martes, 29 de diciembre de 2020

El reajuste de salario mínimo y el azaroso año 2021

Por: Bernardo Socha Acosta

El aumento de salarios para los trabajadores, y para los congresistas y otros altos funcionarios del estado, dejó en claro, el nivel de desprecio, humillación, maltrato y ultraje que el gobierno tiene para con el pueblo, que solo y únicamente es útil, para que los elija mediante el voto y les pague con sus impuestos los onerosos sueldos que ellos devengan.

Quizás no hubo otro momento más oportuno para que el gobierno hiciera semejante osada demostración, de cómo se quiere ultrajar a un pueblo que se ahoga entra las grandes diferencias sociales y económicas, sumado a una pandemia.

Es que mientras a una millonésima parte de colombianos (congresistas y cúpula del gobierno) se les aumenta el 5.12%, a la gran franja de colombianos luchadores por la vida se les aumenta un 3.5%. Y eso qué representa. Pues que a los primeros les constituye ese 5.12%, un incremento mensual, algo así como UN MILLÓN  650 mil pesos (equivalente a unos 40 salarios mínimos) y a los segundos (a los trabajadores) se les aumenta unos 30 mil pesos mes. Cuál es la proporción justa que se halla aquí, entre $1’650.000 a $30.000 mensuales.

Por dios, esto no tiene ni una sola justificación. Esos actos son los que llenan de tristeza, desánimo, angustia, ansiedad y zozobra al pueblo, hechos que se traduce en rabia que va minando el sentir ciudadano, hacia la búsqueda de equidad por las vías de la rebeldía y la violencia, como respuesta a las injusticias que comete el gobierno y esa parte de la sociedad que lo tiene todo.

En estas desigualdades que cada vez son más marcadas, el gobierno y los poderosos que tienen al país en la sartén, están buscando que haya una sociedad de MENESTEROSOS, para que cada vez que haya elecciones, el pueblo hambriento se arrodille por una dadiva y los siga manteniendo en el poder, dominio que finalmente tendrá que caer, a medida que el descontento popular  siga minando las bases sociales.

Para los entendidos en materia sociológica, Colombia es el país de los contrastes como los que leímos arriba, donde el gobierno aparentemente dice que hay que reactivar la economía, pero, algunos de los empresarios que dominan al gremio, al parecer son víctimas de la codicia, la concupiscencia, la voracidad y la envidia y no permiten que el país progrese dándole capacidad adquisitiva a los trabajadores. Es la única forma de que el país progrese con justicia.

Es tan elemental pensar que si un trabajador recibe mayor remuneración, mayor será su capacidad para salir al mercado y  aquirir productos y servicios, y ahí es donde se estará moviendo y fortaleciendo la economía. Pero si el trabajador no tiene cómo comprarles ropa a sus hijos, pues no lo hará y las fábricas de textiles quebrarán finalmente, porque no hay movimiento de sus productos. Pero esto no lo han querido entender algunos empresarios, no se sabe por qué causa, convirtiendo al país en un círculo viciosos, buscando su reactivación económica y empobreciendo cada vez más a las familias y arruinando al país, como regalo de fin de año, para comenzar otros con azaroso futuro.

Por estas y muchas razones más, los colombianos, tarde o temprano se darán cuenta que si no se cambia el viejo sistema, donde el estado quiere aumentar la economía con el hambre de los trabajadores, vamos de cola para el peor abismo.  Y sucediendo esto,   habrá necesidad de arrumar a esas viejas castas politiqueras que se están apoderando de la riqueza nacional, a base de mentiras y engaños de falsos redentores, que mientras aparentan distribuir los impuestos, están montándole la trampa Mortal a los gobernados.

bersoa@hotmail.com

sábado, 26 de diciembre de 2020

¡El incremento de salarios para los congresistas!


Por: Bernardo Socha Acosta

Para cualquier colombiano con sensibilidad, es verdaderamente indignante, por decir lo menos, que un gobierno como el de nuestro país, si así se le puede llamar, haga un flamante reajuste a los frondoso, privilegiados y predilectos sueldos de un mínimo de los llamados servidores públicos.

El gobierno del presidente Iván Duque acaba de darle la peor estocada a los 40 y tantos millones de  colombianos que se debaten entre la supervivencia, la zozobra y las secuelas de un azote que labra  una pandemia que para peor desgracia y mala hora llegó a corroer al mundo, entre los que está Colombia.

Ahora los colombianos, a pesar del suplicio que estamos  viviendo, no solo por la pandemia, sino por otros fenómenos no menos mortales, nos enteramos de las maravillas que hace el gobierno decretando la destinación de un millonario cupo para los integrantes del mal llamado Congreso de la república y las innecesarias y burocráticas unidades de apoyo. Pero eso no es nada. También se les decretó millonarios aumentos a los demás funcionarios del estado, no a esos que devengan 2 o 3 millones, sino a esos que reciben los privilegiados emolumentos de 20, o 25 y hasta más millones de pesos mensuales. Que tristeza, lo que hace un gobierno que no sabe y menos se imagina, las angustias que pasan unos 40 millones de compatriotas para sobrevivir, en medio de una epidemia que ha propiciado la desgracia, hasta de perder las libertades más preciadas. Lo cierto es que para el presidente Duque primó las necesidades de los congresistas, que las angustias del pueblo.

Pero eso no es todo. El gobierno se preocupa primero por aumentarle casi 2 millones de pesos mensuales a los congresistas, pero tiene a ración de hambre a centenares de trabajadores de la salud, que hace más de 6 meses no reciben salarios. Que injusticia…que irónico y mordaz que es el gobierno. Lo que acaba de hacer nuestro presidente… no tiene nombre en el historial de los gobiernos más déspotas del mundo, porque no era ni el momento, ni la necesidad de hacer ese reajuste, para un sector que no tiene necesidad alguna, porque quienes reciben ese incremento, son los inviolables, los consentidos del estado, los predilectos y los que menos le aportan cosas buenas al país.   

Cómo se ve que un gobierno no conoce una milésima parte de lo que un ciudadano del común tiene que batallar en medio de las injusticias más  crueles e inhumanas  para sobrevivir, él y su familia.

Pero, eso no es todo. Lo increíble y abrupto está por venir.   Ya el gobierno nacional conformó una comisión de llamados sabios, para que estudie y formule el próximo golpe mortal para los ciudadanos que construyen la riqueza nacional, que para desdicha, se devoran unos pocos. Se trata de la Reforma Tributaria que ya anunció recientemente el mismo jefe del estado, porque la plata que sufragan en impuestos y sobretasas los azotados colombianos,  no alcanza para el pago  de las millonarias nominas con sueldos de 34 millones de pesos en el Congreso de la república y otros favorecidos  cargos oficiales.

Pero, cómo van a alcanzar esos recaudos, si un solo congresista –por ejemplo- se gasta  cerca de 700 millones anuales, sin las unidades de apoyo y demás privilegios. Sáquenle la cuenta a $700 millones x 268 miembros del Congreso… Es que así ni que Colombia nadara en oro.

Y es mejor ni seguir hablando de estas tristes extravagancias, porque esos atropellos que se cometen con los colombianos son las que despiertan la REBELDÍA implacable de un pueblo.   
bersoa@hotmail.com

Misiones de la nueva cúpula policial

 

Mario González Vargas

La Policía es una institución fundamental para la seguridad y convivencia en el Estado Social de Derecho. La Constitución así lo contempla al considerar que “su fin primordial es el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz.” Su existencia es imprescindible y su accionar exige el estricto apego y respeto a los derechos fundamentales y de los valores que sustentan el régimen democrático.

El martes pasado. el presidente de la República y su ministro de Defensa dieron a conocer la identidad del nuevo director de la institución y del equipo de mando que lo acompañará, decisión esperada que pone fin a una situación indeseada que requería pronta y atinada superación. Acertó el gobierno con la designación del Mayor General Jorge Luis Vargas Valencia en la dirección de la Policía Nacional, porque se trata del alto mando con mayor experiencia y reconocimiento en el ejercicio profesional, a lo largo de sus tareas y servicios a la institución y al país.

Ciertamente, le espera al general Vargas una ardua labor, sembrada de obstáculos, de imprevistos y de incomprensiones, que tienen mucho que ver con la errática creencia de que al cuerpo policial le corresponde asumir tareas que no hacen parte de su misión y que las diversas autoridades se rehúsan a cumplir. Esas atribuciones de apagar incendios desconocen la naturaleza de la Policía y violentan la vocación que anima a cada uno de sus efectivos y que constituye la mejor garantía para su buen desempeño.

El combate a toda forma de delincuencia exige esfuerzos sin pausa en planeación estratégica, formación permanente, reclutamiento selectivo y progresivo, administración de personal, actualizaciones de doctrinas y protocolos, progresos en los controles disciplinarios y penales transparentes y un régimen sancionatorio con carácter correctivo, acciones que a lo largo de los últimos 25 años se han fortalecido, pero que por su naturaleza requieren atención permanente y la disposición de los gobiernos para su necesaria financiación y ejecución.

En Colombia se ha logrado, en medio de escenarios y situaciones complejas, construir un cuerpo policial profesional de elevados quilates y reconocimiento internacional, que debemos celosamente cuidar para potenciarlo en su carácter garantista de derechos y libertades y en aprecio y confianza de la ciudadanía. No será fácil blindarlo contra la violencia y corrupción con las que las organizaciones criminales quieren someterlo, ni será despreciable la intención política de algunos de infiltrarlo o demeritarlo, y menos aún la agresión planificada y sistemática que se observa en el mundo en contra de las organizaciones policiales, pero estamos en el camino correcto que se mantendrá en la medida en que la Policía fortalezca su profesionalismo y mantenga el apoyo y la solidaridad de la ciudadanía.

En medio de la violencia que se acrecienta en varias regiones del país como consecuencia de las gabelas concedidas al cultivo de la coca y a la cadena del narcotráfico durante la negociación de la Habana, nuestra Policía es la única institución presente en todo el territorio y la mejor herramienta para incentivar y asegurar la presencia del Estado en toda la geografía colombiana. 

El general Vargas y la nueva línea de mando tienen el mandato de fortalecer la seguridad y convivencia ciudadanas y de acompañar el mantenimiento de la seguridad nacional. No es tarea de poca monta y por ello merecen todo nuestro apoyo.     

jueves, 24 de diciembre de 2020

Bajémosle el ritmo con la navidad, al nuevo pico de la pandemia


Por: Bernardo Socha Acosta

Los pensamientos doctrinales, o adagios, tienen mucho de realidad y por eso decimos: Al mal tiempo buena cara. Y eso es lo que nos está pasando con el indeseable virus de Covid 19 que en hora mala heredamos de un lejano continente y que seguramente iba dirigido a otro destino. 

Y quizás para algunos, no había sido tan incómodo soportar fuertes medidas de bioseguridad contra la mortal enfermedad, como si lo es en los actuales momentos de temporada festiva de la Navidad y Año Nuevo. Pero, al parecer, -eso lo dicen los analistas y autoridades de salud- cuando la velocidad del contagio covid comenzaba a bajar con buen ritmo, muchos, pensaron que la enfermedad había desaparecido y se lanzaron a los espacios públicos, puestos laborales y de oficinas,  olvidando los llamados protocolos de bio-seguridad, y fue cuando sobrevino un inesperado aumento de la velocidad de contagios  con una proyección de  pico, que por ejemplo para Santander, los casos activos de la enfermedad habían bajado a cerca de 3.000 y hoy en menos de 15 días esos contagios activos están en cerca de 6.000, amenazando con llegar a 10 mil en menos de 15 días más, si se tiene en cuenta que el crecimiento cada día es de algo más de 500 casos.

Y, en el país en los últimos tres días el crecimiento de contagios ha sido alarmante, alcanzando en un solo día más de 14 mil nuevos enfermos de covid, cuando estos habían bajado a menos de 7 mil diarios. Es decir que se han duplicado.

Pero hablando de las medidas que han vuelto a reaplicar las autoridades para frenar la carrera del virus, es oportuno advertir que estas son para el bien común y de cada una de las personas y de las familias.  Pues, entonces, si es así, afrontémoslo con resiliencia o capacidad, ya que no fuimos lo suficientemente audaces para repeler el virus. 

Y, alguien decía:  Si queremos disfrutar de la siguiente Navidad (en 2021) tenemos que colaborar y hacer el sacrificio de cumplir las medidas, para que no se siga extendiendo de tal forma que las posibilidades de camas UCI no alcancen y las personas contagiadas tengan que morir posiblemente en los pasillos de los hospitales  por las congestiones de pacientes de esa patología. Y hay que advertir, que el contagio puede llegar a una gran mayoría de personas antes de que sean vacunadas, pero lo importante es que ese contagio llegue en forma gradual, o baja velocidad, para que no sean tantos los pacientes en un mismo día.  

Por eso es importante, a parte de la buena cara por la situación que estamos pasando, también cumplir con las medidas de seguridad, para retrasar lo más que se pueda la transmisión del contagio y quizás lograr inmunizarnos con la vacuna y no padeciendo los rigores de la enfermedad.

Y, si nos contamos entre los buenos ciudadanos que colaboramos para frenar el contagio, denunciemos a quienes hagan caso omiso a las recomendaciones de las autoridades, llamando al puesto de policía más cercano. Y que, por favor, no se disgusten los infractores, que las medidas son para proteger la vida de cada ciudadano, para que no tengan que morir en las peores circunstancias que la ocasiona (la muerte) por Coronavirus, o si se salva, tener que vivir por un poco de tiempo padeciendo las peores secuelas.

bersoa@hotmail.com

sábado, 19 de diciembre de 2020

¿Una utopía para el fin de la Historia?


Mario González Vargas

Los vertiginosos adelantos en ciencias y tecnologías que la humanidad ha disfrutado desde inicios del siglo XX, la ha llevado paulatinamente a considerar que son parte de un proceso inagotable e ineludible de progreso y superación, en el que, empero, se empieza a desestimar el cultivo de la duda, que le sirvió de aliciente, y a acallar el espíritu crítico, herramientas insustituibles de toda creatividad. Se ha venido construyendo un escenario social en el que crece la preocupante apropiación del saber en reducidos círculos, al tiempo que se entroniza un empobrecimiento en el pensar del ciudadano del común, que se traduce en la simplificación de ideas y conceptos para consumo de las mayorías. Las redes sociales son el nuevo vehículo de información que provee verdades incontrovertidas en el moderno ágora, en el que prevalece la simplificación de los mensajes y que no tolera la riqueza del debate porque niega la complejidad de la reflexión.  Rehusar la complejidad propia de las realidades sociales y políticas de la humanidad, además de erosionar su comprensión, alimenta la radicalización de los espíritus y permite la concentración del poder en círculos reducidos, integrados por individuos que pretenden el estatus de expertos, en los que quisieran que delegáramos todas las decisiones atinentes a nuestra vida y destino. Son los nuevos gurús que acaparan saber y riquezas, mientras los demás se ven condenados, sin percibirlo, al desbordado y mediocre influjo de “youtubers”, estrellas de farándulas, “influencers” y toda gama de profetas de pacotilla en redes sociales, o burlados por activistas en medios de comunicación masivos, que difunden engañosas verdades, previamente diseñadas para el estancamiento y pauperización de la información y reflexión de los indefensos ciudadanos.

Al amparo de la globalización asistimos a la indebida manipulación del conocimiento y del poder en manos de minorías organizadas en ONGs y otras cofradías de iguales espectros, dueños de supuesta experticia en todos los retos de las sociedades humanas, y cuyas decisiones hoy pretenden imponernos. Se han apropiado de las instituciones de carácter global desde donde dictan directrices para dirimir la guerra o hacer la paz, señalar la arquitectura de las sociedades humanas y la naturaleza de los poderes que las dirijan, encapsular la infinita diversidad del pensar humano en ordenamientos que lo marchitan, todo bajo la égida de tribunales orbitales para acallar, hostigar prohibir y condenar al que se levante contra esa nueva tiranía sin límites ni fronteras.

Su meta apunta al establecimiento de un Estado Global, utopía remozada del Leviatán tan preciado por la izquierda internacional. Es el nuevo ropaje del imperecedero totalitarismo que, ataviado de vestiduras más coloridas, asoma nuevamente sus tentáculos sobre sociedades que penan en percibir lo que esos disfraces ocultan. La imposición del pensamiento político correcto constituye la herramienta solapada para el advenimiento de un Leviatán Universal, verdadero apocalipsis para las libertades individuales y las diversidades humanas y culturales, fundamentales para la supervivencia de la humanidad.  Parodiando a Francis Fukuyama, ¿será esto el fin de la Historia?

domingo, 13 de diciembre de 2020

El informe de la comisión de drogas

Mario González Vargas

La difusión del informe de la Comisión de Política de Drogas del Hemisferio Occidental (WHPDC), que hace una evaluación sobre las políticas antinarcóticos de los Estados Unidos en la región, desencadenó una lectura sesgada de los sectores de izquierda sobre los alcances y éxitos del Plan Colombia, sin duda la más importante iniciativa de seguridad que se ha ejecutado en el país. Promovida y ejecutada por el gobierno de Andrés Pastrana, tuvo continuidad durante las dos administraciones de Álvaro Uribe y arrojó importantes resultados en el combate contra las organizaciones insurgentes y en la reducción sistemática de los cultivos de coca en Colombia. Estimuló la modernización de la doctrina, equipamiento y estrategias de las Fuerzas Militares, que se tradujo en la drástica reducción de las acciones subversivas, y permitió la significativa disminución de los cultivos ilícitos, fuente principal del financiamiento de las organizaciones terroristas. Por ello, la aseveración de que el Plan Colombia tuvo éxito en el combate de la insurgencia y fracasó en la lucha antinarcóticos solo encuentra fundamento en su abandono paulatino en los años de las dos administraciones de Juan Manuel Santos, que paralizó las acciones militares y promovió incentivos perversos para el crecimiento exponencial de las áreas sembradas de coca que hoy suman más de 212.000 hectáreas e irrigan de sangre y muerte las regiones que las padecen. Después de años de concesiones a las FARC-EP para que se aviniera a un acuerdo de paz que les concedió amnistía, lavado de sus cuantiosos activos, regaladas curules en el Congreso, justicia propia con impunidad garantizada, resulta por lo menos ridículo culpar al Plan Colombia de todas las franquicias que hoy nos inundan de coca, impiden la erradicación forzosa y potencian la criminalidad en vastas zonas del país, sometidas al imperio de organizaciones criminales fortalecidas por el narcotráfico y protegidas por el sátrapa Maduro. 

El informe de la WHPDC debería favorecer un nuevo análisis de la administración Biden que conduzca al robustecimiento de las acciones del gobierno colombiano en la erradicación masiva de los cultivos ilícitos y el fortalecimiento de la seguridad y control de los territorios afectados, que son funcionales a las exigencias de la seguridad hemisférica. Lo que se consiga en Colombia en el combate contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico se extiende a Méjico y Centroamérica y debilita y entorpece las acciones de protección del gobierno de Caracas a las organizaciones criminales y las posturas de las colectividades de la izquierda continental adversas a toda colaboración estadunidense en la región. 

El gobierno colombiano, a pesar de los obstáculos legales, financieros y políticos que confronta, ha ejecutado acciones importantes dirigidas a superarlos que deben ser valoradas en su justa dimensión, si lo que se quiere es contribuir a su ejecución y su éxito. Cumplir las metas de erradicación, desarticular la red de valor del narcotráfico y desarrollar una estrategia integral de seguridad, desarrollo, prevención y cooperación internacional, son las finalidades de las políticas del gobierno del presidente Duque. Merecen la atención internacional.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Las graves secuelas que dejará el coronavirus


 Por: Bernardo Socha Acosta

Son tantas las hipótesis que han surgido en medio de la pandemia del Coronavirus, que la Organización de las Nacionales Unidas –ONU- advirtió que si no hay paliativos que remedien los factores, la próxima pandemia que deberán afrontar principalmente los países de América Latina y buena parte del mundo, será irremediablemente el hambre.

El aumento de la pobreza en países como Colombia, generado por las medidas para impedir la expansión del  contagio Covid, no podrán arrojar otro resultado que el hambre y la desnutrición, dice el estudio.

Sobre este análisis, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos –PMA- ,  David Beasley, advirtió al Consejo de Seguridad de la ONU que el riesgo de hambruna a gran escala en gran parte del mundo en desarrollo, es, “de proporciones bíblicas” como consecuencia de la pandemia.

El mismo análisis considera que la pobreza y el hambre podría desencadenar en más muertes que la misma pandemia del Coronavirus pero advierte que desde ya se ha desencadenado una peligrosa desnutrición que propiciará una preocupante baja de las defensas en la población, haciéndola atractiva a toda clase de enfermedades, para convertir así a buena parte de las poblaciones en sociedades endémicas.

Y con todo este entramado de las pandemias y el hambre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura –FAO- considera que sin embargo hay muchos recursos para volver a la normalidad si se hace buen uso de los campos, y  muestra la fórmula expedita para enfrentar esas amenazas y sostiene que si los gobiernos y la empresa privada, incentivan el regreso de muchas familias a los campos, el hambre que ya amenaza a muchos grupos sociales en sendos países, podría conjurarse, porque  hoy en día se sabe a ciencia cierta que se puede erradicar el hambre en los países atendiendo que no es una suposición, ni un deseo, sino una realidad, para volver a la normalidad.

Y agrega la FAO, que hoy en día con la ciencia, la tecnología y los avances sociales de muchas de nuestras sociedades se ha permitido empezar a mirar hacia un mundo mejor. En lo que se refiere al hambre, hoy, contamos con conocimientos y estrategias que no hubiésemos imaginado hace unos pocos años. Hoy con la ciencia y la tecnología se pueden aprovechar mejor los productos suministrados por los campos mediante su transformación en super-alimentos, enfatiza el estudio.

Correro: bersoa@hotmail.com 

domingo, 6 de diciembre de 2020

El escenario en el que nos encontramos

 Mario González Vargas

Las últimas declaraciones de Donald Trump en la Casa Blanca y las primeras del presidente electo Joe Biden indican, que un mes después de las elecciones, los Estados Unidos se disponen a reanudar su atención a los retos que suponen los poderes emergentes de China y de las potencias islámicas, Irán y Turquía. Después de una tensa campaña electoral y concluido un azaroso escenario postelectoral, las declaraciones del presidente electo al New York Times notifican a sus rivales las directrices de la nueva administración, que señalan, en temas sustanciales de política exterior, continuidad con las ejecutadas por la administración anterior en lo que atañe a los desafíos que se avizoran para la seguridad y estabilidad internacionales.

Frente a la creciente expansión geopolítica del discurso nacionalista e imperial de Xi Jinping, acelerada por la pandemia, y bajo aparente motivación de solidaridad con otras naciones, Joe Biden afirmó sin ambages su intención de contener al régimen chino con consenso bipartidista para ejecutar políticas industriales masivas, e inversiones en investigaciones que permitan competir mejor, así como poner bajo cintura robos de propiedad industrial, dumping de productos, subsidios ilegales a corporaciones, tan usuales en los comportamientos del gigante asiático. Buscará, igualmente, fortalecer las alianzas regionales para responder con coherencia al ánimo expansionista de la mayor potencia autocrática, que no lleva en su ADN la más mínima huella de valores y principios democráticos, pero que procura exportar su sistema a otros confines, como ya lo hizo brutalmente en Hong Kong y pretende replicarlo en Taiwan y otras naciones del sureste asiático y del Mar de China, con la consiguiente amenaza para Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.

En el Medio Oriente, las actividades terroristas de Irán en el Líbano, Siria, Yemen e Irak, en criterio de Biden, hacen necesario un control estricto al plan nuclear de los ayatolás e implican una reforma al acuerdo con Irán, dotado de mecanismos de supervisión ineficientes, para evitar que el arma nuclear en manos de Irán implique la mayor amenaza a la estabilidad, seguridad y, eventualmte, a la supervivencia de los pueblos de la región. Por otra parte, Turquía, la otra potencia militar islámica, miembro de la OTAN, actúa como rueda suelta en un escenario que se extiende desde el Mediterráneo Oriental hasta los Urales, sembrando discordias e incitando conflictos.

Ningún gobierno de América Latina puede ignorar que nuestra región es hoy propicia a vivir las situaciones y amenazas que sacuden a las otras regiones del orbe. La China de Xi Jinping suscita expectativas y solidaridades en gobiernos seducidos por sus contribuciones económicas, en obras y préstamos, para sociedades sacudidas por los efectos del Covid-19, distraídos como están de su presencia y de la de Irán y Turquía en Venezuela, que se suman a la de Hezbola, y se acompaña del padrinazgo cubano y de la favorabilidad que les dispensan los partidos afines a los grupos de Sao Paolo y de Puebla. 

Ojalá nuestros gobernantes comprendan la dimensión de los retos que nos esperan.

domingo, 29 de noviembre de 2020

¿Se acerca en Colombia una nueva etapa de confinamiento?


              Por Bernardo Socha Acosta

El adagio dice que por unos pagan todos, o que pagan justos por pecadores. Y así es lo que va a pasar en Colombia si no hay algo que lo remedie. Pero lo cierto es que la ola de contagios de covid está creciendo en todo el país, y de no ser así no se hubiera ya presentado en la semana y mes que finalizamos, más de 10 mil casos de contagio en solo 24 horas, cuando estos ya habían bajado hasta 4 mil solamente en ese lapso.

Con estos indicios, los colombianos estamos viendo que muchas personas son inconscientes de la realidad de la pandemia y creen que como el gobierno levantó muchas restricciones para reactivar la economía, es que ya no hay riesgos y eso es lo que nos demuestran algunos sectores sociales más vulnerables. Para corroborarlo, organizamos un equipo de trabajo para recorrer disimuladamente varios sectores populares de Girón, Floridablanca y Bucaramanga, donde preguntamos a decenas de personas, por qué no usaban tapabocas… y la respuesta no se hizo esperar… porque esa ya cuánto hace que pasó Y esto qué demuestra: la ignorancia seguramente es la que nos va a llevar de nuevo al confinamiento obligatorio, de lo contrario el país va a tener de nuevo Unidades de Atención Inmediata, atestadas de pacientes que, unos se salvarán y la mayoría –como ocurre en una pandemia- morirán indefectiblemente.  

Se cree que la falta de unas medidas que conlleven fuertes o drásticas sanciones contra los irracionales que no respetan la vida y juegan con la de los demás, son factores que el gobierno debe afrontar con rigurosidad.

En algunas ciudades, más que otras, como en Cali, Barranquilla y Bogotá, donde las autoridades han tenido que intervenir numerosas fiestas, entre ellas algunas de  grados y hasta conciertos clandestinos, están demostrando que no respetan las disposiciones vigentes y que son necesarias otras de mayor fuerza, así haya que pedir la intervención militar, porque en algunas partes los irresponsables se atreven hasta a desarmar a la policía y a darles a los agentes con las mismas armas de dotación y con las que los irracionales portan, para luego ir a decirles a los ingenuos funcionarios, que ellos fueron víctimas de agresiones por parte de la autoridad.  

En ese orden y con estos antecedentes, los colombianos no nos podemos quejar si el gobierno debe someternos a otra etapa de confinamiento obligatorio. Porque, o es lo uno, o es lo otro. Quiero decir, o le cerramos el paso a la pandemia con medidas obligatorias, o de lo contrario habrá centenares de muertos por esa contaminación del virus, para que, en fin, se cumplan los propósitos para los que nació el mortal Coronavirus.

El regreso a los confinamientos ya les ha tocado a países europeos, en Japón y en San Francisco en estados Unidos, donde la pandemia nuevamente comenzó a causar graves y verdaderos conflictos en la salud.

bersoa@hotmail.com

sábado, 28 de noviembre de 2020

Cuatro años perdidos


 Mario González Vargas

Cuatro años después de la firma del Acuerdo de Paz el país se interroga sobre la negociación, sus resultados y sus consecuencias en la vida nacional. La integración del equipo negociador y la benevolencia dispensada a la fuerza insurgente desde el inicio de los contactos mostró una predisposición inocultable a la concesión. No de otra manera puede interpretarse la renuncia del gobierno al principio de que la situación militar en el terreno determina la relación de fuerzas en la negociación, lo que se tradujo en la suspensión de la presión militar sobre la agresiva contraparte. No extrañó entonces, que la delegación del gobierno se fuera ajustando con actores políticos afines ideológicamente al asesor de la insurgencia, hoy secretario general del partido comunista español.

El acuerdo respondió a los propósitos, finalidades e intereses de las FARC-EP, y fue presentado y divulgado por los medios y la mayoría de los sectores políticos como “el mejor posible” y garante de una paz duradera. La prepotencia y vanidad desbordadas indujeron al expresidente Santos a convocar un plebiscito ciudadano, que tuvo la sensatez de rechazar el adefesio, a lo que el mandatario respondió violentando la voluntad popular, con la complicidad del Congreso y la anuencia de la Corte Constitucional. Condenaron al acuerdo a la ilegitimidad de la que hasta hoy no ha logrado redimirse.

Ninguno de sus objetivos se ha cumplido. La paz prometida se vio desmentida por una violencia que recrudeció con el acuerdo y se ha convertido en nuevo conflicto con el ELN, Clan del Golfo, Disidencias farianas, Nueva Marquetalia y toda la gama de actores del narcotráfico, auxiliados desde Venezuela. La polarización se impuso a la mentida reconciliación y afecta a todos los estamentos de la sociedad. La verdad y la justicia, en manos de una jurisdicción y una comisión integradas con inocultable sesgo ideológico, no han producido ni sentencias, ni verdades, a pesar de sus costosos presupuestos y abultadas nóminas. Solamente actuaciones que las demeritan y deslegitiman. La reparación es un mito puesto que las Farc solo han entregado el 0.7% de sus bienes registrados. Lo único verificable es el incumplimiento del partido Farc, el que, además de sus bienes, no ha entregado verdad, ni las rutas del narcotráfico, ni la identidad de los integrantes de los Carteles que fueron sus socios, y al parecer esconde hechos no aclarados, como los de sus cuentas bancarias en Turquía o los sugeridos en la carta de alias “Romaña”.

Colombia padece las consecuencias de una paz fallida. El narcotráfico, acrecentado por los incentivos perversos que se prodigaron durante la negociación de la Habana, sigue siendo la principal amenaza a la vida de los colombianos y a la seguridad nacional. No deja de ser paradójico que los incondicionales del acuerdo de paz sean los furiosos adversarios de combatir y erradicar el cultivo de la coca, y que sea la justicia, demeritada en su misión, la que los cobije. Buscar consensos para superar el problema debe ser el resultado de las próximas elecciones.   

domingo, 22 de noviembre de 2020

En búsqueda del centro

 

Mario González Vargas

La pandemia y sus devastadores efectos en todos los órdenes de la vida nacional entraña cambios sustanciales en el escenario, posicionamiento y determinaciones de las fuerzas políticas. Anticipadamente, empiezan a insinuarse tanto en lo ideológico como en lo táctico, como se desprende del fomento de la polarización por Petro, o de la ansiosa búsqueda del centro por otros, sin lograr aún descifrar sus coordenadas ni sus contenidos. Vivimos tiempos de incertidumbres, que exigen nuevos liderazgos, creatividad e ingentes esfuerzos para habilitar el fortalecimiento institucional del régimen democrático, sometido a las incógnitas que acompañan el desenlace de la crisis que vivimos.

El progresismo de hoy es el nuevo ropaje de un marxismo actualizado con el que se invisibiliza la añeja dictadura del proletariado con unas supuestas causas sociales de aparente naturaleza igualitaria, todas signadas de ideología, pero que le permite trocar su vocación violenta por imágenes de academismo, tolerancia y pluralismo con las que adornan el pensamiento político correcto, nuevo ariete en la conquista de opinión y de poder. Convierten la ecología en ecologismo, la feminidad en ideología de género, los derechos fundamentales de la persona en militancia sistémica de contrapoder, el laicismo en ateísmo, todos ellos instrumentos para el tránsito de una cultura de libertades y libre empresa a otra de estatismo ilustrado, adoctrinamiento cultural y libertades restringidas. Es esa una postura que necesita y estimula la polarización porque su afán principal es la sustitución de valores de la sociedad que se pretende derrumbar por los parámetros ocultos y militantes de la que se procura imponer. 

El Centro (así con mayúscula) tiene hoy mucho de inasible e indefinido. No debe entenderse simplemente como equidistante de los extremos polarizantes, ni como compromiso etéreo ante amenazas provenientes de diestra y siniestra, porque tendría más de utopía que de realidad. La historia enseña que las situaciones extremas como las que enfrentamos por la pandemia y ante el cambio de época que se avizora, exigen la adopción y concreción de visiones, pensamientos y metas que, por sus contenidos, convoquen el esfuerzo colectivo y cuenten para su conducción con liderazgos firmes e inspiradores. Nada de ello se alcanza sin una construcción y definición de los objetivos y de las ideas que permitan el acompañamiento de las mayorías para realizarlos, que no pueden surgir sino de la comprensión de lo que somos, de lo que ansiamos y de la capacidad de unirnos para lograrlo. Democracia sin esguinces, libertades políticas, sociales, religiosas, de pensamiento y opinión, de emprendimiento y a la propiedad, en el marco de la solidaridad social que promueva la equidad, son principios y valores que aún no hemos perfeccionado y que son consustanciales a un Estado democrático que no hemos terminado de construir. Esos serían los valores de una causa política que podríamos denominar el Centro en nuestro sistema y que está al alcance de nuestras posibilidades. Restaría por saber quiénes apuestan a su realización. El conservatismo, como superación de su pasado reciente, este sábado debería ser el primero en tomar partido.    

domingo, 8 de noviembre de 2020

Un debate pospuesto pero ineludible


Mario González Vargas

No sorprendió la decisión de la plenaria de la Cámara de Representantes de archivar el proyecto de acto legislativo para una reforma política. Si bien es cierto que se trata de un tema de especial interés para el país, no fueron pocos los inconvenientes que se observaron en el articulado del proyecto, en el trámite del debate, así como en la pertinencia del mismo, que terminaron por hundir la iniciativa.

Una reforma de esa envergadura para tener éxito necesita, además de una coyuntura favorable, unos acuerdos políticos previos que cuenten por lo menos con el interés del gobierno, para que su articulado refleje los consensos que convoquen las mayorías requeridas. Resulta evidente que esos presupuestos no se dieron y que se prefirió intentar su aprobación a las volandas, en un ambiente sembrado de incertidumbres que escapó a la atención de sus noveles y acuciosos promotores. Los estragos económicos, sociales y de salubridad ocasionados por la pandemia, acaparan la atención y preocupación del gobierno, de los sectores políticos empresariales y laborales y de los ciudadanos, que exigen comprometer todos los esfuerzos en la reactivación de la economía y del empleo, antes que distraer su labor en reformas que, por necesarias, serán más urgentes y encontrarán mayor interés y respaldo cuando se conquiste una nueva normalidad. Todo ello se reflejó en la soledad que acompañó, no solamente al ponente de la iniciativa, sino también a los jóvenes y entusiastas acompañantes, que se vieron huerfanos de apoyo de sus partidos y del respaldo de los ministros concernidos, atareados en contener la vorágine de amenazas que se ciernen sobre los colombianos por obra de una pandemia imprevisible y hasta hoy incontenible.

Además, los temas de la reforma no eran de poca monta. La sustitución del voto preferente por listas cerradas y paritarias organizadas a modo de “cremallera”, que demanda la democratización interna de los partidos y sus mecanismos; la corresponsabilidad de los partidos por los avales; y el aumento de curules para representación en el Senado de departamentos que carecen de ella hoy, entre otros temas, son contenidos controvertidos que careen de acuerdos y que apuntan a ser mejor debatidos en los tiempos que nos esperan una vez superada la pandemia. El regreso a las listas cerradas acompañado de mecanismos de democratización, aunque aconsejable, es resistido por no pocos congresistas; el aumento de curules no tiene apoyo ciudadano; y las listas cremalleras y con paridad de género no se hallan en ningún ordenamiento constitucional de régimen democrático y podría implicar insólito quebrantamiento al derecho a elegir y ser elegido, al que son ajenos limitaciones por razón de género, o condición humana, y releva más del supuesto “pensamiento político correcto” con el que el “progresismo” intenta suplantar el sistema democrático de occidente.

Estos temas, junto a los del régimen económico y social, serán primordiales en el debate político del 2022 para fortalecer el régimen de libertades, asediado por la supuesta “corrección” del pensamiento de la izquierda que se pretende imponernos.  

domingo, 1 de noviembre de 2020

Lo que se juega el 3 de noviembre

 

Mario González Vargas

Sorprende la mirada al pasado de los comentaristas sobre la elección presidencial en los Estados Unidos, cuando es hoy evidente que los equilibrios de poder se están modificando para dar paso a un nuevo orden mundial. Centrar el debate en el manejo de la Covid-19, enigmática para todos los gobiernos del orbe, o sobre la creencia de que supuestas simpatías por uno u otro de los candidatos puede afectar relaciones bilaterales, es ignorar que la proclamada armonía para un mundo de posguerra fría constituyó una utopía condenada a muerte prematura.

Los conflictos actuales dibujan un escenario que muestra que las distinciones entre las civilizaciones son ante todo culturales. El nuevo orden mundial estaría determinado por el ascenso del sentimiento imperial de China, del resurgimiento del poder islámico y del cuestionamiento de los valores de Occidente en el seno de los Estados Unidos y de otras naciones occidentales. Basta repasar el proceso de disolución de la antigua Yugoslavia, o el conflicto al interior de la Unión Europea por la inmigración islámica, o el activismo intimidante de Irán y Turquía en el oriente medio y el mediterráneo oriental, u observar la pretensión hegemónica de China sobre el sudeste asiático y el denominado Mar de China, y con prestar atención a los cuestionamientos de la izquierda estadunidense a su propio régimen, para entender la naturaleza de los conflictos y sus efectos sobre la conformación de un nuevo orden mundial.

Las civilizaciones suelen perecer por sus propias contradicciones. En las elecciones de los Estados Unidos lo que se juega es la vigencia de la civilización occidental sometida al implacable ataque de la izquierda radical del partido demócrata. Las grandes religiones han sido siempre los fundamentos de las grandes civilizaciones. Mientras el islamismo renace, se consolida la religión ortodoxa y China impone su credo marxista-leninista a manera de religión, en Occidente se intenta convertir el laicismo en ateísmo, se destruyen iglesias y templos y se vandalizan los símbolos del cristianismo. Ninguna otra civilización distinta a Occidente ha construido una ideología política relevante como la democracia y su tradición de derechos y libertades individuales, traducidos en la representación política, la propiedad privada y la libre empresa como herramientas del desarrollo social y económico.

No hay que desestimar lo que ocurre al interior del partido demócrata. La izquierda crece en representación hasta el punto de que la Representante Ocasio-Cortes desafía a Nancy Pelosi por la presidencia de la Cámara de Representantes, al tiempo que cuenta con candidata a la vicepresidencia. El tándem de un presidente octogenario y de una izquierdista activista reforzará que, ante retos similares, EU pase de la contención de ayer al apaciguamiento en el tratamiento de los conflictos internacionales, con lo que lograría el empoderamiento de Cuba, la continuidad de Maduro y Ortega, el fortalecimiento de la izquierda radical en Colombia, Chile Perú y Brasil, y la sustitución de la democracia por el colectivismo represivo y estatista. Es lo que está en juego    

viernes, 30 de octubre de 2020

¿Hay amenaza de nuevo confinamiento en Santander?


Por: Bernardo Socha Acosta.

A una posible nueva declaratorio de cuarentena obligatoria, podría verse abocado el departamento de Santander, si es que no cambian las cifras, tras la velocidad que ha retomado el contagio de coronavirus en los últimos días.

A partir de, comienzos de este mes de octubre que estamos terminando, en el departamento el contagio solo se encontraba en 40 municipios y hoy 30 de octubre el virus ya llegó nuevamente a 50 municipios de Santander. 

Si acudimos a las estadísticas, cuando en Santander había, 19.674 casos de la enfermedad, de los cuales 10.210 personas se hallaban recuperadas, la pandemia se encontraba en 40 municipios y, hoy, casi dos meses después, nuevamente el contagio se extendió a 50 municipios. Hace un mes la cifra de contagios era de  31.278, de los cuales 4.335 estaban activos. Hoy finalizando octubre, aun cuando el aumento de casos activos es lento con 4.377, la velocidad  ha venido creciendo aceleradamente en la última semana, si tenemos en cuenta que hace  7 días  el número de casos activos era de 3.893. Es decir en la última semana  los contagios activos han subido, de 3.893, a 4.377, (484) más.

Pero esas cifras, aparentemente parecen insignificante a juicio del común, pero si examinamos que el crecimiento del contagio de los últimos días  ha duplicado el número de pacientes recuperados, eso despierta la preocupación. En los últimos 7 días el crecimiento de contagios ha sido el doble del número de pacientes recuperados, indicativos que están demostrando que si no hay una variable que duplique el número de recuperados, o que se presenten cada 24 horas menos contagiados, las autoridades tendrán que contra todas las prevenciones, volver a decretar medidas fuertes, porque está visto que hay personas que, demuestran la necesidad de tenerles un vigilante, para que cumplan con sus obligaciones, y en este caso, que cumplan con los protocolos de bioseguridad establecidos para prevenir la diseminación masiva del contagio.  Esas personas –da pena decirlo- pero no merecen vivir en sociedad, porque soslayan cualquier norma de convivencia de salud.

A través de los medios de comunicación ya  nos hemos informado que en otros países, entre ellos de Europa, las autoridades se vieron obligadas a decretar los confinamientos, para evitar contagios masivos, debido a los rebrotes que se han presentado y todo porque las personas atenidas que se reabrieron las fuentes de trabajo,  no usaron las más mínimos medidas de protección y como el virus no ha muerto, rápidamente se extiende a otras personas.

En ese sentido, de nada sirve que las autoridades repitan y repitan que es necesario usar las normas de bioseguridad, si muchas personas desafiando su propia salud, la de la familia y la de los demás, en medio de su ignorancia y terquedad, van por donde quiera sin tapabocas, no guardando las distancias y creo que ni se lavan las manos. Para esas personas tercas, es necesario aplicarles con toda la fuerza de las normas, sanciones para que al fin aprenden.

Si bien las cifras en Colombia, de 1’053.122 contagios confirmados a la fecha, se han recuperado  950 mil 348 pacientes, no quedan sino 69.423 casos activos, y todos los días las cifras de casos activos bajan,  en nuestro departamento de Santander en cambio, está ocurriendo lo contrario, las cifras de contagios activos aumentan, como aumentan en promedio 400 contagios cada 24 horas y no es lo mismo con las recuperaciones de pacientes.

Ese precedente es el que tendrán que evaluar las autoridades, si sigue la velocidad de los contagios, por encima de las recuperaciones.

bersoahoy@outlook.com

domingo, 25 de octubre de 2020

Un escenario político globalizado

 Mario González Vargas

La globalización y la presencia invasiva de las redes sociales han modificado sustancialmente los escenarios de la política, las estrategias de los sectores en contienda y las técnicas de comunicación con las masas. Las características del debate político han cambiado y con ellas se han entronizado nuevos lenguajes y temas que han ganado audiencia en atemorizadas ciudadanías desbordadas por amenazas que parecen superar sus energías para controlarlas. La izquierda ha sido especialmente ágil en comprender las exigencias de este nuevo escenario y, ante la parsimonia de sus contendores, con el ejercicio de un activismo maniqueo, ha logrado manipular tópicos que hoy inquietan por igual a la mayoría de los ciudadanos de la Tierra y, crear así, para cada uno de ellos, el espejismo de que el sistema capitalista-propiedad privada y libre empresa-es el único responsable de los males que nos aquejan. Con ese procedimiento de mago circense, no solo intentan relegar al olvido su dogma estatizante y la naturaleza totalitaria de su credo ideológico, sino que les permite incursionar en predios vedados en tiempos de la dictadura del proletariado. Pero no lo hacen sembrando esperanza, sino despertando miedos y sentimientos colectivos de culpabilidad que, según ellos, solo pueden conjurarse por expiación de los pueblos.

Y lo han hecho, además, al amparo del mas inusitado desinterés de los sectores afectos a la institucionalidad democrática, que parecen no haber reparado en el proceso que se surte ante sus ojos. Semejan más unos desinteresados espectadores que colectividades responsables de su misión de comprender los retos y aportar soluciones a los problemas que se suscitan en toda sociedad. En todos los temas, el activismo de izquierda persigue convencer que no es político, aunque su oculta finalidad sea el derrumbe del régimen que se impuso a la dictadura del proletariado. En los tiempos que corren, el mundo se halla conectado en tiempo real, lo que ha favorecido al socialismo, organizado internacionalmente aún antes de la revolución bolchevique, mientras que los partidos de centro y de derecha tienen dificultades para abandonar sus cascarones nacionales y locales, insuficientes ante las realidades de la globalización. Todo ello ha permitido la apropiación por la izquierda de temas que le habían sido incompatibles, y que hoy intenta hacerlos suyos, Derechos Humanos, Democracia y Ambientales, cuyos caracteres de protección y conservación son inherentes al régimen democrático de propiedad privada y libre empresa. El socialismo pretende cultivar el resentimiento o, cuando menos, la indiferencia por el sistema de libertades para culminar su tarea. Estimula el odio entre sectores de las sociedades y polariza la política para que nadie quepa entre los extremos. Por ello, propicia el olvido de la memoria histórica de los pueblos y se esfuerza por demeritar sus tradiciones para debilitar sus identidades e incitar a la violencia para tramitar diferencias debidamente alimentadas.

Ese también es el escenario en Colombia. El gobierno debe entenderlo y la ciudadanía comprenderlo. Se requiere autoridad en la legalidad, porque de ellas dependen las libertades, la paz y nuestro futuro.

jueves, 22 de octubre de 2020

Qué ejemplo de sabiduría le dejó a Colombia la Minga indígena

 


Por: Bernardo Socha Acosta

Los integrantes de la Minga indígena del Cauca que acabaron de realizar una marcha hasta Bogotá pidiéndole al gobierno atención a sus necesidades, les dieron una gran lección a los colombianos.

El comportamiento, el orden, la solidaridad, la higiene, el respeto, la limpieza y, no se qué otro adjetivo sumarles, nos dejó perplejos y con satisfacción de colombianos, ante el mundo.   

La Minga indígena le enseñó a niños, bachilleres, universitarios, trabajadores y empleados, cómo se realiza una manifestación de rechazo contra un sistema  y cómo con el ejemplo y acciones cívicas se piden las cosas.  Fue una demostración de la mayor cultura, que hoy quizás el presidente de la república está avergonzado de no haber dialogado con ellos en la plaza de Bolívar  de Bogotá, hasta donde ellos llegaron con esa ilusión e interés de ser atendidos. Pero regresaron desilusionados, porque fueron  de nuevo ignorados por el jefe del estado.

Hacía largos años que no se realizaba una nutrida marcha y manifestación pública con el orden, donde los vándalos devastadores de la tranquilidad social no tuvieron cabida, porque donde se hubieran infiltrado para cometer desafueros, habrían sido cogidos y castigados conforme el régimen de esas comunidades… que al parecer nos llevan millones de kilómetros en civismo y respeto por los demás.

Foto: Tomada de TicoVisión

Los resultados del orden de esta presentación indígena contrasta con las manifestaciones que organizan otros sectores donde se convierten, triste y lamentablemente  en escenarios donde los malhechores pareciera que tuvieran el amparo para atracar, destruir almacenes, saquearlos, atacar a la fuerza pública, quemar bienes y servicio y una interminable lista de infernales acciones delictivas que causan la peor zozobra a la gente de bien.   Pero lo lamentable es que en esas tenebrosas y sombrías manifestaciones salen perdiendo todos y nadie gana… O sí. Ganan los delincuentes, porque  ahora con los mal llamados PROTOCOLOS, la autoridad tiene que pedirle permiso a los violentos y a los vándalos para actuar, sopena de estar violando los derechos humanos, y así el país sigue día por día convirtiéndose y hundiéndose en un infierno de confusiones, porque los malvados ven con satisfacción y halago que su campo de acción cada vez más se amplia, pareciera que con la complicidad de algunos pocos de quienes tienen de una u otra manera injerencia en el manejo del estado, en instituciones que dependen de alguna de las ramas del poder público.

Pero, en resumen, la Minga indígena le dejó muchas enseñanzas a los colombianos, especialmente al gobierno y a quienes a menudo organizan marchas, para que no sigamos siendo cómplices de la maldad, el crimen, el vandalismo y el hurto.

sábado, 17 de octubre de 2020

Ojo con la TRAMPA del Referendo; se arrepentirá por siempre


Por: Bernardo Socha Acosta

Colombia no está muy lejos de convertirse en la Venezuela de hoy y quizás peor, gracias a la maldita politiquería que quiere imponer un régimen que tienda al totalitarismo, acabando con las Cortes judiciales, que son hoy en nuestro país la única garantía que nos alumbra, porque si hablamos de los entes de control, hoy están en manos del régimen ejecutivo y por lo tanto no hay ninguna garantía para frenar uno de los cánceres que está acabando con la riqueza nacional como es la corrupción.

Y si la propuesta hecha con arrogancia por un expresidente de la república, de acabar con las Cortes de justicia luego de someter a consideración del pueblo un Referendo, al parecer como retaliación porque vienen cumpliendo con sus controles y procesos que afectan seguramente el orgullo de los poderosos, se proponen a recoger firmas para lograr dar el golpe a las instituciones que forman el conjunto del poder público constitucional.

Si ese propósito  lo logran quienes lideran el MACABRO intento, la rama ejecutiva va a hacer y deshacer, sin que haya ente que lo controle, o que imponga orden al estado y el único afectado será el pueblo,  al que solo UTILIZAN los políticos en tiempos electorales y cuando hay que buscar más plata para, a través de impuestos seguir alimentando, por un lado la FRONDA  burocrática (empleos) y por otra para alimentar a los corruptos que se apoderan del dinero que pagan los ciudadanos como tributos.

Si el pueblo colombiano al que van a requerir para que firme, para dar vía libre al Referendo,  cae en la TRAMPA, tiene sus días contados para que nuestras juventudes lamentable y tristemente las veamos desfilando por las carreteras nacionales y extranjeras buscando un país que les permita llegar y tener un aliciente para vivir.

Es triste y azaroso decirlo, pero quienes tengan buena memoria, así comenzó la historia que tiene hoy sumido en la peor desgracia al país vecino, y no es para sembrar miedo, sino para advertirlos, porque, lastimosamente  para allá vamos los colombianos queramos o no,  si caemos en las mentiras y las fantásticas maravilla que nos pintan, de un país mágico, y corremos en manada a firmar y respaldar eso REFERENDO malintencionado y perverso. Si eso hacemos, nos  vamos a arrepentir y a  estar muy mal, pero,  pobres de nuestros hijos y nietos.

Con esos espejismos que nos propone ese expresidente, tendremos asegurado un régimen de Totalitarismo donde la libertad estará seriamente restringida y el Estado ejercerá todo el poder desde la rama ejecutiva. Es decir, será el presidente (o quien haga las veces a la sombra) el que determine todo el manejo del país, como ya se pretende hacer, y se protesta cuando se ejerce justicia en contra de los poderosos.

Si esa franja de colombianos que se encuentra alucinado por esas apócrifas propuestas (el Referendo) y no quiere ser la responsable de la suerte ignominiosa del país, pues que no lo haga porque seguro está firmando su propia SENTENCIA y se arrepentirá para esta y la otra vida.

bersoa@hotmail.com

La Tiranía de las Minorías

 


Mario González Vargas

En las dos últimas décadas hemos asistido a la entronización del llamado pensamiento político correcto que se viene difundiendo en las sociedades democráticas, propagado por la izquierda radical que ha encontrado en ello una reconversión de su credo que le ha permitido ocultar los lastres que suponía el comunismo del siglo XX. Elaborado en las aulas de universidades estadunidenses, recibió entusiasta aceptación en los sectores de izquierda ansiosos de reducir al olvido sus culpas y las tragedias vividas en las autodenominadas republicas democráticas de Europa del este y sus símiles asiáticas y africanas. Al amparo de las naturales garantías que la democracia dispone para minorías, lograron falazmente atribuir a su condición la naturaleza de víctimas de relaciones de dominación e imputarlas al sistema democrático y capitalista. Así nació lo que hoy conocemos como progresismo. Convirtieron a los sectores sociales feministas, LGTBI e indigenistas en víctimas de supuestas dominaciones del varón, de los heterosexuales y de identidades raciales, sustituyendo así la bandera de la fallida lucha de clases.

En este contexto se inscriben hoy los derrumbamientos de estatuas, las palabras que se borran, la sintaxis que se manipula y la desconsideración del pensamiento del otro, en fin, todo lo que corresponda a esa nueva realidad de la dominación de lo minoritario. De la protección saltamos a la tiranía que solo engendra totalitarismo y sujeción. Se vuelve al estado totalitario, pero se proclaman nuevas razones.

La Minga dejó de ser una práctica para lograr beneficios comunes y hoy corresponde a esos nuevos escenarios de confrontación. Trocó su naturaleza colaborativa por un ímpetu político que se expresa en términos de dominación. Así lo explican sus líderes al reconocer sus fines políticos en desmedro de su naturaleza reivindicativa. Olvidados quedaron sus logros en materia de tierras, de autonomía para el manejo del territorio y de inversiones sin control ni auditorías, porque hoy se suman a la tarea de desestabilización del gobierno anunciada por Petro la misma noche de su derrota. Hacen parte de comunidades que integran cerca de 1.800.000 personas que habitan sus resguardos, y a los que se les reconoce la aplicación de sus leyes en virtud de los instrumentos internacionales suscritos por el Estado colombiano. Como ciudadanos gozan del derecho a constituirse en movimiento político y a ejercer la oposición en alianza con otros partidos y organizaciones, como lo pretenden el 21 de este mes en Bogotá, pero deben ser conscientes del respeto a las reglas de la democracia en el ejercicio de su posicionamiento político. No caben los ultimátum, ni las imposiciones al presidente y al gobierno, y por el contrario deben tramitar su acción política de conformidad con las leyes que la rigen.

El gobierno está dispuesto a escucharlos y al diálogo social, como es su deber y talante democrático, pero no a someter al presidente a la algarabía de multitudes. Negarse a tramitar sus diferencias por el dialogo solo develaría un interés de confrontación y dominio al que ningún gobierno democrático debe someterse.  

lunes, 12 de octubre de 2020

La verdad sin ocultamientos

 

Mario González Vargas

La sorpresiva confesión del partido FARC de haber asesinado a Álvaro Gómez Hurtado parece más un nuevo capítulo entre los tantos que han dificultado desentrañar las causas del magnicidio y la identidad de los criminales. Sin embargo, esta vez el propósito aparenta no ser simplemente el de desviar las investigaciones, sino el de esconder la verdad al precio que fuera necesario, que active la competencia de la JEP para intentar borrar la verdad, entronizar el olvido e imponer las benignas sanciones acordadas en la Habana. Todo lo conocido hasta hoy sugiere la elaboración de una obra de ficción en momentos en los que la Fiscalía adelanta nuevas hipótesis que la acercan a verdades posiblemente incomodas, pero no por ello sorprendentes. Quizás sea ésta la explicación de la tardía solicitud de Piedad Córdoba a Timochenko y sus pares de aportar su relato sobre el asesinato del dirigente conservador, que éstos acogieron con inusitado pero veloz interés.

Son múltiples las inquietudes que se han suscitado. La más elemental es la de ¿porqué Piedad Córdoba se dispone ahora a revelar supuestas pruebas que conocía de antaño?; Es una explicación indispensable para no ser procesada y despejar cualquier duda sobre sospechas de ocultamiento de responsabilidades. Los líderes de la insurgencia no son los más calificados testigos. Maestros del engaño, deben aclarar si en las tratativas habaneras ocultaron su delito a su contraparte, para que no quepa la suspicacia de que el tema fue abordado en las conversaciones y mantenido en secreto hasta cuando fuera posible. Sorprende que, en asunto de tanta significación, todos los sectores autodenominados amigos de la paz y hasta el presidente de la Comisión de la Verdad hayan avalado la supuesta confesión, sin que ésta se haya acompañado de prueba distinta a la declaración de quien dirigió el macabro operativo. Tanta alharaca no sustituye el indispensable acervo probatorio, más necesario aún en razón de la práctica de la insurgencia de cumplir tareas por encargo. Del hecho confesado ni siquiera hay rastro en los computadores de Raúl Reyes y del Mono Jojoy. Desconcierta el odio hacia el líder inmolado por considerarlo enemigo de la paz, un hombre que perdonó a sus secuestradores, también subversivos, y que, con ellos y otros sectores políticos, construyó la Constitución del 91, tratado de paz fundado en el respeto de los DDHH que las Farc-Ep nunca acataron. Su muerte constituye un delito de lesa humanidad que no permite la amnistía ni el indulto y es imprescriptible.

La supuesta confesión del senador Gallo obliga al descubrimiento de la verdad que restaure la confianza de los colombianos en la Justicia y honre la memoria de Álvaro Gómez Hurtado. Es el reto de la Fiscalía y de la JEP, que se juega su supervivencia.  

Impartir justicia estimularía a que todos los sectores nacionales y los ciudadanos asuman la misma conducta y practiquen la misma virtud que Álvaro Gómez tuvo para con sus secuestradores. La verdad es poderoso factor de reconciliación. Evitemos que se opte por la indignidad y la deshonra.    

miércoles, 7 de octubre de 2020

¿Para qué hablar de Fraternidad Universal…?


Por: Bernardo Socha Acosta 

Las propiedades, filosóficas, teológicas y humanísticas de la nueva encíclica del Papa Francisco "Fratelli tutti"  en la que clama por la fraternidad Universal y la amistad social han sido los factores  sobresalientes que han despertado todo tipo de análisis entre la iglesia y los seglares.

Un sacerdote amigo destacó que el documento del jefe de la Iglesia católica busca con estas reflexiones,  una salida a las grandes dificultades socioeconómicas e injusticias por las que atraviesa la humanidad y la oscura esperanza que tiene la población de niñez y juventud, con todo lo que está pasando, derivado principalmente del avaro apetito de hacer política, así sea por encima de los valores sociales.

Y los predicadores de la iglesia católica en las homilías del pasado  domingo, resaltaron cómo el papa Francisco hace énfasis en fraternidad y la amistad social, como medio para pacificar a los pueblos.

Pero, me comentaba el religioso, que esas intenciones del pontificado son excelentes desde el punto de vista teórico y mencionaba, que para infortunio de países como Colombia, parece difícil que se logre un clima armónico que coopere con el desarrollo social y económico, porque desgraciadamente los traficantes del ODIO y la venganza, tratan a cada instante de meter la zancadilla a todo lo que pretenda relacionarse con la PAZ.

El mismo religioso agregó que sin justificar los hechos, muchos de los alzados en armas que regresaron a la clandestinidad a empuñar las armas y a continuar con  la lucha violenta,  lo hicieron porque no vieron en el gobierno colombiano una garantía para el sometimiento a la justicia. 

Y, a renglón seguido, manifestó el vocero de la iglesia, que el gobierno nacional está más interesado en brindarle todas las garantías, pero a los ex – paramilitares, porque los destructores de la esperanza para quienes pensaron en regresar a la vida civil, desde las guerrillas, se convirtió en un sueño fallido por los verdugos de la politiquería, que desde el congreso de la república y la tenebrosa sombra, tratan de aconsejar al gobierno de turno para impedir a toda costa que los términos del Acuerdo de Paz se cumplan.

 Y agregó el interlocutor que, estas afirmaciones se están viendo hoy cuando los ex guerrilleros de las FARC con asiento en el Congreso de la república,  han confesado ser los autores de la muerte del dirigente conservador Alvaro Gómez Hurtado.  Unos cuantos  dicen que no fue las Farc, porque, así les representa un jugoso LUCRO económico  y a otros les representa consolidar sus falsarias acusaciones que han mantenido hace 25 años y también les renta falsos regocijos políticos, creyendo ignorantemente que eso les va a representar simpatías y abundancia de electores en cada sombría y triste elección al congreso de la república.

Eso, nos lleva a pensar que, en estas condiciones,  los deseos del pontífice con la nueva Encíclica, "Fratelli tutti", para Colombia es letra muerta, porque los traficantes del odio y los asalariados de la difamación, no permiten ni mencionar la fraternidad, porque, pareciera que  ellos solo se alimentan de los frutos de la politiquería, amén de las ganancias que les lanza la cadena de corruptos que mantiene a Colombia alimentándose de vestigios.

bersoa@hotmail.com

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