casino online -- Por: Bernardo Socha Acosta
Los actos corruptos de algunos Senadores de la república producen a los colombianos “asco” por decir lo menos, dice el común de la gente. Los informes de las autoridades que investigan a algunos congresistas acusados de recibir prebendas del gobierno, muestran conque voracidad quieren enriquecerse, pasando por encima de las más elementales reglas de la ética y la moral.
Es escandaloso que hoy en día una buena parte del Congreso de la república, dizque donde se reforma la Constitución y se hacen las leyes con las que se rige el país, esté compuesto por unos ciudadanos que no merecen ninguna confianza de los electores, opinan los mismos ciudadanos que han sufragado considerándolos verdaderos representantes de la comunidad y voceros del progreso.
Pero también qué podemos esperar, si la mayoría de reformas de la Constitución se ha hecho para satisfacer apetitos personales del gobierno de turno, todo esto con la anuencia de las mayorías gobiernistas en el Congreso que fueron elegidos por esos colombianos que defienden sin embargo las llamadas políticas de seguridad democrática.
Los actos corruptos de algunos Senadores de la república producen a los colombianos “asco” por decir lo menos, dice el común de la gente. Los informes de las autoridades que investigan a algunos congresistas acusados de recibir prebendas del gobierno, muestran conque voracidad quieren enriquecerse, pasando por encima de las más elementales reglas de la ética y la moral.
Es escandaloso que hoy en día una buena parte del Congreso de la república, dizque donde se reforma la Constitución y se hacen las leyes con las que se rige el país, esté compuesto por unos ciudadanos que no merecen ninguna confianza de los electores, opinan los mismos ciudadanos que han sufragado considerándolos verdaderos representantes de la comunidad y voceros del progreso.
Pero también qué podemos esperar, si la mayoría de reformas de la Constitución se ha hecho para satisfacer apetitos personales del gobierno de turno, todo esto con la anuencia de las mayorías gobiernistas en el Congreso que fueron elegidos por esos colombianos que defienden sin embargo las llamadas políticas de seguridad democrática.
En la última semana cuando la Corte Suprema ha intervenido a algunos senadores (en casos diferentes a la parapolítica) y ha encontrado las más claras evidencias (ver video) de corrupción se entiende claramente por qué en Colombia se ha disparado una abismal pobreza absoluta, desempleo, hambre y la nunca vista violencia urbana que está haciendo de las ciudades colombianas las más inseguras, según el concepto de los analistas.
Cuando leemos los informes del Departamento Nacional de Estadísticas DANE y nos enteramos que la pobreza ya llegó a 20 millones de compatriotas como mínimo y que la indigencia la padecen OCHO millones más de colombianos, entendemos también por qué del problema social que está convirtiendo al país en la expectativa y los temores de los países de América del Sur que ya desconfían del gobierno colombiano.
Hoy el Estado antes que poner en marcha programas sociales que ayuden a las pocas familias que quedan en esas abandonadas regiones rurales, hace grandes inversiones pero en armamento para la guerra y se intenta contra viento y marea firmar acuerdos con Estados Unidos, no para llevar precisamente tecnología o apoyo a la producción, sino para consolidar apoyo para la guerra a través de siete bases militares.
Colombia tiende al aislamiento de sus pueblos hermanos
Y mientras todo esto ocurre, Colombia tiende a quedarse aislado de los países de América del Sur. Ya son varios los gobiernos que tienen prevenciones contra Colombia y otros que ya cortaron sus relaciones diplomáticas porque no ven muy clara la política armamentista del gobierno del presidente Uribe. En este orden, dicen los entendidos en política internacional, Colombia está generando rechazo de los pueblos que lo rodean y propiciando un ambiente de resentimientos y prevenciones violentas.
Las armas y la violencia
Ante las pretensiones del gobierno colombiano, de armarse cada día mejor y de firmar convenios militares con una de las potencias del mundo, son muchos los colombianos sensatos que piden más inversión social y menos armamentismo. Sostienen los analistas que ya está visto hasta la saciedad que la violencia no se soluciona llenando a un país de uniformados armados y advierten que ese erróneo método, llevará al país a la peor aventura de la historia, ya con ejemplos como el medio Oriente, donde Colombia ha sido partícipe coautor de la muerte de tantos inocentes, con el batallón Colombia desplazado al Sinaí. Política y algo más >