La necesidad de renovar la Asamblea de Santander.
Son sobrados los argumentos que tienen los que aspiran como nuevas figuras a ingresar a la Asamblea de Diputados de Santander en las elecciones del próximo mes de octubre.
Nos hemos tomado el trabajo de hablar con los candidatos a la duma departamental entre ellos Yolanda Blanco Arango, Pedro Pablo Amaya Fajardo y Carlos Alberto Morales Delgado quienes con su experiencia y carrera que hicieron en el Concejo municipal de Bucaramanga, Colombia, conocen bastante sobre los procesos de desarrollo social y económico. Ellos son voces autorizadas para medir los niveles de atraso o desarrollo de los entes municipales.
Por esta razón hemos efectuado unos balances sobre lo que han encontrado en sus trabajos de campaña por distintos municipios y coinciden en presentar inventarios con las mismas necesidades.
Y hay razón en la inconformidad de los habitantes contra el Estado. El estado solo se ha convertido en un ente alcabalero, cuyos actores (el gobierno y el Congreso) no dejan pasar oportunidad para lastimar al pueblo con la permanente creación de impuestos, sobretasas y peajes que ya están llenando la medida de los ciudadanos.
De los señores congresistas nos ocuparemos más luego
Y sigamos hablando de nuestra patria chica. Un departamento con 150 años de vida, como es Santander, periodo en el que han pasado tantos diputados y tantos gobernadores, lleva a pensar, qué han hecho a través de la historia… Algunos responderán que mucho. Pero es que hay municipios de Santander que carecen de los más elementales servicios públicos, como es el agua potable. En la mayoría de municipios de Santander los habitantes no tienen agua y la poca que les llega, como en Los Santos, la consumen contaminada con alto grado de coliformes (materia fecal) sin que los administradores públicos se sientan comprometidos en la búsqueda de una solución.
Eso demuestra la falta de gestión ante el mismo gobierno departamental y nacional, por parte de los diputados.
Por eso es oportuna la propuesta que tiene la candidata Yolanda Blanco Arango de crear unas comisiones en la Asamblea de diputados, para que se responsabilicen de las provincias y no sigamos en ese atraso en pleno siglo XXI
señores lectores:Las Asambleas departamentales, como han venido operando hasta ahora, son unos entes inoficiosos, que le quitan al departamento los poquitos recursos que podrian invertirse en programas sociales. Solo si se reorganizan para que los diputados hagan gestión, podrian ser útiles a la sociedad. Hasta ahora han sido entes mediocres y quienes han llegado a los mismos solo llegan a vegetar con excepción de unos muy pocos. Los demás son inútiles para los electores. O si hacen algo en aprobación de Ordenanza, éstas solo van en perjuicio de los habitantes.Gracias por darme la oportunidad. Escribió Ambrosio Leal desde la provincia de Guanentá.
12 de agosto de 2007 06:05 PM
sábado, 11 de agosto de 2007
COLUMNA DEL EDITOR
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 7:09 p.m. 1 comentarios
Etiquetas: Renovar Asamblea de diputados
viernes, 10 de agosto de 2007
LA MURALLA CHINA
La Muralla China, esta majestuosa obra con una extensión de seis mil kilómetros que atraviesa desiertos, montañas y llanuras a través de ese inmenso país, fue construida como una obra de defensa colectiva para proteger a toda la población del embate bélico de los pueblos invasores. La defensa de la población como un todo fue la prioridad de los gobernantes.
Las pirámides de Egipto y de otros lugares de la tierra también son obras majestuosas de la invención y el trabajo humano; su construcción estaba dirigida a glorificar al gobernante, a perpetuar su memoria hacia la eternidad sin otro aparente objetivo práctico; mientras en la China el gobernante justificaba su existencia como guía y motor de una empresa colectiva para defender y perpetuar a su pueblo, en el Egipto antiguo, el Faraón se justificaba a sí mismo y se semejaba a un dios y, desde esta perspectiva, todas las fuerzas productivas de la sociedad eran dirigidas prioritariamente a fortalecer su ego y su individualismo.
Mientras China construía la Gran Muralla y Egipto elevaba sus pirámides, Europa construía castillos y fortificaciones para proteger al monarca, su familia y sus validos y, para rendir tributo de reconocimiento a la clase sacerdotal, construía los templos que hoy se erigen imponentes en el paisaje del llamado viejo mundo.
Estos monumentos antiguos reflejan, sin duda, dos modelos de gobierno y sociedad: en Europa y el norte de Africa, unas sociedades basadas en el individualismo, la dominación y la exclusión que aún sobreviven en el tiempo y que extendieron mediante la conquista y el sometimiento a sangre y fuego de los pueblos originarios, su modelo excluyente y de dominación al continente americano. Por su parte, China con sus admirables murallas nos muestra, aún hoy, una sociedad diferente, capaz de pensar y actuar en lo colectivo, una sociedad en que el individuo adquiere su verdadera dimensión cuando su pensamiento y sus actuaciones están dirigidos a satisfacer las necesidades y los intereses colectivos.
REINALDO RAMIREZ
Bucaramanga, agosto 08 de 2007
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Etiquetas: La Muralla China
jueves, 9 de agosto de 2007
¿Que es el periodismo progresista?
Como no podía ser de otra manera, cierto sector del periodismo se hizo eco de esta corriente y comenzó a reflejar, a modo de investigación u opinión, y muchísimas más veces con denuncias, esta especie de males que aquejan a nuestro mundo.
Este nuevo género comenzó a nutrirse de personas que se encuadran dentro de una especie de “periodismo progresista”, una mezcla rara de pseudos ecologistas, socialistas y humanistas que pregonan en pos del bien mundial.
Los temas preferidos de este “periodismo progresista” son, entre otros, defender los derechos humanos, la ecología, mejorar el nivel de vida de los más necesitados, la distribución equitativa de la riqueza o la re-distribución de las riquezas, por un lado, y oponerse enérgicamente a todo tipo de represión, la pena de muerte, la discriminación, el capitalismo, el neoliberalismo, la acumulación y/o concentración de las riquezas, el consumismo, y, por sobre todas las cosas, enfrentarse al peor de todos los males, la tan temida globalización.
Por supuesto que ninguna persona medianamente coherente puede defender la contaminación o la destrucción del medio ambiente, o que existan pobres e indigentes en ninguna parte del mundo, o de la discriminación o represión, pero, siempre hay un pero, lo interesante sería, en primer lugar, develar quienes son los verdaderos responsables de estos flagelos, luego, como se hace para revertir o prescindir de ellos, y por último, no caer en la contradicción.
Los países que en mayor medida sufren estos males son, en mayor medida, los países sub-desarrollados, especialmente en África, Latinoamérica, y Asia, pero aquí nos tendríamos que preguntar que hacen éstos países para desarrollarse.
Seguramente, un periodista progresista diría que es por culpa de los grandes capitales, las empresas multinacionales, de las políticas neoliberales, de la concentración de las riquezas, etc., pero jamás aceptarán que son sub-desarrollados por su propia inoperancia, cultura e idiosincrasia, y como ejemplo podemos citar a Venezuela, que es una nación extremadamente rica donde la mayoría de sus habitantes están por debajo del límite de la pobreza; la contracara sería Japón, un país extremadamente pobre en cuanto a riquezas territoriales e inmensamente rico en tecnología, ciencia, desarrollo industrial y, lógicamente económico.
Tampoco se escucha decir, por parte de este periodismo progresista, como se hace para prescindir o revertir estas situaciones. De ser así, tendríamos que transitar todo un proceso de involución y volver a vivir como en la Edad Media, dejando de lado la ciencia, la tecnología, cerrar los laboratorios medicinales o las fábricas para evitar las contaminaciones, por ejemplo.
Por último, y éste es el punto más interesante, es la contradicción que despliegan estos periodistas; citemos algunos ejemplos: Reniegan de la globalización, pero se nutren de Internet y todos, absolutamente todos, poseen e-mail o web site, difunden sus ideas a través de diarios, revistas, radio o TV, ¿Y cómo se hace para crear un medio de difución masiva sin recurrir a la tecnología, la industria, las fábricas o el capitalismo?
Otro ejemplo clarísimo de contradicción es que se reclama por hospitales bien equipados para que toda la población pueda tener acceso a la medicina, cosa que es totalmente lógica y comprensible, pero ¿cómo se hace para fabricar un tomógrafo, un quirófano o sencillamente un bisturí o una jeringa descartable sin instalar una fábrica?
Y por supuesto que nadie puede estar en contra de la educación ¿y como fabricamos libros o pupitres sin talar árboles, o pintar escuelas sin una fábrica que haga la pintura? estos ejemplos son tan básicos como reales, y tan contradictorios como interminables.
Es muy fácil escribir o manifestarse en contra de la contaminación ambiental, de la globalización, de la pobreza y de muchos otros males que aquejan a la humanidad, lo que no es fácil es proponer un camino diferente, como revertir estas situaciones y como no caer en la contradicción sin hacer uso de la demagogia y el populismo.
Ud. puede comentar este artículo en el Foro Atlas 1853, haciendo click aquí
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Etiquetas: El periodismo
EL SIGNIFICADO DEL AMOR
Por: Gerardo Delgado Silva
“Hay un instante en el crepúsculo en que las cosas brillan más”, nos dice Guillermo Valencia, en uno de sus más intensos versos.
Indudablemente, en medio del crepúsculo de la Patria, se destaca con claridad vivificadora y sorprendente, el dramático peregrinaje del maestro Gustavo Moncayo, como una proyección en el espacio de su arraigada esperanza: la liberación de su hijo Pablo Emilio, mediante un acuerdo humanitario con los subversivos de las FARC, que lo mantienen secuestrado desde 1997.
La marcha como faro generoso de solidaridad y convivencia, trasciende el amor a su hijo, es un testimonio que revela su respeto y apreciación de la dignidad humana. Ese valor supremo que la Constitución le otorga, justificando la máxima protección que al Estado le exige, cuando se trata de la vida y de la integridad física y moral de los individuos.
Se situó con su humildad, más allá del murmullo de aplausos de Colombia, en las regiones en donde Homero convivió con los héroes. Y encarna, un mundo de valores, símbolos poderosos que hacen honor a la especie humana.
Su formidable empresa, está ligada a principios fundamentales y eternos. A Dios, a la patria de los mayores y los hijos, al amor que es ley del universo.
En efecto, ha hecho profesión de fe inconmovible a las asechanzas del dolor, fe gigantesca, como las montañas que a pie tuvo que bordear. Y ha vuelto por el fuero de los ideales en este espacio inalienable de los hondos y venerados recuerdos, que es la Patria.
Y el amor le inspiró los pasos para la liberación de su hijo, dándole un sentido a la vida, irradiando cálidamente su temperamento heroico, cobrando el valor de las vidas ejemplares.
Esta tragedia estremecedora y la de tantos miles de colombianos, a nadie puede serle extraña, ni al ambivalente Comisionado de Paz, que con su lógica burguesa de marginación, calificó al maestro Moncayo, como “un hombre de pensamiento simple”.
El acuerdo humanitario, sería un acto de solidaridad y fortaleza moral con las víctimas, una verdadera exaltación de la dignidad del ser humano.
La protección de civiles en conflictos internos, es obligatoria para Colombia, según la Convención de Ginebra y los protocolos anexos. Allí están contemplados los acuerdos para el intercambio y la obligación perentoria, en este caso para las FARC, de devolver a los “rehenes”, civiles o militares, incondicionalmente.
El príncipe Pedro Kropotkin, criticando al dictador comunista Lenin, en 1920, le escribió: “…No ha habido nadie para que os explique qué es un rehén?”. Y el mismo contestó: “…es conducir a una persona al lugar del patíbulo y decirle siempre que debe esperar, que quizás morirá más tarde, más tarde siempre…”.
Empero, el Presidente Uribe no desactiva el dolor, la indeleble tristeza de los secuestrados, sus familiares y quienes no somos insensibles en la sociedad, formalizando el acuerdo humanitario. Se presume que opta, por lo que le sobra a Colombia, guerra, fuego y pérdida de vidas humanas.
Entretanto, lanza denuestos contra la Corte Suprema de Justicia, porque legítimamente no subsumió la conducta genocida de los paramilitares en el delito de sedición.
Dolorosas ironías del destino que establecen un punzante contraste entre la cuota de dicha que a muchos padres e hijos les es dada, y la que a otros, con sevicia, se les niega.
Muy buen tema e interesante el blog. Tal vez le interese el libro virtual para descargar EL ARTE DE LA VENTAJA. Es un manual práctico para sobrevivir con astucia en el mundo. Lo que te han contado no es suficiente para triunfar: los conocimientos de este libro se aplican de forma inmediata con resultados excelentes.Puede descargarlo en:http://www.personal.able.es/cm.perez/Extracto_de_EL_ARTE_DE_LA_VENTAJA.pdf Mas libros parecidos enhttp://www.personal.able.es/cm.perez/ Saludos
12 de agosto de 2007 12:58 PM
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viernes, 3 de agosto de 2007
LA SEMANA QUE PASO
Por: Pedro Gerardo Tabares =asesor juridico de la Web=
De una parte, la situación que se presentó entre las interpretaciones que da el poder ejecutivo, para tener injerencia en el judicial, sin acudir al legislativo, para crear normas que el judicial deba cumplir, lo cual en el tiempo no había sido común dentro de la independencia de los poderes con su armónica correspondencia como lo determina la Constitución Política, ha marcado especial expectativa.
De otra parte, la dificultad que se encuentra en la solución de las implicaciones de los secuestrados que desde cualquier ángulo que se le mire, están sometidas a los criterios del Ejecutivo, pero es comprensible que quien tiene la desgracia de tener entre los suyos personas sometidas a tan irreparable mal no les sea fácil comprender la noción de Estado frente a los intereses personales, todo lo cual lleva a situaciones que en vez de tener la serenidad para resolver las situaciones, se distraen los fines perseguidos para tornarlos en campos diferentes.
Las soluciones no se dan sino entre interlocutores que conozcan las respectivas posiciones y las vayan adecuando a sus intereses para darles solución.
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miércoles, 1 de agosto de 2007
AGAZAPADO AUTORITARISMO
En las repúblicas democráticas, que como la nuestra, son Estados sociales de derecho, el principio de autoridad reside en la Ley de leyes que es la Constitución y no en los individuos encargados de cumplirla y de hacerla cumplir. Eso excluye la “razón de Estado”, expresión empleada por Maquiavelo para justificar la voluntad arbitraria de los monarcas.
Los principios constitucionales, son, ante todo, controles éticos dentro de los cuales debe encausarse la vida del derecho, prácticamente deferida a las ramas del poder público, separadas tanto en la antigüedad, como en el siglo XVIII, por el mismo motivo político: establecer un gobierno moderado, y evitar regímenes autoritarios. “El poder detiene al poder”, decía Montesquieu.
El ámbito institucional, dentro del cual se ejerce válidamente el poder público sobre las personas y las cosas, se llama jurisdicción. Por ello, los actos de los jueces tienen toda la fuerza de la ley que aplican, poseen “imperium”, y no están sometidos o subordinados a las otras ramas del poder. Y es que la justicia es un valor superior, de ahí que San Ambrosio la considerara como “fecunda generadora de las otras virtudes” y John Rawls, expresara que “la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales como la verdad lo es de los sistemas del pensamiento”.
Por lo tanto, es indispensable la independencia de los jueces, para que “estén al abrigo de presiones indebidas…”, como dice Vladimiro Naranjo Mesa. En puridad de verdad, esa independencia propende por una impecable administración de justicia, que garantiza la permanencia del Estado de derecho, con el imperativo de amparar los derechos fundamentales.
El día en que los poderes no estén separados, no tendremos un Estado social y democrático de derecho, sino una estructura autoritaria, sin romper las apariencias constitucionales. En tal sentido la Declaración de los Derechos del hombre afirma: “Toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no esté asegurada ni la separación de los poderes determinada, no tiene Constitución”.
Hemos asistido estupefactos a la actuación inadmisible del Presidente Uribe, que trata de distorsionar la tipificación del delito de sedición, afrentando a la Corte Suprema de Justicia, que en el curso tortuoso de los acontecimientos aberrantes del país, ha erguido valerosamente la majestad que le corresponde, el camino hacia la luz de la verdad, “una pedagogía de la esperanza”, como dice Freire.
Lo que hizo el Presidente ¡es la atroz secuela de querer tener justicia y de no honrarla!.
No hay una letra en la Carta Fundamental que autorice al Presidente de la República para descalificar las decisiones de los jueces y menos el inaudito vejamen contra la Corte Suprema de Justicia, refiriéndose al fallo que no concedió la tipificación de sediciosos a los paramilitares, como un “sesgo ideológico”. Fallo en el cual la Corte, no eludió los principios de legalidad, nacionales e internacionales.
Y bien. Para configurar los delitos políticos, se requieren dos requisitos esenciales: primero, que el bien atacado sea el Régimen Constitucional y Legal, y segundo, que el móvil de los delincuentes, sea el de buscar el mejoramiento en la dirección de los intereses públicos. Aquí, reside su dolo específico. La ausencia de uno de esos dos requisitos indispensables, hace que el delito no exista o degenere en otro.
Entonces, asimilar a delito político, el concierto para delinquir, es una posición indoctrinaria, un absurdo, y es regla hermenéutica que la interpretación de la ley jamás debe conducir al absurdo.
Sería tanto, como el acomodamiento torticero de la ley penal, a los intereses de los paramilitares, constituyendo el último eslabón en la ya larga cadena de depredaciones que identifican su estilo y modo de vida.
Se infiere el empeño de abolir la extradición, por medio de un acto del Congreso. Pero los principios que regulan las relaciones internacionales no se pueden reformar, sino por convenio de las partes o por denuncia, de acuerdo con el Derecho Internacional Público.
La Corte Suprema de Justicia, merece todo el respeto y apoyo de la nación. La historia ha demostrado que la peor desgracia que se puede cernir sobre un pueblo, es vejar a su justicia, interferirla; esta justicia confiada por la Constitución a los más ilustres ciudadanos de la patria, por ser la más altísima y noble misión.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 9:20 p.m. 0 comentarios
Etiquetas: Gerardo Delgado. Columnista
miércoles, 25 de julio de 2007
EL ROPAJE QUE FALTABA
Por: Gerardo Delgado Silva
Esta es una hora de tinieblas para el país. La actitud permisiva del liviano ministro del Interior y de Justicia, al prohijar la aspiración de unos desmovilizados paramilitares de hacer campañas políticas con el fin de acceder a cargos de elección popular, no es un gesto que contribuya a la democracia, a la justicia y a la paz; antes por el contrario es un despropósito en detrimento de nuestras instituciones jurídicas, que desarticula los principios morales y revela una rendición del Estado a los bastardos intereses de los depredadores, elevando oficialmente el delito como fuente del derecho.
Aristóteles el más grande sabio de la antigüedad, en su “Ética a Nicómaco”, considera que la política es la continuación de ésta.
Y bien. Los empleados públicos tienen que ceñirse a las funciones que les señalan la Constitución y las leyes de la República, y además, aquellas que se desprenden del orden moral de sus conciencias.
El actual ministro, incurre a menudo en pronunciamientos de carácter político, que son simples descarrilamientos constitucionales.
De ahí, que debería estar más preocupado de adelantar una verdadera cruzada a favor del prestigio de la justicia y de su eficacia, en el esclarecimiento de los delitos de lesa humanidad, en esa llamada “Ley de Justicia y Paz”, y en el necesario combate contra el desorbitado progreso de la criminalidad, en todo el espacio de nuestra patria.
¿Por qué el gobierno, con las afirmaciones del ministro, niega tácitamente la honda dislocación que ha sufrido la sociedad por la conducta de los desmovilizados, que no han abandonado el crimen pues mantienen los lazos que los atan a los nuevos integrantes, como se advierte en el informe de la OEA?
¿Estos son los horizontes ejemplares que se le abren a la juventud?
Entonarles un cántico a las aspiraciones políticas de los paramilitares, es agregar sin medida, una amargura amarguísima, a la absurda tragedia de las víctimas, es vejarlas como lo hizo personalmente el ministro, con la niña huérfana de uno de los diputados de Cali, comportamiento repugnante y cobarde, que equivale a colaborar con los verdugos, en una injusticia suprema.
Y sin más ideales que su posición clientelista en el poder, banaliza el concepto de justicia, de los derechos humanos que afirman el valor supremo del hombre, del derecho natural, es decir la moral social imprescriptible, y desconoce irrespetuosamente, el “Manifiesto Ideológico”, de su partido conservador, cuando no era mendicante, que decía: “El partido conservador, ante la crisis moral, (sin vislumbrar lo de ahora) quiere dar un grito de rebeldía y de liberación… La crítica depuradora ha sido siempre parte integrante del patrimonio histórico del conservatismo…”.
Lo que está oculto, y no ha tenido hasta el momento explicación, es que el gobierno al parecer considera correcta la recomendación de Tariq Alí: “Vamos a castigar los crímenes de nuestros enemigos y recompensar los crímenes de nuestros amigos”. (El País, 20–9–01).
Al respecto de esa aspiración política de los 30.000 desmovilizados, que no han recibido beneficios de indultos o de otra naturaleza, al tenor de la Ley de Justicia y Paz, que contempla también, la pena alternativa para los delitos de lesa humanidad, que no han cumplido con el derecho de las víctimas a la “verdad, justicia y reparación”, ¿se les deben allanar los caminos para sacralizar con la impunidad sus prácticas execrables y degradantes?
Ahora bien. Previendo simulaciones, en el año 2005, un grupo de Demócratas y Republicanos, en carta enviada al Presidente Uribe, según The New York Times y Chicago Tribune, solicitan en singular tarea, el “desmantelamiento efectivo de las estructuras de las organizaciones terroristas extranjeras, en este caso las AUC”.
¿El gobierno les cumplió a los congresistas, desmontando la estructura subterránea de narcos y paramilitares?
¿Entonces, porqué se extiende implacablemente un control en muchas de las instituciones de elección popular, encabezado por los parapolíticos? ¿Lo que buscan los desmovilizados, es el control absoluto de toda la sociedad?
¿No estarían en ventaja los desmovilizados prepotentes, para hacer política con sumas multimillonarias y las manos de hierro de las nuevas estructuras paramilitares que llegan a 84, según Indepaz, frente a ciudadanos decorosos, que nunca han incurrido en conductas desafiantes de las normas penales?
Es una indiscutible verdad. Cuando se llega a la cúpula de las altas posiciones del Estado, nadie puede ser ligero, ni ingrávido, con pronunciamientos que induzcan a pensar en un ropaje de bendiciones, al pasado atroz de muchos facinerosos altos y bajos.
Pero el Estado, cierra los ojos ante el siniestro retoño de nuevos grupos, con un total de 9.078 integrantes, según Indepaz. Cualquier día puede sacárselos, como lo hacen los cuervos.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 7:42 a.m. 0 comentarios
martes, 17 de julio de 2007
Gracias a la seguridad democratica
Media Colombia está copada de nuevo por grupos criminales ligados a narcotráfico y paramilitarismo En dieciséis departamentos se han identificado las denominadas estructuras emergentes, cuatro años después de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las autodefensas.
Fuente: El Tiempo.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 5:55 a.m. 0 comentarios
viernes, 13 de julio de 2007
ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN
casino online Por: Gerardo Delgado Silva
Referirnos a este patriota consubstancial, de prodigiosa inteligencia critica, es evocar de un golpe toda una serie de nociones universales jurídicas, filosóficas y económicas que se fundieron en la vida de López Michelsen y que les dio cauce perfecto como una contribución permanente para enaltecer e iluminar esta patria que amamos. Debido quizá a su formación europea, en todos sus estudios procedió con una lógica rigurosa, que lo llevaron a deducciones racionales y exactas, sin incurrir en el fenómeno tan común en nuestro medio, de llenar páginas con vanas palabras.
El liberalismo estaba personificado en él, y así lo expandió en la conciencia colectiva por los cauces abiertos de la democracia escogiendo lo mejor para la patria, sin ataduras a odios, venganzas, sectarismos, sin “razones de Estado”, sin estar rodeado jamás de circunstancias insalvables, como el hecho tenebroso y degradante de la parapolítica que afrenta la tradición otrora respetable de nuestra nacionalidad.
Se educó en la admiración de las mejores cualidades de los hombres y entró en la vida pública como un jurista que le permitió imprimir a todas sus actuaciones políticas, el sello severo de la justicia permanente. Fue un faro de dignidad, de entereza y obstáculo infranqueable para las fuerzas que pretenden arrollar el Estado de Derecho.
Desde la presidencia, abrió a todos los colombianos sus brazos, su corazón y su inteligencia, entregándose a una labor de sanidad espiritual y cumpliendo una finalidad redentora con reformas y cambios a favor de los más desprotegidos y humillados, habida cuenta de la inmensa y aplastante deuda social del Estado.
Su política no fue de clase ni a favor de un grupo – no obstante que formó el MRL – ni de un partido. Fue una política nacional, una formidable misión de quien tuvo las virtudes propias del más grande estadista del siglo XX y de lo que va corrido de este siglo XXI.
En su “Mandato claro”, como desde 1938 cuando fue insigne profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional, a la cual le dedicó su obra “El Estado Fuerte”, demostró que el imperio del Derecho es, ante todo: La sustitución de la voluntad arbitraria y personal, caprichosa e inestable de hombres que gobiernan a su antojo, por la autoridad de la ley, cuyas normas abstractas generales y permanentes, excluyen toda arbitrariedad directamente intencionada.
Sabía que el hecho fundamental es el constitucionalismo, pues sin su garantía, jamás podrá asegurarse la existencia de la dignidad y de la libertad humanas, como así mismo las posibilidades de una justicia progresiva y la aspiración de una paz estable.
Y aunque surgió en medio de la tempestad, nutrió con la savia ideológica de su pensamiento el discurrir histórico de la nación.
Su paso por todas las más altas posiciones públicas queda marcado por su calidad de símbolo, que siempre necesitan los pueblos para perpetuarse en ideales o en reivindicaciones. Y como intrépido defensor de los derechos humanos y de los instrumentos públicos internacionales ratificados por Colombia, no se cansó de clamar por el intercambio humanitario con las FARC, porque el mejor fruto de la política es el entendimiento, que proviene de la formación filosófica. La paz la llevamos todos dentro, muy adentro, como una razón vital.
Y desde la dorada cima de su madurez, no miró nada distinto que el destino de Colombia y la integridad de sus instituciones. Su muerte es un vacío que estremece a todo el continente.
Publicado por Bernardo Socha Acosta en 2:01 p.m. 0 comentarios