lunes, 28 de noviembre de 2016

Los mismos con las mismas

Carlos Ibáñez Muñoz
Ese es el panorama que se vislumbra para las elecciones próximas al Congreso de la República. Que "jartera" como dicen las señoras chismorreando en la peluquería, o los hombres en los cafetines o en los parques. No hay nada novedoso; son los mismos de siempre; algunos ya en edad de buen retiro y con la posibilidad de jugosas pensiones, se tornan inamovibles por usar un término en boga,  y se resisten a dejar el almíbar de la mermelada a pesar de que ya cumplieron su ciclo y  deberían dar el paso a un costado para que lleguen mentes jóvenes y frescas; otros, quienes transitaron por las curules y pasillos del Congreso, sin pena ni gloria, intrascendentes en los debates de control político y en la producción de leyes, donde su voz resonaba solo cuando contestaban a lista, o en los cocteles o ágapes; totalmente anónimos y desconocidos; otros, expertos en el cabildeo con ministros y altos cargos del Estado en procura de burocracia y contratación pública, así como de voceros de las multinacionales y de grandes grupos económicos que buscan protección a sus grandes capitales, introduciendo uno que otro mico a cambio de que les financien sus campañas; otros, hábiles en las componendas armando alianzas y coaliciones para constituirse en mayorías legislativas para sacar adelante leyes y los nombramientos de altos cargos, para luego pasar cuenta de cobro o facturar por utilizar un término contable; otros, como borregos aprobándole al gobierno cuanto proyecto de ley presente para hacerse merecedor de los cupos de asignaciones del presupuesto nacional para llevar a las regiones, pero eso si, condicionando su colocación en los entes territoriales a cambio de que la contratación la manejen sus amigos;  muy pocos son los estudiosos, los que investigan, los que brillan,los que ejercen un efectivo control político, los que denuncian las irregularidades, los que argumentan con altura intelectual y se preparan en el manejo del Estado. Lamentablemente   ese es el escenario que nos depara la democracia representativa, la antítesis de la representación del pueblo  y de los intereses colectivos, y por ello tanto Cámara como Senado son las entidades más desprestigiadas en la percepción de los colombianos. A pesar de todo volverán, y ya se preparan para que les renueven  el "mandato popular " y hacerse a la credencial de "padres de la patria"; ya están en el tinglado buscando posibles alianzas así sean con sanctas, abriendo sedes o pequeños directorios que funcionan solo por temporada electoral, conquistando líderes menesterosos, unos mañosos y curtidos y otros sanos e ingenuos; en fin, montando el parapeto electoral y buscando la financiación, herramienta imprescindible de mayor peso que la ideología, el programa, y las propuestas.  
Que podemos hacer?  Esta generación ya no pudo erradicar las costumbres malsanas de la política,  hay que dar un salto cultural y político para lograrlo, querer más a la patria, salir a votar por los mejores, poner en la picota pública a través de las tertulias, los rumores y las redes sociales a los indeseables, aislarlos así tengan mucho dinero para invertir en las campañas. Por todo estas malos comportamientos de los políticos y de los partidos alcahuetas, miles de jóvenes y profesionales observan desde lejos y con repudió el manejo de lo público. Nada les entusiasma, no ven espacios de participación y el Estado patrocina el statu quo, por lo que prefieren irse al sector privado a aportar sus conocimientos y no adentrarse en la selva espesa y llena de componendas que manejan los mercaderes de la Política.
CARLOS IBAÑEZ MUÑOZ
EXALCALDE DE BUCARAMANGA
NOVIEMBRE 2016

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