29 Octubre 2007
Por Alirio Gómez Martínez
Los colombianos, como es tradición, escogieron libre y soberanamente sus autoridades regionales. A pesar de la violencia que tuvo ocurrencia semanas antes de abrirse las urnas en cuando cayeron más de una veintena de aspirantes a cargos públicos, los enemigos de la expresión popular no pudieron impedir el pacífico desarrollo electoral. El país va madurando en su democracia y ahora el elector es más cerebral que emotivo. Los medios de comunicación estuvieron a la altura de la comunidad nacional e internacional para la cual trabajaron en la información.
Las autoridades nacionales, electorales y de control cumplieron con sus funciones constitucionales. En el caso concreto del Departamento de Santander, los ciudadanos tomaron la determinación de escoger a Horacio Serpa Uribe como mandatario.
No valieron las arremetidas de odio, envida y otros comportamientos asociales de algunos sectores que se consideraron propietarios del poder.
La comunidad entendió que no era posible elegir a personas que se sentían bien haciendo ataques personales, escritos, verbales, publicitarios, en discursos públicos y privados contra la honra y dignidad de los contrincantes.
Las cargas violentísimas de veneno inyectado a la campaña para tratar de cerrarle el paso a Serpa Uribe no fueron escuchadas por los electores. El voto por el nuevo gobernador de Santander aglutinó a liberales, buena parte del conservatismo, Polo Democrático y caso la totalidad de partidos que hacen el soporte político en el congreso del presidente Álvaro Uribe. En otras palabras, quienes fueron los contrincantes de Serpa en una época pasada.
Los electores aceptaron la invitación del mandatario nacional en el sentido de abstenerse de votar por partidos donde sus jefes y aspirantes eran objeto de investigaciones criminales, estaban impedidos (más de 30) o vínculos con grupos violentos que han avergonzado al país y sus gentes.La presentación y sustentación de los programas tuvieron importancia capital.
La campaña de Serpa fue seria a pesar de las provocaciones y acusaciones malsanas no desvió su cometido. Los consejeros del contrincante guiaron mal la acción y despistaron el objetivo.
A partir del momento que se iniciaron las investigaciones sugeridas por la Corte Suprema de Justicia contra el gobernador, dos diputados y el alcalde de Barrancabermeja, amen de dos senadores y dos representantes de Convergencia Ciudadana, se olvidaron de las propuestas.
De ahí en adelante solo fueron insultos y agravios repugnantes contra Serpa. Esto les resto votación y simpatías populares.
La diferencia del resultado electoral era muy grande, ya no tenía como superarlas y a las seis de la tarde fue reconocido el triunfo de la seriedad, multipartidismo y la experiencia. Serpa era el gobernador escogido libre y soberanamente por los santandereanos. Los insultos, agresiones y afirmaciones irresponsables e indignantes en su contra no lo aplastaron, por el contrario, sirvieron para avivar su credibilidad en el elector.
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