Por: Bernardo Socha Acosta
Por qué ese
afán del sector capitalista de gravar
siempre a los trabajadores con aumentos en los servicios por encima de lo que
se le ajusta el salario mínimo.
Ahí tenemos
como uno de los peores malos ejemplo, el reajuste del sistema de tarifas en el
transporte en Bucaramanga y su Área Metropolitana, donde alcaldes (encargados
algunos), un director del ente, y unos representantes de los empresarios del
transporte, sin ninguna consideración
con los trabajadores, aprueban un incremento
del 10%, frente al aumento salarial del 5.9 que hizo el gobierno
nacional.
Será que
contra esas determinaciones que toman algunos encopetados y cicateros integrantes de una JUNTA METROPOLITANA, no
hay ley que regule los abusos?; o es que son
unos omnipotentes déspotas que
asumen castigos contra el pueblo sin contemplación, solo mirando cómo enmendar
a costa del pueblo trabajador, las depredaciones que malas administradores de metrolínea
han cometido.
Pero cómo
entender que los trabajadores sean sometidos a otro castigo que les exprime el
bolsillo y que se suma al flagelo que el sistema Metrolínea somete a los usuarios,
ya no tanto con los buses alimentadores, sino con el sistema que cubre con los
buses articulados, donde los pasajeros
que viajan al centro de Bucaramanga deben soportar la dictadura impuesta, de
dejar solo uno de esos vehículos (el T3) y con frecuencias que lastiman al usuario que debe dejar pasar muchas
veces 2 y 3 recorridos porque es imposible abordarlos ya en las estaciones de
Lagos, Provenza y Diamante, porque absolutamente no llevan dónde poner ni una
aguja, de lo atiborrados que van. Pregúntense,
cómo son obligados a viajar dentro de esos vehículos los pasajeros. Hay más
campo en un tarro de salchichas.
La junta del Área que aprobó las tarifas |
Y a esa hazaña
que tienen que hacer los usuarios, los señores de la Junta Metropolitana no
encuentran otro suplicio, que reajustar desproporcionalmente las tarifas. Qué
indolencia de quienes tienen el poder y se sienten con el derecho de atropellar
los escasos ingresos de los usuarios de un transporte, que si bien está
diseñado para mejorar el servicio, y sería bueno, si sus administradores fueran idóneos y miraran el beneficio
colectivo.
Está bien que
haya un reajuste del valor del servicio, nadie se opone, porque es legal que se
deba atender a los requerimientos de una
empresa para su funcionamiento, pero que no se abuse esquilmando a los usuarios que pacientemente utilizan
un sistema de transporte que no está mejor por la incapacidad de sus
administradores.
Está en mora el Congreso de la república en legislar, para que en una junta como la del Área Metropolitano, también haya representantes de los usuarios a través de las juntas comunales y sindicatos de trabajadores; porque si bien hay representantes de los concejos municipales, parece que son un cero a la izquierda.
Por el pésimo
servicio de transporte y el alto valor de las tarifas, es que los ciudadanos se
ven obligados a comprar cada vez más motocicletas y hasta automóviles, para
escapar a un sistema de transporte menguado. Y por esas ironías, también es que aumenta lo que los empresarios
llaman piratería en el transporte, donde
muchas veces se viaja mejor.
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