lunes, 14 de julio de 2014

La corrupción

                        Por Gerardo Delgado Silva
En tiempo no muy lejano, cuando fue Presidente el Señor Uribe Vélez, se puso de moda hablar de fatiga industrial del país, para indicar el desánimo por la inversión de capitales, todo como fruto del clima político y social, con para políticos y paramilitares, con la entrega no solo a la violencia sino a la pecaminosa especulación, y olvido de los proyectos a largo plazo, el rechazo de lo que representara riesgo inevitable y, en síntesis, de todo lo que significa construir con honestidad para el futuro.
Esa fatiga material, es el reflejo de otra mucho peor, la moral, responsable de nuestros males de hoy.  Porque nos hemos percatado que la fibra indispensable, la del sentido ético, se aflojó, cuando no desapareció, como en ese gobierno, lo que se aprecia por ejemplo en los genocidios eufemísticamente llamados “falsos positivos”. Así mismo, las interceptaciones a los magistrados y altas personalidades, los seguimientos a éstos, a sindicalistas y opositores al régimen.  La lucha sin frenos del Ex Ministro Andrés Felipe Arias por el enriquecimiento sin causa de sus amigos coaligados para estar en el poder.
Entre tanto, el Presidente, ¿Le puso un valladar infranqueable a la marcha ominosa del delito?.
Andrés Felipe Árias
Las famosas palabras de Talleyrand, sobre la ejecución del Duque de Enghien  por los soldados de Napoleón: “Más que un crimen, es una estupidez”.  Podrían aplicarse a muchos episodios de ese gobierno del Señor Uribe Vélez, con lívido demando.
El tema de la corrupción ha invadido a todo el organismo nacional, y las artimañas de la politiquería han horadado la estructura de todo el poder público en perjuicio del país y sus instituciones.  El señor Ex Ministro Arias, a través de Agro Ingreso Seguro, pagó el apoyo a su futura campaña, desde el gobierno, con los recursos públicos.
Es indispensable e ineludible que un giro de ciento ochenta grados restablezca el imperio de la ética, como lo está haciendo el Señor Presidente Santos, en la conducción de los negocios públicos, ya que la sola legislación, si no se cumple, es insuficiente para conjurar la intención dolosa, con la cual unos y otros burlan las prohibiciones consagradas en los textos vigentes.
Se requiere, de todos modos, que el espíritu de la Ley esté complementado por una disciplina que se sujete al respeto que los principios deben inspirar para que el orden social no se quebrante, ni el orden jurídico se resquebraje como hasta ahora.
La nación toda, está en la obligación de tener conciencia de que sin Dios, Ley y Moral, no puede haber progreso, fe ante los desafíos y fuerza para sortear todas las dificultades que se derivan de la corrupción.
Hay muchas formas de corrupción.  Lo que implica en este caso del Ministro Arias es el pragmatismo puro.  Adiós principios.  El derecho no tiene cabida en estos pasos.
El campo ha sido origen, escenario y víctima del conflicto armado que hoy define la propiedad, los precios de la tierra y la ubicación del campesinado.  El latifundio ganadero no ofrece trabajo suficiente, y el campesino minifundista se muere de hambre.  La ONU nos advirtió pasmada de la crisis humanitaria.
En conjunto, el país comienza a reconocer que la frágil institucionalidad política y económica colombiana ha sido presa de los caprichosos intereses de para militares – electores de Uribe -, y narcotraficantes.  Sin embargo, parece que todavía no existe una conciencia nacional de que no se trata solamente del poder corruptor del narcoparamilitarismo, sino de la irrupción en el anterior gobierno de un verdadero Estado de Facinerosos que se cernió como una amenaza sobre todas las fuerzas sociales y  políticas empeñadas en construir una Colombia Democrática y que rechaza la operación impunidad que encabezó ese gobierno, en relación con miles de crímenes cometidos por los desalmados paramilitares, que contaron con el apoyo, la aquiescencia, o la tolerancia del Estado, enviando desafortunadas señales al mundo.
“La Corrupción es lo mejor de lo peor”, sentenciaban los romanos.
Sobre tantas amarguras de diez millones seiscientos mil campesinos pobres, de un total de doce millones doscientos mil compatriotas, surge la componenda del Ministro Arias, quien convirtió la pobreza en simple dato estadístico, sin rostro humano, ni compasión por quienes la sufren en amargo silencio.  Se desataron sobre la Colombia Campesina las furias del Averno, las humanas de los paramilitares y guerrilleros con la siniestra política ya citada de los “falsos positivos”, la mentalidad abominable del Ministro Arias, quien aumentó la desigualdad.  También las furias de la naturaleza, por igual destructoras, con impacto tenebroso que ha cortado en dos la historia nacional.
Así las cosas, lo que se contempló en el Ministerio de Agricultura del Dr. Arias, fue la feria de los avivatos, las triquiñuelas rastreras de los altos bribones.
Y bien.  Agro Ingreso Seguro, no fue diseñado para redimir ese ejército de pobres campesinos de la patria.  Fue implantado por el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, y diseñado por el Ex ministro Arias, para amortiguar – se dijo - , los efectos de los Tratados de Libre Comercio,  con los productores del campo colombiano.
Este programa regula los subsidios a los agricultores y buscaba reformar el programa de Desarrollo Rural con Equidad (DRE), como también, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER), que hizo entrega indebida de tierras a para militares, como es el caso de Eleazar Moreno, alias “Comandante Jaime”, Jefe Político del Bloque Centauros, quien admitió haber recibido tierras en la Finca La Argentina de Puerto López, Meta.
Empero, Arias contrató  la administración del Programa Agro Ingreso Seguro, con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA),  de manera directa, eludiendo la licitación; otorgando beneficios indebidos a terratenientes, con evidente detrimento del erario público.
Es pertinente recordar, que la Revista Cambio de Colombia, en 2009, informó que Agro Ingreso Seguro había entregado millonarios subsidios a narcotraficantes. 
En este camino de hechos punibles, resultaron beneficiadas familias poderosas del Magdalena Medio y Valle del Cauca, aportantes a las campañas de Uribe.
Es el caso de la Señorita Colombia Valerie Domínguez. Se supo, que las tierras de su suegro, fueron fraccionadas, para recibir más subsidios de los permitidos por la Ley, entre otras prestantes familias beneficiadas, se encuentran los Vives Lacouture, Lacouture Dangond y Lacouture Pinedo. En el Valle del Cauca, María Mercedes Sardi de Holguín, prima del Ex ministro Carlos Holguín Sardi.
Frente a éstos hechos punibles, tenebrosos, gigantescos, la Corte Suprema de Justicia, con carácter independiente, soberano e imparcial, sujetando su decisión a la Constitución y la Ley, profirió sentencia condenatoria contra Andrés Felipe Arias bajo los cargos de Peculado por apropiación en favor de terceros y Celebración indebida de contratos.
Lo único que faltaba: al tétrico panorama de corrupción de Agro Ingreso, hay que sumarle ahora, que según las noticias el señor Ex ministro Arias se evadió de la acción judicial, como cualquier vulgar facineroso, lo cual es un símbolo de escarnio y befa al orden jurídico, como también, un comportamiento contrario a las normas éticas que rigen la conducta de la dignidad humana.
El señor Uribe, entonces, aprovechó la coyuntura para conspirar abiertamente contra la Corte S            uprema, con manifestaciones de inconformidad malintencionadas con respecto al fallo, que se infiere, no entiende ni tiene porque entender.  Colombia sabe del desafecto que le ha profesado a la Ley y al Estado de Derecho.  Esto está enquistado en él, de tiempo atrás. 
El testimonio de la historia ha demostrado que la peor desgracia que puede acontecerle a un pueblo es la de destruir, desarticular o vejar  a su justicia, porque se instaura la modalidad malsana de hacerse justicia por mano propia que es la máxima expresión de la anarquía y el desorden que imposibilita la anhelada paz.

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