Eduardo Muñoz Serpa emunoz@vanguardia.com
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Por el trascendental contenido de este Editorial del Diario Vanguardia Liberal de Bucaramanga, Colombia, respecto a la contratación de proyectos para el Area Metropolitana de Bucaramanga, nos permitimos transcribirlo textualmente
25/09/2007
Lo que ocurrió ayer en Bucaramanga deja amargo sabor en la boca. Por delicadeza, tacto y prudencia lo indicado, si todo era transparente, era que Metrolínea hubiera suspendido la audiencia de adjudicación del proceso licitatorio MLP-002-2007 para señalar quien hará el recaudo y control del Sistema Integrado de Transporte Masivo del Área Metropolitana.
¿Por qué? Por varias razones de gran peso. Este contrato es demasiado grande, como que va a manejar cerca de 20 millones de dólares. Además, porque es un contrato a 15 años, es decir, hasta el 2025 y conforme a la legislación actual, puede ampliarse en un 60% más del tiempo inicialmente estipulado, o sea, que puede prorrogarse por 9 años más, hasta el 2034.
Además, como ha ocurrido con los más cuantiosos contratos estatales adjudicados últimamente en Santander, solo había un proponente y varias oficinas de control hicieron reparos a la oferta, importándole eso un higo a los gobernantes.
El Contralor Municipal de Bucaramanga, en posición digna de resaltarse, oportunamente hizo control de advertencia al gerente de Metrolínea y a esos reparos se unieron las siguientes entidades del Estado: a) la Oficina del Programa Presidencial Anticorrupción (oficina del zar anticorrupción); b) Procuraduría General de la Nación. Y de contera, se levantaron las voces de los orientadores de la opinión.
Pero, como se ha vuelto una constante, precipitadamente nuestros gobernantes pasan por encima de todo y de todos y adjudican, así la licitación y el contrato desprendan un fétido olor.
¿Qué puntos oscuros tiene el proceso licitatorio y la adjudicación del contrato, según las entidades de control? Tiene falencias en la planeación, permisividad de los interventores, falta de articulación entre las empresas de servicios públicos, empresas de transporte, alumbrado público y dirección de Tránsito, entre otras. Eso, en el lenguaje cifrado de hoy, señala que hay presuntas irregularidades y el riesgo de que se haya favorecido a un proponente adjudicándole un contrato de cerca de 20 millones de dólares. Es decir, casi nada.
Y hay que agregar la gigantesca contradicción que vivimos a diario los bumangueses: la ejecución de las obras de infraestructura de Metrolínea tienen un vergonzoso atraso que todos los días padecemos. Y si es así, ¿por qué el afán de la gerencia de Metrolínea de adjudicar en el 2007 algo que solo va a empezar a operar en el 2010?
Félix Francisco Rueda Forero: a usted la vida le dio la posibilidad de liderar la transformación urbana de Bucaramanga y su actuación deja mucho que desear. Y faltan bastantes cosas por debatir.
Lo que ocurrió ayer en Bucaramanga deja amargo sabor en la boca. Por delicadeza, tacto y prudencia lo indicado, si todo era transparente, era que Metrolínea hubiera suspendido la audiencia de adjudicación del proceso licitatorio MLP-002-2007 para señalar quien hará el recaudo y control del Sistema Integrado de Transporte Masivo del Área Metropolitana.
¿Por qué? Por varias razones de gran peso. Este contrato es demasiado grande, como que va a manejar cerca de 20 millones de dólares. Además, porque es un contrato a 15 años, es decir, hasta el 2025 y conforme a la legislación actual, puede ampliarse en un 60% más del tiempo inicialmente estipulado, o sea, que puede prorrogarse por 9 años más, hasta el 2034.
Además, como ha ocurrido con los más cuantiosos contratos estatales adjudicados últimamente en Santander, solo había un proponente y varias oficinas de control hicieron reparos a la oferta, importándole eso un higo a los gobernantes.
El Contralor Municipal de Bucaramanga, en posición digna de resaltarse, oportunamente hizo control de advertencia al gerente de Metrolínea y a esos reparos se unieron las siguientes entidades del Estado: a) la Oficina del Programa Presidencial Anticorrupción (oficina del zar anticorrupción); b) Procuraduría General de la Nación. Y de contera, se levantaron las voces de los orientadores de la opinión.
Pero, como se ha vuelto una constante, precipitadamente nuestros gobernantes pasan por encima de todo y de todos y adjudican, así la licitación y el contrato desprendan un fétido olor.
¿Qué puntos oscuros tiene el proceso licitatorio y la adjudicación del contrato, según las entidades de control? Tiene falencias en la planeación, permisividad de los interventores, falta de articulación entre las empresas de servicios públicos, empresas de transporte, alumbrado público y dirección de Tránsito, entre otras. Eso, en el lenguaje cifrado de hoy, señala que hay presuntas irregularidades y el riesgo de que se haya favorecido a un proponente adjudicándole un contrato de cerca de 20 millones de dólares. Es decir, casi nada.
Y hay que agregar la gigantesca contradicción que vivimos a diario los bumangueses: la ejecución de las obras de infraestructura de Metrolínea tienen un vergonzoso atraso que todos los días padecemos. Y si es así, ¿por qué el afán de la gerencia de Metrolínea de adjudicar en el 2007 algo que solo va a empezar a operar en el 2010?
Félix Francisco Rueda Forero: a usted la vida le dio la posibilidad de liderar la transformación urbana de Bucaramanga y su actuación deja mucho que desear. Y faltan bastantes cosas por debatir.
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