Esta semana, la Universidad
del Rosario y la UNAB reunieron a representantes del Sector Público,
Empresarial, ONG's y Académicos para
contestar la pregunta: ¿Qué alcalde necesita Bucaramanga?
Empezaría por decir qué clase
de alcalde no necesita nuestra ciudad: Bucaramanga no necesita un alcalde cuya
principal misión sea resolver su futuro económico y que, en consecuencia,
establezca acuerdos políticos por medio de los cuales comprometa la
contratación pública para que algunos concejales y contratistas, a su vez, se
enriquezcan a costa del fisco. Ese modelo tiene que terminar.
Bucaramanga no necesita un
alcalde despistado, que, por falta de conocimiento, improvise a la hora de
administrar, en vez de planificar el desarrollo y que, por desconocer las necesidades
reales de la ciudad, avance a vuelta de rueda, en vez de ejecutar acciones
ajustadas a una visión de ciudad enmarcada en las urgencias del mundo
contemporáneo.
Bucaramanga no necesita un
alcalde que, al tiempo que se llena los bolsillos con el dinero de la gente,
prepare el terreno para entregar el cargo a un sucesor dispuesto a cuidarle la
espalda y, naturalmente, a repetir el ciclo de la ineficiencia y los abusos de
poder que han hecho de la gestión pública una misión imposible.
Bucaramanga, definitivamente,
no necesita un alcalde que convierta la Administración Pública en un lastre
para la conquista del verdadero desarrollo y dejar todo el peso del mismo al
sector privado, que, al día de hoy, reclama—orgullosamente—los avances
obtenidos en el mejoramiento de la ciudad.
En consecuencia, Bucaramanga
necesita un alcalde líder, honesto, responsable, con independencia para
desempeñar su trabajo, con conocimiento de la gestión pública, con auténtica
voluntad de servicio, con capacidad para hacer del planeamiento el recurso
técnico que asegure la ejecución de acciones de desarrollo enmarcadas en una
visión de ciudad moderna (ajustada a la globalización) y que convoque a los
profesionales más capacitadas para realizar un trabajo a favor de soluciones efectivas
para los problemas de la ciudad.
Bucaramanga necesita un
alcalde dispuesto a poner orden, a construir y reconstruir lo que sea necesario
para avanzar en el proceso de transformación de la urbe, con la mira puesta en
un desarrollo económico cada vez más fuerte para asegurar los avances sociales
que la gente necesita y que invierta con sinceridad a favor de la ciudad en su
conjunto y despeje el horizonte de muchos que hoy caen en las trampas de
pobreza que generan desesperanza y agravan el problema de la inseguridad y la
violencia.
En suma: Bucaramanga necesita
un líder capaz de responder a las necesidades del momento y de mejorar
expectativas de vida para las generaciones del mañana, en una urbe moderna,
equitativa y educada. (Fuente: Oficina de prensa de la organización)