lunes, 29 de enero de 2024

Deja que los perros ladren: Don Quijote de la Mancha


Por: Bernardo Socha Acosta
Las emergencias por incendios, la temporada de resequedad por falta de agua y los hechos violentos internos y externos, han venido preocupando a los estudiosos de los fenómenos de la naturaleza y los ha llevado a exponer distintas teorías, como creer que el mundo está preparándose para una "corrección poblacional masiva" dice el profesor William Rees, de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá.

Y esa corrección masiva no representa nada más que la extinción obligada de seres humanos, por la sobrecarga que esta afectando la normalidad ambiental, sin que la gente del común y muchos que se precian del poder político y económico se den cuenta hacia dónde se dirige el planeta.

Muchos incluso ignorantemente como guacamayas asustadas le echan la culpa a unos y otros de las desgracias del presente, sin mirar que ellos con el ejercicio político del pasado son los verdaderos culpables del estado lamentable que padecen los países, y en este caso Colombia, donde la politiquería barata y repugnante ha llevado a los peores extremos a la sociedad y sus pueblos, porque lo que hoy se vive es el efecto del pasado podrido.

Y cuando seguimos las informaciones de Televisión o por los periódicos digitales sobre diferentes afectaciones del fenómeno del niño, como fruto del calentamiento global, unas veces con los extremos del verano y otras veces, pero en otras zonas del planeta, con los estragos de vendavales e intensas lluvias, nos causa verdadero estupor y hasta llegamos a creer las teorías sobre los signos de estrés por los que está atravesando la tierra.

Y cuando hacemos mención del estrés de la tierra, recordamos el apasionante relato de un artículo publicado en la Revista World, sobre estas predicciones en el que se hace hincapié en los sucesivos desastres que se están presentando durante los últimos años y el cambio climático, que se está acentuando cada vez más.

En el documento que citamos, se reseña que, el planeta está presentando signos de estrés por diversos factores entre ellos la sobre carga de población que origina agresivos y venenosos factores de contaminación, los cuales ponen en riesgos la disponibilidad de recursos como el agua, los alimentos y los combustibles fósiles.

Estas son predicciones de los científicos que, según unos informes realizados sobre el cambio climático y publicados en 2019, un colapso podría tener efectos graves en unos 26 años, si no hay medidas y correcciones sobre el grave calentamiento global, afirma el profesor William Rees en su artículo.

Y el gran pensador Stephen Hawking, va más allá con estas predicciones que ni siquiera nos atrevemos a mencionar para evitar seguramente más zozobra de la que nos esta produciendo la ola de calor, los incendios, los falsos juicios politiqueros y otras tragedias del momento.

Y finalicemos diciendo que, Colombia hoy vive lo que sus dirigentes han hecho en el pasado y tratan de ocultarlo con juicios ignorantes e ignominiosos, para seguir su viejo vicio de engañar al que llaman su pueblo que han explotado por décadas.

Y la célebre frase de Don Quijote de la Mancha: Deja que los perros ladren…

sábado, 27 de enero de 2024

Del fallido cambio en primera al cambio en reversa

Mario González Vargas
En año y medio de gestión Petro y su gabinete no han podido ni siquiera dibujar las directrices del cambio prometido. El presidente continúa malgastando su tiempo y esfuerzo en un ejercicio constante y pugnaz de mensajes que solo develan sus delirios ideológicos y evidencian su incapacidad de percatarse de las realidades que nos apremian como sociedad. Por ello, todos los escenarios a los que ha acudido han sido improductivos y dejado la inquietante impresión de una incapacidad irremediable para las tareas de gobierno.

Su inicial llamada a un acuerdo nacional carece aún de contenidos, y los encuentros con la oposición o con otros sectores de la vida nacional solo han servido para registros fotográficos en los medios de comunicación. En el trámite de sus proyectos de reformas en el Congreso ha prevalecido el relacionamiento transaccional y espurio con sus miembros, que pretende continuar en las sesiones que se avecinan, sin consideración de las observaciones y críticas señaladas por voces y organizaciones autorizadas y consternadas por sus falencias y desaciertos. Recientes nombramientos en la USPEC, en el Centro Nacional de Memoria Histórica. en los Servicios Postales de Colombia y en el Ministerio de las TIC alimentan la codicia de congresistas del partido liberal, aún incapaz de despojarse de su condición de partido de gobierno, y de conservadores, de la U, de Alianza Verde o de En Marcha, siempre prestos a participar en las tómbolas de puestos y contratos dispensados por el gobierno. No importa que el sistema de salud colapse, que las pensiones resulten impagables o que la informalidad laboral siga extendiéndose a la mayoría de los colombianos.

Las intenciones de Petro van más allá de la coyuntura. En medio de la apabullante crisis desatada por los incendios en todo el país y pobremente enfrentados por el gobierno, el presidente incita a la izquierda a la unidad que permita la continuidad del gobierno progresista en el 2026. Entiende que esa unidad facilitaría sumar el poder de todas las organizaciones criminales en los términos de una paz total que les reconozca personería y participación en la política, necesarias para ganar y permanecer en el gobierno. La creciente permisividad con las violaciones de los ceses al fuego y su desinterés por la puesta en marcha de los mecanismos de verificación indican la naturaleza y alcances de las negociaciones en curso. No importa al gobierno que la violencia recrudezca con combates, desplazamientos de poblaciones inermes, extorsiones, confinamientos y asesinatos de civiles, ni lo conmueve que Antonio García amenace que “sin financiación no suspenderán los secuestros”, en proceso que carece de compromiso de entrega de las armas al final de la negociación.

Nuestro futuro depende de la fortaleza de las instituciones y del respaldo de la ciudadanía a sus decisiones. Las disposiciones del Senado, de las Cortes y la capacidad de gobernadores y alcaldes en el cumplimiento de sus mandatos son los elementos cruciales para el mantenimiento de las libertades y la aprobación de las reformas institucionales que eviten el empoderamiento de los instrumentos de sujeción del ciudadano al poder. Evitemos pasar del fallido “cambio en primera” al cambio en reversa que se prepara.

¿Violencia agazapada en los medios de comunicación?

NO MIRES ARRIBA

Por Carlos Cortés

Tomado de La Silla vacía

Los frailejones quemados no posaron para la foto. Nunca supieron que eran famosos ni que el fuego que los consumió es noticia. Los dos que aparecen en primer plano ahora son tendencia. Siguen erguidos, pero están muertos. “El ‘Gobierno del Cambio en una imagen’”, escribió el exconcejal de Bogotá cuando la compartió. El cementerio de los frailejones está arriba y él está abajo. Su tuit tiene 1,6 millones de reproducciones. Arriba hay llamas. Abajo, su indignación acartonada se prende como pólvora.

“A pesar de las advertencias, el país no estaba preparado”, dice la portada de Semana, que se regodea por tener, esta vez sí, una noticia literalmente explosiva. Aparecen los Cerros Orientales de Bogotá incendiados en medio de la noche, debajo de la luna llena. Las advertencias a las que se refiere el artículo no son más que papeles: oficios y memorandos, planes y resoluciones. Los mismos papeles que se llevó el viento durante la avalancha en Mitú en tiempos de Santos, en el huracán que arrasó San Andrés cuando estaba Duque, o en el deslizamiento de la vía Quibdó-Medellín hace unos días.

“El Gobierno Petro, cuya bandera es el cambio climático, ha mostrado serias falencias en atender la emergencia”, concluye Semana. No es la única. Periodistas, políticos de oposición y analistas hacen lo mismo. Entierran la cabeza en sus teclados o declaman frente a la cámara su diagnóstico. Aún no se extinguen las llamas y las cabezas parlantes ya resolvieron el entuerto de un planeta combustible, de bosques que se prenden con el sol después de meses de lluvia, de ramas y chamizos secos como fósforos. El país no estaba preparado. Ellos tampoco.

Con los bosques ardiendo, las palabras del Presidente sofocan aún más el ambiente. Él también posa como experto: “Se advirtió a alcaldes salientes y entrantes la gravedad del fenómeno del niño que el IDEAM marcaba”, escribió en una de sus primeras reacciones. Punto seguido, y para no perder la costumbre, celebró su propia pericia como si le hubiera revelado al mundo un misterio: “La predicción ha sido casi exacta”.

Al día siguiente, Petro señaló a los mandatarios locales con condescendencia: “Los alcaldes en sus desesperos, son alcaldes que llevan apenas estos días del mes de enero, algunos conocen los procedimientos, otros los desconocen, están acudiendo desordenadamente a diversas instituciones del gobierno nacional, y produce una falta de planificación y descoordinación en el mismo gobierno”.

El truco del Presidente es cada vez más obvio. A toda crisis que enfrenta le da la vuelta, gira el tablero, hace una maroma y cambia la dirección de la flecha. “No nos dejan gobernar”, repite. A mano tendrá siempre algún salvavidas de la oposición, como el que le tiró la Procuradora con la decisión arbitraria de suspender al Canciller. No obstante, con el paso de las semanas y los meses la grieta entre la teoría y la práctica del gobierno, se vuelve abismo.

A la par con los incendios brotan las denuncias sobre la emergencia: es que le quitaron recursos a los bomberos, es que el avión de la Fuerza Aérea no estaba listo, es que el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (Ungr) es cuota política. Culpa de Petro, concluyen. Después nos enteramos de que en realidad los bomberos no ejecutaron el presupuesto, que el avión está varado en el taller desde 2019 y que debajo de cualquier piedra de una entidad estatal está el amigo de alguien.

Con ninguna de esas denuncias se apaga una fogata, ninguna contratación escandalosa que se descubre sirve para que caiga más agua. A los congresistas y concejales de la oposición no les interesa que esto se resuelva, como en su momento a los que hoy están al mando les tenía sin cuidado que el gobierno anterior pudiera sortear una emergencia. Más allá de lo que haga o deje de hacer, que a Petro le vaya bien en esto es una derrota para la orilla contraria. Así fuera una buena noticia para todos.

Como los frailejones carbonizados, nadie se mueve de su sitio. En el juego de suma cero en el que estamos, cada cosa que pasa es una oportunidad para librar otro round e intentar liquidar al enemigo. Sin importar que implique una disociación burda de las ideas propias; así sea igual de útil que echar un discurso durante un terremoto.

El detective del Secop convertido en concejal hurga en los contratos de la Ungr para salpicar a Nicolás Petro; la senadora de derecha María Fernanda Cabal, negacionista de la crisis climática, aprovecha para enrostrarle a la izquierda la Primera Línea; el senador del Pacto Wilson Arias alimenta la teoría de la conspiración según la cual los incendios están siendo orquestados por la oposición, antes que tener alguna relación con el problema que expone reiteradamente Petro en foros internacionales; y el sistema de medios públicos, al servicio de la propaganda oficial, informa que las tanquetas de la Policía que se usaban para reprimir ahora combaten el fuego. ¿Sí sirven esos camiones pesados con sus mangueras a chorro para extinguir las llamaradas? Nadie sabe y no importa. Al Presidente le sirve para encajarle un golpe a su antecesor y eso es más que suficiente.

Debajo de esa nube gris que nos ahoga está lo importante: el esfuerzo de funcionarios y voluntarios invisibles, los proyectos ciudadanos sobre reforestación y calidad del aire, las políticas públicas e iniciativas comunitarias que debemos impulsar antes de que nos cubra el agua y nos derrita el sol. Allá tendremos que llegar –nosotros o los que vengan–, en algo de eso ya estamos a pesar de todo.

Se calcinan los bosques en Colombia mientras debatimos con antorchas. En realidad, no debatimos. Sólo somos la continuidad del humo, del ruido de los helicópteros y del olor a chamuscado que nos entra por los ojos. No hay espacio colectivo para vivir esta tragedia, para mirar hacia la montaña en silencio, para darle un sentido a nuestra huella como especie y, sobre todo, para tener alguna dimensión de lo que enfrentamos. (La Silla vacía enero 27 de 2024)

sábado, 13 de enero de 2024

En materia de cambio amanecerá y veremos

Mario González Vargas
Año y medio de gestión del gobierno de Petro demostró con creces que ni él ni la mayoría de sus ministros y altos funcionarios contaban con la formación y capacidades para concebir y ejecutar las labores propias de un gobierno que se auto identificaba como personero del cambio. Defenestrados los ministros con experiencia y conocimientos del manejo del estado, el presidente dinamitó su primera y amplia coalición sin motivo distinto al de reinar en la improvisación e incoherencia, para rodearse de personajes cuyos méritos se limitaban mayoritariamente a su identidad con los desvaríos ideológicos del mandatario.

La ineptitud se apoderó de la generalidad de los despachos ministeriales y la supina ignorancia de los mecanismos de ejecución presidió las tareas del ejecutivo, generando desazón en la ciudadanía y polarización de las fuerzas políticas. Todo ello animado por insólitos incumplimientos por el presidente de su agenda, nunca explicados, pero si devastadores para su imagen y sus responsabilidades de jefe de estado.

La pobre ejecución del presupuesto de inversión contribuyó a la contracción de la economía en términos iguales o peores a las registradas en la pandemia. La paz total resultó en el empoderamiento del control territorial por las organizaciones criminales al amparo de ceses al fuego sin mecanismos que los regenten y verifiquen, y en la paralización de la Fuerza Pública en detrimento de las comunidades que padecen los enfrentamientos de los criminales por el dominio de todas las actividades ilícitas que acrecientan sus patrimonios. El afán de estatización de todas las prestaciones y servicios impidió la aprobación de sus reformas en el Congreso y motivó la búsqueda de la reingeniería de un estado que empieza a colapsar por su impotencia en atender las necesidades de la nación.

No acertar en el diagnóstico impidió alcanzar las metas deseadas y se tradujo en la apabullante derrota del Pacto histórico y sus aliados en las elecciones regionales, y explica la prioridad que han dado gobernadores y alcaldes a nuevos criterios y contenidos para su conversión en realidades.

El carácter político que antaño se les atribuyó a los alzados en armas se ha desdibujado de tal forma que se ha visto suplantado por la naturaleza estrictamente criminal de actividades ligadas al narcotráfico, la minería ilegal y otras conductas delincuenciales que hoy solo determinan los apoyos que recaudan en gobiernos totalitarios de igual estirpe e intereses. En las Américas es cada día más evidente esa simbiosis que debe guiar todo esfuerzo por la paz y la seguridad de los ciudadanos.

Se avizora una reestructuración del Estado que irá más allá de la situación de seguridad y abarcará el régimen institucional y la organización territorial, que implicará transferencia de autoridad y responsabilidades a los gobiernos departamentales y municipales que deben atender sus propios mandatos ciudadanos, como ya lo expresó el alcalde Galán al presidente Petro en su primera reunión en el Palacio de Nariño y lo viene advirtiendo el senador Iván Name, presidente del Congreso.

Comprender que el cambio anhelado tiene alcances mayores, mejores y distintos a los de reinstaurar la dictadura del burocratismo estatal, marcará el destino del gobierno de Petro. Amanecerá y veremos.

martes, 9 de enero de 2024

Qué hace el gobierno para prevenir una sociedad de “chiflados”

El excesivo ruido se está convirtiendo en el peor y más peligroso factor de enfermedad mental

Por: Bernardo Socha Acosta
Los psicólogos profundizan cada vez más en la urgente necesidad de cuidar la salud mental de la población, pero por parte de los gobiernos, puede apreciarse que no hay programas ni proyectos enfocados al bienestar mental, mientras una gran parte de la sociedad sufre graves trastornos que comienzan con la salud auditiva, patologías que bien pueden prevenirse.

Esos estudios alertan que, si no se comienza por la salud auditiva, las enfermedades mentales de una persona se agudizan, porque esto causa graves problemas emocionales, físicos y conductuales.

Los especialistas insisten en la necesidad de mantener una sociedad enfocada a explorar una conexión, entre la forma en que pensamos, hacemos las cosas y lo más importante, cómo dormimos. El sueño es quizás uno de los mejores aliados de una buena salud. El sueño es una terapia-medicina, para mantener una salud mental aceptable.

La mayoría de los medios de comunicación se limita a informar sobre graves tragedias que ocurren a menudo causadas por personas enfermas mentales y cada vez más se agudizan, exactamente por el desequilibrio mental de muchas personas agobiadas por problemáticas personales y familiares, factores que se suman a las contrariedades y contratiempo que se presentan en el diario vivir. Y son pocos los medios de comunicación los que presentan información y propuestas para ayudar a mejorar la salud mental, en este caso, de los colombianos.

Los gobiernos, tanto nacional, departamentales y municipales, son sordos al clamor de la sociedad cuando pide medidas para que se reduzcan los elevadísimos decibeles de ruido que producen especialmente, algunas motocicletas y unos cuantos vehículos de 4 y más ruedas que tienen unos medios de escape deteriorados y otros adecuados especialmente para que generen espantosos sonidos, a los cuales, ni las autoridades civiles, de tránsito y policivas, hacen nada, mientras los niveles de salud mental se agravan y deterioran, como una mina de alto riesgo a punto de explotar.

Pero ojo, señores del gobierno. Estas GRAVES TRAUMAS mentales que producen estos escabrosos ruidos, de un momento a otro generarán atentados violentos contra sus actores. Como autor de esta columna, he tenido la oportunidad de conversar con muchas personas víctimas de estos malsanos ambientes generados por el ruido, y no han dudado en buscar una solución por las vías de hecho, ante la incapacidad de las autoridades de poner orden.

Una EPIDEMIA de salud mental podría ser tan grave y peor que las que han azotado al mundo, entre ellas el recientemente coronavirus, la viruela, la fiebre amarilla y otras. De tal manera que los gobiernos y entes encargadas de este tema, no deben jugar con FUEGO y poner la suficiente atención con programas de prevención y no tener que invertir cuantiosas sumas de dinero cuando la epidemia mental explote. Qué haría un país con una sociedad de locos. Pero, qué haría un gobierno para tratar de controlarlos.

El excesivo ruido se está convirtiendo en el peor y más peligroso factor de enfermedad mental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar, para que los individuos hagan las cosas bien, pero… qué se está haciendo para mantener esa salud mental… Hasta ahora la respuesta es…NADA y cundo lo intenten podría ser tarde, como muchas cosas que ocurren por la ineptitud de los gobernantes.

bersoa@hotmail.com

domingo, 7 de enero de 2024

Los retos de un mundo en ebullición

Mario González Vargas
Nos ha correspondido vivir la incertidumbre que siempre ha acompañado a la humanidad cuando ha confrontado procesos de reestructuración de los andamiajes políticos, sociales y tecnológicos de sus estructuras globales. Surgen esfuerzos de reacomodamiento que por su propia naturaleza suponen peligros que aún no han sido bien percibidos, que exigen herramientas de gestión difíciles de elaborar y, por consiguiente, precariamente inteligibles.

Se vislumbra hoy un claro deterioro de los valores democráticos que han servido en más de un siglo de instrumento para procurar el desenvolvimiento pacifico de las diferencias domésticas y de las relaciones internacionales, y para construir instituciones con las que se logró mal que bien reducir la violencia y promover libertades en cada uno de esos escenarios. Ese decaimiento se acompaña de una crisis climática que no se quiso atender y de los alcances insospechados de nuevas tecnologías que, por sus características y alcances, abren nuevas y más contundentes amenazas geopolíticas en un mundo en ebullición. Hay más de 180 conflictos que sacuden al orbe, que se retroalimentan y socavan los precarios equilibrios del pasado reciente, y cobran inusitada capacidad de imponernos su ley.

En el 2024 habrá elecciones en más de 70 países, incluyendo a EEUU, Rusia e India, tres potencias nucleares, con intereses globales diversos, cuando no encontrados, con zonas de influencia en disputa con otros poderes orbitales, como China, o con países de sus áreas de influencia, que exigen alineamientos en otros continentes para fortalecer sus objetivos y metas. Por ello, ninguna elección en el mundo escapa a sus intereses y múltiples serán sus esfuerzos por ampliar el abanico de sus aliados. Los efectos del ataque terrorista de Hamás a Israel y su natural respuesta pueden extenderse al Líbano, Siria y Yemen, comprometer más a Irán y otros países árabes y determinar acciones terroristas en países de la Unión Europea.

En la América Latina los gobiernos progresistas (Cuba, Méjico, Honduras, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Chile y Bolivia) cierran filas a favor de Hamás y con ello procuran cercanía con Rusia, China e Irán, que hacen presencia en Venezuela, y con los países que conforman el Brics(Rusia, China, Brasil, África del Sur, Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos), gobernados mayoritariamente por dictaduras de manos ensangrentadas, cercanos entre sí por sus identidades sobre la conformación y ejercicio del poder, mientras los Estados Unidos resuelve la enconada disputa por la presidencia entre los dos contendores del 2020, aparentemente olvidadizo de la reconfiguración de un mundo que se vislumbra ajeno a la democracia y a sus más elementales libertades que hicieron posible altos niveles de progreso y bienestar que el mundo había procurado infructuosamente en centurias anteriores. A esas compañías pretende arrimarnos Gustavo Petro, sin que hasta hoy la oposición acierte en impedirlo, y sin importarle la ineptitud de su gobierno que alcanzó su paroxismo con la pérdida de los Juegos Panamericanos para Barranquilla. Otros vientos soplan en año nuevo y crecerán las capacidades de gobernadores y alcaldes, de la Justicia y del Senado, para contrarrestar la demolición de la institucionalidad y la restricción de las libertades que aún gozan de protección constitucional. Todavía es posible construir sobre lo construido.

viernes, 5 de enero de 2024

El fracaso de Colombia de ser sede de los Panamericanos

Por: Bernardo Socha Acosta

Todos se rasgan las vestiduras por haberle quitado a Colombia la sede para la realización de los juegos Panamericanos y del Caribe programados para 2027 en Barranquilla.

Y es risible por decir lo menos, cuando vemos por televisión a unos cuantos congresistas y políticos pensionados, echando pestes contra unos y otros por el incumplimiento en el pago de las cuotas pactadas para sufragar los derechos de la organización del evento, sin establecer realmente quién o quienes son los responsables.

Y es que, en un acontecimiento como este, todo mundo habido de pantalla, busca oportunidades para mostrarse y posar de sabelotodo, hasta el punto de decir tonterías. Bueno, unos con bases sólidas bien fundamentadas y otros aprovechando las circunstancias para afirmar barbaridades y conceptos que en cambio de hacer algún aporte positivo, lo que generan es ofensas, y ridiculez que los desprestigia más de lo que están. Y unos pocos de estos, son veteranos de la demagogia que ya pasaron por cargos de alto rango nacional e internacional, y otros que creen sobresalir con ingenuas y atrevidas afirmaciones, aprovechando erróneamente los privilegios del derecho a opinar y de la tan sobada democracia.

Foto Canal 1
Un fracaso como el citado, de perder la realización de los juegos Panamericanos asignados como sede a Barranquilla, debiera más bien despertar un sentimiento de solidaridad entre quienes se rasgan las vestiduras con falsas etiquetas como para posar de sacrificados. Y veamos, cuántos fueron los llamados padres de la patria que presentaron proposiciones en el Congreso para unirse a la recolección de los fondos desde cuando el entonces pasado jefe de estado notificó que Colombia había sido escogida como sede del evento deportivo.

Y a propósito del pasado jefe de estado, la exministra María Isabel Urrutia despejó dudas y afirmó en declaraciones a Caracol tv que el pasado gobierno del señor Duque podría ser el más directo responsable de la perdida de la sede, porque no asignó los recursos que se requerían para cubrir esos derechos y quieren que ahora por arte de magia salgan esos MILLONES DE DÓLARES.

Según las declaraciones de la señora María Isabel Urrutia, queda demostrado que la politiquería ha sido la razón de tantos fracasos de importantes proyectos que bien podrían ser futuristas bases para los desarrollos que reclama la sociedad colombiana, pero que por estos incumplimientos se han traducido en factores de violencia nacional.

Y finalmente la decisión de quitarle a Colombia la sede de los juegos, deja una enseñanza y una experiencia en la que los oportunistas están dejando la peor huella, esa que ha marcado a Colombia y que no la dejan transitar por los caminos normales del desarrollo en los que se hallen oportunidades para todos.

bersoa@hotmail.com

lunes, 1 de enero de 2024

Mario González Vargas
El Defensor del Pueblo en un balance de la política de Paz Total en el 2023 dijo una verdad incuestionable: “Aquí los únicos que estén honrando el cese al fuego han sido nuestras Fuerzas Armadas. Los grupos armados ilegales han deshonrado esa generosidad del gobierno Nacional”.

Es el diagnostico que el “gobierno del cambio” y los embelesados por la paz se han negado a aceptar, a pesar de las evidencias que los supuestos fines políticos han desaparecido en medio de las disputas por los réditos del narcotráfico, la minería ilegal, el secuestro, la extorsión, y hasta los del lucro que procura ya la migración desenfrenada. Las masacres, los asesinatos y la tipificación de todos los demás delitos han obedecido a la lucha sin cuartel por el predominio de sus fuentes de financiación, del control territorial y de sus indefensas poblaciones, que Eln, el Emc y el Clan del Golfo han venido consolidando.

Efímero resultó el compromiso del Eln de suspender los secuestros, acordado en la última ronda de dialogo. Días después, Antonio García, abruptamente, condicionó la suspensión del secuestro y la libertad de sus víctimas a la prórroga del cese bilateral al fuego y al acuerdo de financiamiento del proceso del proceso de paz. Un nuevo acto de felonía que se suma a los perpetrados en todas las negociaciones por esa organización criminal.

El recrudecimiento de los combates entre las organizaciones criminales en detrimento de las poblaciones inermes, obedecen a la inactividad de la Fuerza Pública por razón de los ceses al fuego generosamente concedidos a las hordas criminales, sin que ello inmute al presidente y a su ministro de Defensa.

La reacción de Petro provoca serios interrogantes sobre sus reales intenciones, o al menos, sobre su capacidad de retomar las riendas de un proceso en cuidados intensivos. Si bien proclamó que su política de seguridad “se basará cada vez más en la inteligencia”, resulta difícil de creer después del desmantelamiento de la misma. Las limitaciones del Ministro de Defensa y el desdén del presidente en emitir las ordenes requeridas, son factores que limitan la acción de la FFMM que, de resolverse, se hallarían en capacidad de alcanzar los objetivos estratégicos necesarios.

El país exige claridad sobre los medios y objetivos de la paz total, las estrategias del gobierno y su capacidad de llevarlas a cabo, en vez de los desatinados y confusos mensajes en su cuenta de X. Sin ellos resulta imposible ejecutar una política coherente con los intereses nacionales que sería recordada en los anales de nuestra historia.

El presidente y su gobierno pierden cada día capacidad de acción y confianza ciudadana. Al decrecimiento de la economía, al afán de estatización de la salud, a la descalificación del empresariado y a la obstaculización del emprendimiento productivo, se suman el incumplimiento del acuerdo de paz con las Farc-Ep y la condena a los colombianos a la violencia por una paz total que él hace imposible de lograr en tiempos de su mandato. Convertirá su legado en una constancia del descalabro de una ideología que no merecía revivirse. Triste balance de una ambición caduca, pero desenfrenada. Feliz Año para quienes hacen posible la edición del periódico y para sus lectores.

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