Candidato al Senado
Nelson Mandela fue un luchador
político contra la desigualdad, la discriminación, la exclusión. Su causa fue
por los derechos humanos, la libertad de pensamiento y el respeto a la
diferencia. Denunció las arbitrariedades que se cometían contra su pueblo, los
abusos, las injusticias. Reclamó, protestó, se pronunció en las plazas
públicas, en las calles, en los foros, se levantó en armas contra la opresión.
Mandela fue perseguido,
humillado, encarcelado durante muchos años.
Le dolía el sufrimiento de su pueblo y en carne propia tuvo que soportar
torturas y vejámenes de la peor índole. Nunca dio su brazo a torcer. Nunca se
rindió. Su consigna fue la de no arriar las banderas libertarias mientras a uno
solo de sus compatriotas se le desconocieran sus derechos.
La fuerza de los argumentos,
su integridad ética, sus sólidas convicciones políticas, demolieron al régimen
opresor. Sudáfrica terminó siendo gobernada por su libertador y el mundo entero
conoció el ejemplo de este hombre
providencial que logró la paz para su pueblo y generó valiosas instancias de
convivencia.
Cumplido su recorrido vital,
Mandela seguirá viviendo en el alma de los demócratas del mundo.
Los colombianos tenemos mucho
que aprender de la vida y obra de Mandela. Ni la violencia, ni las
arbitrariedades, ni la injusticia prevalecen. Pero el triunfo no es
consecuencia de la inercia ni se alcanza en la inacción. Hay que actuar, hay
que trabajar, con argumentos, sin violencia, para que haya libertad, equidad y
convivencia. ¡Lo que importa es Colombia!
Bogotá D.C. 6 de Diciembre,
2013
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