-----------------------------------------Por: Bernardo Socha Acosta
Los partidos tradicionales, Liberal y conservador, como ideología social, desaparecieron del panorama colombiano.
Hace 8 años el conservatismo comenzó el camino de su liquidación al ser un aliado del actual gobierno. En las elecciones de este 30 de mayo pasado finiquitó su entierro porque no hubo un dirigente que levantara las banderas de quienes por 100 años enarbolaron compromiso y responsabilidades frente a las comunidades.
El conservatismo abrió el camino de la supervivencia fácil, al encontrar un movimiento naciente, que aun con los cuestionamientos y golpes al tener un buen número militantes procesados judicialmente y otros encarcelados, ha sabido capitalizar las necesidades populares y las debilidades de los políticos, para acaudalar una buena votación.
De esta forma el llamado glorioso partido conservador queda sepultado no sin dejar un buen ejemplo, que no lo dio un hombre, sino por fortuna el genero femenino, como la ex diplomática Noemí Sanin, que hizo el último esfuerzo para salvar su partido, recorriendo el país infructuosamente, mientras sus copartidarios atraídos, no por la convicción, sino movidos pero la voracidad de los apetitos burocráticos, la abandonaban y se unían sin desaire al candidato del gobierno, por encima de cualquier sentido de la ética y las responsabilidades con las comunidades. El pueblo será el encargado de juzgarlos.
Por su parte el liberalismo que parecía un partido de ideología social, agobiado y golpeado si por la adversidad del populismo, parece cavar la misma tumba del conservatismo entregando las banderas al sistema que lleva al país por un camino incierto y sin un futuro cercano de esperanza para esos 10 millones de indigentes y 20 millones de pobres menesterosos, buena parte de los cuales están sobreviviendo del perverso sistema de darles un mendrugo de pan semanalmente, sin pensar que muchos de esos beneficiarios podrán acusar y cobrarle más tarde al sistema, cuando se den cuenta del triste y humillante tratamiento al que se les somete, como recientemente se denunció en una ciudad colombiana en desarrollo de la campaña política.
Hasta dónde llegaron los tradicionales partidos políticos colombianos, víctimas de una poderosa maquinaria que utilizó todos los recursos del Estado para mantener el sistema que no esta lejos de llevarnos a los extremos que están atravesando muchos países víctimas de estos procesos politiqueaos y populistas. El Congo por ejemplo, donde cada día, 1.200 personas mueren a raíz de la cruda violencia. El salvador u otros países que han llegado a esa terrible realidad.
En Colombia ya hay muchos barrios de grandes ciudades donde no se puede salir siquiera de día a las calles. Entonces, eso deduce, para dónde vamos.
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