Por Gerardo Delgado Silva.
El Señor Uribe Vélez, fue
elegido y reelegido Presidente de Colombia, a sangre y fuego. Teniendo a su lado a los para políticos y
para militares que - como Jorge 40 - coautor terrorista de la infame masacre de
Mapiripan- conformó los “ distritos electorales”, en una macabra marcha hacia
el absolutismo fascista.
Por ende, la magnitud
dramática del control que adquirieron durante el gobierno de Uribe, esos grupos
terroristas para militares, sobre extensas regiones del país, los condujo a una
influencia no solo militar, sino política, social y económica, En otras palabras,
una paramilitarización de Colombia.
Son desalmados, y la muerte
horrenda que ha andado a tanta gente, produce escalofrío. Están en casi la mitad de los municipios, en
territorios, de donde desplazaron a las FARC y el ELN, con la siniestra política
de masacrar campesinos y sindicalistas, acusándolos de ser “auxiliadores” de la
guerrilla. Ni hablar del barrido que han
hecho de la intelectualidad independiente.
Cuentan con jefes conocidos y un discurso en el cual mezclan el
reconocimiento de crímenes de lesa humanidad con justificaciones de extrema
derecha. Como las FARC, se financian con
el narcotráfico.
Sin entrar en el debate de su
cuestionado origen, es un hecho que aparecieron y crecieron con las CONVIVIR
del entonces Gobernador de Antioquia, Señor Uribe Vélez.
Cuando fue Presidente, se
desbordó, sobre sí mismo, cerrando los ojos ante crímenes de lesa humanidad, y
se multiplicaron las evidencias que indicaban que el Paramilitarismo, amplió
notablemente su influencia política, económica y social. Sin embargo, ese gobierno tozudamente sostuvo
que los grupos para militares ya no existían, que eran cosa del pasado. Como enemigos de los Derechos Humanos, de las
prácticas democráticas y de la realización del Estado Social de derecho,
consagrado en la Constitución Política de 1991.
Mientras Uribe continuó
empeñado en negar la realidad , los paramilitares, sus incalificables
electores, no solo dejaron de cumplir sus compromisos para desmovilizarse, sino
que estaban mas fortalecidos que nunca con el vínculo narcoparamilitar.
Gracias al actual Gobierno de
Santos, se han generado y articulado políticas estatales que contribuyen al
mejoramiento de esa crítica situación humanitaria y de derechos humanos que
afecta a tantos miles de colombianos, por el sufrimiento que han padecido con
la violación de sus derechos en el gobierno anterior, permitiendo así, al
Estado Colombiano avanzar en la consolidación de la Democracia y de la Paz.
El mundo entero percibió que
el Gobierno anterior, hizo concesiones indebidas a los paramilitares,
calificados como terroristas, con sus jefes pedidos en extradición por
narcotráfico en Estados Unidos, y repetimos, con un negro pasado de atrocidades
, admitidas en ese tiempo pasado con infinita largueza.
Por algo la ONU, que aceptó
negociar con las FARC, fue renuente a hacerlo con los paramilitares.
Muy bien por el Presidente
Santos, que no ha reemplazado al Estado de Derecho por el Estado paralelo al
terror y violaciones a los Derechos Humanos yal Derecho humanitario, que
impusieron los paramilitares en tantos cascos urbanos.
Pero, como lo demanda el Señor
Presidente Satos, es indispensable, que el país contribuya al empeño del
Ejecutivo de procurar una autentica cruzada para rescatar y defender a
Colombia, no ya de las amenazas, sino de la insistente presencia del
crimen. Quizás la resolución con que el
gobierno está entregándose a esta labor de sanidad espiritual, alcance la
finalidad redentora de devolverles a los colombianos la seguridad de poder
vivir y avanzar, protegidos en sus fueros y dispuestos a librar valerosamente
la batalla contra toda clase de hampones altos y bajos . El mundo espera con ansiedad el acuerdo de
paz que se está gestando en Cuba.
En esa comedia de
equivocaciones morales, el ex – Presidente Uribe, quiso consagrar con las aguas
bautismales los actos proditorios de los paramilitares, con el esperpento de la
Ley de Justicia y Paz, impulsada contra
la sensatez, que exige el Estado de Derecho y la moral.
La Corte Constitucional le
cercenó buena parte de los irritantes beneficios concedidos a los
paramilitares, como amnistiarlos o indultarlos.
Fue un alivio para la Patria.
Es por eso, precisamente, por
lo que el actual gobierno no se cansa de clamar por un acto de entereza pública
que antes del post conflicto congregue a la Nación en defensa de sus valores
políticos y morales abolidos, por el prestigio de Colombia y la guarda de su
futuro.
No había habido en la historia
de Colombia fenómeno igual o siquiera parecido al que hemos presenciado.
En efecto, las palabras de la
Fiscal Delegada María Victoria Parra, a
la prensa mundial, y merecedoras de todo apoyo y respeto corresponden a la
expresión de una parte de la función jurisdiccional, que compete a la fiscalía
en tan alta y noble misión. En acto de
entereza pública, citada por la valerosa
también, Cecilia Orozco Tascón, la eminente Fiscal dijo sin lugar a duda, con
base en la certeza producida por el acerbo probatorio lo siguiente: “Moreno y
Hurtado… adhirieron a una Organización Criminal constituida desde la
Presidencia de la República, para cometer delitos contra los servidores
públicos y particulares…”( la negrilla es mía).La justicia se está abriendo
paso en su sagrada misión, por ello agrega Cecilia Orozco Tascón: “ No será lo
ideal , pero nos bastaría con que los capítulos malolientes de la Presidencia
2002-2010 quedaran grabados en la memoria histórica de Colombia, para que sea
más difícil sino imposible que un nuevo embaucador abuse tanto del poder que se
le delegó”.
En puridad de verdad, el
anterior gobierno es el más triste y degradante de los episodios de inmoralidad
y desprecio por el país en todos los aspectos de nuestra vida republicana.
Quiso comprometer el presente
y el futuro de Colombia, corromper la conciencia colectiva de la nación y
torcer el rumbo histórico de un pueblo que siempre ha dado ejemplos
enaltecedores de dignidad y grandeza.
Ahora bien. Las oscuras y vituperables pasiones que
observamos en la conducta del Señor Uribe, son piedra de escándalo en la
hermana República de Venezuela. “ Como
respuesta a su participación en actos violatorios de la Soberanía Nacional y de
la dignidad de todo el pueblo venezolano”, fue declarado por la Asamblea
Nacional , Persona “nongrata”. (Para bersoahoy.co)