lunes, 28 de febrero de 2022
Crimen constitucional
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Bernardo Socha Acosta
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9:06 a.m.
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sábado, 26 de febrero de 2022
La Justicia, una reforma prioritaria
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Bernardo Socha Acosta
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4:32 p.m.
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viernes, 25 de febrero de 2022
El parroquialismo frente al aborto
Cuántos son
los casos lamentables y dolorosos que se viven en Colombia por este
parroquialismo que todavía invade las
mentes arcaicas de una buena parte de la sociedad.
En Colombia existe
anualmente, según recientes estadísticas, unos 400.412 abortos provocados, de
los cuales solamente 322 son procedimientos legales. Es decir que que el resto son clandestinos con el grave riesgo para la paciente y surge el interrogante, dónde esta la PREVALENCIA DE LA SALUD.
Y, en una
sociedad donde el estado mantiene en el abandono a una alta franja de la
sociedad, cada vez infortunadamente aumentan los embarazos no deseados y como
resultado los abortos clandestinos, donde las jovencitas tienen que arriesgarse
a morir en manos de inexpertos, porque así lo ha querido una alta franja de la
sociedad al oponerse a un sistema que
proteja a las gestantes, facilitándoles acudir a una clínica legalmente establecida.
Y, que este
tema, sea oportuno para recordar al científico que tuvo una visión
extraordinaria del mundo sobre la evolución de las especies, el naturalista británico
Charles Darwin, cuando escribió esta cita: "No es el más fuerte de las
especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio". Eso quiere decir
que si no nos adaptamos al cambio estamos condenados a vivir en el pasado como
los cavernícolas de la llamada era moderna. La decisión de la Corte al aprobar
el aborto en Colombia es eso. Es adaptarnos a los cambios que exige el mundo de
hoy. De lo contrario seguimos viviendo el tiempo de las cavernas cuando la atención
de la salud se hacía únicamente con ‘rezos’ y prácticas rituales.
Y es risible oír
a algunos de nuestros gobernantes rasgándose
las vestiduras de manera hipócrita, y condenando aviesamente e irrespetuosa a
la Corte, en una actitud disimulada o farisaica, sin detenerse a pensar que si
continúan las prácticas clandestinas se amenaza la integridad de las jovencitas
que lo hagan.
Los
magistrados que lo aprobaron tienen una visión de cambio y no se quedan en el
pasado esperando los cambios con palabras, sino con hechos. El ejemplo ya está
en otros países desarrollados y no podemos con el prurito de que somos
subdesarrollados negarles la atención en salud al género femenino que lo requiera.
bersoa@hotmail.com
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Bernardo Socha Acosta
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sábado, 19 de febrero de 2022
De Piedad a la sin piedad
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Bernardo Socha Acosta
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jueves, 17 de febrero de 2022
Democracia sin autoridad no es democracia
Carlos Ibáñez Muñoz |
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Bernardo Socha Acosta
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5:12 p.m.
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sábado, 12 de febrero de 2022
Amenazas y sombras en las elecciones
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Bernardo Socha Acosta
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4:21 p.m.
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domingo, 6 de febrero de 2022
Aflora el resentimiento por el éxito de los demás
Los tratadistas
de la sicología afirman que la antipatía (resentimiento) es un sentimiento que
no busca que a uno le vaya mejor, sino que al otro le vaya peor.
Eso fue lo
que todos pudimos observar la semana pasada cuando un aspirante a la
presidencia de Colombia se entrevistó con el Papa Francisco en el Vaticano. No
se demoró en publicarse la noticia cuando cada uno de los críticos y fuentes de la envidia salieran con
su insidia mordaz para expresar el
resentimiento y hasta decir que, ‘ojala no se le olvidara confesar sus pecados,?
olvidando el pasaje bíblico que, “el que NO los tenga que arroje la primera
piedra”. Nos preguntamos, quién de los
que ha venido ocupando cargos públicos, no tiene faltas. No creo que haya uno
solo que no los tenga y muy graves, o gravísimas. Porque, no estén pagando
culpas en una cárcel, no significa que sean unos santos inocentes.
Pero este es uno de tantos casos que los colombianos hemos podido vivir, escuchando a nuestos jerarcas de la vida pública rasgándose las vestiduras y sollosando de resentimiento por la vida de los demás.
Y, podemos entender
así que, el resentimiento que aflora
en cada momento entre quienes tienen importantes obligaciones de estado, no los
deja tranquilos y por ende no los deja hacer las cosas como debiera ser, y los
que pagan los platos rotos son los colombianos.
Y de esta
peste del resentimiento no escapa la
mayoría de los que aspiran a gobernar al país. Da grima ver a la mayoría de quienes se dicen dirigentes
con aspiraciones presidenciales, o al
Congreso de la república y otros entes, que se les ve en su actitud y pronunciamientos,
cómo el resentimiento, la envidia, el odio por sus rivales y el deseo de
venganza afloran a cada momento. Con qué espíritu creativo llega una persona de
estas a formar parte de órganos del estado, o a ocupar cargos de las tres ramas
del poder público, si están consumidos por sendos factores negativos.
Cuando se
hace este tipo de análisis, llegamos a concluir de que, sería muy saludable que
quienes ocupan cargos públicos o aspiran a ocuparlos, hagan un examen, en qué
falta capital están incurriendo, para que tengamos unos verdaderos apóstoles
del servicio que represente a un pueblo habido de mejores días. Veamos en qué
incurrimos: la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula,
la pereza... y quien sabe en qué más.
bersoa@hotmail.com
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Bernardo Socha Acosta
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Unidad en la diversidad democrática
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Bernardo Socha Acosta
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