Amigo Bernardo Socha:
En la política como en el amor
corremos el riesgo de ser víctimas de la
seducción y de las promesas que jamás se
cumplen; una y otro tienen ese encanto que es difícil resistir.
En esa fiesta de locura en que
se prometieron riquezas y poder muchos
dieron el si sin reparar inocentemente en
las nefastas consecuencias de su aventura o, tal vez, confiaron en que sus pecados nunca serían
descubiertos; ahora, un poco tarde,
cuando apenas nos estamos reponiendo del guayabo de los "gobiernos
Uribistas","Ernesto Báez", ese personaje casi mitológico escogido por los
dioses de la guerra fratricida para
repartir favores y prebendas entre sus
seguidores y adoradores, con su verbo encendido y sus promesas halagadoras,
sedujo muchas doncellas.
Ese mismo oscuro e inteligente
personaje organizador y promotor a destajo de la violencia, convertido por las circunstancias
en una especie de Júpiter tonante, toca el clarín de la verdad y esgrime con
soberbia, entre rayos y centellas, esa comprometedora lista de sus recuerdos que
muchos prefirieran mantener en el olvido.
Los espectadores en la tarima
y en el palco esperan ansiosos los resultados de la esperada y necesaria intervención
de la Fiscalía y de los órganos de control del Estado.
El anunciado cambio de
gabinete departamental tendrá algo que ver con las confesiones de alias
"Ernesto Báez?
Atento saludo,
Reinaldo Ramírez
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