Por: Bernardo Socha Acosta
Los
motociclistas que cohabitan con elevados decibeles de ruido asociados con altas
velocidades deberán enfrentarse, no solo a la modificación cerebral, sino a
severos traumas sicomotrices.
Los graves
daños que sufre el conjunto craneoencefálico con el sistema nervioso, conlleva
a complicarse la interpretación del habla, provocando una creciente dificultad
para distinguir los sonidos, según el último estudio de la Escuela de Ciencias.
La exposición
de una personas a recibir los altos decibeles del sonido, así sea captado por
el sistema raquídeo como es el caso de los motocicletas a través de la
vibración, va degenerando la normalidad cerebral y como resultado el afectado va perdiendo su
capacidad para el desempeño de sus ocupaciones habituales, asegura el diagnóstico
de un equipo de investigadores.
El estudio selecciona 10 efectos nocivos del excesivo
ruido:
Problemas
cardiovasculares, debido al aumento de la presión arterial como consecuencia de
una exposición a un nivel de ruido de 85 a 90 decibeles.
A este efecto se suma el estrés y le sigue la
depresión y los disturbios para conciliar el sueño.
Y la cadena
de daños para el motociclista se incrementa con la pérdida auditiva que suma
nuevos problemas por el detrimento de la comunicación, y finalmente los graves
daños del sistema nervioso que pueden acarrear resultados catastróficos para
esa franja de conductores de motos
modificadas.
El trabajo
del grupo de especialistas aclara que el uso de la motocicleta como medio de transporte
popular, no es en sí el problema; el problema radica en la modificación de los
sistemas de escape que adoptan algunos motociclistas creyendo que se van destacar en su conducción y lo único que
están es cavando su propia desdicha.
En otro
documento publicado por la Revistas digital, Pensar Salud, acerca de los graves daños por los altos decibeles se
afirma textualmente:
Para tener en cuenta
Los ruidos
son sonidos fuertes e indeseados que interfieren o impiden nuestras
actividades, llegando incluso a configurar un tipo de contaminación: la
contaminación sonora.
A finales del
siglo pasado, la OMS recomendó que los niveles de ruido en el exterior durante
el día no excedieran los 55 decibles (dB). Diez años después recomendó además
un valor máximo nocturno de 40 dB para prevenir efectos adversos sobre nuestra
salud.
Cada vez son más las fuentes de ruido que generan un verdadero problema ambiental, sobre todo en las ciudades. El transporte, ya sea público o particular, con los bocinazos, aceleraciones exageradas y alarmas, es solo un ejemplo. A eso se suman las obras de construcción, los ruidosos servicios de limpieza y recolección de basura, los locales comerciales, bares y salones de fiestas.
A la hora de
determinar el grado de molestia de un ruido son varios los factores a tener en
cuenta, entre ellos la intensidad sonora y el tiempo de exposición. Pero
también influyen las características del sonido y la sensibilidad individual.
El ruido tiene también un componente subjetivo, que al ser vivenciado negativamente por una persona
puede producir efectos adversos en la salud.
Y para complementar el anterior documento, esta
redacción averiguó otros detalles que son de interés de la comunidad, como…
¿Cuál es el nivel de ruido permitido en Colombia?
En Colombia
se ha establecido que el máximo permitido durante las horas del día en las
zonas residenciales es de 65 decibeles (dB); en zonas comerciales e industriales,
hasta 70 dB y en zonas de tranquilidad 45 dB; mientras que en las noches el máximo permitido es de
45 dB en zonas residenciales; 60 dB, en
comerciales.
Recogimos
quejas que sobre ruido nos han hecho llegar las comunidades de diferente
sectores de los municipios de Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta,
en relación con algunos Motociclistas
que reiteradamente, en avanzadas horas de la noche pasan por las silenciosas vías, causando
atropello en la tranquilidad de las familias sin que haya AUTORIDAD alguna que haga algo contra estos abusivos
motociclistas.
Y a
propósito, qué entidad es la encargada estos municipios mencionados, de ejercer
este control y la respuesta es, El Área Metropolitana como autoridad ambiental.
Dejamos
entonces esta denuncia, como queja de las comunidades, para que el Área
Metropolitana asuma su responsabilidad dentro de sus funciones.
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