Por Fabio López de la Roche*
Han causado molestia en sectores de la opinión afectos al uribismo, tres afirmaciones de Alan Jara realizadas en la rueda de prensa luego de su liberación.
La primera, refiriéndose a los secuestrados y al desdén del Presidente por la posibilidad de un intercambio humanitario, expresada con estas palabras: “siento que Uribe no hizo nada por la liberación de nosotros”.
La segunda, que desde su experiencia y su conocimiento del fenómeno sobre el terreno en su calidad de secuestrado, la guerrilla no está derrotada.
La tercera tesis es que Uribe necesita de las Farc como ellas necesitan de Uribe.
El presidente Uribe, -a quien le encantan los shows mediáticos, pero muy poco aquellos donde otras voces rompan o cuestionen su discurso monológico-, seguramente informado por sus asistentes del brillante despliegue narrativo hecho por el ex-gobernador del Meta en su rueda de prensa, no podía quedarse atrás, y decidió viajar hacia el final de la tarde a Villavicencio a saludar al recién liberado, para poder, al menos, ser co-protagonista del suceso del día.
Inmediatamente después de salir de casa del ex-gobernador, a las 11:00 de la noche de ese martes 3 de febrero, ante los micrófonos y cámaras de la prensa nacional e internacional, dio una rueda de prensa, en parte concebida para contrarrestar la influencia de la versátil y amena exposición de Jara, cargada además de un gran sentido del humor.
Sobre el intercambio humanitario, ante el cual la astucia retórica del gobierno propone, juntando lo que no es juntable, un “cerco humanitario”, hay que decir que Uribe le teme al intercambio humanitario porque su aceptación erosiona su tesis ideológica y construida contra la realidad de los hechos, de que en Colombia no hay un conflicto armado, sino una amenaza terrorista. LEER MAS >
La primera, refiriéndose a los secuestrados y al desdén del Presidente por la posibilidad de un intercambio humanitario, expresada con estas palabras: “siento que Uribe no hizo nada por la liberación de nosotros”.
La segunda, que desde su experiencia y su conocimiento del fenómeno sobre el terreno en su calidad de secuestrado, la guerrilla no está derrotada.
La tercera tesis es que Uribe necesita de las Farc como ellas necesitan de Uribe.
El presidente Uribe, -a quien le encantan los shows mediáticos, pero muy poco aquellos donde otras voces rompan o cuestionen su discurso monológico-, seguramente informado por sus asistentes del brillante despliegue narrativo hecho por el ex-gobernador del Meta en su rueda de prensa, no podía quedarse atrás, y decidió viajar hacia el final de la tarde a Villavicencio a saludar al recién liberado, para poder, al menos, ser co-protagonista del suceso del día.
Inmediatamente después de salir de casa del ex-gobernador, a las 11:00 de la noche de ese martes 3 de febrero, ante los micrófonos y cámaras de la prensa nacional e internacional, dio una rueda de prensa, en parte concebida para contrarrestar la influencia de la versátil y amena exposición de Jara, cargada además de un gran sentido del humor.
Sobre el intercambio humanitario, ante el cual la astucia retórica del gobierno propone, juntando lo que no es juntable, un “cerco humanitario”, hay que decir que Uribe le teme al intercambio humanitario porque su aceptación erosiona su tesis ideológica y construida contra la realidad de los hechos, de que en Colombia no hay un conflicto armado, sino una amenaza terrorista. LEER MAS >