sábado, 25 de julio de 2020

Diabólicas maniobras contra los pueblos azotados por covid 19


Por: Bernardo Socha Acosta

Nadie, por más indignación que produzcan los hechos,  puede entender, porqué, si tanto el gobierno como las organizaciones científicas  de la medicina y la salud,  repiten a cada minuto que para controlar el contagio del Covid 19 se debe cumplir una serie de protocolos, como el tapabocas, por qué no se encuentran para la venta en droguerías, farmacias, supermercados y mucho menos en las tiendas de los barrios.

Cómo entonces las personas pueden auto-protegerse de la pandemia, cuando ni siguiera el gobierno toma medidas para que estos elementos, puedan ser adquiridos. Pero, si se logran encontrar tras realizar operaciones de búsqueda por internet, se encuentran pero a unos precios que no están al alcance de los consumidores y los distribuidores que son muy pocos, alegan que  son esos los precios, porque tienen que ser importados. Pues los precios de los tapabocas se convirtieron en un artículo de lujo. Por el momento se encuentran pero después de hacer miles de maromas  y  pasando de costar, antes de la pandemia, $12.000  la caja de 50 unidades, a un costo de $50.000 y más, por la misma cantidad.  Y hablando de tapabocas, hay empresarios de la confección que viendo la situación en la que estaba el país y para mantener las nóminas, cambiaron de línea de producción, por la de tapabocas, se endeudaron y ahí están vía al fracaso, porque el gobierno prefiere importar los tapabocas, -que hasta de mala calidad son-, que comprar la producción nacional. Y, repetimos, los importa,   pero aún no se encuentran a la venta por ninguna parte. Entonces, cómo quiere que la gente se proteja.

Aquí, con estas acciones, es donde, nos obliga a darle crédito a quienes aseguran a pie junto, que el gobierno (o los gobiernos) y las organizaciones científicas de la salud, se convirtieron  en unos espectadores cómplices de la PANDEMIA, porque lo único que al parecer protegen es, la gallinita de los huevos de Oro que está enriqueciendo a los poderosos que fabrican todos esos elementos (por demás costosos) para atender a la población infectada. Es que el maldito virus que se convirtió en la desgracia de los pobres, ha sido el mejor invento  para, por un lado acabar con un poco de seres humanos  quitándoles la vida y por otro, quienes logran defenderse del ataque, son llevados a la mendicidad extrema, para finalmente dejar un saldo muy privilegiado de ricos super-poderosos que han venido aumentando sus  fortunas en forma incalculable, y todo con el sufrimiento  y la vida de una inmensa franja de población que tiene que soportar toda clase de embates.

Pero, lo del refrán de la gallinita de los huevos de oro, no se queda ahí. Porque llegó la pandemia y tras muchas muertes en diversos países y sobre ellas la realización de muchos estudios, diagnósticos y experiencias, un buen número de médicos con sentido humanitario y gran nivel científico,  hizo reveladores dictámenes con medicinas de emergencia,  sobre la forma que se podía atender a los pacientes contagiados –ante la falta de una vacuna- y que no sufrieran otras patologías, para poderlos aliviar del ataque del Covid 19,   pero estos médicos y sus recomendaciones farmacéuticas fueron  subestimados por las organizaciones científicas y detrás por algunos gobiernos que más que defensores de su pueblo se pusieron del lado de quienes rechazaron una posible fórmula para salvar vidas.  Y esos gobiernos prefirieron apartarse de suministrar una ayuda a tiempo a los pacientes, para dejarlos que el virus invadiera la mayor parte de los órganos, de manera que necesitaran ser llevados a Cuidados intensivos donde necesitaran respiradores artificiales que debieron ser importados a costos increíbles, porque al parecer los que formularon, diseñaron  y construyeron los laboratorios de muchas universidades del  país, (para el caso de Colombia) no fueron avalados por la organización  encargada de dar el visto bueno, en una actitud -pareciera- cómplice para que la importación de esos elementos no quede a mitad de camino y el propósito de los grandes fabricantes si cumpla sus objetivos. De razón que versados críticos en la materia califican todas estas maniobras como la diabólica burla y subestimación por parte de los poderosos y sus aliados, contra una sociedad que hoy  con la pandemia del Coronavirus le tocó la peor suerte y sin la menor posibilidad de defenderse, porque quienes tienen la ‘sartén por el mango,’ aseguraron la fórmula de cómo torturar y esclavizar a un pueblo inerme que no   tiene la mínima posibilidad de protestar públicamente, sopona de morir humillado, con el peor arma del virus, Covid 19.  

Y, finalmente digamos que,  pareciera que la sentencia es morir envueltos en las perversas maniobras de quienes todo lo pueden ante el mundo y sus aliados, porque las organizaciones encargadas de velar por la salud y el bienestar de los pueblos, no dan una sola muestra de avalar ninguna de las fórmulas farmacológicas  que han propuesto prestantes médicos que han visto factible que algo se puede hacer cuando la vida está en peligro, pero ante la negativa de las altas esferas, nadie se atreve  a contradecirlos de frente, ante la mirada afligido de quienes claman mejoras de salud, que no les queda otra alternativa,  sino, morir esperando un medicamento de  ayuda, o  definitivamente auto-medicarse, porque no hay más que hacer. Triste final para los enfermos de Covid 19...
Correo: bersoa@hotmail.com

miércoles, 22 de julio de 2020

El valor de la palabra de obispo

         Mario González Vargas

Resulta ilusorio pensar que los efectos de la pandemia del COVI-19 lograrían desvanecer los distintos problemas que confronta el país. Nos lo ha recordado el Arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, con su ominosa declaración en la que atribuye al gobierno de Iván Duque “una venganza genocida contra los procesos de paz con las Farc y el Eln (...) para desvertebrar, desmembrar completamente la sociedad, las organizaciones sociales y la democracia”. Se trata de la imputación del más grave de los delitos contemplados en el Derecho Internacional Humanitario, que por su propia gravedad y naturaleza no puede formularse simplemente por sentimientos de animadversión política, por quien se halla investido de la labor de propagar el evangelio y con ello promover la reconciliación entre los colombianos. Por ello, le asiste la obligación de presentar las pruebas que sustentarían sus graves afirmaciones, o una honorable retractación, con propósito de enmienda, para no verse incurso en diligencias judiciales por razón de su intemperancia. Le convendría al Arzobispo desistir de su carácter de militante para sumarse a la búsqueda de la paz que nos compromete a todos, incluida la Iglesia de la mayoría de los colombianos.

 

El acuerdo de paz con las FARC-EP, a pesar de la ilegitimidad de origen que lo afecta por decisión de la voluntad popular, ha venido ejecutándose con las naturales dificultades propias de los acuerdos de su misma naturaleza. El mayor desafío que hoy confrontamos es el de las Grupos Armados Organizados (GAO) que se disputan el dominio de territorios en donde compiten por los réditos del narcotráfico y ejercen, en ausencia de la institucionalidad, un brutal control sobre las comunidades que tienen que padecer el dantesco terror del que son víctimas. Todas ellas, y especialmente el ELN y las disidencias de las FARC, son engranajes de un escenario geopolítico para consolidar el poder dictatorial de Maduro y la supervivencia del régimen castrista en Cuba. Representan el mayor desafío a la soberanía, seguridad e integridad territorial que jamás haya confrontado Colombia desde los días de su independencia. La respuesta no puede centrarse en una negociación con el ELN, tan proclive a desgastar a los gobiernos en tratativas prolongadas que abandonan a su antojo y conveniencia. Implicaría eludir y posponer la presencia activa de la institucionalidad en todo el territorio nacional y que hoy constituye la ineludible obligación del Estado Colombiano. Consolidar el Estado Social de Derecho es tarea imprescindible para la seguridad, la justicia, la cohesión y solidaridad sociales, el desarrollo económico, las libertades y la provisión igualitaria de los servicios del Estado a todos los ciudadanos. Permitiría sembrar semillas de paz en los territorios y en las comunidades más violentadas por la criminalidad que nos ha afligido por décadas. Es una tarea irrenunciable, porque de ella depende el futuro de la Nación. La paz requiere el imperio de la ley en todo el territorio. Esperemos que así lo entienda Monseñor Monsalve para que su palabra recobre consideración y respeto.


martes, 14 de julio de 2020

La amenaza de un memoricidio


             Mario González Vargas
Se dice comúnmente que la Historia es maestra y que ignorarla condena a las sociedades a la repetición de sus más indeseables capítulos. El pasado es en efecto un organismo de siglos, cuyo conocimiento ambiciona avizorar el futuro y contribuir a su realización. Por ello, las obras maestras de la historiografía acuden al examen del pasado para desentrañar el potencial que las acciones, hechos y realizaciones de antaño pueden devenir en el ignoto futuro. Permite así que la imagen del mundo pasado inspire al hombre en la construcción de mundos y sociedades mejores. Ello explica el que la memoria histórica haya cumplido un papel esencial en el desenvolvimiento de las civilizaciones que ha estimulado la crítica constructiva de sus falencias y con ello el germen creador de sus más notorias elaboraciones culturales.

Hoy, en el escenario de la civilización occidental, el derribo y la decapitación indiscriminados de estatuas levantadas para la recordación de hechos, gestas y personajes de su historia, denotan una radical ruptura en el proceso de transmisión entre generaciones de una cultura común y de una memoria colectiva, que se expresa con violencia y arrogancia inauditas y corresponde al grado de barbarie que engendra la ignorancia de los bienes de su cultura y civilización. Es la pretensión de construir una nueva ideología nihilista, por su naturaleza radical, que hoy asoma en el mundo occidental, y que se nutre del desconocimiento de la complejidad de la historia y de los valores que han permitido el crecimiento social, político, económico, científico y tecnológico de las sociedades humanas. Ese ideologismo activista que proscribe la conciencia y con ella el conocimiento, solo apunta a la destrucción final de un mundo que él no se siente capaz de elevar a más altos valores y estados de sabiduría. Por ello, no es de extrañar que cuestione con violencia toda la historia, como si de sus cenizas pudieran las sociedades renacer más humanas, vivificantes y superiormente creativas. Cuanto quisiéramos que los que derruyen estatuas comprendieran que, en vez de destruir, les correspondería aportar siquiera algo de los bienes culturales que les debemos a los que ellos bárbaramente decapitan, Pero en el horizonte de esas hordas no hay espacio para la creación, porque la devastación que persiguen responde al irracional objetivo de expiar sus monumentales carencias.      

La sociedad que borra su pasado compromete su porvenir. No hay un solo ejemplo que nos indique que del olvido de lo que hemos sido se engendrarán los nuevos valores que identificarán a las organizaciones sociales y a las culturas del futuro. Desterrar el pasado de la aventura humana significa que el porvenir se convertiría en el ejercicio estéril de retrotraer al ser humano al mero dictado de sus instintos, que no le alcanzarán para escuchar los mandatos de su espíritu. Las democracias se enfrentan al mayor flagelo que han confrontado. De su destrucción sistemática no quedarán ni siquiera sus rastros.  Tanta estupidez confirma que las civilizaciones expiran por razón de sus propias culpas.
Ajuste de contenido y diagramación: bersoahoy.co

sábado, 11 de julio de 2020

¿La Ivermectina, una respuesta de emergencia contra el Covid 19?


Por: Bernardo Socha Acosta.
Generalmente las cosas buenas reciben el rechazo de personas que, algunas se consideran que habían podido hacer lo mismo, otras,  que generalmente les gusta   esa posición de oponerse a todo y unas terceras que no tienen ni idea de lo que están criticando y lo hacen por un  desconocimiento del tema.

Eso ocurrió en la ciudad de Cali, donde la invasión de contagios del Covid 19  amenaza la estabilidad del don más preciado como es la vida de sus habitantes y algunos profesionales del área de la salud, en búsqueda de una alternativa viable que aporte soluciones adoptaron, con conocimiento de causa, que el medicamento IVERMECTINA, puede ayudar al tratamiento de personas contagiadas.

No se demoró, el alcalde de Cali,  Jorge Iván Ospina, en divulgar el proyecto del medicamento, para que salieran personas a criticar y escandalizarse, seguramente ignorando las propiedades del medicamente, para decir que ese producto es para uso veterinario, para animales, sin hacer primero las consultas de rigor. Incluso –que vergüenza- lo criticaron profesionales de la medicina a nivel gremial.

A propósito de todo este escándalo y controversia, nos dedicamos a investigar si realmente este producto, IVERMECTINA,  era solo para uso veterinario y encontramos que Laboratorios ACOFARMA, produce el medicamento para uso humano, (Según M0026280-IVERMECTINA Uso Humano Versión: 1 Fecha de revisión: 09/07/2018) lo que deja sin fundamento las críticas y versiones en el sentido que tal medicamento es solo para animales.

Sobre el tema, encontramos que la Ivermectina, no es un producto preventivo, sino un medicamento para tratar   una serie de parásitos complejos, como estrongiloidiasis intestinal y oncocercosis y por su puesto  hasta este momento los entes encargados de aprobar tal producto para una determinada patología  no lo han hecho para el Covid 19. Quienes lo consideraron viable, lo hicieron sobre la lógica, de que, si sirve para ciertos parásitos intestinales en humanos, puede eliminar el virus del Covid 19, formulado por el médico en las condiciones que presente cada paciente afectado.

Y, si hay una pandemia como el Covid 19 que está atacando mortal y severamente a la población, que además le ocurre porque no colabora en el uso de los protocolos de autocuidado,  pues, como dijo el médico y alcalde de Cali, no pueden las autoridades quedarse de brazos cruzados viendo morir a su gente, sin adoptar  alternativas que puedan salvarle la vida.

Y como otro aporte más sobre la Ivermectina,  transcribo textualmente lo que dice GENFAR en relación con el uso de gotas en suspensión para humanos…

¨*Advertencias y precauciones - Ivermectina
En los pacientes con microfilariosis, pueden presentarse reacciones cutáneas, oftalmológicas o sistémicas debido a la reacción alérgica que ocurre tras la muerte de las microfilarias (reacción de Mazzotti), estos fenómenos pueden confundirse o agregarse a reacciones de hipersensibilidad hacia el fármaco, por lo que no deben perderse de vista estos eventos, para tomar las medidas de sostén pertinentes; la seguridad y eficacia en niños menores de 15 kg de peso no ha sido establecida.*

Y finalmente hay que decir que, para la opinión pública, deja mucho que pensar que la ciencia médica orientada y representada desde Instituciones como la Organización Mundial de la salud –OMS- y   entes como el Invima, no hayan agilizado de urgencia estudios de una gran variedad de productos que han sido potencializados como posibles atenuantes o paliativos del virus Covid 19, mientras se logra la producción de la tan esperada vacuna. Y ante estas falencias de la ciencia,  la pandemia del Covid 19,  sigue ensañándose y enseñoreándose contra la población mundial, contraviniendo el mandato de que  la condición  humano debe estar por encima de todo.

bersoa@hotmail.com

miércoles, 1 de julio de 2020

Los desafíos de la Pandemia y la inseguridad


    Mario Gonzalez Vargas
Las recientes opiniones de la alcaldesa de Bogotá relativas a la inseguridad creciente que afecta a la capital es una muestra más de su ignorancia sobre los aspectos fundamentales de gobernanza y de su irrefrenable tendencia de culpar a otros de sus propias carencias. En medio de los desafíos que supone la pandemia para la vida y la subsistencia de los bogotanos, las desacertadas actuaciones de la alcaldesa, no solo desconciertan, sino que también acrecientan la percepción de su incapacidad para mantener el control de la ciudad en tiempos excepcionales.

El uso amenazante del twitter para eludir las responsabilidades inherentes a su condición de máxima autoridad de policía, demuestra su dificultad para aplicar políticas y asegurar la coordinación de su ejecución. Atribuir responsabilidades al gobierno nacional y a la Policía de Bogotá por omisiones propias de la Alcaldía, es indicio claro y preocupante de su extravío en el cumplimiento de sus competencias y en el entendimiento de sus responsabilidades. El Distrito tiene la capacidad técnica para formular y ejecutar políticas de seguridad apropiadas a la situación que se vive y cuenta con una policía profesional y capacitada en el ejercicio de sus competencias.  El gabinete tiene al secretario de seguridad, que ha sido factor importante en la construcción de políticas de seguridad desde las administraciones de Antanas Mockus, y al secretario del interior que demuestra formación y buen juicio en el desempeño de su trabajo. Asimismo, el comandante de la Policía Distrital es un general formado en la reforma de ese Cuerpo, adelantada con éxito desde 1993, y hoy reconocido en el hemisferio por su profesionalismo y sus resultados. Hace falta entonces claridad en la dirección y asertividad en el mando, que permitan la ejecución de políticas que ya existen, la coordinación con la Policía y la participación de redes ciudadanas y de la Cámara de Comercio, hasta ahora olvidadas por la alcaldesa.

Asumimos que el Distrito cuenta con el diagnóstico de la situación de la seguridad y seguramente con la formulación y planeación de lo que debe ejecutarse. El presidente del Concejo ha señalado que desde el mes de febrero de este año se había advertido del crecimiento de la inseguridad en Bogotá, y es de esperar que esa preocupación haya sido recogida en el Plan de Desarrollo, aprobado sin mayor debate en el Cabildo. Si ello es así, la responsabilidad de su ejecución es de la alcaldesa, que debe controlar su temperamento agresivo y priorizar sus responsabilidades sobre sus mal disimuladas ambiciones. Tranquilidad y ecuanimidad son virtudes cardinales en los gobernantes.

Para superar los retos que confronta, Claudia López debe superar las ficciones que han acompañado a la izquierda en la comprensión del concepto de seguridad que en esos lares suele confundirse con represión. Es de esperar que desde el ejercicio del gobierno distrital la alcaldesa comprenda la importancia del orden público en materia de convivencia y derechos humanos. Sería valiosa contribución a la modernización de esa anacrónica bandería política.

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