martes, 31 de mayo de 2022

El “Gallo tapado”, la nueva forma de hacer política

Por: Bernardo Socha Acosta
“No todo lo que brilla es oro,” dice el proverbio mexicano. Muchos electores consultados por bersoahoy opinaron que el candidato presidencial Rodolfo Hernández comenzó a desilusionar al país, tras conocerse las declaraciones del estratega argentino que lo está asesorando y que le monta todas las tácticas copiadas de diferentes orígenes, entre ellas las de Donald Trump, conforme lo reveló Caracol TV en una entrevista.

Según los analistas consultados por este medio, ese fantasmagórico castillo montado por el estratega argentino para potencializar a don Rodolfo en la primera vuelta, logró cerrarle el paso a las alianzas de Fico con Gaviria, Pastrana y Uribe, pero finalmente se destaparon las oscuras estrategias y maniobras que posteriormente llevarán a convertir este candidato en el “gallo tapado” de las viejas maquinarias. Es decir, el gallo tapado es la nueva forma hacer política intentando llegar a los electores sin levantar SOSPECHA, pero fueron descubiertos y ahora queda en manos de los electores si caen en la trampa engañosa.

Un mensaje enviado a esta redacción por un elector que omitió la publicación de su nombre, señaló que es claro que si FICO le pidió a sus seguidores que votaran por Rodolfo, minutos después de conocerse resultados de la primera vuelta, es lógico que los votos que obtenga este candidato en la segunda vuelta, serían los de esa sombría alianza que fracasó y ahora quieren engañar de nuevo a los que sean INGENUOS y lo sigan. “Dejémonos de vestir con túnicas celestiales a ese candidato, porque son de engaño al pueblo para que caiga de nuevo en la trampa”, dijo finalmente el remitente del mensaje que estamos revelando.

Otros críticos nos llamaron para recordarnos las promesas incumplidas por el señor Hernández, cuando hizo campaña para la alcaldía de Bucaramanga, entre las que nos enumeraron, las 20 mil viviendas populares que nunca se construyeron, tema que recientemente la Revista Semana publicó (Leer en Semana):

Con esta nota de las tan, anheladas vivienda, sus opositores reseñan, que fueron en esa época más de 20 mil familias que cayeron en la promesa y votaron por él para que fuera el alcalde de la ciudad, convirtiéndose en un flagrante engaño a personas de escasos recursos y enfatizaron que, si esto no es politiquería engañosa, entonces qué es.

Y, aún hay que esperar que resulta del entonces proceso del tema de las basuras y el cuestionado contrato Vitalogic que no se ha definido.

Si así vamos a seguir en los próximos 4 años en Colombia,… tenemos que decir que, estamos siendo asaltados en la buena fe.

También aseguraron los críticos que hicieron contacto con este medio, que no hay que descartar que la candidatura del señor Hernández, fuera una disyuntiva o un plan B de la ultraderecha colombiana, para asegurar que, si perdía la alianza de las viejas castas políticas manejada por expresidentes, quedara en firme la alternativa o pla B, para tratar de volver a engañar a los colombianos con una persona que no había estado metido en contiendas presidenciales y dijeron finalmente: Las propuestas del señor Hernández no son de su propia autoría, sino del señor ESTRATEGA argentino que lo maneja.

Y muy acertada y sabia decisión del Señor Sergio Fajardo y sus acompañantes, de respaldar la candidatura sólida de Gustavo Petro. Reafirman así la filosofía de un verdadero pensamiento de cambio en Colombia.

Nota. Y, tengo que confesar, que con todos los argumentos justificados que conocí sobre el candidato Hernández, sinceramente me siento desilusionado y me atrevo a señalar, como posición personal, que mejor hubiera sido la candidatura de Fico, porque quienes mantenían las alianzas para respaldarlo, pusieron la cara, y en esta otra candidatura, supuestamente sorpresa, al parecer hay una soterrada consigna de ASTUCIA para captar votos y volvernos al viejo manejo de quienes han manipulado y explotado de una u otra forma a los colombianos.  (bersoa@hotmail.com)


Tomado de El Espectador (La Pulla)

¿Rodolfo Hernández ya es el presidente? Esto nos dejó la primera vuelta...

lunes, 30 de mayo de 2022

La voluntad popular demostró grado de civilización

Por: Bernardo Socha Acosta
Somos algo más de 14 millones 400 mil colombianos que tenemos claridad de, qué necesitamos en este país para lograr cambiar las viejas estructuras políticas que nos han gobernado y engañado en los últimos años.

Y conocimos también en estas elecciones, que hay más de 4 millones 780 mil ciudadanos que lamentablemente son víctimas de las patrañas y mentiras de las alianzas politiqueras que pretendían monopolizar la primera vuelta, y fracasaron;  pues habría sido una grave amenaza para el futuro de Colombia. Por fortuna no fue así y el pueblo fue superior a los intereses politiqueros, principalmente de 3 expresidentes que no pudieron impresionar la voluntad popular. Se reafirma una vez más que el pueblo es la voz de Dios y es superior a sus gobernantes.

Ahora son dos cadistas de las más altas calidades morales y humanas que se disputarán el primer cargo de esa Colombia que venía anhelando nuevas figuras alejadas del arraigo engañoso que imponían sus criterios en contra de los menos favorecidos que ya son muchos en el país.

Ahora Colombia comienza a enderezar sus columnas torcidas que auguraban un destino amargo, peor al que estuvo sometido el país en la década del 40, por causas políticas económicas y sociales, algo parecidas a las que se vienen gestando  en la actualidad por ese abandono estatal.

Desgraciadamente hay todavía ciudadanos que no miden las consecuencias futuras de sus familias e intentan seguirse dejando manipular por las viejas estructuras que no han podido erradicar uno de los peores males como es la corrupción en la que se ROBAN  los dineros que pagamos los contribuyentes. Pero lo más grave es que los últimos gobiernos para subsanar los saqueos que cometen los LADRONES  imponen reformas tributarias arbitrarias generalizadas para conseguir anualmente más de 30 BILLONES de pesos a costa del atropello del valor alimentario de la población, mientras la burocracia aumenta cada vez más con grandes prebendas.

Gustavo Petro   Rodolfo Hernández
Ahora tenemos la confianza que con los dos nuevos candidatos que por fortuna escogimos los ciudadanos que estamos cansados de los engaños, uno de ellos llegará al poder a la Casa de Nariño, para comenzar a corregir los entuertos que quedan. Claro que eso no será de la noche a la mañana, pero es el comienzo de una esperanzadora etapa porque el país queda financieramente en las peores condiciones.

Y es una esperanzadora etapa porque cualquiera de los candidatos (Petro o Rodolfo) no se van a dejar manipular de los que se han pretendido autoerigir como los poderosos manda callar de Colombia.

Habiendo cumplido los objetivos, este 29 de mayo, con el apoyo de algo más de 14 millones de electores que sufragaron por varios candidatos, diferentes al de las alianzas de las viejas maquinarias, nos queda solo prepararnos para la segunda vuelta el 19 de junio, demostrando nuevamente el grado de civilización al que hemos llegado. Ojalá que lo hagamos bien para tener la satisfacción de no haber sido cómplices de la catástrofe que se veía venir, si no hubiéramos actuado con esa ejemplar sabiduría.

bersoa@hotmail.com

sábado, 28 de mayo de 2022

Opciones mañana, si el registrador lo permite

Mario González Vargas
Llegamos a la primera vuelta de la elección presidencial en circunstancias que el país no había experimentado en décadas pasadas. No solamente nos vimos afectados por una pandemia de letales características que ningún colombiano había conocido a lo largo de su vida, sino que también se exacerbaron viejos males que terminaron agotando la paciencia y las esperanzas de los compatriotas. Corrupción, pobreza e inseguridad se convirtieron en cánceres invasivos y alimentaron sentimientos de rabia y frustración que hoy trastornan la vida de todos.

Las terapias han resultado insuficientes y alimentan más la virulencia que la disposición a concertar que permita enderezar esfuerzos y faciliten nuevos caminos y alcanzar metas esperadas y posibles. No basta hoy con constatar que la América Latina y Colombia lograron, en lo corrido del siglo XXI, la mayor reducción de pobreza y desigualdad, sin reparar en el incremento de la corrupción y de la inseguridad que desalientan todo esfuerzo y destrozan la confianza ciudadana. No fueron suficientes la duplicación de la clase media, ni la reducción de la desigualdad, porque se vieron constreñidas y desalentadas por la descomposición moral de la política, de la justicia y de la administración, y por la impunidad y frustración que naturalmente ella genera. La paz sigue siendo esquiva, atormentada por la perseverancia de viejos grupos subversivos y de crecientes carteles y organizaciones narcotraficantes con dominio territorial, que la incapacidad del Estado les dispensa. Así, la inseguridad cunde por toda la geografía nacional y se ensaña con macabro énfasis en los más desvalidos.

Nadie entonces puede extrañarse de que la aspiración al cambio sea el anhelo que convoque al ciudadano y haya afectado la credibilidad y confianza de los colombianos en la capacidad de los estamentos institucionales para alentarlo y concretarlo. Asoma el peligro de que transitemos hacia la búsqueda frenética de soluciones que socaven los pilares de la democracia. Los ejemplos de Venezuela, Perú y Chile deberían servir de advertencia de los riesgos que se confrontan y que auspician soluciones inocuas que socaven las libertades y promuevan el populismo autocrático del que difícilmente se regresa, e imponen la carga de inmensos costos sociales, políticos y económicos, cuya mitigación condena a varias generaciones. Todo parece indicar que el prometido cambio este domingo se condensa en la escogencia entre tres opciones: la del candidato de la izquierda paleolítica, que pretende hacer de la tierra arrasada el germen de una nueva sociedad; la del optimista reformador, obligado a aconductar los cómplices del desastre; y la del bravío capitán, compelido a innovar, en búsqueda de necesaria ayuda, para cuya convocatoria y éxito solo por ahora dispone de la linterna de Diógenes. El primero cuenta con las hordas necesarias para su cometido, propias o reclutadas con el ofrecimiento de perdón social; el segundo, confía en el poder didáctico que despliega, y el tercero en el halo asombroso que despierta. Cualquiera que sea el incierto desenlace, la suerte está echada para en la segunda vuelta preservar democracia y libertades. Si el registrador lo permite.

domingo, 22 de mayo de 2022

Los peligros de la ingenuidad

Mario González Vargas
A ocho días de la primera vuelta nada se ha hecho para disipar las inmensas sospechas que rondan al registrador y afectan la transparencia del certamen electoral y la legitimidad de sus resultados. Alexander Vega no ha disipado las irregularidades que se observaron en la designación de jurados, su capacitación y la sindicación de haber sufragado dos veces, ni esclarecido lo ocurrido con los 1.500.000 votos aparecidos después del pre conteo, ni aclarado el origen del ataque cibernético a las páginas de la Registraduría, denunciado por él, el 13 de marzo, ni despejado la sombra de inhabilidad que cubre al alto funcionario que laboró en la firma INDRA proveedora del software para conteo y consolidación de la votación, ni esclarecido la contratación de la auditoría internacional de los softwares que se utilizarán el 29 de mayo. Ha sido unánime el reclamo ciudadano y partidista, hasta el punto de sumar al Pacto Histórico, único beneficiario de lo acontecido el 13 de marzo.

Esa malhadada conducta provocó la presentación de tutelas y la apertura de indagación por la Fiscalía, diligencias que difícilmente arrojarán resultados antes de 29 de mayo. Las sospechas contra Vega incluyen el alquiler en vez de la compra del software, que le permite a INDRA amparar el secreto que ha rodeado su capacidad de trazabilidad, desde la mesa de votación hasta el escrutinio final, y que pueden explicar las irregularidades ya detectadas Esa opacidad se ve ahora fortalecida por dos circunstancias imprevistas, pero con repercusiones susceptibles de impactar el proceso electoral.

La presencia en el país de Rodríguez Zapatero, expresidente español, embajador oficioso de Maduro, con retribución económica conocida y con vínculos políticos y solidaridades ideológicas con Petro, genera preocupación por su ascendiente sobre dos altos funcionarios de INDRA, creadora del software que contabilizará los votos y que probablemente no será auditado con la minucia requerida, si es que el tiempo permite su examen.

Por otra parte, sus preocupaciones electorales indujeron al presidente Biden a un inesperado cambio en sus relaciones con Cuba y Venezuela, con efectos imprevistos sobre las elecciones en Colombia. El saltar intempestivamente de la férrea defensa de la democracia a un acomodamiento con regímenes totalitarios, nos recuerda que los estados se mueven de acuerdo con sus intereses, y se origina en la eventualidad de perder mayorías en el Congreso y en la amenaza de boicot de la Cumbre de las Américas propiciado por el presidente mejicano. El reversar sanciones a las dictaduras cubana y venezolana en momentos de mayor represión y más intensa violación de los DDHH, tiene alcances insospechados en el hemisferio, que no solo aportan alivio a los sátrapas de la Habana y Caracas, sino que estimularían pasar de la condena al acomodamiento que propicia el apaciguamiento. Su primera consecuencia se percibe en el mutismo actual de los Estados Unidos sobre la alerta formulada por ellos consistente en la posibilidad de ataque cibernético desde Venezuela, ejecutado por Rusia.

La suspensión urgente era la del registrador. Hoy, voceros de Petro y el Mininterior la descartan. ¿Quién peca de ingenuo?

jueves, 19 de mayo de 2022

Colombiano, escoja, entre el infierno y el sortilegio

Por: Bernardo Socha Acosta
El potencial de ciudadanos colombianos por fortuna cuenta con tres opciones presidenciales para votar y salvar a Colombia de las fuerzas malignas que tanto daño le han causado a la gran mayoría de la población. Este 29 de mayo es definitivo para que, si los electores así lo quieren, se deshagan de las viejas castas políticas que le han arrebatado la dicha a los colombianos de una sana convivencia y unos niveles dignos de hábitat.

Los intentos por reforzar la cascada de impuestos y otras insanas medidas, regresará, si es que así lo quieren los colombianos al escoger una fórmula presidencial que esté plagada de esa voracidad impositiva. Esa fórmula que está marcada por las viejas mañas, es el peor peligro para Colombia.

La opinión generalizada sostiene con énfasis que, nadie garantiza que quien se encuentra bajo la sombra tenebrosa de quien en su gobierno estableció los Tratados de Libre Comercio sin una regulación adecuada, (medida que data tres década, causó la peor de las ruinas  a Colombia) no vuelva a ordenarle al súbdito  medidas similares y peores;  y nadie está seguro, que quien intentó imponerle el yugo del régimen ULTRAFISCALISTA  a Colombia el año pasado, no le ordene a quien lo represente en el poder, apropiarse de un nuevo intento por recaudar los dineros que le faltan al estado para seguir entregándoselos a las bandas de delincuentes  de la corrupción, que tras aparentar procesos judiciales para pagar sus culpas, son enviados a sus casas (casa por cárcel) a pagar sus penas y engañar así a los ciudadanos.    

Hay que recordar que no hay sino tres opciones fuertes y reales de candidatos presidenciales que tienen independencia de las fuerzas oscuras. Un cuarto candidato (de los llamados fuertes) lastimosamente fue víctima de la manipulación, de lo que los colombianos han rechazado por su pasado y que los ciudadanos conocen muy bien de los escalofriantes escándalos... Si los electores quieren que las no gratas y recordadas historias de Colombia se repitan, pues apoyen equivocadamente ese candidato que no representa sino el peligroso pasado de la política.  

Y si los colombianos quieren verdaderos cambios, ahí tienen las tres más destacadas opciones, de las cuales, DOS son las que se pueden apropiar y preferirse frente a los electores colombianos para que disputen una segunda vuelta, si es que no hay un final feliz en la primera.

El domingo 29 de mayo escogeremos entre, el camino del tártaro (espinas, fuego infierno y suplicio) y el sendero del sortilegio (encanto)

No podemos olvidar que las peligrosas sombras del viejo pasado políticos se han convertido en el simbolo de la muerte. bersoa@hotmail.com

lunes, 16 de mayo de 2022

Pobreza y literalidad de las letras de las canciones

Sobre lo que hacemos con el lenguajes

Por: Manuela Vera (Tomado de, 'Artezblai'
Podría decirse que una de las maneras de usar el lenguaje, que nos deja la posmodernidad del siglo XXI, es el de implementar metáforas deshumanizantes a la hora de expresarnos en una conversación. Y este acontecimiento se ha venido diseminando de una manera virulenta, hasta el punto de su “naturalización”. Realmente desconozco cuántos de nosotros repararemos en este asunto con extrañamiento, incluso cuando, como en mi caso, he de reconocer que, yo también he repartido a diestra y siniestra ese tipo de metáfora.

Así que decidí tomarme un momento para meditar sobre el asunto intentado comprender por qué, últimamente, me genera desgarbo pues me parece falto de poesía y hasta cómodo. Y me pregunto si acaso esto tendrá que ver con la ya señalada pobreza y literalidad de las letras de las canciones de los nuevos ídolos musicales, cuando se comparan con las letras compuestas por los músicos de otros decenios, por ejemplo cualquier grupo representativo del rock de los años sesenta y setenta, cuyas composiciones a veces resultan “encriptadas” debido a la implementación de metáforas y alegorías, aunque no por eso sean menos bellas y conmovedoras.

Una frase como esta: “tienes que cambiar el chip para que podamos conectarnos mejor”, propone una metáfora en la que se deshumaniza a una persona, cambiamos la idea de una mente o de un cerebro para reemplazarlo por una pequeña pieza electrónica, y valoramos del mismo modo las palabras “chip” y “mentalidad” como si fueran cosas semejantes, aun cuando la diferencia es la que hay entre la vida y la muerte. Y ni qué decir de la palabra “conexión” o de la idea de “conectarnos”… Ya no sé si al usarla se alude al vínculo emocional o existencial que un ser vivo puede tener con otro, o a la idea de navegar por internet. En fin, creo que los casos abundan y si uno se pone al acecho mientras conversa con otros, seguramente encontrará este tipo de metáforas y por montones.

Y bueno, como una se ha declarado en miles de ocasiones humanista, pues no es de sorprender que esta tendencia hacia la idea de un ser humano que cada vez es menos humano y más ciborg, más máquina, genere repelús porque, después de todo, las máquinas no se conmueven, ni sienten la compasión o la empatía que suele provocar el arte. Y en un mundo sin humanos, en un mundo gobernado por robots, el teatro y el arte ¿qué pitos tocan?

Viernes 13 de mayo 2022

domingo, 15 de mayo de 2022

Sordos, mudos y ciegos ante el desastre anunciado

Mario González Vargas
A escasos días de la primera vuelta presidencial se acumulan las amenazas sobre nuestra democracia, sin que ellas despierten la necesidad de conjurarlas con acciones apropiadas a su naturaleza y peligrosidad.

Desde el 14 de marzo, no se han resuelto las irregularidades electorales. Solo se cuenta con la tutela presentada ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en la que se solicita recontar la totalidad de la votación de Congreso que, de ser aceptada, permitiría subsanar los monumentales errores de la Registraduría, que han multiplicado las sospechas de falta de transparencia y hubiesen merecido la suspensión del registrador. Además, sorpresivamente miembros del Pacto histórico reconocieron la ominosa infiltración de la campaña del candidato Gutiérrez y las siniestras conspiraciones para demoler las candidaturas rivales de Fajardo y Gutiérrez, delitos que no han ameritado apertura de las indagaciones judiciales pertinentes.

A la prevención ciudadana por la maltrecha transparencia electoral, se han sumado la perpetración de agresiones en el debate, y la irrupción de la violencia del Clan del Golfo, con su poder criminal en vastas regiones, facilitada por la incapacidad del Estado en el control del territorio, y alimentada por los que quieren valerse de ella para acceder al poder. Álvaro Leyva, instigador de todos los procesos de paz, es el encargado de promover uno más, que califica de “integral”, con todos los grupos armados, y que Petro acoge incluyendo a los corruptos y caracterizándolo como la segunda oportunidad para todos los violentos, sean carteles de la droga, disidencias de las Farc o “paracos” de toda estirpe y denominación, generosamente invitados a un “gran pacto por la convivencia”. Un proceso similar al adelantado con las Farc, que incorporaría los protocolos firmados para esa ocasión, y que abarcaría el sometimiento colectivo a la justicia a cambio del abandono del narcotráfico, bajo el manto de una nueva JEP, y complementada con la revisión de la extradición. Configura así su propuesta de “perdón social”, que busca valerse del activismo electoral de violentos, corruptos y solicitados en extradición, o candidatos a serlo, para que sirvan de pilar de una nación que renuncie al valor supremo que encarna la justicia en una sociedad de libertades y garante de los derechos fundamentales de los ciudadanos. El precio de la nueva paz implicaría la capitulación de los valores democráticos y el sometimiento de la población a la voluntad de autoridades sin control, que harían de la legalización de la droga el nuevo instrumento de dominio social.

Petro, en arranque de paroxismo ególatra, viene anunciado lo que se propone hacer. Ya no se trata solamente de privarnos de fuentes de energía, de confiscar las pensiones y expropiar propiedades, de prometer la ilusión de empleo para todos y de emitir dinero para cubrir los gastos del Estado, sino también de instalar una oclocracia totalitaria sin final. Se ha percatado que permanecemos sordos, mudos y ciegos, y sabe que el sistema de libertades puede derrumbarse por culpa de sus propios errores. Se nos agota el tiempo para rescatar el destino que nos quieren enajenar.

sábado, 7 de mayo de 2022

Construcción de un proyecto de Nación

Mario González Vargas
En medio de las dificultades que nos aquejan pensábamos que después de conocer los candidatos presidenciales el debate se concentraría en los temas fundamentales que nos atañen como nación. Los tiempos que vivimos son propios de las incertidumbres que caracterizan los cambios de épocas, que siempre entrañan nuevas realidades culturales y políticas que modifican los equilibrios orbitales y favorecen ascensos y descensos en los poderes y civilizaciones prevalecientes.

No constituyen situaciones difíciles de percibir y reservadas a la comprensión de minorías iluminadas, porque modifican las relaciones de las personas con sus entornos de vida, extienden los instrumentos del saber, transforman las relaciones sociales y obviamente impactan las aspiraciones de vida, y con ellas los escenarios de poder y las formas e instrumentos de las rivalidades resultantes. Ningún país puede sustraerse a la comprensión de esas realidades, si quiere tener futuro.

Pertenecemos los latinoamericanos al mundo de la diversidad cultural y racial, cuya conjunción pareciera ser la sustancia del universo que emerge y en el que somos los adelantados en un escenario aún constreñido por los conflictos suscitados por su incomprensión. Colombia es quizás la más rica en diversidad, seguramente favorecida por su ubicación geográfica, puente de unión de las Américas, y que alberga todas las expresiones culturales que se encuentran diseminadas en las demás naciones de nuestro continente latinoamericano.

Sin embargo, los candidatos parecen ajenos a la realidad que los circunda, pese a las primeras expresiones en la mirada a las regiones y en la escogencia mayoritaria de candidatos vicepresidenciales afrocolombianos, que señalan las exigencias de integración de la diversidad en la impronta de los destinos de Colombia. Asistimos a una refriega entre la copia del fracasado modelo estatista, revestida de seductores mensajes engañosos, y la desestimación del cansancio que han producido políticas que no lograron consolidarse como proyecto de país. La consecuencia ha sido reducir el debate a invectivas y descalificaciones, que se tiñen de intolerancia, en el que proliferan las acusaciones, pero languidecen las propuestas. Petro es maestro en esas lides, con un libreto en el que se permite pactos hasta con el Diablo al tiempo que reclama estándares de ética en sus contendores, o pillado en conductas punibles acude a cortinas de humo como la de amenaza recurrente de supuestos atentados, señalando como presuntos responsables a quienes serían los beneficiarios de su mentado perdón social. Una farsa siempre provoca otra, como la de buscar fortalecer su esquema de seguridad, para hacerlo más robusto y lisonjero para su ego, o la de anticipar fraude electoral, a sabiendas de que las irregularidades conocidas engrosaron impunemente su caudal electoral y sus bancadas en el Congreso. Las prioridades de los colombianos son bien distintas a las que hasta hoy se les ofrecen. Los candidatos deben estar a la altura de las responsabilidades a las que pretenden, procurar elevar al país en los índices de desarrollo humano que merecemos, y perseverar en la construcción de un proyecto de nación en un universo que se abre a nuevas realidades. Es el reto de nuestro presente.

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