Por Bernardo Socha AcostaPara quienes tengan y tengamos el privilegio de asimilar con verdadero sentido humano, las acciones propuestas Y fijadas durante la Cop16, podríamos poner un granito de arenas para contribuir en la salvación del planeta y por ende de la vida, no solo de las personas sino de todo cuanto nos rodea y que se denomina ecosistema.
Luego de algunas de las conferencias en las que participaron representantes de 190 países buscando fórmulas de salvación del planeta, se fijaron directrices que se conviertan en mandato ineludible para todos.
Con razón diferentes gremios, opinaron que, mientras unos trabajan y luchan de manera desinteresada por cuidar el agua, el aire, los bosques y la fauna, otros paradójicamente y de manera completamente ignorante, realizaban marchas y bloqueos en las vías de Colombia, afectando al mismo pueblo y el futuro de ellos mismo y sus descendientes.
Alguien no se demoró en afirmar que, esos llamados lideres, erráticamente promocionan su propia época de hambre y muerte, por el azaroso porvenir de la tierra que dicen defender, talvez para el presente, pero no para el futuro.
Con estas paradojas, aquí se podría hacer un paréntesis para recordar el pasaje Bíblico: NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE… Ampliacion aquí
Los manifestantes del presente parece no mirar sino la comida de hoy, pero no miran el inmediato futuro que está en riesgo por sus acciones erróneas. Todos recuerdan que, por los cierres de vías, centenares de productores de frutas, legumbres y leche, debieron botarlos, porque no había otra alternativa. Seguramente esos alimentos le pasarán cuenta de cobro a los responsables.
Es que ya la misma naturaleza ha comenzado a dar signos de cansancio que se refleja con el calentamiento del planeta y los cambios atmosféricos bruscos, (cambio climático) donde un poco se acentúa el verano y en otra época sobrevienen heladas y lluvias descontroladas que causan inundaciones y desastres.
Pero muchas personas que seguramente no ven más allá de su frente, no realizan acciones sino para empeorar su propia existencia y la de los demás. Parece que se empeñaran con afán en precipitar las catástrofes que no están lejos de presentarse, si no hay una acción conjunta por la salvación de los bienes que tenemos (la naturaleza).
Analizando las apreciaciones de muchos críticos, hasta ahora buena parte de las llamadas marchas sociales, algunas positivas, pero otras, no han sido sino, el inicio de un erróneo camino que lleva al lugar de la excavación misteriosa del pozo suicidio, de sus actores y de las generaciones futuras.
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Foto: National geographic España |
Con razón muchos afirman que, el síndrome de las llamadas protestas sociales ya se salió de los objetivos humanísticos y se convirtió en, actos atentatorios que se devuelven contra sus actores para llevar ruina y más desgracia de la que ya tiene el país, atizada desde muchos años atrás por la PESTE de la politiquería y la infame corrupción.
Y ya que se habla de la politiquería e infame corrupción, los que hoy promueven esos actos con bloqueos de carreteras, debieran más bien promover y organizar un cambio estructural del congreso de la república para reducir la llegada de tantos elementos que en nada benefician al país, poque lo único que las mayorías en el legislativo hacen es absorber billones y billones del presupuesto nacional, que se debiera utilizar para inversión social de Colombia. Quizás, cuando estas personas se den cuenta de las necesidades de cambio, ya no sea demasiado tarde.