seguirse dejando manipular por las viejas estructuras que no han podido erradicar uno de los peores males como es la corrupción en la que se ROBAN  los dineros que pagamos los contribuyentes. Pero lo más grave es que los últimos gobiernos para subsanar los saqueos que cometen los LADRONES  imponen reformas tributarias arbitrarias generalizadas para conseguir anualmente más de 30 BILLONES de pesos a costa del atropello del valor alimentario de la población, mientras la burocracia aumenta cada vez más con grandes prebendas.

Gustavo Petro   Rodolfo Hernández
Ahora tenemos la confianza que con los dos nuevos candidatos que por fortuna escogimos los ciudadanos que estamos cansados de los engaños, uno de ellos llegará al poder a la Casa de Nariño, para comenzar a corregir los entuertos que quedan. Claro que eso no será de la noche a la mañana, pero es el comienzo de una esperanzadora etapa porque el país queda financieramente en las peores condiciones.

Y es una esperanzadora etapa porque cualquiera de los candidatos (Petro o Rodolfo) no se van a dejar manipular de los que se han pretendido autoerigir como los poderosos manda callar de Colombia.

Habiendo cumplido los objetivos, este 29 de mayo, con el apoyo de algo más de 14 millones de electores que sufragaron por varios candidatos, diferentes al de las alianzas de las viejas maquinarias, nos queda solo prepararnos para la segunda vuelta el 19 de junio, demostrando nuevamente el grado de civilización al que hemos llegado. Ojalá que lo hagamos bien para tener la satisfacción de no haber sido cómplices de la catástrofe que se veía venir, si no hubiéramos actuado con esa ejemplar sabiduría.

bersoa@hotmail.com

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