El 9 de Abril de 1948
asesinaron a Gaitán
(elnuevosiglo) Horacio Serpa
Ese
día se marchará por la paz, los derechos
humanos y la equidad.
La
fecha señalada para la marcha por la paz, no es fortuita. El 9 de Abril
significa mucho para los colombianos. Fue uno de los días más tristes y violentos
que recuerde la historia nacional.
A
la una de la tarde del 9 de Abril de
l.948, en la carrera 7 de Bogotá, a escasas dos cuadras de la Plaza de Bolívar,
donde sigue sesionando el Congreso Nacional, a corta distancia del Palacio en
el que funcionaba la Presidencia de la República, fue asesinado el dirigente
liberal Jorge Eliecer Gaitán.
El Bogotazo.
Una
hora más tarde, el centro de la ciudad estaba abrasado en llamas. El pueblo se
expresaba indignado, furioso, contra los victimarios de su líder. Había caído
para siempre su esperanza. Colombia no volvería a ser la misma sin la presencia
del hombre que enfrentaba al gobierno de
Mariano Ospina Pérez, denunciaba la violencia que cundía por los campos
colombianos, enarbolaba las tesis de una revolución pacífica con el cometido de
restablecer la paz e imponer la justicia social y se vislumbraba como el seguro
triunfador en las elecciones presidenciales que se aproximaban.
El
asesino material de Gaitán, Juan Roa Sierra, fue linchado y sus despojos
arrastrados hasta la entrada del palacio presidencial. Los cuarteles policiales
fueron asaltados y las armas allí
encontradas se repartieron a los amotinados. Muchos policías se sumaron a la
protesta y se enfrentaron a balazos con
los piquetes de Ejército que fueron llegando a los distintos lugares donde se
desarrollaban las numerosas manifestaciones públicas de descontento. Los
tanques de la artillería llegaron a la Plaza de Bolívar y su comandante,
Capitán Mario Serpa Cuesto, fue asesinado en circunstancias que nunca fueron
establecidas. La anarquía se apoderó de la ciudad mientras en la sede del
gobierno se asumían extremas medidas de seguridad para evitar ser asaltado por
la multitud enceguecida de dolor y de deseos de venganza. De lo acontecido se
acusaba al gobierno conservador.
En
muchas partes del País se organizaron manifestaciones de protesta. En la medida
en que corría la voz de “mataron a Gaitán”, la gente llorando, enloquecida
casi, se sumaba espontánea y apasionada a las marchas con las que se
significaba el rechazo al crimen y el gran cariño que se profesaba a Gaitán. En
Barrancabermeja el pueblo obrero se
levantó contra las autoridades, se destituyó al Alcalde y en su reemplazo se
nombró una Junta Revolucionaria al frente de la cual se designó a Rafael Rangel
Gómez, quien después fue guerrillero y luego, amnistiado, se le eligió
Representante a la Cámara en nombre del Movimiento Revolucionario Liberal. En
Génova, Quindío, los liberales, entre los que se encontraba quien luego en la
guerrilla se llamó Pedro Antonio Marín, alias “tirofijo”, apresaron al alcalde
y a la policía. Lo mismo ocurrió en El Libano, Tolima, y en otros municipios. En
el Puerto Petrolero y en muchas partes se fabricaron armas y se invitó a
derrocar al gobierno nacional. En
distintos lugares de Colombia se produjeron acontecimientos parecidos. Murieron
liberales, conservadores, militares, inocentes.
Fueron
días de caos y violencia. Nadie supo nunca cuántas personas cayeron víctimas de
la furia de los exaltados, ni cuantos fueron los muertos que ocasionó la fuerte
repulsa que asumieron las autoridades para proteger al gobierno, reducir a
cualquier precio la revuelta y someter a los responsables.
La época de la
violencia.
Lo
único cierto fue que Colombia cambió. La violencia cundió por doquier. El liberalismo
fue perseguido, acorralado, por unas Fuerzas Armadas que se politizaron y
obraron al mando del gobierno, cada día más sectario en la medida en que no fue
posible que funcionara un sistema bipartidista, intentado a instancias del Presidente
Ospina para aplacar los alterados ánimos de los liberales. El Congreso de la
República, con mayoría liberal en las dos cámaras, fue clausurado el 9 de
Noviembre de 1949, un mes después de un enfrentamiento a balazos en plena
sesión, en el que murió el Representante a la Cámara liberal Gustavo Jiménez,
elegido por Boyacá, y otros parlamentarios fueron heridos de consideración,
entre ellos el connotado intelectual liberal Jorge Soto del Corral, quien
varios meses después falleció como consecuencia de las lesiones recibidas en la
balacera. El partido liberal intentó participar en las elecciones
presidenciales y para el efecto designó como candidato al doctor Darío
Echandía, pero ordenó la abstención cuando Vicente Echandía, hermano del
candidato, fue asesinado en una
manifestación pública.
En
1.950, sin competidor, bajo la consigna de “a sangre y fuego” impartida por el
Ministro de gobierno José Antonio Montalvo, fue elegido Presidente de la República el
dirigente máximo del conservatismo, doctor Laureano Gómez.
El
país siguió sobresaltado, intimidado, sectarizado políticamente, enfrentado a
muerte en campos y aldeas entre liberales y conservadores. La “chusma” liberal,
por un lado, y por el otro la policía “chulavita”, se trenzaron en combates
sangrientos. Los liberales llevaban la peor parte y en cantidades huyeron con
su familia hacia la costa caribe y Venezuela.
En
diferentes partes del país se organizaron guerrillas liberales para defenderse
y hacer frente al gobierno, calificado de espurio, atrabiliario y violento. Aumentó considerablemente la represión
oficial. Con las armas del Estado, en agresiva actitud, se trató de “pacificar”
la gravísima situación.
La “dictablanda”
militar.
Para
tratar de lograr convivencia, las Fuerzas Militares se tomaron el poder el 13
de Junio de 1953 y se dio comienzo a una etapa de reconciliación, recibida con
júbilo por los liberales. Se decretaron armisticios y casi en su totalidad los
guerrilleros depusieron las armas. Pero
al cabo de casi cuatro años el gobierno que prometió “paz, justicia y libertad”
generó inconformidades, comenzó una etapa de intemperancia oficial, se censuró
a la prensa y de nuevo comenzó a hacerse represión a la oposición política. El
general Gustavo Rojas Pinilla fue reemplazado el 10 de Mayo de 1.957 por una
Junta Militar. En diciembre de ese año, mediante un plebiscito en el que por
primera vez votaron las mujeres, se trató de formalizar la democracia creando el
Frente Nacional, un sistema político bipartidista en el que todos los poderes
eran paritarios y durante 16 años uno y otro partido se alternaron en el
gobierno, lo que puso fin a la violencia entre liberales y conservadores.
Pero
no llegó la paz. Floreció el bandolerismo y antes de que fuera posible
reducirlo, nacieron en 1.964 las guerrillas de las Farc y del Eln. Con ellas es
que el actual gobierno trata de conseguir un acuerdo de paz en La Habana.
El líder liberal que
combatió a las oligarquías.
Jorge
Eliecer Gaitán fue abogado, especializado en derecho penal en Italia donde fue
alumno del eminente profesor socialista Enrico Ferrri, padre de la Escuela
Positiva del derecho criminal. Se distinguió Gaitán como litigante, académico y
tratadista de la ciencia penal. Su Tesis de grado, “Las ideas socialistas en
Colombia”, todavía se estudia en nuestras Universidades, lo mismo que sus
importantes reflexiones sobre la premeditación en la delincuencia. Pero fue la
política la que le permitió trascender en la vida pública, a partir especialmente
de los debates que hizo en la Cámara de Representantes sobre el bochornoso episodio conocido como “la
masacre de las bananeras”, ocurrida durante una huelga obrera contra la United
Friut Company, en Ciénaga, Departamento del Magdalena, en 1928, durante el
gobierno conservador de Miguel Abadía Méndez.
El
hombre que era un pueblo ---“yo no soy un hombre, soy un pueblo”, predicaba
Gaitán en sus multitudinarias manifestaciones---, perteneció al partido
liberal. Fue Representante a la Cámara y Senador. Se desempeñó como Ministro
del Trabajo, Ministro de Educación y Alcalde de Bogotá, durante los gobiernos
liberales que gobernaron al país entre 1.930 y 1.946. Se destacó al lado de
Alfonso López Pumarejo y Gabriel Turbay en la lucha que se dio para terminar la
hegemonía que gobernó entre 1.886 y 1.930. Con este último disputó la
presidencia de la República en 1.946, cuando el Partido liberal, por la división,
perdió las elecciones frente al empresario Mariano Ospina Pérez, descendiente
del fundador del partido conservador Mariano Ospina Rodríguez.
Años
atrás, inconforme por los manejos que el partido estaba dando a sus
obligaciones de gobierno, el “negro Gaitán”, como le decían sus contradictores
para desconceptuarlo, organizó el UNIR ---Alianza Nacional de Izquierda
Revolucionaria---, en cuyo seno realizó innumerables acciones para encausar las
ideas políticas hacia una acción que reivindicara social y económicamente a las
multitudes marginadas y excluidas del país. Regresó al liberalismo para
disputar la presidencia de la República, a la que no pudo llegar como se acaba
de describir.
Gaitán
fue un orador formidable. No tuvo competidor en la plaza pública. Con su voy
metálica, inimitable, frente a su pueblo que lo adoraba, apasionaba a las
multitudes que lo seguían frenéticamente. Denunció el maridaje de las
oligarquías liberales y conservadoras en contra del interés popular. “Ay del
pueblo cuando las oligarquías se unen; ay de las oligarquías cuando el pueblo
se una”, replicaba sin cesar. Argumentado que “el pueblo es superior a sus
dirigentes”, exhortó a sus seguidores a mantenerse en la lucha popular para
llegar al poder. Confiaba en que la fuerza del reclamo ciudadano en la calle era
irresistible y por eso lo convocaba, agitando banderas rojas y blancas, para
demandar justicia y reconciliación.
Su
´”Oración del silencio”, pronunciada en la Plaza de Bolívar ante una
muchedumbre muda que agitando banderas negras lloraba lágrimas de indignación
---manifestación popular nunca superada ni en número de asistentes ni en
emotividad y compromiso popular--- fue una denuncia dirigida al propio
presidente Ospina por la violencia que
azotaba al país y un reclamo vehemente al gobierno conservador para que cesara
la persecución y se acabara la matanza, en esa época turbulenta y horrible en
la que la historia recuerda la ocurrencia de 300.000 asesinatos.
El
líder liberal sentenció premonitoriamente: “Si avanzo, seguidme; si retrocedo,
empujadme; si me matan, vengadme”.El
próximo 9 de Abril, “a la carga”.La manifestación del 9 de Abril será una
protesta por el asesinato del líder popular, cuyos autores intelectuales nunca
fueron identificados. Será una recordación de las luchas populares que
identificaron las memorables jornadas que se dieron en la llamada “época de la
violencia” para buscar que se atemperaran los ánimos, cesara la represión y se
alcanzara la paz. Será también poner de presente la vital lucha del jefe
liberal que más allá del interés partidista asumió la defensa de todo un pueblo,
asediado lo mismo por la violencia que por la pobreza y la desnudez. Será
decirle a las nuevas generaciones que retomen la acción de la justicia social,
frustrada por el abominable golpe criminal del 9 de Abril de 1.948.La
invitación a marchar el próximo 9 de Abril, a los 65 años de la muerte del
hombre que denunció el hambre de los
liberales y de los conservadores como síntoma y realidad de una misma expresión
de marginamiento y desigualdad, es una forma de expresarse contra la
injusticia, contra la violencia, contra la exclusión, vigentes en la época
actual.El 9 de Abril los herederos de las multitudes que se identificaban con
Gaitán, que fueron liberales, conservadores, izquierdistas, sin partido,
irredentos todos, mujeres y hombres del pueblo, intelectuales y campesinos,
artesanos, estudiantes y analfabetos, desempleados, jóvenes y veteranos,
saldrán a las calles de las ciudades colombianas a apoyar el proceso de paz que
se adelanta en La Habana, a ratificar su compromiso con la democracia y a
reclamar actos y hechos de reconciliación y de equidad.Recordar al mártir es
exclamar que llegó la hora de poner fin a las inequidades, a cualquier asomo de
persecución e injusticia y a que comience la época de la convivencia nacional. El sacrificio de Jorge Eliecer Gaitán reclama
paz, democracia real y equidad.
Por muchas marchas
multitudinarias el próximo 9 de Abril, “a la carga”
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