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sábado, 15 de mayo de 2010

Fue el momento, no Uribe

Fuente: Revista Semana - Reenviado por José William Villarreal

Autor:  JUAN SEBASTIAN LOPEZ SALAZAR
Creada: mayo 13 de 2010

En 1998, Andrés Pastrana (grafica) ganó las elecciones proyectándose como el hombre que podría lograr la paz en Colombia. Su publicidad política radicó en una foto que se tomó con “Tirofijo”, la cual llenó a la gente de esperanza y unió a una parte del pueblo en un solo sentimiento.

Todo estaba dado para firmar la paz entre el Estado y la Guerrilla. Se cedió a las peticiones del grupo armado, zona de distensión sin Ejército. Se le darían las condiciones para un acuerdo de paz completo. Tenían la salida política al alcance de sus manos: Era el momento histórico perfecto para las Farc. Pero su miopía política lo arruinó todo.

Las Farc se creyeron ganadoras de una guerra y olvidaron el Estado y el sentimiento colectivo de los colombianos. Como siempre, creyendo lo más alejado de la realidad, que son el ejército del pueblo y poseen la solución, que nunca serán. “Simón Trinidad” daba declaraciones de triunfo en los medios de comunicación. Hasta trataron con desdén a Pastrana, que, casi arrodillándose, seguía con sus planes de paz.

Las Farc haciendo gala de su estado de interdicción olvidaron lo otro que hacía el Estado. Mientras se aprovechaban e hicieron del Caguán una zona del delito, Pastrana armaba el ejército, lo fortalecía, firmaba el Plan Colombia y hacía el conflicto colombiano de conocimiento internacional.

El sentimiento, la esperanza del pueblo se centró allí en esa mesa de paz. Estaba dispuesto a perdonar y a empezar de nuevo una Patria libre. En el momento en que Pastrana rompía la mesa de diálogo, el Estado no tenía una opción distinta de ir a combatir a las Farc. Las Farc no le daban otra alternativa al gobierno, que ya, para este momento, estaba fortalecido militarmente. Y el mundo era testigo de los atropellos que vivía la población.

Todo esto estallaba en un momento preelectoral, en el cual aparece Álvaro Uribe, quien supo encarnar el sentimiento de guerra, de matar o matar que para el momento abrigaban las mayorías en de la Colombia herida. Hecho que cegó al pueblo, que no entendió, que no era Uribe el único llamado a acabar con las Farc militarmente, si no que cualquier gobernante que llegara al poder--Lucho, Noemí, Serpa-- tenían la obligación de atacar, con fuerza, a las Farc.Y para ello ya tenían un nuevo Ejército y la ayuda internacional.

Así llegó Uribe al poder, con un plan de gobierno dictado por el momento histórico que vivía el País: Guerra. Y él sabía manejar el discurso. Pero Uribe siempre ha sido un personaje oscuro y siniestro. Había sido oscuro y siniestro en todos sus cargos públicos: Director de la Aeronáutica Civil, Gobernador de Antioquia, Senador de la República. Y fue un personaje oscuro y siniestro como Presidente y lo seguirá siendo ahora como ex-Presidente.

El 7 de agosto del presente año Uribe dejará el poder. Entregará una Patria herida y desecha. Una Patria que, sino fuera por Venezuela, sería el peor país de la región. Porque Uribe no cumplió con la misión que le dictaba el momento --acabar con las Farc--. Y deja consecuencias fatales para Colombia. Uribe es lo peor que le pudo pasar a Colombia. Implica un retroceso histórico sin igual. LEER MÁS...

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