Por Horacio Serpa
Uribe
Gobernar a Santander durante los últimos cuatro años ha sido
una de las experiencias más importantes de mi vida pública. Ningún cargo me
había dado tantas satisfacciones personales y profesionales como estar al
frente de los destinos del departamento donde nací, estudié, me casé, nacieron
mis hijos y donde espero terminar mis últimos días siendo útil a la gente.
Acompañado por Rosita y el efecto de mis hijos y nietos, he
cruzado esta grata experiencia, llevándole bienestar, progreso y paz a todos
los rincones de nuestra geografía. Con coraje enfrentamos las adversidades,
como los desastres naturales que literalmente partieron el departamento en dos,
se llevaron nuestras carreteras y nos dejaron incomunicados y con miles de
familias a la intemperie. También enfrentamos la pobreza, la violencia
intrafamiliar, la exclusión social y la intolerancia.
Trabajamos con la ayuda de un excelente equipo de
profesionales para cumplir los objetivos del Milenio y avanzar en la reducción
de la pobreza, la desnutrición infantil, el analfabetismo; lograr la
universalización, gratuidad y calidad en la educación; defender los derechos de
las mujeres, las minorías, defender el medio ambiente y lograr seguridad
alimentaria.
Trabajamos para garantizar los derechos de los desplazados y
las víctimas de la violencia. Nos sentimos orgullosos de haber derrotado, con
la ayuda del Gobierno Nacional, la violencia en Santander. Hoy somos un
territorio en paz en donde los actores armados ilegales han sido neutralizados
por la fuerza pública. En nuestras tierras se respira tranquilidad y hoy es
campo fértil para la inversión extranjera, la generación de empleo, el turismo.
En nuestro departamento avanzan vertiginosas las locomotoras del desarrollo que
impulsa el Presidente Juan Manuel Santos.
Santander tiene un formidable presente y un maravilloso
futuro. Todo cuanto hoy existe es fruto del tesón de su gente, de su clase
dirigente que se renueva con ímpetu y deseos de servir y transformar las
condiciones de la gente; de su clase empresarial e industrial, que trabaja para
beneficiarse de la globalización; de sus agroindustriales, ganaderos y
labriegos que han hecho del campo una fuente de riqueza y seguridad alimentaria.
Es muy satisfactorio entregar un cargo con la conciencia
tranquila de que se gobernó con transparencia y la contratación estuvo abierta
a los ojos de todos. Esa razón nos permitió en 2010 recibir de la Fundación
Transparencia por Colombia, con el apoyo de la agencia de cooperación alemana
GTZ, la Embajada Británica y la agencia de cooperación estadounidense USAID, el
reconocimiento a la gestión más transparente.
Hicimos las cosas bien. Y así lo reconoció, además, la
revista Semana y la fundación Colombia Líder, que nos otorgó el Premio como
Mejor Gobernador del período 2008-2011. Otros reconocimientos fueron al Mejor
Plan de Desarrollo del País, entregado por Fonade, GTZ, Usaid y PNUD de
Naciones Unidas; Mejor Gobernador 2010 y 2011, según encuesta de Cifras y
Conceptos; y primero en calidad educativa y primero en lucha contra la
pobreza.
Gracias Santander por haberme permitido ser gobernador. Un
honor que llevaré con orgullo en el alma.