TRAFUGARIO
Por: JOSE OSCAR FAJARDO
Como yo intuí que los Mayas
eran una tracamada de mentirosos y además, como muy claramente me lo explico mi
amigo el parasicólogo Malezza, oriundo de Barbosa, eso del fin del mundo era chifladura
de ellos sólo para hacerle competencia desleal a los geniales metafísicos.
Basofia de esos carajos, hombre. Pura bazofia de los “canayas” mayas, me decía
Malezza. Bolsón el que se deje meter el cuento en vez de darnos la platica a
nosotros que sí les adivinamos la suerte con un grado de certeza casi que
científica. Como no se cayó la Luna ni se desocupó el Océano Pacífico, entonces
yo voy a aprovechar esta navidad para pedirle de rodillas al Niño Dios que me
cumpla con este pedido y de la manera más comedida. Niño Dios: usted que es tan
bacano, hágame los siguientes servicios.
Uno. Exíjale seriamente al doctor Richard Aguilar para que no le vaya a
jugar “machorrucio” a los periodistas con el concurso “Tuerto Figueroa” de
periodismo porque hay muchos que se preparan verracamente para este evento y es
un desplante enorme que no se realice.
Dos. Que le exija al doctor Juan Manuel
Santos para que no se haga el de la oreja gocha con el problema de la Salud que
es otro volcán de Krakatoa próximo a erupcionar y ese sí no va a dejar “Santos”
con cabeza.
Tres. Que les diga a los abogados que asistieron a Colombia ante la
Corte de La Haya, con toda sinceridad, que se vayan a repetir la carrera de
Derecho porque como se puede ver, sus tesis de grado indudablemente fueron
fusiladas. Para la muestra, semejante botón.
Cuatro. Que le diga al doctor
Uribe Vélez que ya deje de joder al doctor Santos con el asunto de la Paz con
los de las Farc porque así lo que está es demostrando que es adicto a la
guerra.
Cinco. Que les diga con cara de verraco a los del comité de elección
del guayo de oro mundial, que Falcaito sí debía estar en la triada para escoger
en vez de Iniesta, porque es que este se lesiona demasiado y deja mucho tiempo
de jugar, es muy irregular y no tiene ni la tercera parte de los goles que
tiene Falcaito.
Seis. Que les diga duro a los del Atlético Bucaramanga, sobre
todo a Oscar Córdoba, que cuándo es que van a coger vergüenza.
Siete. Que le
diga al oído al doctor Luchito, el señor alcalde, que coja al jefe de la
cartera de Movilidad y le meta un par de coscorrones pero con un tejo, porque
lo que es a la altura de hoy, ha perdido totalmente el año.
Ocho. Que llame a
Pekerman y le dé un tremendo abrazo a
nombre de todos los colombianos que amamos el fútbol, y que le explique bien
que son puras mentiras que nosotros no queremos a los argentinos.
Nueve. Quiero
pedirle al Niño Dios que llame al doctor Richar Aguilar y le pregunte, bien
serio, como si estuviera bravo, qué va a hacer, “de verdá pa´dios” el año entrante,
con el asesor ese que le recomendó proponer la sobretaza en la energía. Qué
tacada de burro, por Dios.
Diez. Voy a pedirle al Niño Dios que les diga a
todos mis aludidos en esta columna que no se arrechen dado que uno los critica
es porque lo hace de buena fe. Además que tengan siempre en cuenta que “amigo
meloso amigo peligroso”, y más tratándose de política.
Y finalmente le voy a pedir de
rodillas al Niño Dios, que el año entrante nos libre a muchos periodistas del abandono a que hemos sido sometidos
sistemáticamente por los poderes del Estado ya que, quieran o no, somos los
principales reproductores de la Cultura en todas sus manifestaciones. Pues todo
lo que hacen los gobernantes, los políticos, los deportistas, los artistas, los
intelectuales, y todo el resto de fauna de colombianos, se sabe en todas partes
porque los periodistas lo divulgamos. Y le voy a decir de frente como si fuera
un mandacallar antioqueño: Niño Dios, convertirte vos en un bacán con los periodistas y no nos dejés
pisotear mucho.