Nunca había leído un proyecto de reforma más utópico, que el planteado por el Ministerio del trabajo para la reforma laboral que necesita Colombia.
Parece que el proyecto fue redactado detrás de un lujoso escritorio de una confortable oficina, siguiendo un plan imaginario de sublimidad gubernamental para una sociedad perfecta y justa, donde todo discurre sin conflictos y en la armonía que solo existe en un país de las maravillas.
Ese proyecto de reforma laboral que no tiene la sensatez de otros como el de la salud, por ejemplo, si está llamado a fracasar de entrada en el congreso, porque con una iniciativa como esta no perderá tiempo el legislativo. Recordemos que por esta y otras razones ya se hundió otro proyecto de esta naturaleza.
De los 90 y tantos artículos que tiene el proyecto, más de la mitad no se ajusta a la realidad nacional. Si bien tiene algunas novedades positivas, los artículos negativos le quitan todo el valor, porque no tiene equilibrio.
No parece que esa iniciativa haya sido inspirada por la actual Ministra de Trabajo, una persona de mucho talento, experiencia, imaginación y sindéresis. Leyendo el proyecto deja la impresión de haber sido encomendado a alguien que tenga afición de escribir historietas basadas en los cuentos de hadas, porque para un país como Colombia donde la pequeña y mediana fuerza empresarial sobrevive aun de grandes esfuerzos por las razones que todos sabemos, resulta incongruente desde cualquier punto de vista pensar que así pueda sobrevivir la debilitada oferta laboral que hay en nuestro medio.
Si la Ministra se equivocó con el contenido de este proyecto en el que más parece la fórmula lograda en el transcurso de un sueño, ella misma debiera proceder.
Ya hubo suficiente discernimiento por parte de los gremios sobre la inconveniencia del proyecto que pondría en gravísimo riesgo el poco empleo que hay en Colombia, precisamente por los problemas que estamos reseñando. E igualmente algunos trabajadores de plataformas de mensajería expresaron por los distintos medios de televisión su inconformidad porque con esos cambios lo único que les van es a causar reducción de sus ingresos.
Bueno, y en el supuesto caso que este proyecto se diera en el congresos -aunque no lo creo- la situación sería catastrófica porque muchas pequeñas y medianas factorías deberían cerrar sus puertas y llevarse los recursos de inversión a otra parte donde haya mejores oportunidades y tratamiento menos discriminatorio.
Esta situación aumentaría la crisis del desempleo en nuestro país y se incrementaría la informalidad laboral que tanto ha golpeado a la sociedad colombiana.
Un tema de tanta trascendencia para la economía social, tiene que estar basada también en una economía solidaria en la que las partes comprometidas tengan grandes beneficios y responsabilidades para que haya una armonía de las fuerzas de producción y laboral.
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