domingo, 31 de mayo de 2015
El alcalde que Bucaramanga necesita
Esta semana, la Universidad
del Rosario y la UNAB reunieron a representantes del Sector Público,
Empresarial, ONG's y Académicos para
contestar la pregunta: ¿Qué alcalde necesita Bucaramanga?
Empezaría por decir qué clase
de alcalde no necesita nuestra ciudad: Bucaramanga no necesita un alcalde cuya
principal misión sea resolver su futuro económico y que, en consecuencia,
establezca acuerdos políticos por medio de los cuales comprometa la
contratación pública para que algunos concejales y contratistas, a su vez, se
enriquezcan a costa del fisco. Ese modelo tiene que terminar.
Bucaramanga no necesita un
alcalde despistado, que, por falta de conocimiento, improvise a la hora de
administrar, en vez de planificar el desarrollo y que, por desconocer las necesidades
reales de la ciudad, avance a vuelta de rueda, en vez de ejecutar acciones
ajustadas a una visión de ciudad enmarcada en las urgencias del mundo
contemporáneo.
Bucaramanga no necesita un
alcalde que, al tiempo que se llena los bolsillos con el dinero de la gente,
prepare el terreno para entregar el cargo a un sucesor dispuesto a cuidarle la
espalda y, naturalmente, a repetir el ciclo de la ineficiencia y los abusos de
poder que han hecho de la gestión pública una misión imposible.
Bucaramanga, definitivamente,
no necesita un alcalde que convierta la Administración Pública en un lastre
para la conquista del verdadero desarrollo y dejar todo el peso del mismo al
sector privado, que, al día de hoy, reclama—orgullosamente—los avances
obtenidos en el mejoramiento de la ciudad.
En consecuencia, Bucaramanga
necesita un alcalde líder, honesto, responsable, con independencia para
desempeñar su trabajo, con conocimiento de la gestión pública, con auténtica
voluntad de servicio, con capacidad para hacer del planeamiento el recurso
técnico que asegure la ejecución de acciones de desarrollo enmarcadas en una
visión de ciudad moderna (ajustada a la globalización) y que convoque a los
profesionales más capacitadas para realizar un trabajo a favor de soluciones efectivas
para los problemas de la ciudad.
Bucaramanga necesita un
alcalde dispuesto a poner orden, a construir y reconstruir lo que sea necesario
para avanzar en el proceso de transformación de la urbe, con la mira puesta en
un desarrollo económico cada vez más fuerte para asegurar los avances sociales
que la gente necesita y que invierta con sinceridad a favor de la ciudad en su
conjunto y despeje el horizonte de muchos que hoy caen en las trampas de
pobreza que generan desesperanza y agravan el problema de la inseguridad y la
violencia.
En suma: Bucaramanga necesita
un líder capaz de responder a las necesidades del momento y de mejorar
expectativas de vida para las generaciones del mañana, en una urbe moderna,
equitativa y educada. (Fuente: Oficina de prensa de la organización)
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Bernardo Socha Acosta
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5:23 p.m.
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Etiquetas: alcalde, Bucaramanga, necesita
sábado, 30 de mayo de 2015
Abra el ojo hermanito
Trafugario
Por: José Óscar
Fajardo
Como todos
ustedes saben, estamos en época pre-electoral y eso mueve los cimientos
socio-culturales a todo el país. Entonces lo que quiero decirles es que, es muy
importante participar en el proceso electoral, así sea votando en blanco porque
al votar, usted adquiere el sagrado derecho a protestar. Por eso mismo les advierto
que, antes de que la embarren,
escojan bien sus candidatos a la Gobernación y a la alcaldía de Barbosa, pero
repito, escójanlos bien por las razones que le voy a exponer. Santander es históricamente
un pueblo aguerrido en cuyas tierras nacieron grandes empresas de Colombia: Bavaria
es una de ellas, pero nada queda allí. Lo mismo ocurrió con ropa El Roble,
Transejes, Hilanderías del Fonce y muchas más que desaparecieron por las malas
políticas de desarrollo económico de sus gobernantes. En Barbosa hubo fábrica
de Aceites y Grasas y una fábrica de gaseosas que hoy podrían constituir
empresas prominentes para toda la región. Actualmente en la ciudad solo hay pequeñas
industrias bocadilleras y se vive de un lánguido proyecto de turismo que crece
a la topa tolondra como los niños ricos pero huérfanos: sin ninguna dirección
técnica. Y esto es una reseña diminuta. Con esos meros datos tenemos para
hacernos la siguiente pregunta. ¿Qué tal que Santander y Barbosa hubiesen
tenido excelentes administradores y pulcros gobernantes desde un principio? Porque no solo al Departamento sino a toda Colombia
la tiene “matada” es la “anormal” corrupción de un gran sector de la clase
política. No es la clase política total, pero sí una
abrumadora mayoría de ella. Aclaro que hoy hay pocas pero buenas empresas en el
Departamento. No obstante podría ser mucho mejor.
¿Culpa de
quién? De usted no, amigo elector, sino de muchos “mequetrefes”, o su
equivalente, que el día de las elecciones, por una papa, un trozo de carne y
una cerveza, se montan en cualquier yegua vieja llena de tantos resabios que
cuando le ponen la silla para montar, lo
único que sabe hacer es pear y tirar pata. Por eso amigo elector, antes de que la embarre, abra bien el
ojo hermanito, porque como dice en una de sus narraciones el escritor argentino José Ingenieros, “Los
pueblos se merecen sus gobiernos”. Haga
un análisis con buen criterio, con usufructo de la lógica racional y alto grado
de sensatez, y verá que a Santander no le va mal si usted vota bien. Porque si
a Santander y a Barbosa les va mal, tenga la certeza científica que le va mal también
a usted. ¿Que no existen políticos buenos y serios en esta región del país? Sí
señor. Políticos buenos sí los hay. Lo que pasa es que hay que usar el ojo biónico
y detectarlos. Yo, por mi oficio periodístico de dos décadas y media, conozco personajes
de la política que han hecho mucho por Santander y Barbosa y por Colombia. Mi
cuarta novela tiene como título “El mentiroso más elegante de este país”, pero
no me vayan a preguntar quién es porque
no les voy a decir. Lo que sí reitero es que en Santander y en Barbosa, hay
políticos que son viables y rentables, necesarios y útiles para el desarrollo
regional. Cuenta la leyenda que el rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba.
También es cierto que en Santander y en Barbosa, hay políticos que convierten
en éter y gas todo lo que tocan. Por ahora no doy nombres de quiénes pueden y deben ser los verdaderos
administradores de Santander y de Barbosa porque apenas empiezo una serie de
columnas de carácter político. Y dar nombres por adelantado estaría colapsando
la estructura periodística que me he craneado para hacerlo. Ya verán.
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Bernardo Socha Acosta
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2:36 p.m.
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lunes, 25 de mayo de 2015
Les salió general el Coronel
Trafugario
Y
no les estoy hablando del coronel Aureliano Buendía, el de Cien años de
soledad. Hago alusión directa al coronel Hugo Aguilar Naranjo, quien cumpliendo
parte de su condena como se lo impuso la ley, acaba de abandonar las mazmorras
del Estado. El jueves último, en la tarde, la calle 37 a la altura de la Gobernación,
fue el escenario fortuito donde volvió a aparecer en el campo de la política
este hombre que a su relativa poca edad, ya ha dado bastante para hablar y también
para escribir. Ahora sólo falta que se le aparezcan una Ursula Iguarán a su
medida, un gitano Melquíades que le ayude a resolver todos los entuertos de
difícil solución, y las mariposas amarillas de Mauricio Babilonia. Esto lo
expreso yo en una especie de metáfora política. Porque es que a este señor, no
sé si recurriendo a la magia de sus palabras o a su “bocadilloso” carisma y a
su generosidad de buen padre, ha logrado que la gente lo quiera. Y no que lo
quieran poquito sino que lo quieran mucho. El parque estaba lleno por todos los
sectores y por todos los rincones y estoy totalmente seguro que no era de
curiosos. El pueblo allí reunido no lo hacía por zalamería y esnobismo. La
gente allí centrada era porque le salía de alma estar allá.
El
ser humano tiene a su servicio el prodigio de la inteligencia racional. Pero,
sin lugar a dudas, es mucho más prodigiosa su memoria. Y la gente suele
recordar con gratitud a aquellos personajes que le ha sido útil en la obtención
de sus metas y en el positivo logro de su destino. A aquellos que pusieron un
granito de arena en forma para darle forma a su suerte. A aquella persona que
no sólo les regaló el pescado sino que también los enseño a pescar porque esta
es la lógica del mundo de hoy. Que le enseñen a pescar pero que también le faciliten
los medios de pescar. Porque de qué le sirve a un individuo toda la preparación
intelectual, profesional y laboral del firmamento, si sus propios gobernantes
no lo reconocen. Yo vivo convencido que a los nativos de la provincia de Vélez,
en gran medida, nos conocen o saben de nosotros no sólo en Colombia sino en otras
latitudes del mundo, por el bocadillo veleño. Porque somos su origen. De igual
manera, también estoy totalmente seguro, que en todos los rincones del mundo,
oído, en todos los rincones del mundo, nos conocen, y perfectamente, por García
Márquez y Botero en las Bellas Artes, por Rodolfo Llinás en Neurociencias, por
Falcao y James en el fútbol, por sus
bellas mujeres tan bellas como sus flores, por sus preciosas esmeraldas y,
también, admítanlo o no, por el Parque Nacional del Chicamocha, PANACHI. Después de la encuesta realizada en Internet
para elegir las siete maravillas modernas del mundo, el que lo dude es un
individuo estancado en el pasado como la muralla china. ¿Y quién carajos lo
hizo?
Por
eso el regreso del coronel fue apoteósico. Y su discurso, me causó curiosidad,
fue más lírico que político. Echó su corazón al viento y recalcó
su amor por Santander como lo hizo otrora Pablo Neruda por América en su Canto
General. Sus palabras parecían más, versos románticos que simples frases
políticas y eso le encantó a la gente. Y ese cambio de tercio en su estilo de
hacer política, tal vez inducido por su amarga experiencia de la cárcel, es mi
presagio personal, va a poner contra las cuerdas con conteo de protección y al
borde del nocaut final a todos sus contrincantes políticos. Por eso Carlos
Fernando Sánchez deberá interpretar con perfección su partitura política.
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Bernardo Socha Acosta
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4:54 a.m.
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viernes, 22 de mayo de 2015
COMPORTAMIENTO PROCAZ
Es
tanta la importancia de la justicia, que hasta la monarquía teocrática le rinde
homenaje y le paga tributo desde los más antiguos tiempos. “El rey que castigue a los inocentes y deje
impunes a los culpables – dice el código de Manú - , se cubre de la mayor
ignominia y va al infierno”. Y cuenta la
Biblia que Salomón cuando Dios le dijo: “Pide lo que quieres que yo te dé”,
contestó: “Da, pues, a tu siervo corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para
entender entre lo bueno y lo malo”.
Heródoto refiere el caso de Deioces, que llegó a ser rey de los medos
por la rectitud de sus fallos.
Y
es que indubitablemente, la justicia consiste en aplicarla interpretando
fielmente su letra, con arreglo al sentido moral que constituye su
espíritu. Por eso toda la justicia
reposa en los principios éticos de carácter fundamental, que contiene la
Constitución, y que fijan al Derecho su verdadero sentido.
Es
que tenemos que tener fe en la justicia, en los Magistrados que la representan,
porque de no ser así, más próximo estaría el abismo insondable que nos amenaza
desde los vendavales injuriosos del anterior presidente contra la
Administración de Justicia.
Desde
esa época, surgió la ignominia del Señor Uribe Vélez, con sus furias propias
del haberno, vejando, y conspirando abiertamente contra la justicia, que fue
para los griegos un regalo inapreciable de los dioses.
Clasificada
por Radbruch, entre los valores absolutos, como el bien, la verdad, la belleza.
Escandalosas
y paranoicas manifestaciones de inconformidad del Señor Senador Uribe Vélez, en
contra de la Corte Suprema de Justicia, por las sentencias condenatorias contra
los Ex – ministros Sabas Pretelt y Diego Palacios, como también contra el ex –secretario Alberto Velázquez por los
delitos de cohecho que condujeron a su re- elección presidencial en el año
2006. Sentencias indubitablemente
proferidas con sujeción al Imperio inexcusable de nuestro orden jurídico. Fundadas esas sentencias en los preceptos
básicos, sobre los cuales se asientan los principios del bien, del derecho, y
de la justicia en nuestra patria, de
acuerdo con el sentido moral vigente, esto es, tal como los concibe la
conciencia social del pueblo y los expresa, con mandato el legislador. Cuando un ciudadano viola esos preceptos
legales, sobreviene la reacción del Estado, osea, la sanción.
Maggiori
nos dice que: “la lucha contra la delincuencia es lucha por el mantenimiento de
las condiciones de la vida civilizada y por la promoción de una moral más
alta”, “aquel súmmum bonum que es el fin
último de la convivencia humana”.
Ese
turbión ominoso contra la justicia, evoca la ignominia que viene desde su
gobierno y refleja con acusadora precisión el aquerenciamiento con tantos
delincuentes, - Jorge 40, quien conformó con sus numerosos paramilitares, lo
que denominó como comandos electorales
-, un suceso sin órbita. Ahí están los
genocidios, llamados eufemísticamente “falsos positivos”.
Estas
escandalosas y paranoicas manifestaciones del Senador Uribe, son un
febricitante vértigo de culpa, porque no entiende, ni quiere entender, ni puede
entender, el respeto que se debe al Estado Social de Derecho, cuya protección
pacífica corresponde a los jueces, la esencia misma de la Democracia. Una de las más tristes tragedias de la
Patria.
La
historia nos ha demostrado plenamente, que la peor desgracia que puede
acontecerle a un pueblo, es no respetar la administración de justicia, que
entre nosotros es impartida por los jueces en nombre de la República, y por
autoridad de la Ley. La más sublime de
todas las dignidades, que puede tener el ser humano.
Quiere
el Señor Uribe Vélez sacralizar las prácticas degradantes y repugnantes de
quienes fueron sus funcionarios evidentemente corruptos, declarándolos víctimas
inocentes de una conspiración de la justicia, y concretamente de la Corte
Suprema. Ha inaugurado el Señor Senador,
la nueva edad de la mentira. Cree
malintencionadamente que con afrentar a jueces, magistrados y fiscales,
soluciona el problema delictual de sus electores parapolíticos que ya están
sentenciados y de sus subalternos sin principios, que conmoverá a la Nación por
generaciones.
Es
fácil explicar esta clase de iniquidades contra nuestra administración de
justicia. Bien se advierte que al
ignorar el don de la justicia, sin controlar su ira y desmesura y porque no
está a su alcance jurídico, el Senador Uribe no podía, ni puede analizar el
acervo probatorio de los procesos en forma racional o discursiva, es decir, con
una actividad lógica y dialéctica, como lo haría un jurista, sino desviando su
significación como lo hacen los rábulas del derecho.
Episodio
como los otros, de desprecio por el país y la democracia. Imposible de concebir en otros tiempos. Aquellos de Uribe Uribe, Herrera, Eduardo
Santos, Darío Echandía, Alfonso López, Gaitán, los dos Lleras, que en medio de
la tempestad mostrando su hombría de bien y nutrieron con la savia ideológica
de su pensamiento el discurrir histórico de la nació. Fueron sin lugar a duda guardianes insomnes
de la moral pública y la justicia.
¿Es
una causa noble que inspira al Senador?, Jamás.
Una causa noble no puede por definición amparar comportamientos
indignos.
Como
se vé, en el gobierno del Señor Uribe se le dio cumplimiento a la sentencia de
los romanos: “ La corrupción es lo mejor
de lo peor”.
Ante la avilantez del Senador Uribe, el Doctor
Jaime Arrubla quien fuera brillantísimo Magistrado y Presidente de la Corte Suprema en el año 2010, expresó ante el acontecer de estos días, del Senador Uribe contra la Corte: “Es una infamia”.
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Bernardo Socha Acosta
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7:56 p.m.
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Etiquetas: Comportamiento, Procaz
viernes, 15 de mayo de 2015
El glifosato en cultivos ilícitos y lícitos
La diferencia de la fumigación
aérea y manual
Por:Bernardo Socha Acosta
Por:Bernardo Socha Acosta
A veces quienes estamos en los
medios de comunicación, nos dejamos impresionar y nos convertimos en objetos de uso de quienes quieren desinformar
a la opinión pública y hasta sacarle dividendos a las confrontaciones.
Esto viene ocurriendo con el
debate del GLIFOSATO. Resulta que el
glifosato sí, se puede utilizar sin grave riesgo, para labores domésticas en
los cultivos de variados renglones
agrícolas y de hecho se viene haciendo hace muchos años. No es que sea lo mejor, pero pasable si se sabe utilizar.
Pero es que una cosa es
utilizarlo en forma doméstica o controlada, y otra utilizarlo de forma AÉREA,
acción en la que su efecto es descontrolado y la aspersión le cae por parejo a
todo, más la contaminación general del ambiente. Esas diferencias son las que debemos tener en
cuenta y no hablar sin diferenciar los efectos que se causan. Aquí es donde los
que se dicen enemigos de la suspensión del Glifosato, quieren aprovechar para
hacer lo de los ESCRIBAS y fariseos y decirle a la opinión que suspender las aspersiones aéreas del glifosato es un
sacrilegio, pero se reservan decir que los efectos del Glifosato son
mortíferos.
Si para fumigar en forma
doméstica (con equipo portátil) con GLIFOSATO una parcela o una cuadra utilizada
para el pastoreo de ganado, se debe hacer muy temprano en la mañana, cuando
las corrientes de aire están quietas, se entiende por qué la fumigación AÉREA
tiene tantos efectos negativos, de los que los contradictores, pareciera que
quisieran eliminar por parejo.
Escuche a un señor Uribe (no
Álvaro) por una Cadena Radial, pero se le notaba el afán de decir todo lo supuestamente
perjudicial eliminar las fumigaciones con glifosato. Lo que en ningún momento dijo,
fue que las comunidades que se hallan en zona de fumigación aérea están
quedando en la física pobreza y cargados de graves enfermedades por las
fumigaciones.
Lo que los periodistas por
sentido común debemos tener en cuenta es que la fumigación aérea mata lo que encuentre a su paso y causa una
contaminación general del ambiente. Revisando sobre las fumigaciones encontré
el siguiente artículo de la Ingeniera agrónoma licenciada en biología, Elsa Nivia, que nos ilustra sobre el tema:
Fumigación con glifosato: efectos nocivos
'El uso de herbicidas de amplio
espectro aplicados por vía aérea con el fin de erradicar los cultivos ilícitos
causa graves e innecesarios problemas de salud en personas y animales,
contamina suelo, aire, agua y alimentos, y destruye cultivos básicos, animales
de cría y peces base de la sobrevivencia de comunidades campesinas e indígenas,
y atenta contra la biodiversidad.
Introducción
Los efectos ambientales y de
salud causados por estas fumigaciones aéreas se suman a los que genera el uso
agrícola normal de plaguicidas, el cual es legal y basado en el modelo de
producción agrícola conocido como la revolución verde, en boga desde hace más de medio siglo, y que se basa en monocultivos, irrigación, crédito y uso intenso
de fertilizantes y agroquímicos tóxicos con licencias de venta.
Por tal razón, no es aceptable que las autoridades
justifiquen la estrategia de "erradicación" con el argumento de
que los plaguicidas contra los cultivos ilícitos contaminan ya que estos se
usan también en los cultivos lícitos de todas las zonas agrícolas de Colombia.
Desafortunadamente se seguirán utilizando irracionalmente en tanto los
gobiernos no instrumenten políticas eficaces de control de los agrotóxicos y de
impulso a la producción ecológica u orgánica.
Cuando se fumigan por vía
aérea los cultivos ilícitos con herbicidas de amplio espectro, se afectan
simultáneamente cultivos alimenticios vecinos o intercalados, fuentes de agua,
ganado y animales domésticos, escuelas, viviendas, la población y las especies
de flora y fauna de áreas selváticas aledañas.
Puede afirmarse que las fumigaciones aéreas de herbicidas sobre cultivos ilícitos que se realizan en Colombia no tienen precedente en la literatura científica. Además, las fumigaciones aéreas sí constituyen un grave riesgo para la salud humana y animal y el ambiente en general. Leer mas
Puede afirmarse que las fumigaciones aéreas de herbicidas sobre cultivos ilícitos que se realizan en Colombia no tienen precedente en la literatura científica. Además, las fumigaciones aéreas sí constituyen un grave riesgo para la salud humana y animal y el ambiente en general. Leer mas
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Bernardo Socha Acosta
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11:02 a.m.
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sábado, 9 de mayo de 2015
Derechos y cultura ciudadana
Por: José Óscar Fajardo
Para
completar mi columna anterior en la que hablé de la horrorosa cultura ciudadana
en Barbosa relacionada con la paz y la sana convivencia de la gente, creo que en
alguna parte aclaré, sin embargo vuelvo a repetir, no es sólo en Barbosa sino a
todo lo largo y ancho del país. Como estamos en un periodo preelectoral y de
hecho candente, es bueno que algunos periodistas que ejercemos opinión a través de nuestras
columnas, hagamos claridad en que no sólo es pésima cultura ciudadana llevar la
chandita a que defeque en el corredor o el jardín del vecino, estacionar la
camioneta cuatropuertas con claros indicios mafiosos en la mitad de la cuadra
para ponerse a beber chirrinche embazado en botella de whisky y ametrallarlos a
todos con unas pinches rancheras de pacotilla, endosarle las bolsa de basura de
quince días atrás repletas de sobras de pollo no tanto asado sino podrido para
que los vecinos y los chulos degusten su aroma, orinar en los guardabarros y/o
hacer popo detrás de la camioneta pero a ojos vista de toda la ciudadanía,
decirle piropos vulgares a las peladas que van para el colegio o para la
universidad, apagarle la colilla del cigarrillo barato en las costillas del
compinche de tragos y fuera de eso decirle, “lleve por pichurria pedazo de…,
pasar cuatrocientas veces por el frente de la casa de la muchacha de ojos
azules que le fascina con una chatarra de moto sin el mofle y así sucesivamente
hasta N factorial, es decir hasta el infinito, sino otras bobaditas que
aumentan la imbecilidad.
Porque
si fuera eso no más, yo creo que todo valdría “güevo”, así con diérisis y g. Lo
verraco es que también es perversa cultura ciudadana, y fuera de eso la más
rastrera bajeza, ir a donde el vecino para “podrir” al muchacho o señor, políticos,
que quieren poner su nombre al consejo municipal, con el fin de advertirle que,
cómo carajos va a votar por ese individuo si aparte de bazuquero es falso y
ladrón y como si eso fuera poco que todas las noches le pega a la mamá. Es
decir a podrirlos. Que vende drogas ilícitas y vainas robadas y que no sale de
las casas de lenocinio así no haya una en cien kilómetros a la redonda. Después
que ese infame chisme se difunda por toda la ciudad ¿quién va a votar por él?.
Y eso es una abominable “cultura ciudadana” porque no sólo acaba con un posible
o potencialmente buen candidato, sino que además le está echando encima
toneladas de excrementos a los sagrados derechos de un ciudadano y de paso a la
democracia. Todo para hacer ver que él, el miserable chismoso con lengua de
meretriz callejera, sí es todo un dechado de virtudes éticas y morales,
laborales y profesionales, por quien todos los individuos vivos y muertos, como
en la novela de mi autoría, El Candidato
de los difuntos, deben votar. A esta ralea de tan execrables bichos, ténganles
pavor.
Porque
si hay una acción o práctica social en la que los individuos demuestran en
realidad su verdadera condición racional, moral e intelectual, es precisamente
en el quehacer político. Si se tiene claro que la Cultura es todo lo que abarca
la cotidianidad de las gentes en su discurso de la existencia, y que la
actividad política es un apéndice de la Cultura de los pueblos, habremos
avanzado, lo expreso en forma de metáfora, hacia la inmortalidad del alma.
Estoy seguro que si recuperáramos la verdadera filosofía de la política, en su
esencia y en su sentido estrictamente social, Colombia y Santander no estarían
ni estarán tan mal.
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Bernardo Socha Acosta
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11:53 a.m.
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martes, 5 de mayo de 2015
Negación de la Pedagogía
Por
Gerardo Delgado Silva
Sin
adjetivos patéticos y sin tono declamatorio, la pedagogía aspira a cumplir la
misión de formar hombres y ciudadanos auténticos, para la libertad y la justicia, bajo cuyos signos
cumple la humanidad su destino por el camino de la democracia política y
social.
El
comportamiento de los profesores en el País, suspendiendo sus labores, va en
contra de los principios básicos de la civilización que aspira a que el
“derecho de huelga, salvo en los
servicios públicos esenciales, definidos por el Legislador”, se realice
dentro del marco del dialogo y la persuasión racional.
Evidentemente,
“Son derechos fundamentales de los niños: La vida…. El cuidado y amor, La educación y la cultura….Los Derechos
de los Niños prevalecen sobre los derechos de los demás”.
Es
una tragedia para los niños alumnos colombianos, que les marchita sus ilusiones
a la primera luz.
Al
parecer no ha alcanzado el país a medir las proporciones de este paro de
profesores – me abstengo de llamarlos maestros -. Ninguna reacción verdadera que pueda
considerarse como una reacción social colectiva. Parece que en la Patria no estuviera pasando nada. Y sigue en cambio el curso tortuoso de los
acontecimientos, que distorsionan la misión pedagógica con descarado cinismo,
que se suma a la insensibilidad de los
señores del paro.
Eso
es mucho más de lo que un país puede soportar, y llegar a entender.
Las
posibilidades de realización de una sociedad, están ligadas a su autonomía
cultural. Salta, pues, a la vista, la
importancia de la educación en una sociedad: ella puede servir, para impulsarla
dentro de su autenticidad, sea para liberarla cuando la haya perdido, o para
sumirla en la dependencia y la enajenación.
En
otras palabras, las posibilidades de realización de una sociedad están ligadas
a su autonomía cultural y sin imposiciones ajenas.
Es
temprano para saber a ciencia cierta que políticos de la oposición a la paz y
al gobierno, están detrás de esta conducta de los educadores, que contrarían el
camino recto y que parece que no
entendieran de modo cabal cuál es su elevadísima misión y en qué consisten sus
responsabilidades.
Toda
la patria, tiene sobrada y reconocida autoridad moral para fijar una posición
de franco rechazo a cuanto se viene urdiendo de tiempo atrás en el sector
político “Centro Democrático” del Señor Alvaro Uribe Vélez.
Se
hace indispensable la culminación de un gran movimiento patriótico que convoque
a todos los colombianos en defensa de su dignidad y su independencia como pueblo. Los partidos políticos, Las fuerzas armadas, El
Congreso de la República, El Poder Judicial, El Clero en su apostolado, Las
Universidades con sus profesores y estudiantes, deben formar la gran vanguardia
que llame a la unión sagrada del país, en
busca del mantenimiento de la integridad nacional – sin niños confundidos
tristes y olvidados por sus profesores – y los valores jurídicos y morales
que le sirven de soporte.
O
sea una forma de reconocer la intangibilidad y dignidad de la persona humana
como tal, y rechazar ese quebrantamiento de nuestras instituciones en punto tan
decisivo como la educación. El comportamiento de los señores educadores,
es la muestra más aberrante del desarraigo, la pérdida de identidad, y la
destrucción de los lazos sociales, formales e informales, que recubren y
protegen a los menores como miembros más vulnerables, nada menos que el futuro
de la Patria.
Considero
pertinente, en estos momentos, hacer alusión a mi queridísima madre Leonor
Silva de Delgado, una eximia maestra,
que llevo su devoción por la docencia a todos los campos de la vida, adornando
también la vida de la sociedad santandereana, con calidades y excelencias
ejemplares, con el ropaje y adorno de la hidalguía cristiana. Grande espectáculo de una fe firme,
tranquila, gigantesca, granítica, como las enormes montañas de nuestra tierra
santandereana que se doran al cielo.
Símbolo
de una civilización humanista que enalteció con su inteligencia y erudición, y
ennobleció con su virtud y dignidad, dedicada a hacer la luz a sus niños
alumnos.
Creo
yo que con su estatura de verdadera
maestra, egresada al principio del Siglo Pasado, de la Normal de Señoritas de San Gil.
El título más grande para el ser humano, es indubitablemente el de Maestro.
Al
evocar a mamá, surgen más límpidos que nunca los vínculos con los que fueron
sus alumnos, que han sido por muchos años verdaderas luminarias en diversas
profesiones, porque ella lo que formó fue patriotas y caballeros con altos
ideales, dándoles una dignidad trascendente a la vida.
Así
se lanzó por ejemplo a la conquista de la vida, Carlos Augusto Noriega, con el nombre de la patria en sus labios:
como Ministro en el Gobierno de ese gran hombre que fue Carlos Lleras
Restrepo, Embajador en España, Portugal
y la ONU, Parlamentario connotadísimo, con oraciones suntuosas, reflejo de las
recitaciones aprendidas de Mamá Leonor, así me lo expresó en una ocasión, como
un privilegio maravilloso.
En
una de sus obras intitulada: “Mis anti
memorias”, deja escrita su gratitud con Mamá: “… en tercer año la fortuna
me deparó una maestra, Leonor Silva de Delgado, a quien no puedo terminar de
agradecerle cuanto me entregó y me sirvió para mi formación. Vivió algo más de 102 años, cuidada por el amor solícito de su hijo
único, Gerardo Delgado Silva, profesional del Derecho que en Bucaramanga,
exhibe una brillante carrera y el desempeño pulcro de altas posiciones, a quien
me une estrecha amistad”.
“Mi
maestra de honor, además de los muchos conocimientos que nos impartió,
perfeccionó conmigo lo que las anteriores maestras venían ensayando,
convertirme en empecinado recitador. Por
las tardes, al terminar las clases, pasaba por su casa para aprender todo género
de poemas, exaltación a los sentimientos religiosos, a la patria y a sus
insignias, a los próceres, a hechos
históricos de resonancia para declamarlos en cuanta ceremonia, y eran
frecuentes, convocaba en la escuela a Padres de Familia y ciudadanía en general …”
Carlos
Augusto, fue un jurisconsulto trasladado al campo de la conciencia social.
Quiera
Dios, que en estos momentos aciagos de iniquidad para con los niños, se haga la
luz en el desorden que rodea al Magisterio.
Publicado por
Bernardo Socha Acosta
en
7:44 a.m.
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