Por Gerardo Delgado Silva
El viaje protervo, ominoso,
veloz, de los integrantes del denominado peyorativamente “Centro Democrático”,
proyectado a varios países tiene como objeto tratar de horadar y encontrar
apoyo contra el Proceso Bienaventurado de Paz, fomentando así el clima de
terror. Deben saber que por ese camino
no van a obtener sus propósitos ni a torcer el destino de Colombia.
La cúpula de ese movimiento,
con el Senador Uribe a la cabeza, sorprenderá al mundo, bajo el pánico del
rearme y por lo tanto bajo la inculcación de la estabilidad, la austeridad, la
conservación de lo malo en la duda de lo bueno.
Una política de dominación
(clase sobre clase, individuo sobre individuo), tiene que mistificarse así
misma y disimular la orden con el acento de la persuasión, la consigna con el
mensaje subliminal no captado por la conciencia a la defensiva.
De acuerdo con la Psiquiatría
Forense, la guerra revela a las personalidades psicopáticas un mundo a su
medida; de ahí que sea difícil que vuelvan con agrado al mundo de la paz.
La guerra regresa al hombre a
niveles primitivos superados a duras penas, que en el fondo siguen actuando en
la conducta del hombre civilizado.
La civilización ha privado al hombre de placeres atávicos como el
crimen, el incendio, el pillaje y la destrucción. La guerra le devuelve ese placer.
El peor daño que causan las
guerras es revelarle al hombre su naturaleza reprimida. La paz significa volver a estratificarse en
el orden social.
La guerra, como en España,
invirtió los valores de la Nación, llamando hidalgos a sus asociales, y
villanos a los hombres que amaban la paz.
En la Presidencia del Senador
Uribe, como lo sabe todo el mundo, se destruyó
la Democracia, se sofocó la libertad, y se pisotearon los Derechos Humanos,
como en esos abominables genocidios llamados también eufemísticamente “Falsos
Positivos”.
En efecto, el terrorismo busca
acabar con la democracia. La respuesta
del Estado en esa época, no podía conducir a una tal restricción de las libertades
que al final condujera paradójicamente, al triunfo de la tesis de quienes se
oponen a la democracia. “El que no está
conmigo, está contra mí”, rechazando toda oposición.
Y bien. Por
esa avilantez contra el proceso de paz, que cuenta afortunadamente con el apoyo
de la Comunidad Internacional, el
Señor Presidente Doctor Juan Manuel Santos, los tildó acertadamente de nazistas.
El rasgo más persistente de la
ideología nazi era su irracionalidad. La
democracia se ha basado en la razón y en el acuerdo pacífico entre una
pluralidad de pareceres. No obstante,
para Hittler estas ideas no tenían sentido, así lo expresó.
El nuevo orden nazi significó
un sometimiento absoluto a la Herrenvolk (Raza Superior) alemana. Las SS, dirigidas por Heinrich Himmler,
extendieron sobre Europa una ola de
tortura, ejecuciones, secuestros, deportaciones, trabajos forzados, y genocidios. Aquí, si bien es cierto que no existieron
hornos crematorios como allá, si se incurrió en los extremos de Hittler con
esos genocidios como ya dijimos eufemísticamente llamados “Falsos Positivos”, en el anterior gobierno.
Los que viajaron al exterior,
del llamado “Centro Democrático”, deliberadamente para execrar el proceso de
paz, ignoran la verdad establecida por Montaigne, cuando dijo: “No
hay victoria sino se pone fin a la guerra”. Y en igual sentido, Jhon Marshal, quien con
acento persuasivo envió el mensaje: “El
único modo de vencer en la guerra, es evitarla”. Qué paradoja.
No hay que olvidar que el
Tribunal Superior de Medellín, acaba de compulsar copias a la Corte Suprema de
Justicia, para que conozca y aplique la Ley al Senador Uribe comprometido -
siendo Gobernador de Antioquia – con el hecho punible cometido por
paramilitares en Ituango. Masacre que
constituye un delito de lesa humanidad, que causó honda conmoción en la Patria.
Estados Unidos ha enviado para
el proceso de paz a un delegado especial, se trata del connotado hombre público
Bernar Aronson, para que coopere con su ilustración a ese sublime
propósito. Así mismo, en el mismo
sentido, estará presente en los diálogos
de Cuba, el Ex Presidente de la ONU, y espléndido pensador, que ha puesto toda
su capacidad para solucionar otros conflictos Koffee Annan, una luz más para
ese proceso.
Es una crítica gigantesca, al llamado Centro
Democrático. Una convocatoria a la
solidaridad colectiva para defensa de los grandes principios que han
enriquecido la historia espiritual de Colombia.
(Para bersoahoy.co)