Con los fenómenos naturales, muchos
quedan convertidos en la leyenda de la torre de Babel. Todos hablan, pero nadie
se entiende porque ahí es donde aparecen los profanos y supuestos sabios que
todo lo saben. Unos le echan la culpa a unos y
estos acusan a otros pero no miran la real y propia responsabilidad, o
irresponsabilidad, del porqué de los acontecimientos y así transcurre el tiempo
en medio de las vacilaciones y hasta torpezas de muchos en las que le causan
daño a los demás.
Cuando se habla de fenómenos
naturales nada ni nadie puede prever los acontecimientos. Lo que si podemos es
ser más previsivos porque cuando la naturaleza se ensaña en una demostración de
reclamo por las equivocaciones del pasado, algo peor puede sobrevenir y contra
la naturaleza nadie puede luchar.
Los permanentes problemas que
se vienen presentando con las vías de transporte a la llanura colombiana, es solo
el resultado de la forma como los habitantes de las zonas de la cordillera oriental,
y otras, explotan la tierra sin brindarle un mínimo de protección y compensación por lo que le quitamos.
Foto: Slideshare |
La filtración del agua en
grandes cantidades al interior de la superficie causa sus naturales reacciones
que todos podemos entender. Que no queramos, es otra cosa. Pareciera que tengan
que sobrevenir hechos peores para que comprendamos la magnitud que estamos
viviendo por las imprevisiones, especialmente en zonas de ladera de las cordilleras,
sumados a las fallas geológicas.
Y hablando de improvisaciones
y confusiones de quienes están cerca de los acontecimientos, hay quienes creen
que con simples muros y talanqueras y torpedeándole el paso a quienes necesitan
trabajar van a remediar lo que han construido erróneamente en toda su vida.
Quienes laboran la tierra solo
les ha interesado sacar sus frutos sin devolverle un mínimo de protección a los
predios; han acabado con miles de hectáreas de bosque que son la protección
innegable de la tierra. Está bien que se labore la tierra para producir los
alimentos, pero que se conserven también abundantes franjas de protección de
vegetación con los bosques.
Lo que hoy estamos
experimentando, es la demostración, de cómo la naturaleza da señales de estar
reclamándole a la humanidad un mejor tratamiento de lo que ha puesto en sus
manos para el disfrute en la vida.
El mundo de la naturaleza, si
bien está para nuestro beneficio y hasta para que lo mejoremos con nuestras
acciones, nos reclama cuando intentamos destruirla porque su uso y
beneficiarnos deben ser de manera recíproca. Es decir, la naturaleza también
espera de nosotros un buen trato.
En resumen, podríamos decirse
que la afligida y ofendida naturaleza nos está devolviendo lo que sembramos mal.
Y en medio de la natural
confusión que todo esto genera, ni las autoridades, ni los medios de
comunicación, ni nadie hace pedagogía de cultura en esta materia porque solo se
limitan a mirar el presente con ironía y postura farisaica. Lamentablemente lo que vemos y oímos de
algunos comunicadores (algunos) y muchos politiqueros, es una pedagogía mezquina,
de intriga, de instigación violenta, embeleco, e hipocresía que es lo que
abundan en estos casos, porque de bueno no tienen nada y solo aprovechan las circunstancias
para tratar de hacer politiquería barata y venenosa.
Y para finalizar digamos que
muchos de quienes se encuentran en la zona afectada, no tienen ni idea de lo que hacen, ni deben
hacer, y lo único que continúan haciendo
equivocadamente, es buscando las víctimas rio arriba…
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