Trafugario
Por: José Óscar
Fajardo
Como todos
ustedes saben, estamos en época pre-electoral y eso mueve los cimientos
socio-culturales a todo el país. Entonces lo que quiero decirles es que, es muy
importante participar en el proceso electoral, así sea votando en blanco porque
al votar, usted adquiere el sagrado derecho a protestar. Por eso mismo les advierto
que, antes de que la embarren,
escojan bien sus candidatos a la Gobernación y a la alcaldía de Barbosa, pero
repito, escójanlos bien por las razones que le voy a exponer. Santander es históricamente
un pueblo aguerrido en cuyas tierras nacieron grandes empresas de Colombia: Bavaria
es una de ellas, pero nada queda allí. Lo mismo ocurrió con ropa El Roble,
Transejes, Hilanderías del Fonce y muchas más que desaparecieron por las malas
políticas de desarrollo económico de sus gobernantes. En Barbosa hubo fábrica
de Aceites y Grasas y una fábrica de gaseosas que hoy podrían constituir
empresas prominentes para toda la región. Actualmente en la ciudad solo hay pequeñas
industrias bocadilleras y se vive de un lánguido proyecto de turismo que crece
a la topa tolondra como los niños ricos pero huérfanos: sin ninguna dirección
técnica. Y esto es una reseña diminuta. Con esos meros datos tenemos para
hacernos la siguiente pregunta. ¿Qué tal que Santander y Barbosa hubiesen
tenido excelentes administradores y pulcros gobernantes desde un principio? Porque no solo al Departamento sino a toda Colombia
la tiene “matada” es la “anormal” corrupción de un gran sector de la clase
política. No es la clase política total, pero sí una
abrumadora mayoría de ella. Aclaro que hoy hay pocas pero buenas empresas en el
Departamento. No obstante podría ser mucho mejor.
¿Culpa de
quién? De usted no, amigo elector, sino de muchos “mequetrefes”, o su
equivalente, que el día de las elecciones, por una papa, un trozo de carne y
una cerveza, se montan en cualquier yegua vieja llena de tantos resabios que
cuando le ponen la silla para montar, lo
único que sabe hacer es pear y tirar pata. Por eso amigo elector, antes de que la embarre, abra bien el
ojo hermanito, porque como dice en una de sus narraciones el escritor argentino José Ingenieros, “Los
pueblos se merecen sus gobiernos”. Haga
un análisis con buen criterio, con usufructo de la lógica racional y alto grado
de sensatez, y verá que a Santander no le va mal si usted vota bien. Porque si
a Santander y a Barbosa les va mal, tenga la certeza científica que le va mal también
a usted. ¿Que no existen políticos buenos y serios en esta región del país? Sí
señor. Políticos buenos sí los hay. Lo que pasa es que hay que usar el ojo biónico
y detectarlos. Yo, por mi oficio periodístico de dos décadas y media, conozco personajes
de la política que han hecho mucho por Santander y Barbosa y por Colombia. Mi
cuarta novela tiene como título “El mentiroso más elegante de este país”, pero
no me vayan a preguntar quién es porque
no les voy a decir. Lo que sí reitero es que en Santander y en Barbosa, hay
políticos que son viables y rentables, necesarios y útiles para el desarrollo
regional. Cuenta la leyenda que el rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba.
También es cierto que en Santander y en Barbosa, hay políticos que convierten
en éter y gas todo lo que tocan. Por ahora no doy nombres de quiénes pueden y deben ser los verdaderos
administradores de Santander y de Barbosa porque apenas empiezo una serie de
columnas de carácter político. Y dar nombres por adelantado estaría colapsando
la estructura periodística que me he craneado para hacerlo. Ya verán.
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