El galimatías de Uribe
León Valencia. Foto: Archivo SEMANA |
Tomado de SEMANA
Nadie en ninguna parte del
mundo ha negociado la paz para salir de la mesa hacia la cárcel. Eso es una
treta para garantizar que el conflicto siga su curso.
Leí con insistencia el
discurso en el que Uribe fijó la posición del Centro Democrático sobre el
plebiscito por la paz, lejos de sus correligionarios católicos y al lado de la
cuestionada Iglesia Carismática Internacional. Nunca le había visto al
exmandatario un texto tan confuso, tan oscuro, tan embrollado, tan saturado de
frases impropias, de proposiciones contradictorias, de actitudes a contrapelo
de su propia historia.
Califica una y otra vez de
ilegítimo el plebiscito, pero llama a participar en la campaña y a votar el día
de su realización. Le dice ‘No‘ a los acuerdos de paz entre el gobierno y las
Farc y a renglón seguido le dice ‘Sí‘ a la paz. Señala tajantemente que los
líderes de las Farc tienen que ir a la cárcel y no pueden participar en
política, y afirma, sin asomo de duda, que el triunfo del ‘No‘ permitirá
renegociar los acuerdos y seguir adelante con el proceso de paz. Ataca la
justicia transicional para las Farc, pero a la vez propone justicia especial y
perdón judicial para los militares y policías presos por delitos en relación
con el conflicto armado.
Este discurso no tiene ni pies
ni cabeza. Era más entendible la estrategia de resistencia civil que lanzó hace
cuatro meses con bombos y platillos. En ella llamaba a colocarse por fuera de
la refrendación, a tomarse las calles, a recoger millones y millones de firmas
como alternativa a la votación en el plebiscito, prefiguraba la abstención,
aspiraba a deslegitimar la paz por la vía de una rebeldía masiva de la
población.
En su delirio afirmaba que la
Mesa de La Habana se vendría al suelo en medio de la movilización ciudadana. En
la rueda de prensa de la Iglesia Carismática Internacional no menciona una sola
vez esta idea fallida. Del estruendoso fracaso de esa estrategia surgió la
extraña posición de ahora.
No tiene lógica alguna que, de
triunfar el ‘No‘, las guerrillas vayan a aceptar el tipo de negociación que
Uribe les ofreció a lo largo de sus dos gobiernos. Ya eso está ensayado y no
funcionó. Las Farc nunca acudieron a la mesa que les proponía un mandatario
obsesionado con la rendición de las insurgencias.
Con el ELN ocurrió que Uribe
negoció dos años en La Habana, en la misma Habana que ahora repudia. Se llegó a
un “acuerdo base” que se vino al suelo cuando Luis Carlos Restrepo, alto
comisionado de paz, le pidió a esa guerrilla, en una reunión en Caracas, que se
concentrara y que sus miembros se identificaran para proceder a definir los
términos de la justicia y la reinserción que tendrían. Leer más en Semana
http://www.semana.com/opinion/articulo/el-galimatias-de-uribe/484742
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