Por Bernardo Socha Acosta

Es que las autoridades, hasta
cuándo se van a convencer, que los
mayores contaminantes son los vehículos de servicio público. Los automóviles
particulares son los que mayor cuidado reciben de sus dueños y no contaminan. Estamos
seguros que 50 automóviles particulares contaminan lo que hace un solo
destartalado bus de transporte de pasajeros.
Entonces, hasta cuándo las
autoridades van dejar la triste
TERQUEDAD de parar los vehículos
particulares con el falso argumento de que van a propender por un medio
ambiente sano y hacen todo lo contrario, al poner a la comunidad a aspirar el
peor de los tóxicos. A más de este aspecto negativo, el día sin carro se
paraliza el comercio con un incontable daño económico. El día sin carro ocasiona
hambre para muchas personas, comenzando con los limpian vidrios en los semáforos
y así sucesivamente.
El día sin carro parece que
trae más resultados nefastos que beneficios y sino miremos que las estaciones
de gasolina quedan parcialmente fuera de servicio. En los almacenes los vendedores no hacen
ventas y como resultado, no reciben sus comisiones pactadas. Los repartidores de alimentos que lo
hacen en carros particulares quedan cesantes, los mensajeros no tienen nada que
hacer, y así con otras actividades en
las que se mueve la economía de una ciudad, donde la subsistencia se logra del
rebusque.
Y no es que estemos en contra de ver una ciudad limpia y organizada.
Ojalá que pudiéramos lograr muchas cosas buenas, pero en las condiciones que
estamos, con un transporte público viejo,
no se pueden dar esos lujos.
Con estos detalles y
argumentos del día sin carro, las autoridades deben tener una mejor e
inteligente forma de buscarle progreso a la ciudad, no retroceso. Porque si incomodan a la ciudad y a sus
habitantes y a, parte le generan un ambiente peor contaminado, entonces qué
están haciendo. Cuál es la ganancia.
Desde que se ha venido
aplicando este embeleco del día sin carro, los expertos han asegurado que un
solo bus de servicio público contamina incalculables veces más que x
determinado número de autos particulares. Entonces, cuál es la ganancia que
estamos consiguiendo; y entonces porque ese capricho. Si tuviéramos en un país
desarrollado, pues se sabía que el transporte público gozaría de excelente
calidad de carburación y no habría exceso de contaminación, pero en nuestro
medio… donde los gobiernos de turno no han sido capaces de proyectar el futuro
buscando energías alternativas y limpias, sino que siguen empecinados en depender
de las energías fósiles.
Ojalá que el día sin carro que fue el día de la
mayor contaminación en Bucaramanga, sirva de escarmiento para buscar otras
alternativas para que tengamos un mejor aire para respirar.
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